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Relato erotico: El fin de Semana

EL FIN DE SEMANA


Era sábado y nos dispusimos a viajar con mi marido a una población cercana donde pasaríamos el fin de semana en la casa de descanso de uno de nuestros amigos, ya habíamos ido otras veces y optábamos siempre por quedarnos encerrados viendo tele para descansar de la rutina del trabajo y la ciudad. Llegamos a la casa la cual estaba bien organizada y estaba la muchacha que hacia la limpieza quien nos entregó la llave y se fue inmediatamente ya que tenía ese fin de semana libre hasta ese momento todo parecía indicar que sería otro fin de semana normal y sin ningún tipo de sobresaltos, pero estaba muy distante de la realidad. Al caer la tarde mi marido me dijo que saliéramos a dar una vuelta, accedí con gusto, era una población bastante grande y a pesar de haber ido varias veces no conocíamos nada, caminamos unas calles, ya había oscurecido y decidimos entrar a un bar por el que pasamos una vez, adentro notamos que había buen ambiente, buena música y gente muy, muy agradable a la vista, nos tomamos unas cervezas y pedimos unas dos canciones al joven de la música que entre otras cosas, estaba bien bueno, eso le dije a mi marido, “el de la música esta como quiere”, solo se sonrió y pareció no darle importancia, al lado de nuestra mesa había un grupo de personas, dos parejas y un joven de unos 18 calcule y que no dejaba de mirarme las tetas y el culo cada vez que me levantaba, en realidad los otros también miraban pero como él estaba sin pareja, digamos que lo disimulaba menos. Me pareció bastante imprudente pero no me desagradaba al contrario, mi marido me pregunto si no me había dado cuenta que varios de los hombres que estaban ahí me miraban con ganas de comerme que observara a mí alrededor y le dijera cuales me gustaban obviamente le dije que el muchachito de la otra mesa me parecía interesante porque a pesar de lo imprudente se notaba que nunca seria capas de acercarse y que ya le había dicho que el de la música quien parecía un poco mayor tal vez entre 20 y 22 estaba rebueno. No volvimos a comentar nada decidimos irnos a la casa la verdad estaba empezando a ponerme muy cachonda y él no se quedaba atrás. No espere muy bien entrar a la casa cuando prácticamente yo me le abalance y empecé a besarlo ya con todo el tiempo que llevamos juntos él sabía perfectamente que estaba muy caliente y que esa noche tendríamos sexo del bueno, me quito la blusa de una y empezó a lamerme los senos mmmmm como me gusta, me desabrocho el pantalón y empezó a meter su mano y a sobarme el coño sobre el hilo, nos fuimos a la alcoba donde termine de quitarme el jean yo misma, quede en ropa interior, un bra e hilo negro, estaba realmente ansiosa de sentir una verga adentro, estaba desesperada me recosté en la cama y se abalanzó sobre mí con el bóxer aún puesto continuaba besándome como loco y acariciándome por todos lados, me dijo que había comprado algo en “romances” ese era el nombre de la tienda donde comprábamos algunos jugueticos, no podía esperar a ver que era, cuando me salió con unas esposas, me dijo “ hoy quiero someterte por completo” por alguna razón pensé que eso de las esposas debería tener un trasfondo pero le dije que por mí no
habría problema, que me las pusiera, y así lo hizo me puso los brazos hacia arriba y esposo mis manos a la cama y además saco una venda negra que puso muy hábilmente sobre mis ojos, realmente no podía ver nada, solo sentir y sentí como de inmediato continuo besándome me dijo voy a levantarme para quitarme el bóxer, sentí que se apartó unos segundos y de inmediato volví a sentir sus manos que me tomaban por los pies y empezaban a lamerme y besarme las piernas hasta llegar a mi coño que ya a estas alturas estaba completamente húmedo y con unas ganas locas de ser penetrado, me quito el hilo y sentí su lengua lamiéndome de una manera que nunca antes había sentido estaba plenamente extasiada sintiendo esa lengua lamiendo mi clítoris succionando y hurgando en mi coño con una destreza única, mis caderas se movían al ritmo de sus lamidas, sentí como su lengua me penetraba mientras uno de sus dedos presionaba mi clítoris mmmmmm no pude, ni quise evitar venirme en ese momento, estaba en esas cuando escuche la voz de mi marido justo al lado de mi cara diciéndome quiero que me la chupes, me estremecí por completo, comprendí que no estábamos solos, intente decir algo, pero de inmediato sentí una verga dentro de mi boca y estaba tan cachonda que empecé a lamerla, recorrí toda su extensión con mi