L: ¡Me encantan tus medias, uf y ese vestido me mata!
C: ¿Te gusto papi?
L: ¡Como no tienes idea nena!
Carolina ya se estaba acostumbrado a ser mi puta, pasábamos mucho tiempo teniendo sexo, oral, vaginal y anal, no sabía cuándo terminaría esto, ¡pero tenía que aprovechar mi suerte!
Ella me modelaba aquel sensual minivestido color gris, que cambiando con sus medias me hacía tener una gran erección.
Yo estaba desnudo en su sofá, le tomaba fotos y me acariciaba la verga mientras ella seguía modelándome su ropa, se empinaba en su cama para marcar sus ricas nalgas y su tanga, me encantaba ver como esas medias marcaban sus carnosos muslos, la verdad estaba disfrutando ser el amante de Carolina Rocha.
L: ¡Dios! Me pones muy caliente, ¡estas buenísima!
C: Jajá, que cachondo, ¿te gusta mi cuerpo?
L: Me fascina, estas buenísima, ¡no sabes cómo disfruto hacerte mía!
Dicho eso, ella se despojó del vestido dejándose solo en tanga y con su ligero y medias, se acercó de forma cachonda a mí y me comenzó a besar.
Los besos eran salvajes, le apretaba sus piernas, el sentir las medias me la ponía más dura, no sé, pero me fascina que usen medias, ella me besaba el cuello y con su mano apretaba el trozo de mi palo, el cual empezaba a masturbar de forma cautelosa a tiempo que nuestras lenguas se entrelazaban ¡muy sensual!
L: Caro, me encantas, ¡jamás me había cogido a una como tú!
C: Ni yo había gozado tanto, ¡déjame llevar eso que me encanta a mi boca!
Ella recorrió con su lengua de mi cuello hasta bajar a mi pene, el cual comenzó a besar y lamer, yo gemía al sentir su lengua chupar mi glande, ¡bajaba a morderme suave las bolas y luego de un solo bocado devoraba casi por completo mi verga!
L: ¡Eso!! ¡Ah, que rico me lo chupas!
C: ¡Me encantan tus gemidos, uuhm!!
Carolina continuaba comiéndose mi verga, la metía y sacaba de su boca, ¡no tuve la necesidad de apretarle la cara ya que ella solita se empujaba a mi verga hasta casi ahogarse!
L: Ah, dios, ¡que rico!!
C: ¡Uhm, sabes rico papi!!
Sus chupadas eran magnificas, la tome de su cabella y con fuerza movía mi pelvis, me la dejaba cubierta de saliva, me raspaba con sus dientes, la tome de la nuca y con toda mi fuerza follaba su boca, garganta profunda se quedaba corta a comparación de Caro, ¡más fuerte la ahogaba y más fuerte ella mamaba!
L: Ah, chiquita ah, me voy a venir, ¡me voy a venir!
Seguí empujándosela hasta que empecé a chorrear con fuerza, mi semen la ahogaba, ella lo tragaba y me excitaba ver cómo le escurría por su boca, ¡cayendo a sus tetas!
C: ¡Que rico sabe tu leche cariño!
L: ¿Te gusta?
C: ¡Me encanta, me encanta estar llena de ti!!
L: ¡Bien, pues ahora voy yo!
La llevé a su cama y le quiete su tanga, la cual ya estaba mojada por la excitación que le provoco mi corrida.
L: ¡Me encanta tu panocha depilada!
C: ¡La depile para ti!
L: Uf, ¿a qué sabrá?
C: Cómela, ¡te gustara su sabor!
Comencé con lamidas en sus entrepiernas, mis manos acarician sus piernas cubiertas por sus ricas medias de seda, ella se retorcía al sentir mi lengua en la entrada de su húmeda cueva.
C: ¡Ah, que rico!
L: ¿Te gusta mi amor?
C: Me matas, devórame, ¡devórame toda!!
L: ¡Ok, déjame comer tu tesoro!!
