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Mi tía y mis primas 2

Gracias a todos por el apoyo, acá está la parte dos de éste increíble relato. El mismo es de TR, lo tengo guardado hace tiempo y quería compartirselo. Disfruten.


Apagó la luz del salón y encendió la pequeña luz de las escaleras que llevaban a los dormitorios. Subía detrás de ella y veía como su culo, ese culo perfecto se movía provocador a escasos centímetros de mi cara, mi polla volvió a tomar vida y se irguió en el interior de mis pantalones pidiendo libertad y que alguien se ocupase de ella, era de todo punto imposible ocultar la carpa que formaba en mi bragueta.

Mi tía me dejó en la puerta de mi habitación, volvió a abrazarme y besarme los labios con cariño, mientras notaba su pubis pegado a mi erección. Se separó de mi con una gran sonrisa mientras acariciaba mi cara.

—Mi amor me ha encantado hablar contigo de veras, esta noche voy a dormir muy bien y creo, dijo mirando mi paquete con picardía, que deberías de aliviarte para que tú también duermas más relajado. Dijo con una risita seductora.

—Ufffff, que vergüenza tía de verdad perdóname no puedo evitarlo.

—Cariño no te disculpes, esto, dijo señalando el bulto de mi bragueta, es uno de los cumplidos más grandes que puede recibir una mujer, eso me demuestra que te atraigo y que no soy tan vieja.

Al terminar de decir esto volvió a acercarse a mí, agarró mi mano y la llevó a una teta suya mientras me miraba seductoramente y mi mano amasaba con dulzura ese pecho duro, turgente y con un pezón que empezaba a ponerse duro como el diamante. Oí gemir a mi tía suavemente mientras veía una se sus manos meterse entre sus piernas, sus ojos cerrados y mordiéndose su labio inferior en una mueca de placer, me habría quedado toda la noche así pero ella dio por terminado ese pequeño "desliz"

—Seguro que esto te ayudará a aliviarte. Hasta mañana amor, que descanses y de nuevo gracias por escucharme.

La vi desaparecer por el pasillo meneando ese culito que tenia hasta que cerró su puerta. Sobra decir que cuando yo cerré la mía baje mis pantalones y mi ropa interior y me sorprendió ver mi polla como nunca la había visto, mas grande, congestionada y llena de venas, la agarré y un escalofrió recorrió mi espalda, solo un par de movimientos y empezó a escupir semen como una fuente poniendo el suelo perdido. Mi orgasmo fue largo y me dejo temblando con la imagen de mi tía y mi prima, joder ni 24 horas que hacía que estaban en casa y ya estaba así, esto iba a ser muy duro.

Esa noche no dormí muy bien. Mi tía aparecía en mi cabeza continuamente y recordaba nuestra conversación. Tenia que tener control sobre esto por que si no me iba a volver loco. Aunque me había acostado tarde me desperté muy pronto y no me apetecía dormir. Me puse mi ropa de deporte y me fui a correr, eso me ayudaría a poner orden en mi cabeza y evitar de alguna manera el encontrarme con mi tía, estaba tan avergonzado por lo ocurrido que no sabría mirarla a la cara.

Cuando llegué a casa seria las once de la mañana. Al entrar me encontré con mi madre, Alba y mi tía vestidas para salir, mi tía me miro con cariño y eso de alguna manera me alivio, Alba me dio un beso de buenos días.

—Aggg…Luismi estas sudado, vete a la ducha.

—Alba, es lo que ocurre cuando vienes de correr, dije divertido mientras me acercaba a ella para achucharla y ella se escabullía entre risas.

Mi tía subió a su habitación a por algo que se le había olvidado y mi madre, aunque estaba sudado me abrazó.

—Mamá, que estoy empapado, protesté.

—¿Y qué? Es solo agua, además es el sudor de mi niño, de mi hombre, dijo con orgullo.

La miré extrañado, ¿a qué venia eso ahora?

—Tu tía me ha contado lo que pasó ayer por la noche cuando llegaste. Como la trataste, como la escuchaste y como le diste cariño y comprensión. Ayer cuando me fui a dormir deje a una mujer rota y esta mañana tenia a la Paula de siempre, alegre y divertida. Solo puedo decirte gracias mi amor, gracias por ser como eres.

¡Ay! Mamá, si tu supieses realmente mis intenciones de ayer por la noche, de seguro que me cruzarías la cara por degenerado. Pensé mirándola a los ojos.

