Mi relación con Mica estaba en la curva final, habían muchas peleas, vacíos e incluso yo sabía que estaba apareciendo una tercera persona cada vez más seguido.
Ella tenía una amiga íntima, Ailén, no tenía demasiada relación conmigo, de hecho siempre pensé que no le caía bien, cada vez que venía a casa, me miraba mal o directamente me ignoraba.
Hacía unos meses que venía todo en picada, justo había decidido comer más sano e ir de vez en cuando al gimnasio para ponerme en forma.
Ailén empezó a observarme más cuando nos cruzábamos en casa e incluso se le notaba una leve sonrisa cada vez intercambiábamos miradas.
Sé que ella estaba motivando a Mica a que me deje de una vez por todas, por eso tenía mis reparos hacia ella.
Un día, Mica no podía bajar a abrirle cuando Ailén se estaba yendo, así que me pidió que yo lo hiciera. Fue un momento incómodo, debo admitir, sobre todo en el ascensor, ambos en silencio. Finalmente llegamos hasta la puerta de entrada y nos saludamos educadamente, pero en el beso de despedida, llegó a besarme la comisura de los labios y se detuvo allí un muy breve instante, sin decir nada. Se retiró con el mismo silencio. Yo me quedé pensando que había sido un accidente, suele pasar que uno calcula mal un beso.
Pasaron varias semanas, Mica y yo fuimos invitados a una fiesta del trabajo de ella. Nuestra relación no era la mejor, pero era posible sobrellevar un evento de esa magnitud sin ningún escándalo de por medio. Así que asistimos, yo no conocía mucha gente de ese entorno, así que me quedé sentado en la barra tomando algo mientras observaba el panorama. Bailamos en grupo un rato largo y Mica me dijo que se reunía con amigas en otro lugar, cerca de ahí (yo sabía que se iba a encontrar con el tipo con el que estaba saliendo a escondidas). Yo le dije que me quedaba un rato y que luego iba para casa.
Así fue que partió a su nuevo destino y yo me quedé en la barra terminando mí trago lentamente.
Noté que alguien se acercaba a mí mirándome fijamente. Era Ailén, medio sonriente. No la había reconocido, estaba con un vestido negro ajustado que le quedaba muy bien. Nunca la había visto en un contexto que no sea el de entre casa, vestida con ropa suelta y poco llamativa. Esta vez observé la otra cara de Ailén, insinuante, atractiva, su vestido era corto y pegado al cuerpo. Ella es de estatura baja, bastante blanca, pelo negro largo, unos ojos marrones oscuros muy bonitos que hacía lucir con muy buen maquillaje.
Estaba verbalmente suelta, lo primero que me dijo fue:
Hola, Mica ya se fue para la "otra" fiesta? - pregunta irónicamente
Yo: "si, yo termino este trago y me voy a casa" - respondo sin seguirle el juego.
Ailén: "Te dejó aquí tirado, deberías empezar a acostumbrarte" - resalta con cierta maldad
Yo: "Ya lo sé, no soy tan ingenuo"
Ailén: "Y qué pensás hacer?"
Yo: "Tengo algunas cosas en mente"
Ailén: "Qué cosas tenés en mente?" - pregunta desafiándome y cada vez más cerca
Yo: "No te lo voy a decir a vos, no sos mí amiga ni nada" - respondo alejándome un poco.
Ailén: "Podemos empezar una amistad muy linda" - propone con una sonrisa picaresca.
Yo: "Sé que me odias, cómo harías para ganarte mí confianza y yo la tuya?" - entro en su juego para ver hasta dónde llega.
Ailén: "No te odio! De dónde sacaste eso? Que no te diste cuenta del besito que te dí el otro día en la puerta?"
Yo: "Ah! Fue a propósito? Pensaba que había sido un accidente!"
Ailén: "Ningún accidente!" - exclama acercándose a unos centímetros de mí boca. "Para empezar nuestra amistad, necesitamos generar un vínculo".
Yo: "Ah, si? Qué vínculo?" - desafío agachándome mirando sus labios muy de cerca.
