Ella era un poco gordita, bueno la conocían como la “gordi buena” el tipo con el que clasifican a las mujeres llenitas, pero con cosas grandes.
Nunca supe su nombre, solo que le decían la “Arquitecta” y era amiga de mi esposa para variar, pero lo que nos se daba cuenta es que ella miraba a mi esposa con cara libidinosa, como si estuviera viendo a cualquier hombre, ver a mi esposa.
El caso es que esta mujer era muy chicle con Lety, cada que al veía la abrazaba, la tomaba de la mano, admito que me ilusionaba la idea de verlas cogiendo, pero Lety decía que era solo su amiga.
Una ocasión, la encontramos en la calle y como Lety y yo compramos una botella, la invito, al principio estaba en desacuerdo, pero al final, no me opuse, total, igual se iba rápido.
Esa noche la “Arquitecta” se veía bien, traía unos jeans entallados que marcaban su encaje, además su blusa gris escotada mostraba unas grandes tetas, el verla así, empezó a incitarme pensamientos eróticos.
La noche transcurrió entre risas y platicas que poco a poco fue subiendo el tono.
Finalmente, ya la madrugada, Lety estaba muy ebria y como ese día estuvo agotador, termino pro quedarse dormida en el sofá, por otro lado, la “Arquitecta” aún estaba despierta pero ya dominada por el alcohol, fue entonces que con la excitación y las copas de más lleve a cabo la acción que se merecía esa mujer.
La tome de la mano, la lleve a mi recamara, ella que apenas si se sostenía, no me batallo nada cuando la acosté y le comencé a quitar el pantalón.
A: ¡Espera, que haces!
L: ¡Shhh!! ¡Despertaras a mi esposa!
A: ¡Lety!! ¡Que me vas hacer!
L: ¡Sabia que te gustaba mi mujer, que puta eres!
Comencé a lamerle sus carnoso y blancos muslos, ella gemía y me apretaba la cabeza, la confusión que le generaba el alcohol le hacía creer que era Lety y sus deseos los expresaba con la boca.
Me quité la ropa, y terminé por desnudarla, emparejé un poco mi puerta, y bajé a su peluda concha.
A: ¡Mmm, uf!!
L: ¡La tienes peludisima!!
A: ¡Ah, uhm!!
L: ¡Pero sabe rica!
La “Arquitecta” gemía y me apretaba la cabeza, yo con mis manos jugaba sus duros pezones, que, en contraste con su color de piel, eran oscuros como chocolate.
Fue entonces que lleve mi verga a su boca ella confundida la abrió y decía entre sueños “las mujeres no tiene pene”, fue entonces que la tome de la cabeza y le dije que era Luis y que pagaría por desear a mi mujer y con violencia empecé a follar su boca.
Ella no lo podía evitar, mi verga entraba y salía de su boca con fiereza que apenas si podía respirar, sentía como la ahogaba, pero no me detenía, en un momento me metí tanto ene so que pensé que la había ahogado, pero cuando lanzo un suspiro me alivié y le seguí follando su boca de lesbiana.
L: ¡Uhm, que rico mamas!
Una vez que mi verga estaba súper dura, le abrí las piernas y la penetre de un solo golpe, ella lanzo un gemido magistral, por un momento pensé que había despertado a Lety, pero no lo hizo, entonces comencé a embestirla con fiereza.
L: ¡Toma, uhm, toma!
A: ¡Ah, uhm, ah!
L: ¡Eso perra, gime!
A: ¡Mas, uhm!
La puse en cuatro, la tomé de sus nalgas y al penetraba con fuerza, el movimiento de mi lujuria estaba haciéndola gemir y jadear, ella movía sus nalgas, me apretaba las mías para que no se la sacara, se comía con facilidad mi verga grande.
L: ¡Uf, toma, uhm!
A: ¡Así, que rico, uhm!
L: ¡No sabes cuánto te deseaba!
A: ¡Ah, que rico!!
Me senté en la orilla de mi cama y la puse a darse sentones, la “Arquitecta sabia como hacerlo, me dejaba claro que era buena cogiendo y que más que lesbiana era bisexual.
La tenía encima de mí moviendo riquísimo su cadera, mientras tanto con mis dedos acariciaban su clítoris y sus tetas, unos besos en su cuello acompañaban más el acto sexual y mientras tanto Lety seguía dormida.
A: ¡Mas, así, uhm!
L: ¡Toma, uhm!
A: ¡Que dura y grande!!
L: ¡Aquí esta ara cuando gustes!
A pesar del ruido de la cama mi mujer seguía dormida y su amiga bisexual estaba encima de mí cabalgándome delicioso.
La “Arquitecta” tenía estilo en su licuadora, mi verga era triturada de una forma fenomenal, le mamaba sus ricas tetas, que eran duras y grandes, ella me besaba, estaba claro que solo fingió estar ebria y deseaba tener mi verga dentro de ella.
A: ¡Que rico, coges maravilloso!
L: ¡Tu igual! ¡Que rico mueves tu cuerpo!