—No me des las gracias mamá, creo que hice lo que tenia que hacer y lo que me pediste, he ayudado y he sido cariñoso con ella, lo necesitaba.

—Claro que si cariño, me dijo con amor. Anda ve arriba a ducharte, nos vemos a la hora de la comida.

Antes de entrar en mi habitación mi tía que salía de la suya me llamó. Iba guapísima con una camisa entallada mostrando unas tetas increíbles y un canalillo seductor, unos vaqueros ajustadísimos que la hacían una figura envidiable y unos zapatos de tacón que realzaban sus piernas y ese culito impresionante, me enamoré de ella.

—Buenos días cariño, ¿Has dormido bien? ¿Te aliviaste pensando en mí?

Me quedé bloqueado sin saber lo que decir, notaba su mirada excitada, su perfume y entonces se acercó a mi oído y me lo susurró.

—Yo me tumbé en mi cama, me quité mis braguitas y me abrí bien de piernas metiendo tres dedos en mi interior mientras pensaba en ti…me corrí como una burra.

—Ti…tiaaa, dije excitado con un hilo de voz, ¿Por qué me haces esto? Pregunté inocentemente.

—Por esto mi amor, dijo señalando a mi erección descontrolada, me encanta provocarte. Por cierto, dijo alejándose con una sonrisa malvada en su cara, tu prima Noelia se queda en casa, ten cuidado con ella.

Cerré la puerta me desnudé y volví a masturbarme pensando en mi tía y en lo que me había dicho. Me corrí como un animal mientras en mi cabeza aparecía mi tía abierta de piernas y corriéndose, será cabrona, pensé, me tiene en sus manos.

Me fui a la ducha enfadado conmigo mismo, por idiota, inocente, parguelas, huele bragas y mas adjetivos que no se me ocurren en este momento pero describirían lo estúpido que puede ser un hombre a manos de una hermosa mujer.

Mi cabreo contra mi tía subía en enteros por momentos, si hay algo que odiaba es sentirme manipulado y a merced de una persona caprichosa y mi tía sabia como controlarme, estoy seguro de que sabía mi atracción por ella desde que era un adolescente y ahora en mi casa y con toda esta historia seguro que me tendría como a un perrito faldero y no lo iba a consentir.

Cuando terminé, me vestí y bajé a la cocina a tomar algo, una cerveza me vendría bien.

—Buenos días Luismi.

La voz de Noelia sonaba dulce detrás de mí. Cuando me di la vuelta ella estaba de pie y puse cara de «esto no puede ser» allí frente a mi se encontraba mi prima con una camiseta ajustadísima y sin sujetador debajo, sus tetas se dibujaban perfectamente así como sus pezones que iban a romper la tela. Unos leggins que eran como una segunda piel se ajustaban a su anatomía perfectamente, no llevaba ropa interior los labios de su coñito se dibujaban nítidamente sobre la tela, se dio la vuelta y abrió una puerta del armario para buscar algo poniéndose de puntillas y mostrando un culito redondo, respingón con forma de manzana. Esa tela dibujaba su contorno, parecía que iba desnuda y me confirmó que no llevaba ropa interior, no había marcas de costuras ni nada parecido.

Ella vino hacía donde estaba, mirándome desafiante a los ojos, abrió la puerta de la nevera y se sirvió un zumo de naranja para retornar nuevamente frente a mi apoyándose en la encimera de la cocina y mirándome fijamente.

—Ayer por la noche te vi hablando con mi madre. ¿De qué hablasteis?

—De todo y de nada. Dije con indiferencia.

—Te contó que tuvimos bronca ayer en la cena.

—Me contó que su hija mayor la había avergonzado delante de su familia y la había llamado puta no una ni dos veces, sino infinidad de ellas.

—Esa zorra me ha arruinado la vida, explotó Noelia enfurecida, por su puta culpa mira como me veo ahora mismo, viviendo de vuestra caridad, sin un puto euro y con mi futuro muy incierto y todo por que en su momento no supo mantener las piernas cerradas la muy puta.

Mire a mi prima Noelia desencantado, como siempre egoísta, soberbia, superficial y mal hablada, eso la afeaba enormemente.

—¿Te has oído Noelia? Solo he escuchado yo, yo, yo y mas yo eres la niña más egoísta que he conocido y creo que antes de juzgar a tu madre deberías de conocer el porque hizo lo que hizo. Ten en cuenta que no solo estas tú en una posición difícil, también lo esta tu hermana pequeña que está demostrando más madurez y entereza que tú y tu madre que tiene un cargo de conciencia brutal por haberos metido en esta historia. Y por favor, no llames puta a tu madre, ¿Te has visto como vas vestida? Tu si que pareces una puta, además de las más vulgares y baratas, ve a cambiarte antes de que vengan todos y por favor ten un respeto a tu madre.