Ailén: "Empecemos por ésto" - exclama agarrándome la cabeza y dándome un beso intenso, al cual yo respondo trayéndola hacia mí con una mano en la cintura y otra agarrando su cabeza. En pocos minutos nuestras lenguas comenzaron a entrelazarse cada vez más mientras las manos de ambos repartían caricias y apretones. Una de sus manos bajó hasta mí entrepierna en uno de sus recorridos y lentamente comenzó a frotar mí pene totalmente tieso por encima del pantalón. Despega su boca de la mía y me dice - "va a ser mejor que vayamos a otro lado a seguir vinculándonos" - se ríe. Yo hecho un fuego asiento con una sonrisa de par en par.
Salimos de la fiesta abrazados y nos dirigimos hasta un telo. Pedimos el tiempo mínimo porque ya tenía que volver a casa. Así que nos apresuramos en desvestirnos mientras nos besábamos, yo me puse un preservativo, Ailén se acostó abriendo las piernas y lentamente la penetré. Ella gemía mientras yo entraba cada vez más profundo hasta que quedó toda adentro. En ese momento nos unimos en un beso comenzando a movernos con bastante prisa, ya que no sobraba el tiempo. Me detuve y le pedí que ella asuma el mando sobre mi, así que se sentó encima mío y comenzó a moverse de una manera magistral, mientras acariciaba mí pecho y gemía cada vez más fuerte, hasta que tuvo un hermoso orgasmo que la hizo detener y caer a mí lado. Esperamos un ratito, me puse sobre ella y la penetré nuevamente embistiendo con fuerza hasta que eyaculé intensamente. Nos quedamos besándonos un rato hasta que se hizo la hora y cada uno fue hasta su casa.
Pasaron semanas y no nos vimos más, no estaba viniendo a casa y por ende, no había otra forma de tener contacto con ella, sería muy raro que le pidiera el número a Mica.
Un día, después del mediodía, suena el timbre, atiendo desconcertado y era Ailén, le digo que Mica no estaba, que estaba trabajando y que regresa a la tarde. Ella contesta que la iba a esperar, a lo que yo le respondí que faltaban varias horas para que llegue y ella responde que "hay formas de pasar el tiempo". Confieso que me sorprendía el morbo que tenía y a la vez me excitaba demasiado.
Bajo a recibirla, me da un beso en la mejilla y nos dirigimos hacía el ascensor. Una vez dentro, se lanza sobre mí y empezamos a besarnos con mucha intensidad. Me dice que tenía muchas ganas de seguir lo del otro día, pero con más tiempo. Yo la detengo un poco diciéndole que no tenía condones, ya que hacía mucho tiempo no hacía nada con Mica, a lo que ella responde "eso tiene solución y muy rica". Cuando llegamos al departamento, tenía el pene hecho una piedra, nos apoyamos en el sofá y Ailén me bajó el pantalón y el boxer de una vez arrodillándose para agarrarme la verga y metérsela en la boca. Era indescriptible cómo la chupaba, con una delicadeza increíble. Por momentos se la sacaba de la boca y me miraba sonriendo mientras seguía masturbándome con la mano y se la volvía a meter. En un momento se detiene y me dice " también me gusta por la cola, eh?". Mí cara se desfiguró de lujuria, la levanté, le saqué el pantalón y la bombacha y ella sola se puso en cuatro en el sofá. Estaba tan iluminado el living que podía ver su vagina toda mojada, no me pude contener y pasé mí lengua para limpiar su fluido y luego comencé a dilatar su ano con mucho cuidado con mí lengua y con mis dedos. Una vez abierto, lentamente fui introduciendo mí pene en su apretado agujero, al principio se quejaba un poco, así que se la sacaba unos centímetros y así hasta que logré metérsela toda y empecé a moverme lentamente. En el momento en que estaba acelerando, ella me confiesa entre gemidos que sabía muchas cosas que hacíamos con Mica, una de ellas era coger en ese sofá y admitió que le excitaba mucho estar allí ahora. Me podía el morbo! Así que le saqué el pene, la llevé hasta el dormitorio y le pregunto "y que sentís si te clavo en el mismo cuarto?". Ella se acuesta boca arriba en una esquina de la cama, levanta sus piernas juntas y me dice "hacelo ya". Coloqué sus piernas juntas en mí hombro y se la metí bruscamente entera, ella se queja un momento pero luego comienza a gemir nuevamente alentándome, pidiendo más rudeza. No tardé en acabar y llenarle el recto de semen, luego nos quedamos acostados un rato largo, con caricias y besos de por medio, hasta que volvió mí erección, pero esta vez fue todo más suave. La penetré por el ano de nuevo, suavemente de costado, acariciándole los pechos que terminé de desnudar, frotando su clítoris y además le besaba el cuello. Fue así que lentamente fue llegando a un rico orgasmo y luego de eso, se sacó el pene y se lo metió en la boca hasta que comencé a eyacular en ella tragándose todo.
