Esta historia es de unos años atrás, cuando aún había muchos secretos por parte de Erika, fue una de tantas veces que mi primo el militar se la llevó de fiesta con el objetivo de que aparte de el, otros más se la follaran.
Lo que no fue difícil debido al temperamento y sumisión de la golfa, paso por ella a eso de las 8 de la noche y condujo a un callejón semi oscuro, ya estacionado le metió mano a full, dejándola con la temperatura alta y con una venida en su golosa boca. Después sin decirle nada, la llevo a un putero, como lo conocemos en mi país, antes de entrar al local, le dijo que se despojaran de la ropa interior, Erika no lo contradijo a pesar de lo diminuto de su ropa, a simple vista, pasaba por una puta de las que trabajaban ahí, con una blusa calada color negro, una minifalda roja que luchaba por tapar las nalgas y zapatos de tacón alto, así que en ese lugar no llamaría mucho la atención.
Dentro del local, sentados en una mesa justo a lado de la entrada de los sanitarios para hombres, un mesero llegó a levantar su orden, el tipo ni siquiera se fijó en los erectos pezones ni que la raja brillosa de jugos asomaba bajo la falda, pues está acostumbrado a ver mujeres así todo el tiempo, para Erika fue casi una ofensa, pues en los lugares donde la exhiben, siempre es el centro de las miradas, cuando el mesero regreso con el pedido, ella abrió más las piernas con el firme propósito de llamar la atención del tipo, pero no lo logró.
Herida en su orgullo, apresuró su cerveza y apretó el cuerpo contra mi primo, el que tampoco le prestaba mucha atención, pues sus ojos estaban centrados en las enormes tetas de la bailarina el el centro de la pista, que sin ser una excelente bailarina, compensaba con la vista de sus melones desnudos, eso bastó para que el orgullo herido de mi esposa, saliera a flote y buscando entre las mesas, eligió la más concurrida, apuro otra cerveza de un trago y con la falda subida, encaminó sus pasos hacia ahí, melosa les dijo que si le invitaban un trago, los tipos en seguida la sentaron en medio de ellos y le dijeron que si, uno de ellos le pregunto si era nueva en ese lugar, ella pensando un segundo le respondió que estaba acompañada pero que su pareja prefería mirar otras chicas, así que prefería buscar diversión aparte, los tipos no tardaron en afianzar con sus garras la tersa piel de esa zorra, quien lejos de comportarse como las profesionales del ramo, permitió que le agarraran lo que quisieran, claro que ella no se estaba quieta, con sus manitas, apretaba por sobre los pantalones, las duras vergas de sus anfitriones, mientras mi primo se colocaba en la mesa de al lado para no perder detalle.
Unas copas después, Erika tenía entre sus manos, miembros de todos tamaños y grosores, cuidaba que algún empleado del lugar la viera y se agachaba para chupar el que estuviera más cerca, los tipos, se cambiaban de lugar constantemente y se encargaban de mantener su copa llena, varias cargas de leche fueron enjuagadas con el líquido frío, pero había quien no se conformaría con una mamada, así que después de adquirir condones, pagaron para llevarla a los cuartos que el lugar tenía preparados para esas situaciones. La renta del lugar era de 20 minutos para cada persona que entrara con una chica así que los tipos pagaron el tiempo de cada uno, dejando a Erika en el cuarto, para que al terminar uno, entrara el siguiente, sobra decir que los ocho tipos se la cogieron a placer, algunos duraban su tiempo alquilado y otros dejaban tiempo de más, al venirse rápido y no lograr otra erección decente, para cuando terminaron todos, mi primo platicaba animadamente con los tipos, diciéndoles que podrían evitarse más gastos en cuarto y que fuera del local, ahí en el estacionamiento, podrían usar de nuevo a esa perra, algunos, los que no pudieron recuperar su erección, se negaron, pero tres, que seguían con ganas, salieron con mi esposa y mi primo, para ahí, entre los autos, volver a penetrar a mi puta, la que sin dudar, exprimió de nuevo sus fálos.
Yo en casa, la oi llegar en la madrugada, mentiría al decir que venía perdida de borracha, pero las costras de esperma que tenía pegadas a la blusa y en la comisura de los labios, demostraban que había pasado una noche muy divertida, cansada y todo, se quitó la ropa y se dió un refrescante baño, mimosa, me dió un pequeño beso en los labios y me dijo que dormiría hasta tarde, apenas tocó la cama y quedó profundamente dormida.
No me dió tiempo a decirle que mi hermano estaba en la otra habitación, me incorpore un poco, la sacudí del hombro y no obtuve respuesta, así que hice a un lado la sábana y admire su cuerpo desnudo, separé sus glúteos para admirar lo hinchada que tenía la entrada del ano, el que ya limpio, aún no recuperaba su forma habitual, moje mi dedo con saliva y apunté en el dilatado agujero, el dedo se hundió por completo y ella no se quejo en absoluto, imagine que varios tipos, aparte de mi primo, habían entrado ahí, así que fui al otro cuarto, desperté a mi hermano y le dije que el postre estaba servido, fuimos al cuarto, me quedé sentado en una silla y disfrute como nunca el espectáculo de ver cómo en mis narices, mi hermano penetraba de golpe su anillo, Erika apenas reparó en el intruso que penetraba su ano, la puta estaba tan cansada que seguro pensaba que yo la estaba cogiendo, 10 minutos después, mi hermano le llenaba el intestino con su leche, le dió vuelta para descubrir sus tetas y se puso a mamarlas en lo que recuperaba la dureza de su miembro, al lograrlo, levanto las piernas de mi puta y sin consideración la penetró por la vagina, deleitándose con los bamboleos de sus gordas tetas, para después entre bufidos, descargar ahí más leche.