Noelia estaba llorando en silencio. Toda su altanería estaba cayendo en forma de lagrimas por sus mejillas, pero no sentí ninguna empatía hacia ella se fue hacia la puerta pero antes me miró desconcertada.

—¿Sabes? Me has defraudado Luismi, pensé que tú me entenderías, pero veo que también estas contra mí.

—Me alegro de haberte defraudado y primita tu sola pones a la gente en contra tuya según ven tu forma de ser y como eres.

Mi prima salió de esa cocina llorando y se encerró en su habitación. Noelia pensó que presentándose vestida de semejante manera babearía por ella para ganarme y ponerme contra su madre y así formar frente común para joderle la vida, pero eso era otra forma de manipulación y me negaba a entrar en ese juego.

Me fui a mi habitación y me puse a estudiar y a continuar un trabajo que tenia que presentar. Mi di cuenta que aun viendo a mi prima de la forma que iba vestida ni me inmuté. Lo normal es que hubiese tenido una erección bestial, pero me mantuve tranquilo todo el rato que estuvimos charlando. Me puse algo de música y me concentré en lo que estaba haciendo, por una horas de mi mente desparecieron mi tía y mi prima.

Al poco las voces de mi madre y mi tía, anunciaron que habían llegado a casa, esperé a que entrase mi madre como siempre hacia a saludarme y cuando me vio supo que algo había pasado. Le conté lo que había ocurrido con Noelia, incluso le dije como iba vestida y aprobó mi actitud y lo que le contesté.

—Cariño, se que esto va a ser duro para todos, dijo mi madre, pero veras como en unas semanas todo cambia.

—Eso espero mamá, eso espero.

—Además, tu tía ha encontrado trabajo en una tienda muy conocida de lencería. Íbamos por el centro comercial y al pasar por el escaparate había un cartel de "se necesita dependienta" no lo ha dudado, ha entrado y ha hablado con la dueña. El lunes empieza por la tarde.

—Pues mira, eso le va a ayudar a pasar mejor este mal momento.

—¡Ah! Y otra cosa, Alba me ha comentado lo del instituto, déjalo en mis manos, conozco al director del Joaquín Rodrigo y nos podrá echar una mano, seguro.

El instituto Joaquín Rodrigo estaba a escasos trecientos metros de mi casa y si Alba conseguía entrar allí seria estupendo por la cercanía. Mi tía intento hablar conmigo en mi habitación, pero amablemente le dije que me esperase abajo que en esos momentos no podía atenderla. Necesitaba que hubiese gente para que mi tía no me excitase hasta volverme loco, no iba a dejar que me manipulase a su antojo. Se que le molestó ese detalle, pero agradeció el que hubiese hablado con Noelia.

Ese día la comida fue algo tensa, todos comimos en silencio, Noelia tenia los ojos rojos de llorar y prácticamente no probó bocado. Nadie le dijo nada, pero conocía a mi madre y no soportaba esa actitud, de seguro que a la noche de cenar tendría el mismo plato.

Esa noche volví a salir con los amigos e intente olvidarme un poco del lio que tenia en casa, aunque no lo conseguí. Sobre las cuatro de la mañana llegue a casa y vi de nuevo luz en el salón, jure en arameo pensando que podría ser de nuevo mi tía, pero cuando entré me encontré con Noelia dormida en el sillón y con la televisión apagada. Estaba preciosa, mentiría si dijese lo contrario, solo me limité a ponerle una manta por encima e irme a dormir, estaba muy cansado.

El domingo por la mañana me levanté tarde. Mi madre y mi tía estaban en la cocina charlando y viendo la televisión estaban mis primas. Saludé a mis primas con cariño y las di un beso a cada una de buenos días, ese detalle sé que Noelia lo agradeció. Cuando entré en la cocina las dos me miraron con cariño.

—Buenos días "bello durmiente" dijo mi tía con una gran sonrisa.

—Niño, me increpó mi madre, cada fin de semana te levantas más tarde.

—¡Ay! Maripi, protestó mi tía, tiene 20 años por dios, está en la edad de hacer locuras y si no acuérdate de tus 20 años estando en la facultad, yo todavía me acuerdo y eso que tenía 13 años de lo tarde que llegabas a casa.