Cuando nos dimos cuenta, ya estaba por llegar Mica a casa, así que rápidamente nos arreglamos, puse agua para tomar algo y en un momento llegó Mica. Yo no me quedé en la charla, pero cuando se estaba yendo Ailén, me ofrecí a bajar con la excusa de que de paso compraba algo. Así que cuando llegamos a la puerta de entrada nos dimos un enorme beso en el que podía sentir aún el semen que se había tragado y cuando separó su boca de la mía dijo ríendo - "viste qué linda amistad?"-.
Pasó más o menos un mes sin noticias de ella, una vez más me había olvidado de pedirle el número de teléfono. Pero cuando menos lo esperaba, me llega un mensaje de un número que no tenía registrado, era ella que me invitaba a su casa el fin de semana, que Mica iba a estar con "amigas". Acepté por supuesto.
Cuando llegué, me recibió con un beso largo y subimos a su departamento abrazados. Cuando llegamos, ella estaba preparando algo para comer, me dio ternura su actitud, la volví a besar y ya no hubo vuelta atrás. Solamente se detuvo para apagar el fuego de la cocina y dijo "esto puede esperar un poco". Me llevó hasta su habitación a los besos y cuando llegamos a la cama nos empezamos a desnudar, sin prisa pero sin detenerse. Esa fue la primera vez que la pude observar en detalle; su piel blanca es muy suave, delicada, tiene varios tatuajes que no había visto antes, huele increíblemente bien, sus pechos son pequeños pero firmes, sus pezones rosados y duros. Ya completamente desnuda la recosté en su cama, abrí sus piernas y pude ver su rosada vagina depilada, solo tenía un pequeño triángulo de vello más arriba del clítoris. Estaba completamente húmeda, así que no me resistí en saborear su vagina con toda calma mientras ella me agarraba el pelo manejando la intensidad. Me pide que me de vuelta y suba a la cama para hacer un 69, yo obedezco y dejo mí pene sobre su cara para que ella se lo meta en la boca. Con sus manos empujaba mis nalgas hacia su cara para que le meta la verga más adentro de su boca, en un momento se la traga casi toda, yo no perdía el ritmo con su concha riquísima. Me pidió por favor que se la meta, me di vuelta y busqué mí pantalón para sacar el condón, pero ella me detuvo y me dijo que quería coger sin nada, que ella estaba tomando pastillas. Así que penetré su suave vagina hasta el fondo y comencé a moverme abrazándola y besándola, ella ya estaba cerca de su primer orgasmo, entonces comenzó a rasguñar mí espalda con jadeos intensos hasta que explotó e hizo que desacelere un poco. Había un río dentro de ella, cada vez estaba más lubricada, su interior se sentía cada vez más placentero, ese era mí lugar, no me quería mover de ahí. Luego de unos minutos comencé a sentir que yo estaba por acabar, ella empezó a alentarme para que la llene de leche hasta que finalmente lo hice. Descargué una gran cantidad de semen dentro de su vagina y me quedé ahí, abrazado a ella.
Después de un rato me preguntó si quería comer algo y yo le respondí que sí. Ella se levantó y se fue a la cocina y terminó de cocinar prácticamente desnuda. "Yo pensaba volver a casa, pero con el postre que se viene, me parece que me quedo a vivir aquí" - le digo pícaramente. Ella se da vuelta y responde "Yo te diría que te olvides de esa casa ya y que recuerdes que acá te dan de comer y de coger rico". Y finalmente decidí quedarme todo el fin de semana con ella, con buen sexo y cariño. Las sesiones se fueron repitiendo cada vez más seguido. Con Mica nos habíamos separado totalmente, así que no tenía problemas en quedarme hasta semanas enteras con Ailén.
