Aparte de que yo la provoco y le doy a mi potra Sandrita, ella también da un lugar de aquéllos. La delgadita pelirroja lacia de silueta perfecta no se queda atrás. Se queda adelante, adelante de mi pija. Vean esta otra que me propinó esta semana.
Estaba yo plácidamente sentadito con mi compu (que me trajo ella de casa para no usar la suya) boludeando con fútbol de qué sé yo. Le había pedido expresamente que no me interrumpiera salvo para algo muy necesario, porque si no se me va la cabeza y termino enganchado en su, ya saben. Sandrita incumplió la cuarentena que le ordené y bien atrevida, loca y gaucha, se vino donde yo estaba y tras abrirse su blusita se soltó el corpiño y me puso sus preciosas y perfectas tetas casi en mi cara. "Ay, Sandra ( sin diminutivo, reguacho) qué hacés, te dije que no me interrumpas", le espeté. Quedé como el orto, no me da más bola pensé. Pero no. La veinteañera respondió perfecta: "Mmm, Diegui, ¿no querés un poquitito de tetas de tu Sandri?", decía su vocecita casi aguda.
Aguda fue la poronga que le metí por respuesta. Claro que quería, no un poco sin o comerme las dos tetas. Me levanté de un salto, le contesté enloquecido "ahora te voy a dar lo que te merecés", la sujeté, llevé contra la heladera (mi sitio favorito para garcharla), la puse de frente y le exprimí, chupé y amasijé bien sus tetas haciéndola gritar y pedir semen como loca. "Ah aaah, Die, dameee, damee por concha amor", pidió. Me bajé todo, pelé pijaza y se la entré fuerte y bruto por donde ella quería, pegándole una frotada loco por su piel suave y encremada como siempre, hasta que no resistí y eyaculé semen a chorros en su vagina. Sandri gritó, gimió, chupó y tragó y me puso sus nalgas en mi cara. "Amor, dame por el culo, partímelo en cuatro", solicitó. Una loca de aquéllas. Obvio se lo dejé a la miseria: con el pene duro, encima en la heladera que me excita, la violé como ella gusta hasta taponarla de espeso y monstruoso semen. Sandrita acabó lindo flujo, me obligó a chuparle la vagina, lamí y tragué con gusto y ella mi pene chorreante. Esta Sandrita, qué cosa loco, no me deja un rato de esparcimiento. Me esparce sus tetas y su cuerpo por el mío. Y yo mi buen semen en ella.
Estaba yo plácidamente sentadito con mi compu (que me trajo ella de casa para no usar la suya) boludeando con fútbol de qué sé yo. Le había pedido expresamente que no me interrumpiera salvo para algo muy necesario, porque si no se me va la cabeza y termino enganchado en su, ya saben. Sandrita incumplió la cuarentena que le ordené y bien atrevida, loca y gaucha, se vino donde yo estaba y tras abrirse su blusita se soltó el corpiño y me puso sus preciosas y perfectas tetas casi en mi cara. "Ay, Sandra ( sin diminutivo, reguacho) qué hacés, te dije que no me interrumpas", le espeté. Quedé como el orto, no me da más bola pensé. Pero no. La veinteañera respondió perfecta: "Mmm, Diegui, ¿no querés un poquitito de tetas de tu Sandri?", decía su vocecita casi aguda.
Aguda fue la poronga que le metí por respuesta. Claro que quería, no un poco sin o comerme las dos tetas. Me levanté de un salto, le contesté enloquecido "ahora te voy a dar lo que te merecés", la sujeté, llevé contra la heladera (mi sitio favorito para garcharla), la puse de frente y le exprimí, chupé y amasijé bien sus tetas haciéndola gritar y pedir semen como loca. "Ah aaah, Die, dameee, damee por concha amor", pidió. Me bajé todo, pelé pijaza y se la entré fuerte y bruto por donde ella quería, pegándole una frotada loco por su piel suave y encremada como siempre, hasta que no resistí y eyaculé semen a chorros en su vagina. Sandri gritó, gimió, chupó y tragó y me puso sus nalgas en mi cara. "Amor, dame por el culo, partímelo en cuatro", solicitó. Una loca de aquéllas. Obvio se lo dejé a la miseria: con el pene duro, encima en la heladera que me excita, la violé como ella gusta hasta taponarla de espeso y monstruoso semen. Sandrita acabó lindo flujo, me obligó a chuparle la vagina, lamí y tragué con gusto y ella mi pene chorreante. Esta Sandrita, qué cosa loco, no me deja un rato de esparcimiento. Me esparce sus tetas y su cuerpo por el mío. Y yo mi buen semen en ella.
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