Las dos se echaron a reír y recordaban las broncas que armaba a mi madre mi abuelo según llegaba casi amaneciendo.

—Además, dijo mi tía, seguro que ha habido "temita" rio divertida.

—Eso, eso, ¿ha habido "temita"? Pregunto mi madre inquisidora

Las dos apoyaron sus mentones en las palmas de sus manos mientras me miraban con sorna. A ver, entenderme, domingo por la mañana, con algo de resaca y recién levantado. No estaba para mucho cachondeo y encima no hubo "temita" con lo que callar sus ataques de "marujeo" intentando averiguar mi actividad con el sexo opuesto, podía haber mentido, inventarme algo, pero estaba espeso y me limité a mirarlas dejándolas por imposible.

—No ha habido "temita" mentes morbosas, solo estuve con los amigos de marcha, y ahora no me deis la lata, voy a desayunar e irme a mi cuarto a llorar mi poco éxito con el sexo opuesto. Dije teatralmente.

Las dos rompieron a reír y algo cuchichearon, las risas se oían en toda la casa. Vaya estaba un poco molesto, así que desayuné lo más rápidamente que pude mientras mi madre y mi tía no sé si se reían de mí, o conmigo. Aunque me dijeron que me quedara con ellas a charlar un rato, opté por desparecer e irme a mi cuarto a estudiar y a seguir preparando mi trabajo.

Cerca de la hora de la comida unos nudillos golpearon mi puerta y antes de que dijese nada, mi tía entraba dentro de mi habitación cerrando la puerta tras de sí. Se quedó apoyada en la puerta con sus manos detrás de su cuerpo mientras me miraba con cariño. Estaba algo asustado a la vez que excitado, su manera de vestir era provocadora y ahora la tenia frente a mi con un jersey de lana de angorina y un escote en forma de pico y una faldita corta. Se notaba que no llevaba sujetador, sus pezones se marcaban nítidamente sobre la lana y sus piernas lucían sin medias.

—Hola tía, ¿Qué quieres? Dije tímidamente.

—Nada mi amor, solo venia a verte y a decirte que bajes, dentro de nada vamos a comer.

Mi tía vino hacia donde estaba, me abrazó apoyando sus tetas en mis hombros y sus labios besaban mi mejilla. Sus manos empezaron a acariciar mi torso bajando peligrosamente hacia mi vientre y acercándose a mi ya incipiente erección. Joder, esta mujer tenia un poder sobre mi total y no sabia como actuar, era mi tía, pero me volvía loco de deseo.

—Ufff…tía, paraaa…

—¿Quieres que pare? Me decía ronroneando.

—Eres…eres mi tía…esto no…no está bien…ufffff…no es correcto.

Su mano ya había rozado la punta de mi polla varias veces, mientras sus labios se paseaban por mi cuello. Giró mi cabeza y me besó, pero esta vez nuestras lenguas se conocieron y se enredaron entre ellas.

—Mi vida, dijo mirándome a los ojos, yo solo veo a un hombre joven y a una mujer que se siente deseada desde hace mucho.

Nos volvimos a besar y esta vez su mano se metió por dentro de mis pantalones del pijama y agarró mi polla pajeándola suavemente. Esa sensación por poco hace que me corra.

—Paulaaaa que gustooo. Gemí excitado.

—Ummmm mi niño, como has crecido, eres todo un hombre.

Sacó su mano de dentro de mis pantalones, pensé que todo se acababa en esos momentos, pero giro mi silla y se situó frente a mí, nos mirábamos a los ojos y veía su carita de cariño, mientras acariciaba mi cara y nuestros labios volvían a juntarse. Se arrodilló y agarrado mis pantalones tiró de ellos.

—Levanta el culete cariño, esto te va a gustar aún más.

Cuando bajó mis pantalones mi polla salto erguida, amoratada, pegada a mi vientre. Vi como mi tía abría mucho sus ojos y me miraba sonriente.

—¡¡CARIÑOOO!! Exclamó mi tía sorprendida, si que has crecido, sí.

Volvió a agarrarla mientras la miraba como hipnotizada, sabia lo que iba a ocurrir y me preparaba, no quería quedar mal delante de la mujer de mis sueños, pero iba a ser inevitable, según notase el calor de su boca, la suavidad de sus labios me iba a correr como un adolescente salido.

Y ocurrió, besó la punta mientras me miraba a los ojos y vi como abría su boquita y hacia desparecer mas de la mitad de mi polla en su interior para seguidamente sacarla lentamente, chupando, absorbiendo, haciendo que su lengua envolviese mi glande.