Hasta nos fuimos de vacaciones juntos un par de veces....
Ella tenía una amiga íntima, Ailén, no tenía demasiada relación conmigo, de hecho siempre pensé que no le caía bien, cada vez que venía a casa, me miraba mal o directamente me ignoraba.
Hacía unos meses que venía todo en picada, justo había decidido comer más sano e ir de vez en cuando al gimnasio para ponerme en forma.
Ailén empezó a observarme más cuando nos cruzábamos en casa e incluso se le notaba una leve sonrisa cada vez intercambiábamos miradas.
Sé que ella estaba motivando a Mica a que me deje de una vez por todas, por eso tenía mis reparos hacia ella.
Un día, Mica no podía bajar a abrirle cuando Ailén se estaba yendo, así que me pidió que yo lo hiciera. Fue un momento incómodo, debo admitir, sobre todo en el ascensor, ambos en silencio. Finalmente llegamos hasta la puerta de entrada y nos saludamos educadamente, pero en el beso de despedida, llegó a besarme la comisura de los labios y se detuvo allí un muy breve instante, sin decir nada. Se retiró con el mismo silencio. Yo me quedé pensando que había sido un accidente, suele pasar que uno calcula mal un beso.
Pasaron varias semanas, Mica y yo fuimos invitados a una fiesta del trabajo de ella. Nuestra relación no era la mejor, pero era posible sobrellevar un evento de esa magnitud sin ningún escándalo de por medio. Así que asistimos, yo no conocía mucha gente de ese entorno, así que me quedé sentado en la barra tomando algo mientras observaba el panorama. Bailamos en grupo un rato largo y Mica me dijo que se reunía con amigas en otro lugar, cerca de ahí (yo sabía que se iba a encontrar con el tipo con el que estaba saliendo a escondidas). Yo le dije que me quedaba un rato y que luego iba para casa.
Así fue que partió a su nuevo destino y yo me quedé en la barra terminando mí trago lentamente.
Noté que alguien se acercaba a mí mirándome fijamente. Era Ailén, medio sonriente. No la había reconocido, estaba con un vestido negro ajustado que le quedaba muy bien. Nunca la había visto en un contexto que no sea el de entre casa, vestida con ropa suelta y poco llamativa. Esta vez observé la otra cara de Ailén, insinuante, atractiva, su vestido era corto y pegado al cuerpo. Ella es de estatura baja, bastante blanca, pelo negro largo, unos ojos marrones oscuros muy bonitos que hacía lucir con muy buen maquillaje.
Estaba verbalmente suelta, lo primero que me dijo fue:
Hola, Mica ya se fue para la "otra" fiesta? - pregunta irónicamente
Yo: "si, yo termino este trago y me voy a casa" - respondo sin seguirle el juego.
Ailén: "Te dejó aquí tirado, deberías empezar a acostumbrarte" - resalta con cierta maldad
Yo: "Ya lo sé, no soy tan ingenuo"
Ailén: "Y qué pensás hacer?"
Yo: "Tengo algunas cosas en mente"
Ailén: "Qué cosas tenés en mente?" - pregunta desafiándome y cada vez más cerca
Yo: "No te lo voy a decir a vos, no sos mí amiga ni nada" - respondo alejándome un poco.
Ailén: "Podemos empezar una amistad muy linda" - propone con una sonrisa picaresca.
Yo: "Sé que me odias, cómo harías para ganarte mí confianza y yo la tuya?" - entro en su juego para ver hasta dónde llega.
Ailén: "No te odio! De dónde sacaste eso? Que no te diste cuenta del besito que te dí el otro día en la puerta?"
Yo: "Ah! Fue a propósito? Pensaba que había sido un accidente!"
Ailén: "Ningún accidente!" - exclama acercándose a unos centímetros de mí boca. "Para empezar nuestra amistad, necesitamos generar un vínculo".
Yo: "Ah, si? Qué vínculo?" - desafío agachándome mirando sus labios muy de cerca.