lengua casi de inmediato comencé a chupársela empecé a hacerlo lentamente mientras pensaba que había alguien ahí observándonos y haciéndome el mejor sexo oral que me habían hecho en la vida esto en lugar de cohibirme me calentó aún más, y continúe mamándosela mucho más rápido cuando sentí como el que yo suponía era el extraño me alzaba las piernas y parte de mis caderas y me metía su verga de una sola embestida tal fue mi excitación que casi me trago la verga que tenía en la boca hasta la garganta, en ese momento siento unas manos quitándome el bra, acariciándome los senos y segundos después me quitan la venda era mi marido diciéndome “así quería verte” no sé cómo ni en qué momento convenció al joven que ponía la música en el bar y que estaba dándome por el coño con unas ganas, y al otro jovencito que al parecer estaba a punto de venirse con la mamada que le estaba dando, pero sé que no debió costarle mucho a ambos se les notaban las ganas que tenían de comerme, y él al otro lado con su verga tan erecta que parecía que fuera a estallar. En estos momentos ya no pensaba ni me importaba nada solo quería seguir gozando y ser gozada de todas las formas posibles, quería más, mucho más, aún estaba lejos de quedar satisfecha, no paso mucho tiempo cuando el chico derramo su leche en mi boca, me la trague toda y su verga continuo erecta por completo, el otro joven seguía dándome por el coño, su verga entraba y salía con tal fuerza que me hacía gritar de locura y placer, estaba más caliente que nunca y sentía una oleada de placer tras otra y como mi coño se inundaba de leche, no podía mediar palabra, de mi boca solo salían gemidos que se hacían cada vez más fuertes e intensos. Mi marido me dijo que soltaría mis manos, que ahora tendría que hacerle un pequeño favor al más chico porque aún no lo habían desvirgado y le había prometido que yo lo haría, que no lo podía hacer quedar mal, no sé porque cada cosa que pasaba me gustaba y me calentaba más que la anterior, el me miro y supo de inmediato que lo haría, al incorporarme ya el chico estaba sentado en el borde de la cama con su verga parada
esperándome, sin dudarlo un segundo me senté encima de él y me fui introduciendo su verga poco a poco, voltee a ver a mis dos acompañantes quienes estaban observando mientras se masturbaban como locos, como esperando turno, subía y bajaba hasta que mi coño se tragó su verga por completo, los jadeos del chico se hacían más intensos y no podía evitar arrecharme al ver su cara de excitación, se le había hecho el milagrito y de una manera que cualquier chamo de su edad hubiera deseado, empecé a moverme sobre él, primero en círculos con mis manos sobre mi cabeza, luego a subir y bajar rápidamente mientras le empujaba su boca a mis senos para que los lamiera, yo estaba en lo mejor de la faena cuando sentí que mi coño se inundaba ya no solo de mi leche, sino también de la leche del chico, quien estaba tan excitado que realmente no duro lo que yo hubiera querido, pero no tuve tiempo de frustrarme para nada, más tarde en levantarme cuando mi marido ya estaba sentado ocupando el lugar del chico, me senté encima pero esta vez lo empuje hacia la cama y con el acostado con sus pies en el suelo empecé a comérmelo con ansias locas, ¡como estaba de arrecha!, moviéndome sobre él, me incline hacia adelante para darle a nuestro otro invitado un mejor y amplio panorama de mi culo, de inmediato sentí sus manos acariciándome las nalgas y como acomodaba su verga en el orificio de mi culo, sentía como se estremecía todo mi cuerpo, deseaba sentir esa verga por fin penetrándome el culo, pegue un grito de dolor y de placer al sentir como me la metió de una sola embestida, ahora sentía sus dos vergas al mismo tiempo, en mi coño y mi culo, mmmmmm sentía que iba a desfallecer pero no quería parar casi podía sentir como las dos cabezas de sus vergas casi se juntaban en mi interior, ya no podía llevar la cuenta de cuantos orgasmos había logrado alcanzar, en estos instantes los tres estábamos entregados a la lujuria y el placer y nuestros movimientos habían alcanzado una coordinación extraordinaria, sentía como los testículos del joven se estrellaban en mi culo, cada embestida era más fuerte que la anterior me la tenía toda enterrada y yo me enterraba la de mi marido hasta el pegue así tuve mi último orgasmo esa noche mientras sentía como llenaban mi coño y mi culo de leche al mismo tiempo. Fue una noche increíble, que dejaban ver que ese fin de semana que apenas iniciaba, prometía ser inolvidable……


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