—Paulaaaa…joder…jodeeeer…

Me iba a correr, era inevitable, pero es que mi tía me estaba haciendo una de las mejores mamadas de mi corta vida. Eché mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos pensando en lo mas desagradable que se me pasase por la cabeza, pero era de todo punto imposible. Note sus labios su lengua jugando con mi glande para seguidamente notar el calor abrasador de su boca en toda mi polla. Cuando miré vi que su nariz había tocado mi pubis y mi verga estaba metida hasta los huevos en su boquita, eso fue devastador para mí. Noté las pulsaciones en mi perineo, y ese cosquilleo placentero previo a la eyaculación y la avisé.

—Paulaaaa…me voy a correr, no aguanto más…

Mi tía sacó mi polla se su garganta llena de babas me miró traviesa mientras me pajeaba y se la volvió a meter hasta la garganta mientras me miraba con vicio, y exploté en su boquita. Fue inevitable y ella lo sabía, cuando notó mi eyaculación empezó a tragar como si en ello le fuese la vida mientras se aferraba a mi balano, acariciaba mis huevos y absorbía sacando mi polla de su boca intentando sacarme el cerebro si hacía falta. Fue un orgasmo larguísimo y muy placentero que me dejó con ganas de ella, de sentir piel con piel, de devolverla el placer que me había dado.

—¿Mejor mi amor? ¿Te ha gustado? Pregunto mi tía.

—Joder tía, ha sido fantástico…no…no lo puedo expresar.

Me puse en pie y la abracé besándola con amor. Mis manos bajaron hasta su culo, su deseado culo y mis manos aferraron esos dos globos perfectos de carne atrayéndola hacia mi y dejando mi polla entre nuestro cuerpos. La besé con desesperación, pero mi tía me paró en seco y me miró con pena.

—Se lo que deseas mi vida, dijo mi tía, pero ahora no es el momento, hemos hecho una locura que nos podía haber costado cara. Te deseo mi amor, te deseo como no te haces una idea, pero debemos de ser cautos, esto no acaba aquí.

Agarró una mano mía y la llevó entre sus piernas, fue increíblemente morboso notar sus braguitas empapadas, mis dedos apartaron la tela y mi dedo jugó con su ya encharcada vagina, pero su manó la sacó inmediatamente de allí mostrándomela frente a mis ojos.

—Chupa tus dedos cariño, dijo mi tía en un susurro.

Metí los dedos en mi boca, probando su sabor, su excitación, su deseo y mi polla volvió a erguirse buscándola nuevamente. Mi tía miró complacida y me besó con gula notando nuestros propios sabores.

—Y ahora mi rey, vamos a comer. Estoy deseando tenerte dentro de mí.

Cuando se iba hacia la puerta subió su falda mostrándome su perfecto culo, solo cubierto por la fina tirita de su tanga. Miró por encima del hombro traviesa y me lanzó un besito al aire. Cuando se cerró la puerta tras de si me dejé caer en mi silla sin creer lo que había pasado, pero esto solo era el principio.

—Luismiiii…Paulaaaa a comeeeer. Oí exclamar a mi madre.

Al poco estábamos todos sentados en la mesa comiendo, yo todavía no me creía lo que había pasado, intentaba entrar en la conversación, pero en mi cabeza solo veía a esa increíble mujer que tenia a mi lado haciéndome una mamada increíble. Ella sabia que la miraba, pero estaba hablando no se que de unos pantalones para el trabajo. Noté como su pie desnudo acariciaba mi pantorrilla como diciéndome «estoy contigo, a tu lado» Me limité a sonreír a los comentarios que hacían todos, como si estuviese atento a lo que decían.

—Luismi, Luismiiii, oí la voz de mi madre llamándome. Hijo parece que estas en babia, ¿Te ocurre algo?

—No mamá, es que tengo un problema con el trabajo que tengo que entregar y no me lo puedo quitar de la cabeza.

—Este chico no sabe desconectar de su carrera, ni cuando esta dormido. Dijo mi madre a modo de reproche cariñoso. Te preguntaba que si quieres postre.

—No mamá gracias solo tomaré un café solo.

—Pues entonces ayuda a recoger la mesa mientras preparo los cafés, me dijo mi madre.

Eso hice, recogimos la mesa en un santiamén, mi madre, mi tía y Alba se fueron hacia el salón con una bandeja y el café y en la cocina solo quedamos mi prima Noelia y yo terminando de meter todo en el lavavajillas. Cuando íbamos a salir mi prima me agarro del brazo.