A: ¡Me gusta tu esposa, me la quiero coger!
L: ¡Uhm, que rico!!!
Sus palabras me excitaban de más, ella continuaba moviéndose delicioso, la “Arquitecta” resulto ser una buena bomba sexual.
Nuevamente al acosté en la cama y en una pose simulando que yo la cabalgaba la penetraba con fuerza, ella gemía y me apretaba las nalgas, me pedía más, la cama seguía haciendo ruido, pero aun no éramos descubiertos.
La puse boca abajo, sus nalgas parecían dos montañas hermosas y sedientas de verga, las acaricié y lamí, para luego abrirla y penetrarla, me hacía para atrás para tomar vuelo y empalarla de un solo golpe.
A: ¡Ah, Luis, así!
L: ¡Que rica estas, uhm!
A: ¡Ah, esto es lo mejor!
L: ¡Ahí voy nena, ahí voy!
Casi como si la estuviera sometiendo en un combate de lucha, puse mis brazos en su nuca y me empujaba con fuerza, apenas si oía sus gemidos y mi pelvis chocando con sus nalgas, eran la señal que la “Arquitecta estaba siendo mía por completo.
A: ¡Ah, papi uhm!
L: ¡Te voy a preñar!
A: ¡Sí!!!
L: ¡Ahí voy, uhm!!
Comencé a venirme a chorros, no detenía mis embestidas y ella recibía mi leche, se movía como gusano, alcanzamos un muy rico orgasmo.
A pesar del rico orgasmo y los gemidos, Lety jamás entro, nos e si escucho o nos vio, pero me permito gozar a su amiga la arquitecta.
Después de terminar de llenarle su cuca, se al saque ye la, la llevo a su boca para limpiarme, sus mamadas eran de lo mejor, yo la miraba y disfrutaba de la chamba que me daba.
L: ¡Uhm, si, así!
Una vez que termino su trabajo, se puso su ropa y salimos a la sala, donde mi esposa continuaba en su sueño.
A: ¡Me voy!
L: ¡Te acompaño a la puerta!
A: ¡No hace falta, lleva a Lety a la cama!
L: ¡Espero que te la cojas algún día!!
Sonriendo salió de mi casa, mientras acomodaba a Lety en cama, algo extraño ya que ella no es de sueño pesado o tal vez seguía fingiendo, no lo sé, solo se, que mis palabras se le cumplieron a la “Arquitecta” y más adelante les contaran como se cogió a mi mujer.
Gracias a todos los que leen nuestros relatos, continuaremos trayéndoles más ricas experiencias sexuales.
Nunca supe su nombre, solo que le decían la “Arquitecta” y era amiga de mi esposa para variar, pero lo que nos se daba cuenta es que ella miraba a mi esposa con cara libidinosa, como si estuviera viendo a cualquier hombre, ver a mi esposa.
El caso es que esta mujer era muy chicle con Lety, cada que al veía la abrazaba, la tomaba de la mano, admito que me ilusionaba la idea de verlas cogiendo, pero Lety decía que era solo su amiga.
Una ocasión, la encontramos en la calle y como Lety y yo compramos una botella, la invito, al principio estaba en desacuerdo, pero al final, no me opuse, total, igual se iba rápido.
Esa noche la “Arquitecta” se veía bien, traía unos jeans entallados que marcaban su encaje, además su blusa gris escotada mostraba unas grandes tetas, el verla así, empezó a incitarme pensamientos eróticos.
La noche transcurrió entre risas y platicas que poco a poco fue subiendo el tono.
Finalmente, ya la madrugada, Lety estaba muy ebria y como ese día estuvo agotador, termino pro quedarse dormida en el sofá, por otro lado, la “Arquitecta” aún estaba despierta pero ya dominada por el alcohol, fue entonces que con la excitación y las copas de más lleve a cabo la acción que se merecía esa mujer.
La tome de la mano, la lleve a mi recamara, ella que apenas si se sostenía, no me batallo nada cuando la acosté y le comencé a quitar el pantalón.
A: ¡Espera, que haces!
L: ¡Shhh!! ¡Despertaras a mi esposa!
A: ¡Lety!! ¡Que me vas hacer!
L: ¡Sabia que te gustaba mi mujer, que puta eres!
Comencé a lamerle sus carnoso y blancos muslos, ella gemía y me apretaba la cabeza, la confusión que le generaba el alcohol le hacía creer que era Lety y sus deseos los expresaba con la boca.
Me quité la ropa, y terminé por desnudarla, emparejé un poco mi puerta, y bajé a su peluda concha.
A: ¡Mmm, uf!!
L: ¡La tienes peludisima!!
A: ¡Ah, uhm!!
L: ¡Pero sabe rica!
La “Arquitecta” gemía y me apretaba la cabeza, yo con mis manos jugaba sus duros pezones, que, en contraste con su color de piel, eran oscuros como chocolate.