Mi lengua entraba hasta donde alcanza, le lamia como desesperado su clítoris, llevaba mi lengua de su clítoris a su ano, ella se retorcía riquísimo, su vagina empezó a mojarse más y yo comía su rico néctar, ¡el néctar provocado por mis chupadas!
No solo mi lengua entraba y salía de su cueva, también use dos dedos para palpar por dentro de ella, cada movimiento de ellos la hacía retorcer más y más, me excitaba ver su hermoso cuerpo, esas caderas carnosas, sus muslos, sus pies cubiertos por sus medias, sus tetas con su pezón erecto, ella era un manjar, ¡un manjar que solo pocos habían tenido el gusto de comer y yo era uno de ellos!
C: ¡Ah, papito, agh!
L: ¡Muévete, agh!!
C: ¡Ah, me matas, que rico!
L: ¡Amo tu vagina, es un manjar de dioses, uhm!!
C: ¡Agh, papi, me vas hacer venir, agh, ah!!
Se la chupaba con fuerza, mis dedos y mi lengua estimulaban al mismo tiempo, su vagina escurría, mi cara estaba llena de sus fluidos y de mi saliva, como gato seguí lamiendo el tesoro de Carolina.
C: ¡Ah, papi, me vengo, me vengo!
L: ¡S i, uhm, sácalo, sácalo!
C: ¡Dios, ah, me ven... go!!!
Ella empezó a escurrir delicioso, mi cara era llenada por su venida en squirt, ¡le temblaban las piernas y gritaba fantástico!
C: ¡Ah, ya!! que rico!!!
L: Si, así mami, que rico te viniste, ¡uf!!
Carolina quedo agotada, le tome unas fotos mientras conseguía una nueva erección, esa noche cogimos como locos, sabía que pronto terminaría mi suerte, pero tenía que aprovechar cada vez que la famosa Carolina Rocha me diera la oportunidad de estar entre sus piernas y así fue hasta el último día, el cual fue maravilloso, ¡pero eso lo contaré más adelante!
C: ¿Te gusto papi?
L: ¡Como no tienes idea nena!
Carolina ya se estaba acostumbrado a ser mi puta, pasábamos mucho tiempo teniendo sexo, oral, vaginal y anal, no sabía cuándo terminaría esto, ¡pero tenía que aprovechar mi suerte!
Ella me modelaba aquel sensual minivestido color gris, que cambiando con sus medias me hacía tener una gran erección.
Yo estaba desnudo en su sofá, le tomaba fotos y me acariciaba la verga mientras ella seguía modelándome su ropa, se empinaba en su cama para marcar sus ricas nalgas y su tanga, me encantaba ver como esas medias marcaban sus carnosos muslos, la verdad estaba disfrutando ser el amante de Carolina Rocha.
L: ¡Dios! Me pones muy caliente, ¡estas buenísima!
C: Jajá, que cachondo, ¿te gusta mi cuerpo?
L: Me fascina, estas buenísima, ¡no sabes cómo disfruto hacerte mía!
Dicho eso, ella se despojó del vestido dejándose solo en tanga y con su ligero y medias, se acercó de forma cachonda a mí y me comenzó a besar.
Los besos eran salvajes, le apretaba sus piernas, el sentir las medias me la ponía más dura, no sé, pero me fascina que usen medias, ella me besaba el cuello y con su mano apretaba el trozo de mi palo, el cual empezaba a masturbar de forma cautelosa a tiempo que nuestras lenguas se entrelazaban ¡muy sensual!
L: Caro, me encantas, ¡jamás me había cogido a una como tú!
C: Ni yo había gozado tanto, ¡déjame llevar eso que me encanta a mi boca!
Ella recorrió con su lengua de mi cuello hasta bajar a mi pene, el cual comenzó a besar y lamer, yo gemía al sentir su lengua chupar mi glande, ¡bajaba a morderme suave las bolas y luego de un solo bocado devoraba casi por completo mi verga!
