Hola mi nombre es Marina, actualmente tengo 29 años, soy tapatía y me encanta el sexo.
Soy una chica blanca, de estatura promedio (1.65), con tetas pequeñas y grandes nalgas. Mis piernas son gruesas y torneadas. No soy una supermodelo, pero me encanta mi cuerpo.
Este relato sucedió hace algunos años cuando iba en preparatoria, con una compañera que estaba en el equipo de volley ball, Priscila. Era una escuela exclusiva de mujeres.
Los entrenamientos de los equipos de volley y basquet se realizaban los sábados por la tardes, yo estaba en el equipo de basquet, ella en el de volley. Usualmente ambos equipos comíamos juntas o salíamos de fiesta después de entrenar.
Ese día terminaron los entrenamientos, agotantes, pero realmente a los 18 años se tiene bastante energía. Después de entrenar tarde un poco en ir a las regaderas, ya que quería aprovechar para entregar unos libros en la biblioteca, por lo cual me entretuve y la mayoría de mis compañeras se retiraron de la escuela antes que yo.
Me dirigí a las regaderas, y detrás de mi Priscila. Era algo normal que todas entráramos a las regaderas, pero en esa ocasión solo estábamos nosotras dos. Comenzamos a platicar, de las clases, los maestros, etc. Me metí al vestidor para desnudarme y ella hizo lo mismo en otro vestidor, seguíamos platicando.
Cuando salí del vestidor tenía la toalla alrededor mío, para ir a las regaderas, pero Priscila estaba completamente desnuda, con sus grandes tetas al aire, sus pezones duros, se dirigió a besarme, le correspondí el beso. Ella realmente me gustaba, era mi usual distracción en los entrenamientos.
En el beso mi toalla fue al suelo, las dos estábamos completamente desnudas. Ella tocaba mis nalgas, yo sus tetas y besaba su cuello. La puse contra la pared y empece a besar sus tetas, mi lengua recorría sus pezones, los mordí, lamí sus tetas mientras ella daba gemidos ahogados.
Las dos nos dirigimos a una de las regaderas, ella puso una mano en mi conchita, estaba completamente depilada igual que la de ella, yo abrí las piernas para darle paso, jugaba con mi clítoris, introducía sus dedos dentro de mi, yo empece a hacer lo mismo con ella. Las dos nos dábamos placer con nuestras manos, mientras nuestras bocas se unían.
En eso ella se bajo, subí la pierna a la pared, y empezó a lamer mi concha, mientras sus dedos penetraban dentro de mi. Mi placer estaba al máximo, sentía que no soportaba más, y ella seguía, hasta que no pude más y termine en su boca. Se levanto y me besó, con el sabor de mi orgasmo. Pero no podía dejar que solo yo disfrutará, abrí sus piernas y metí mi cara entre ellas. Fue la primera vez que probé una vagina, sabía delicioso, primero la lamí, mi lengua jugo con su clítoris, mi dedo empezó a jugar dentro de ella. Mientras la veía a los ojos, su cara de placer, sus hermosas tetas, yo seguía haciéndole un oral, hasta que se vino en mi boca.
Ahora las dos sabíamos a orgasmos, nos seguimos besando y masturbando. Abrimos la regadera para bañarnos, pase el jabón entre sus tetas, entre sus nalgas, recorrí todo su cuerpo, y ella el mío, seguíamos calientes, queríamos más. Nos bañamos por completo, nos dirigimos a los vestidores, metí mis cosas a su vestidos, y continuamos ella se detuvo un momento, abrió su mochila y saco un vibrador de ella. - Quiero verte mientras te das placer - me dijo. Me senté, tome el vibrador, lo encendí, abrí mis piernas lo más que pude para que ella viera todo, y comencé a masajear mi clitorís con el vibrador, lo metía a mi vagina, y así iba cambiando, mientras ella observaba también se masturbaba frente a mi. Nos dábamos placer viéndonos a la cara, yo no podía más me iba a venir, pero ella me detuvo, agarro el vibrador y me lo empezó a meter y sacar de mi concha, mientras yo con mi mano frotaba mi clítoris. Mi orgasmo me calentó todo el cuerpo, esa vez salieron chorros de mi, fue un squirt, el primero que tuve en mi vida, y ella se tomaba mis jugos. Me dejo agotada, con las piernas abiertas. Priscila tomo el vibrador y lo empezó usar en ella, vi en su cara que el orgasmo se acercaba, me dirigía sus tetas, las metí en mi boca, mientras tocaba su clítoris, hasta que llego al orgasmos.
Todo olía a sexo. Nos vestimos y nos dirigimos a su casa para continuar nuestra tarde sexual.
Espero les haya gustado este relato, tanto como a mi revivirlo. ¿Quieren saber lo que paso esa tarde?