Ailén: "Empecemos por ésto" - exclama agarrándome la cabeza y dándome un beso intenso, al cual yo respondo trayéndola hacia mí con una mano en la cintura y otra agarrando su cabeza. En pocos minutos nuestras lenguas comenzaron a entrelazarse cada vez más mientras las manos de ambos repartían caricias y apretones. Una de sus manos bajó hasta mí entrepierna en uno de sus recorridos y lentamente comenzó a frotar mí pene totalmente tieso por encima del pantalón. Despega su boca de la mía y me dice - "va a ser mejor que vayamos a otro lado a seguir vinculándonos" - se ríe. Yo hecho un fuego asiento con una sonrisa de par en par.
Salimos de la fiesta abrazados y nos dirigimos hasta un telo. Pedimos el tiempo mínimo porque ya tenía que volver a casa. Así que nos apresuramos en desvestirnos mientras nos besábamos, yo me puse un preservativo, Ailén se acostó abriendo las piernas y lentamente la penetré. Ella gemía mientras yo entraba cada vez más profundo hasta que quedó toda adentro. En ese momento nos unimos en un beso comenzando a movernos con bastante prisa, ya que no sobraba el tiempo. Me detuve y le pedí que ella asuma el mando sobre mi, así que se sentó encima mío y comenzó a moverse de una manera magistral, mientras acariciaba mí pecho y gemía cada vez más fuerte, hasta que tuvo un hermoso orgasmo que la hizo detener y caer a mí lado. Esperamos un ratito, me puse sobre ella y la penetré nuevamente embistiendo con fuerza hasta que eyaculé intensamente. Nos quedamos besándonos un rato hasta que se hizo la hora y cada uno fue hasta su casa.
Pasaron semanas y no nos vimos más, no estaba viniendo a casa y por ende, no había otra forma de tener contacto con ella, sería muy raro que le pidiera el número a Mica.
Un día, después del mediodía, suena el timbre, atiendo desconcertado y era Ailén, le digo que Mica no estaba, que estaba trabajando y que regresa a la tarde. Ella contesta que la iba a esperar, a lo que yo le respondí que faltaban varias horas para que llegue y ella responde que "hay formas de pasar el tiempo". Confieso que me sorprendía el morbo que tenía y a la vez me excitaba demasiado.
Bajo a recibirla, me da un beso en la mejilla y nos dirigimos hacía el ascensor. Una vez dentro, se lanza sobre mí y empezamos a besarnos con mucha intensidad. Me dice que tenía muchas ganas de seguir lo del otro día, pero con más tiempo. Yo la detengo un poco diciéndole que no tenía condones, ya que hacía mucho tiempo no hacía nada con Mica, a lo que ella responde "eso tiene solución y muy rica". Cuando llegamos al departamento, tenía el pene hecho una piedra, nos apoyamos en el sofá y Ailén me bajó el pantalón y el boxer de una vez arrodillándose para agarrarme la verga y metérsela en la boca. Era indescriptible cómo la chupaba, con una delicadeza increíble. Por momentos se la sacaba de la boca y me miraba sonriendo mientras seguía masturbándome con la mano y se la volvía a meter. En un momento se detiene y me dice " también me gusta por la cola, eh?". Mí cara se desfiguró de lujuria, la levanté, le saqué el pantalón y la bombacha y ella sola se puso en cuatro en el sofá. Estaba tan iluminado el living que podía ver su vagina toda mojada, no me pude contener y pasé mí lengua para limpiar su fluido y luego comencé a dilatar su ano con mucho cuidado con mí lengua y con mis dedos. Una vez abierto, lentamente fui introduciendo mí pene en su apretado agujero, al principio se quejaba un poco, así que se la sacaba unos centímetros y así hasta que logré metérsela toda y empecé a moverme lentamente. En el momento en que estaba acelerando, ella me confiesa entre gemidos que sabía muchas cosas que hacíamos con Mica, una de ellas era coger en ese sofá y admitió que le excitaba mucho estar allí ahora. Me podía el morbo! Así que le saqué el pene, la llevé hasta el dormitorio y le pregunto "y que sentís si te clavo en el mismo cuarto?". Ella se acuesta boca arriba en una esquina de la cama, levanta sus piernas juntas y me dice "hacelo ya". Coloqué sus piernas juntas en mí hombro y se la metí bruscamente entera, ella se queja un momento pero luego comienza a gemir nuevamente alentándome, pidiendo más rudeza. No tardé en acabar y llenarle el recto de semen, luego nos quedamos acostados un rato largo, con caricias y besos de por medio, hasta que volvió mí erección, pero esta vez fue todo más suave. La penetré por el ano de nuevo, suavemente de costado, acariciándole los pechos que terminé de desnudar, frotando su clítoris y además le besaba el cuello. Fue así que lentamente fue llegando a un rico orgasmo y luego de eso, se sacó el pene y se lo metió en la boca hasta que comencé a eyacular en ella tragándose todo.