L: ¡Eso!! ¡Ah, que rico me lo chupas!
C: ¡Me encantan tus gemidos, uuhm!!
Carolina continuaba comiéndose mi verga, la metía y sacaba de su boca, ¡no tuve la necesidad de apretarle la cara ya que ella solita se empujaba a mi verga hasta casi ahogarse!
L: Ah, dios, ¡que rico!!
C: ¡Uhm, sabes rico papi!!
Sus chupadas eran magnificas, la tome de su cabella y con fuerza movía mi pelvis, me la dejaba cubierta de saliva, me raspaba con sus dientes, la tome de la nuca y con toda mi fuerza follaba su boca, garganta profunda se quedaba corta a comparación de Caro, ¡más fuerte la ahogaba y más fuerte ella mamaba!
L: Ah, chiquita ah, me voy a venir, ¡me voy a venir!
Seguí empujándosela hasta que empecé a chorrear con fuerza, mi semen la ahogaba, ella lo tragaba y me excitaba ver cómo le escurría por su boca, ¡cayendo a sus tetas!
C: ¡Que rico sabe tu leche cariño!
L: ¿Te gusta?
C: ¡Me encanta, me encanta estar llena de ti!!
L: ¡Bien, pues ahora voy yo!
La llevé a su cama y le quiete su tanga, la cual ya estaba mojada por la excitación que le provoco mi corrida.
L: ¡Me encanta tu panocha depilada!
C: ¡La depile para ti!
L: Uf, ¿a qué sabrá?
C: Cómela, ¡te gustara su sabor!
Comencé con lamidas en sus entrepiernas, mis manos acarician sus piernas cubiertas por sus ricas medias de seda, ella se retorcía al sentir mi lengua en la entrada de su húmeda cueva.
C: ¡Ah, que rico!
L: ¿Te gusta mi amor?
C: Me matas, devórame, ¡devórame toda!!
L: ¡Ok, déjame comer tu tesoro!!
Mi lengua entraba hasta donde alcanza, le lamia como desesperado su clítoris, llevaba mi lengua de su clítoris a su ano, ella se retorcía riquísimo, su vagina empezó a mojarse más y yo comía su rico néctar, ¡el néctar provocado por mis chupadas!
No solo mi lengua entraba y salía de su cueva, también use dos dedos para palpar por dentro de ella, cada movimiento de ellos la hacía retorcer más y más, me excitaba ver su hermoso cuerpo, esas caderas carnosas, sus muslos, sus pies cubiertos por sus medias, sus tetas con su pezón erecto, ella era un manjar, ¡un manjar que solo pocos habían tenido el gusto de comer y yo era uno de ellos!
C: ¡Ah, papito, agh!
L: ¡Muévete, agh!!
C: ¡Ah, me matas, que rico!
L: ¡Amo tu vagina, es un manjar de dioses, uhm!!
C: ¡Agh, papi, me vas hacer venir, agh, ah!!
Se la chupaba con fuerza, mis dedos y mi lengua estimulaban al mismo tiempo, su vagina escurría, mi cara estaba llena de sus fluidos y de mi saliva, como gato seguí lamiendo el tesoro de Carolina.
C: ¡Ah, papi, me vengo, me vengo!
L: ¡S i, uhm, sácalo, sácalo!
C: ¡Dios, ah, me ven... go!!!
Ella empezó a escurrir delicioso, mi cara era llenada por su venida en squirt, ¡le temblaban las piernas y gritaba fantástico!
C: ¡Ah, ya!! que rico!!!
L: Si, así mami, que rico te viniste, ¡uf!!
Carolina quedo agotada, le tome unas fotos mientras conseguía una nueva erección, esa noche cogimos como locos, sabía que pronto terminaría mi suerte, pero tenía que aprovechar cada vez que la famosa Carolina Rocha me diera la oportunidad de estar entre sus piernas y así fue hasta el último día, el cual fue maravilloso, ¡pero eso lo contaré más adelante!
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