Lo que no fue difícil debido al temperamento y sumisión de la golfa, paso por ella a eso de las 8 de la noche y condujo a un callejón semi oscuro, ya estacionado le metió mano a full, dejándola con la temperatura alta y con una venida en su golosa boca. Después sin decirle nada, la llevo a un putero, como lo conocemos en mi país, antes de entrar al local, le dijo que se despojaran de la ropa interior, Erika no lo contradijo a pesar de lo diminuto de su ropa, a simple vista, pasaba por una puta de las que trabajaban ahí, con una blusa calada color negro, una minifalda roja que luchaba por tapar las nalgas y zapatos de tacón alto, así que en ese lugar no llamaría mucho la atención.
Dentro del local, sentados en una mesa justo a lado de la entrada de los sanitarios para hombres, un mesero llegó a levantar su orden, el tipo ni siquiera se fijó en los erectos pezones ni que la raja brillosa de jugos asomaba bajo la falda, pues está acostumbrado a ver mujeres así todo el tiempo, para Erika fue casi una ofensa, pues en los lugares donde la exhiben, siempre es el centro de las miradas, cuando el mesero regreso con el pedido, ella abrió más las piernas con el firme propósito de llamar la atención del tipo, pero no lo logró.
Herida en su orgullo, apresuró su cerveza y apretó el cuerpo contra mi primo, el que tampoco le prestaba mucha atención, pues sus ojos estaban centrados en las enormes tetas de la bailarina el el centro de la pista, que sin ser una excelente bailarina, compensaba con la vista de sus melones desnudos, eso bastó para que el orgullo herido de mi esposa, saliera a flote y buscando entre las mesas, eligió la más concurrida, apuro otra cerveza de un trago y con la falda subida, encaminó sus pasos hacia ahí, melosa les dijo que si le invitaban un trago, los tipos en seguida la sentaron en medio de ellos y le dijeron que si, uno de ellos le pregunto si era nueva en ese lugar, ella pensando un segundo le respondió que estaba acompañada pero que su pareja prefería mirar otras chicas, así que prefería buscar diversión aparte, los tipos no tardaron en afianzar con sus garras la tersa piel de esa zorra, quien lejos de comportarse como las profesionales del ramo, permitió que le agarraran lo que quisieran, claro que ella no se estaba quieta, con sus manitas, apretaba por sobre los pantalones, las duras vergas de sus anfitriones, mientras mi primo se colocaba en la mesa de al lado para no perder detalle.
Unas copas después, Erika tenía entre sus manos, miembros de todos tamaños y grosores, cuidaba que algún empleado del lugar la viera y se agachaba para chupar el que estuviera más cerca, los tipos, se cambiaban de lugar constantemente y se encargaban de mantener su copa llena, varias cargas de leche fueron enjuagadas con el líquido frío, pero había quien no se conformaría con una mamada, así que después de adquirir condones, pagaron para llevarla a los cuartos que el lugar tenía preparados para esas situaciones. La renta del lugar era de 20 minutos para cada persona que entrara con una chica así que los tipos pagaron el tiempo de cada uno, dejando a Erika en el cuarto, para que al terminar uno, entrara el siguiente, sobra decir que los ocho tipos se la cogieron a placer, algunos duraban su tiempo alquilado y otros dejaban tiempo de más, al venirse rápido y no lograr otra erección decente, para cuando terminaron todos, mi primo platicaba animadamente con los tipos, diciéndoles que podrían evitarse más gastos en cuarto y que fuera del local, ahí en el estacionamiento, podrían usar de nuevo a esa perra, algunos, los que no pudieron recuperar su erección, se negaron, pero tres, que seguían con ganas, salieron con mi esposa y mi primo, para ahí, entre los autos, volver a penetrar a mi puta, la que sin dudar, exprimió de nuevo sus fálos.
Yo en casa, la oi llegar en la madrugada, mentiría al decir que venía perdida de borracha, pero las costras de esperma que tenía pegadas a la blusa y en la comisura de los labios, demostraban que había pasado una noche muy divertida, cansada y todo, se quitó la ropa y se dió un refrescante baño, mimosa, me dió un pequeño beso en los labios y me dijo que dormiría hasta tarde, apenas tocó la cama y quedó profundamente dormida.
No me dió tiempo a decirle que mi hermano estaba en la otra habitación, me incorpore un poco, la sacudí del hombro y no obtuve respuesta, así que hice a un lado la sábana y admire su cuerpo desnudo, separé sus glúteos para admirar lo hinchada que tenía la entrada del ano, el que ya limpio, aún no recuperaba su forma habitual, moje mi dedo con saliva y apunté en el dilatado agujero, el dedo se hundió por completo y ella no se quejo en absoluto, imagine que varios tipos, aparte de mi primo, habían entrado ahí, así que fui al otro cuarto, desperté a mi hermano y le dije que el postre estaba servido, fuimos al cuarto, me quedé sentado en una silla y disfrute como nunca el espectáculo de ver cómo en mis narices, mi hermano penetraba de golpe su anillo, Erika apenas reparó en el intruso que penetraba su ano, la puta estaba tan cansada que seguro pensaba que yo la estaba cogiendo, 10 minutos después, mi hermano le llenaba el intestino con su leche, le dió vuelta para descubrir sus tetas y se puso a mamarlas en lo que recuperaba la dureza de su miembro, al lograrlo, levanto las piernas de mi puta y sin consideración la penetró por la vagina, deleitándose con los bamboleos de sus gordas tetas, para después entre bufidos, descargar ahí más leche.
1 comentarios - Mi esposa puta....... Cogida en un bar