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Fin de año, sandwichitos y sexo con María Teresa

No sólo con Sandrita,Estela y las lesbi, también con María Teresa me vuelo. Cerca del fin de 2017, lallamé a la gordota pelirroja para ir a merendar a su casa, hasta le ofrecíllevar algo. La dulce, que me adora, me dijo que sí pero que ella ponía lamerienda. Me preguntó qué quería merendar y le dije los sandwiches de miga queella compra para las reuniones con Estela y compañía, y la pelirroja dijo sí yque me esperaba tipo 5. Imaginen cómo me excité, ya antes de bañarme me volvíaloco. Y ni hablar cómo me puse para ir, como si fuera una cena: campera decuero, pulóver fino, pantalón fino y zapatos nuevos, más un fuerte y exquisitoperfume hasta en las manos, estaba caliente con la ocasión. Y con María Teresa.
 
Fui nomás, llegué y MaríaTeresa me abrazó, me besuqueó y excitoneó con su pintura de labios y perfumefuerte, me hizo pasar al comedor y tras sentarme, me saqué la campera de cueroy la gordota me preparó la merienda con un té rico con miel y los sandwiches demiga que me encantan, de jamón y queso y otras cosas. María Teresa, muy finacomo siempre, saco y pollera, tacos, maquillada, me charlaba mientras meconvidaba un sandwich y ella sostenía uno de jamón crudo y queso roquefort ensu mano. Charlamos, me contó lo que haría en Navidad, de sus hijas, le preguntési usaba la ropa de cuero, me contestó "sííí" con unas ganastremendas, me volvía loco como de costumbre. Y con los de miga con mayonesa meiba estimulando para hacerle alguna cosa. Porque no me iba a ir sin darle.
 
Y así hice, previojuguetearle un poco. Nos besamos, la gordota se entregó gaucha, mimos,caricias, manos, besos, piropos, cositas y a su pieza. María Teresa me acarició,besó, mimó, calentó, le pasé las manos por donde quise y ella gustó, me pasó mimano por su vagina y cola, exploté y le empecé a  manosear y sacarle su ropa. Tere lo mismoconmigo, hasta que quedé en calzón, se me paró y al notarlo, ella me bajó deuna el calzón, mientras se sacó lo suyo. Y cuando quedó en ropita, le pedí quese sacara todo, que quería llenarla de semen, así nomás. María Teresa, gauchacomo nadie, se sacó de una su bombacha y la arrojó en mi cara.
 
Eso me terminó de volar,la agarré, la tiré en la cama y tras subirme con brutalidad, me la cogí por lavagina, haciéndola gemir y gritar. Los gemidos de María Teresa, su piel fina,su aroma a pintura, perfume y crema me volaban. Y obvio que eyaculé terriblesemen en su vagina. María Teresa pegó unos alaridos de placer al sentir milíquido, mientras acababa bien. Nos chupamos todo, yo su concha, ella mi pene,se lo pasé por sus tetas y me hizo estimular para que le eyaculara sobre lasgomas, lo hice y le chupé mi propio semen. María Teresa me pidió que se lasapretara, lo hice, ella flujeó y me hizo tragar su líquido. Y luego pidió porcola, le di por cola y acabé bien adentro suyo. La gordota no paró, máquina desexo como es, y quiso más, me estimuló y le di por vagina y cola de nuevo hastadejarla de cama. Terminé rápido para no tener lío con Juan Carlos, su maridoque en un rato volvía. Satisfecho como loco con la gordota, la besé, mimé yMaría Teresa me regaló una bombacha suya, una cremita y hasta otro fino lápizde labios. Grande la gorda, merienda, los sandwichitos, el cierre del año. Ycon genial yapa: sexo. Qué más.

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