Cuando nos dimos cuenta, ya estaba por llegar Mica a casa, así que rápidamente nos arreglamos, puse agua para tomar algo y en un momento llegó Mica. Yo no me quedé en la charla, pero cuando se estaba yendo Ailén, me ofrecí a bajar con la excusa de que de paso compraba algo. Así que cuando llegamos a la puerta de entrada nos dimos un enorme beso en el que podía sentir aún el semen que se había tragado y cuando separó su boca de la mía dijo ríendo - "viste qué linda amistad?"-.
Pasó más o menos un mes sin noticias de ella, una vez más me había olvidado de pedirle el número de teléfono. Pero cuando menos lo esperaba, me llega un mensaje de un número que no tenía registrado, era ella que me invitaba a su casa el fin de semana, que Mica iba a estar con "amigas". Acepté por supuesto.
Cuando llegué, me recibió con un beso largo y subimos a su departamento abrazados. Cuando llegamos, ella estaba preparando algo para comer, me dio ternura su actitud, la volví a besar y ya no hubo vuelta atrás. Solamente se detuvo para apagar el fuego de la cocina y dijo "esto puede esperar un poco". Me llevó hasta su habitación a los besos y cuando llegamos a la cama nos empezamos a desnudar, sin prisa pero sin detenerse. Esa fue la primera vez que la pude observar en detalle; su piel blanca es muy suave, delicada, tiene varios tatuajes que no había visto antes, huele increíblemente bien, sus pechos son pequeños pero firmes, sus pezones rosados y duros. Ya completamente desnuda la recosté en su cama, abrí sus piernas y pude ver su rosada vagina depilada, solo tenía un pequeño triángulo de vello más arriba del clítoris. Estaba completamente húmeda, así que no me resistí en saborear su vagina con toda calma mientras ella me agarraba el pelo manejando la intensidad. Me pide que me de vuelta y suba a la cama para hacer un 69, yo obedezco y dejo mí pene sobre su cara para que ella se lo meta en la boca. Con sus manos empujaba mis nalgas hacia su cara para que le meta la verga más adentro de su boca, en un momento se la traga casi toda, yo no perdía el ritmo con su concha riquísima. Me pidió por favor que se la meta, me di vuelta y busqué mí pantalón para sacar el condón, pero ella me detuvo y me dijo que quería coger sin nada, que ella estaba tomando pastillas. Así que penetré su suave vagina hasta el fondo y comencé a moverme abrazándola y besándola, ella ya estaba cerca de su primer orgasmo, entonces comenzó a rasguñar mí espalda con jadeos intensos hasta que explotó e hizo que desacelere un poco. Había un río dentro de ella, cada vez estaba más lubricada, su interior se sentía cada vez más placentero, ese era mí lugar, no me quería mover de ahí. Luego de unos minutos comencé a sentir que yo estaba por acabar, ella empezó a alentarme para que la llene de leche hasta que finalmente lo hice. Descargué una gran cantidad de semen dentro de su vagina y me quedé ahí, abrazado a ella.
Después de un rato me preguntó si quería comer algo y yo le respondí que sí. Ella se levantó y se fue a la cocina y terminó de cocinar prácticamente desnuda. "Yo pensaba volver a casa, pero con el postre que se viene, me parece que me quedo a vivir aquí" - le digo pícaramente. Ella se da vuelta y responde "Yo te diría que te olvides de esa casa ya y que recuerdes que acá te dan de comer y de coger rico". Y finalmente decidí quedarme todo el fin de semana con ella, con buen sexo y cariño. Las sesiones se fueron repitiendo cada vez más seguido. Con Mica nos habíamos separado totalmente, así que no tenía problemas en quedarme hasta semanas enteras con Ailén.
Hasta nos fuimos de vacaciones juntos un par de veces....
16 comentarios - La amiga de mi ex