Daniela fue mi amor adolescente. Juntos compartimos 6 años de relación y ,fundalmente, el despertar sexual.
Me acuerdo como si fuera hoy aquella tarde de invierno en la estando solos en mi casa familiar y muy calientes de tanto apretar me desabrocho el jean y metió la mano adentro de mi boxer para pajearme por primera vez.
Al poco tiempo llegó la primera penetración, el primer pete y muchas experiencias que con ingenuidad y deseo fuimos descubriendo.
Un día le tocó el turno de irse a estudiar a 200 km de nuestro pueblo, eso si bien al principio fue difícil, enriqueció nuestra vida sexual , ya que al limitar nuestros encuentros a unos pocos fines de semana por mes nos sacabamos las ganas cogiendo hasta el cansancio cada vez que nos veíamos.
Una noche así, luego de varias acabadas ella me dijo que si algún día nos separabamos me iba a buscar como amante para seguir cogiendo furiosamente.
Y así seguimos mucho tiempo viviendo cosas que nuestra calentura juvenil nos dictaba (petes en la calle, cogidas al amancer en el auto con gente cerca, sexo virtual, coger en el garage de su casa con sus padres en la cocina, videos y fotos garchando, etc).
Un día el amor se terminó, los años pasaron y cada uno siguió su camino. Hoy cada cual tenemos nuestras parejas y familias, nunca volvimos a vernos salvo un par de encuentros de recien separados para coger en un telo...
Su promesa no se cumplió, pero yo todavía recuerdo su carita adolescente, sus ojos azules y esa mirada perversa cuando me devoraba la verga buscando un final feliz.
Me acuerdo como si fuera hoy aquella tarde de invierno en la estando solos en mi casa familiar y muy calientes de tanto apretar me desabrocho el jean y metió la mano adentro de mi boxer para pajearme por primera vez.
Al poco tiempo llegó la primera penetración, el primer pete y muchas experiencias que con ingenuidad y deseo fuimos descubriendo.
Un día le tocó el turno de irse a estudiar a 200 km de nuestro pueblo, eso si bien al principio fue difícil, enriqueció nuestra vida sexual , ya que al limitar nuestros encuentros a unos pocos fines de semana por mes nos sacabamos las ganas cogiendo hasta el cansancio cada vez que nos veíamos.
Una noche así, luego de varias acabadas ella me dijo que si algún día nos separabamos me iba a buscar como amante para seguir cogiendo furiosamente.
Y así seguimos mucho tiempo viviendo cosas que nuestra calentura juvenil nos dictaba (petes en la calle, cogidas al amancer en el auto con gente cerca, sexo virtual, coger en el garage de su casa con sus padres en la cocina, videos y fotos garchando, etc).
Un día el amor se terminó, los años pasaron y cada uno siguió su camino. Hoy cada cual tenemos nuestras parejas y familias, nunca volvimos a vernos salvo un par de encuentros de recien separados para coger en un telo...
Su promesa no se cumplió, pero yo todavía recuerdo su carita adolescente, sus ojos azules y esa mirada perversa cuando me devoraba la verga buscando un final feliz.
1 comentarios - Amor adolescente y promesa incumplida