XOXO
Soy una chica blanca, de estatura promedio (1.65), con tetas pequeñas y grandes nalgas. Mis piernas son gruesas y torneadas. No soy una supermodelo, pero me encanta mi cuerpo.
Este relato sucedió hace algunos años cuando iba en preparatoria, con una compañera que estaba en el equipo de volley ball, Priscila. Era una escuela exclusiva de mujeres.
Los entrenamientos de los equipos de volley y basquet se realizaban los sábados por la tardes, yo estaba en el equipo de basquet, ella en el de volley. Usualmente ambos equipos comíamos juntas o salíamos de fiesta después de entrenar.
Ese día terminaron los entrenamientos, agotantes, pero realmente a los 18 años se tiene bastante energía. Después de entrenar tarde un poco en ir a las regaderas, ya que quería aprovechar para entregar unos libros en la biblioteca, por lo cual me entretuve y la mayoría de mis compañeras se retiraron de la escuela antes que yo.
Me dirigí a las regaderas, y detrás de mi Priscila. Era algo normal que todas entráramos a las regaderas, pero en esa ocasión solo estábamos nosotras dos. Comenzamos a platicar, de las clases, los maestros, etc. Me metí al vestidor para desnudarme y ella hizo lo mismo en otro vestidor, seguíamos platicando.
Cuando salí del vestidor tenía la toalla alrededor mío, para ir a las regaderas, pero Priscila estaba completamente desnuda, con sus grandes tetas al aire, sus pezones duros, se dirigió a besarme, le correspondí el beso. Ella realmente me gustaba, era mi usual distracción en los entrenamientos.
En el beso mi toalla fue al suelo, las dos estábamos completamente desnudas. Ella tocaba mis nalgas, yo sus tetas y besaba su cuello. La puse contra la pared y empece a besar sus tetas, mi lengua recorría sus pezones, los mordí, lamí sus tetas mientras ella daba gemidos ahogados.
Las dos nos dirigimos a una de las regaderas, ella puso una mano en mi conchita, estaba completamente depilada igual que la de ella, yo abrí las piernas para darle paso, jugaba con mi clítoris, introducía sus dedos dentro de mi, yo empece a hacer lo mismo con ella. Las dos nos dábamos placer con nuestras manos, mientras nuestras bocas se unían.
En eso ella se bajo, subí la pierna a la pared, y empezó a lamer mi concha, mientras sus dedos penetraban dentro de mi. Mi placer estaba al máximo, sentía que no soportaba más, y ella seguía, hasta que no pude más y termine en su boca. Se levanto y me besó, con el sabor de mi orgasmo. Pero no podía dejar que solo yo disfrutará, abrí sus piernas y metí mi cara entre ellas. Fue la primera vez que probé una vagina, sabía delicioso, primero la lamí, mi lengua jugo con su clítoris, mi dedo empezó a jugar dentro de ella. Mientras la veía a los ojos, su cara de placer, sus hermosas tetas, yo seguía haciéndole un oral, hasta que se vino en mi boca.
Ahora las dos sabíamos a orgasmos, nos seguimos besando y masturbando. Abrimos la regadera para bañarnos, pase el jabón entre sus tetas, entre sus nalgas, recorrí todo su cuerpo, y ella el mío, seguíamos calientes, queríamos más. Nos bañamos por completo, nos dirigimos a los vestidores, metí mis cosas a su vestidos, y continuamos ella se detuvo un momento, abrió su mochila y saco un vibrador de ella. - Quiero verte mientras te das placer - me dijo. Me senté, tome el vibrador, lo encendí, abrí mis piernas lo más que pude para que ella viera todo, y comencé a masajear mi clitorís con el vibrador, lo metía a mi vagina, y así iba cambiando, mientras ella observaba también se masturbaba frente a mi. Nos dábamos placer viéndonos a la cara, yo no podía más me iba a venir, pero ella me detuvo, agarro el vibrador y me lo empezó a meter y sacar de mi concha, mientras yo con mi mano frotaba mi clítoris. Mi orgasmo me calentó todo el cuerpo, esa vez salieron chorros de mi, fue un squirt, el primero que tuve en mi vida, y ella se tomaba mis jugos. Me dejo agotada, con las piernas abiertas. Priscila tomo el vibrador y lo empezó usar en ella, vi en su cara que el orgasmo se acercaba, me dirigía sus tetas, las metí en mi boca, mientras tocaba su clítoris, hasta que llego al orgasmos.
Todo olía a sexo. Nos vestimos y nos dirigimos a su casa para continuar nuestra tarde sexual.
Espero les haya gustado este relato, tanto como a mi revivirlo. ¿Quieren saber lo que paso esa tarde?
XOXO
3 comentarios - En las regaderas del cole
la verdad k m gusto bastanta y m calento imaginar tu cuerpo y el de ella
y si m gustaria saber k pado x la tade