Fue entonces que lleve mi verga a su boca ella confundida la abrió y decía entre sueños “las mujeres no tiene pene”, fue entonces que la tome de la cabeza y le dije que era Luis y que pagaría por desear a mi mujer y con violencia empecé a follar su boca.
Ella no lo podía evitar, mi verga entraba y salía de su boca con fiereza que apenas si podía respirar, sentía como la ahogaba, pero no me detenía, en un momento me metí tanto ene so que pensé que la había ahogado, pero cuando lanzo un suspiro me alivié y le seguí follando su boca de lesbiana.
L: ¡Uhm, que rico mamas!
Una vez que mi verga estaba súper dura, le abrí las piernas y la penetre de un solo golpe, ella lanzo un gemido magistral, por un momento pensé que había despertado a Lety, pero no lo hizo, entonces comencé a embestirla con fiereza.
L: ¡Toma, uhm, toma!
A: ¡Ah, uhm, ah!
L: ¡Eso perra, gime!
A: ¡Mas, uhm!
La puse en cuatro, la tomé de sus nalgas y al penetraba con fuerza, el movimiento de mi lujuria estaba haciéndola gemir y jadear, ella movía sus nalgas, me apretaba las mías para que no se la sacara, se comía con facilidad mi verga grande.
L: ¡Uf, toma, uhm!
A: ¡Así, que rico, uhm!
L: ¡No sabes cuánto te deseaba!
A: ¡Ah, que rico!!
Me senté en la orilla de mi cama y la puse a darse sentones, la “Arquitecta sabia como hacerlo, me dejaba claro que era buena cogiendo y que más que lesbiana era bisexual.
La tenía encima de mí moviendo riquísimo su cadera, mientras tanto con mis dedos acariciaban su clítoris y sus tetas, unos besos en su cuello acompañaban más el acto sexual y mientras tanto Lety seguía dormida.
A: ¡Mas, así, uhm!
L: ¡Toma, uhm!
A: ¡Que dura y grande!!
L: ¡Aquí esta ara cuando gustes!
A pesar del ruido de la cama mi mujer seguía dormida y su amiga bisexual estaba encima de mí cabalgándome delicioso.
La “Arquitecta” tenía estilo en su licuadora, mi verga era triturada de una forma fenomenal, le mamaba sus ricas tetas, que eran duras y grandes, ella me besaba, estaba claro que solo fingió estar ebria y deseaba tener mi verga dentro de ella.
A: ¡Que rico, coges maravilloso!
L: ¡Tu igual! ¡Que rico mueves tu cuerpo!
A: ¡Me gusta tu esposa, me la quiero coger!
L: ¡Uhm, que rico!!!
Sus palabras me excitaban de más, ella continuaba moviéndose delicioso, la “Arquitecta” resulto ser una buena bomba sexual.
Nuevamente al acosté en la cama y en una pose simulando que yo la cabalgaba la penetraba con fuerza, ella gemía y me apretaba las nalgas, me pedía más, la cama seguía haciendo ruido, pero aun no éramos descubiertos.
La puse boca abajo, sus nalgas parecían dos montañas hermosas y sedientas de verga, las acaricié y lamí, para luego abrirla y penetrarla, me hacía para atrás para tomar vuelo y empalarla de un solo golpe.
A: ¡Ah, Luis, así!
L: ¡Que rica estas, uhm!
A: ¡Ah, esto es lo mejor!
L: ¡Ahí voy nena, ahí voy!
Casi como si la estuviera sometiendo en un combate de lucha, puse mis brazos en su nuca y me empujaba con fuerza, apenas si oía sus gemidos y mi pelvis chocando con sus nalgas, eran la señal que la “Arquitecta estaba siendo mía por completo.
A: ¡Ah, papi uhm!
L: ¡Te voy a preñar!
A: ¡Sí!!!
L: ¡Ahí voy, uhm!!
Comencé a venirme a chorros, no detenía mis embestidas y ella recibía mi leche, se movía como gusano, alcanzamos un muy rico orgasmo.
A pesar del rico orgasmo y los gemidos, Lety jamás entro, nos e si escucho o nos vio, pero me permito gozar a su amiga la arquitecta.
Después de terminar de llenarle su cuca, se al saque ye la, la llevo a su boca para limpiarme, sus mamadas eran de lo mejor, yo la miraba y disfrutaba de la chamba que me daba.
L: ¡Uhm, si, así!
Una vez que termino su trabajo, se puso su ropa y salimos a la sala, donde mi esposa continuaba en su sueño.
A: ¡Me voy!
L: ¡Te acompaño a la puerta!
A: ¡No hace falta, lleva a Lety a la cama!
L: ¡Espero que te la cojas algún día!!
Sonriendo salió de mi casa, mientras acomodaba a Lety en cama, algo extraño ya que ella no es de sueño pesado o tal vez seguía fingiendo, no lo sé, solo se, que mis palabras se le cumplieron a la “Arquitecta” y más adelante les contaran como se cogió a mi mujer.
Gracias a todos los que leen nuestros relatos, continuaremos trayéndoles más ricas experiencias sexuales.
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