—Luismi, ¿podemos hablar un momento?

—Claro Noelia, dime.

—Solo quería pedirte perdón por mi actitud de ayer. Se que fui egoísta y mal educada, pero entiéndeme que mi vida, perdón, nuestra vida a dado un giro de 180º y estoy todavía algo aturdida sin creer que nos esté pasando esto.

—Noelia, yo no te tengo que perdonar nada, es a tu madre a quien has ofendido. ¿Has hablado con ella?

—Si, y me ha explicado lo que creo que también te contó a ti, no apruebo lo que hizo, pero entiendo porque lo hizo y sus motivos, eso me hizo ver a mi madre de diferente manera de como la veía.

—¿Y cómo la veías?

—Mejor no quieras saberlo.

Imagine que la veía como una zorra ninfómana come hombres que todos los días se follaba a cuatro o cinco tíos y luego llegaba a su casa a esperar a su marido con mirada enamorada pero llena de leche por todos sus agujeritos. Creo que yo la miraba así antes de hablar con ella, Miré a Noelia con cariño, la atraje hacia mi y la di un abrazo. Me encantó sentir su cuerpecito pegado al mío y eso hizo que mi polla muy sensible desde antes de comer se volviese a erguir. Aunque intente que no lo notara fue muy evidente y ella se abrazó aún más a mi juntando su pubis a mi erección.

—Entonces Luismi…¿No estas enfadado conmigo?

—No cielo, si acaso algo molesto.

—¿Molesto? ¿Por qué?

—Por tu atuendo de ayer, cuando entraste a la cocina estabas para comerte con ropa y todo.

—¿Y porque no lo hiciste? Me pregunto traviesa.

—Es obvio Noelia, me habrías utilizado haciendo frente común ante tu madre.

Su mirada era entre divertida, traviesa y viciosa. Seguía abrazada a mi y se frotaba suavemente con mi polla, me estaba poniendo a mil la jodia niña, pero me miraba esperando algo más.

—Espera, dije confundido, me esta diciendo que si yo…ósea que si te hubiese, como decirlo…a ver… si me hubiese insinuado…tu y yo…

—¿Hubiésemos terminado liados? Aclaró mi prima seductoramente. Pues posiblemente Luismi, posiblemente, aunque eso ya no lo sabremos, ¿No crees?

Me dio un pico en los labios y salió por la puerta meneando su culito provocadoramente, yo me quedé en la cocina para tranquilizarme. Esto era mucho para mí, primero mi tía, estaba claro que iba a follar con ella si o si, ¿pero con mi prima Noelia? Es que ni se me pasaba por la cabeza aunque también lo desease y lo de hace un momento me indicó que todo podría ser posible.

Cuando entre en el salón todos estaban sentados charlando y tomando su café. Mi tía me miró y me indicó que me sentase a su lado en el sofá. Me sirvió un café y nos pusimos a ver una anodina película romanticona pero que enganchaba al televidente a la trama y posterior desenlace ya conocido por todos y todas. Deseaba abrazarla y que ella me abrazase a mí. Deseaba sentir sus labios de nuevo y quería tenerla desnuda para mí, pero la película transcurrió entre caritas de "que bonitoooo" o "que romántico, yo quiero algo así" Mi tía aprovechaba cuanto podía para agarrarse a mi brazo y dejarme notar su teta de la manera mas inocente pero sabedora lo que me ponía que hiciese eso.

Mis primas no perdían detalle de la película y mi madre, muy suya como siempre sin prestar atención a la película pero leyendo las noticias en su Tablet. Cuando terminó la película todos comentamos lo bonita que había sido y en esos momentos mi madre dijo algo que me puso los pelos de punta.

—¿Os apetece que vayamos al cine?

Mis primas saltaron de alegría con un sonoro siiiii, mi tía solo me echó una mirada que me dijo todo.

—A mi me apetecería, dije con tristeza fingida, pero tengo que estudiar mucho.

—A mi me gustaría, pero prefiero quedarme y preparar la ropa de mañana, quiero causar buena impresión en mi primer día de trabajo.

—Que aburridos sois, dijo mi madre. Venga chicas arreglaros que nos vamos al cine y lo vamos a pasar de película.

Las tres subieron a arreglarse. El corazón se me iba a salir por la boca, latía a mil pulsaciones y mi polla empezaba a llenarse de sangre sabedora de que iba a pasar. Mi tía miró hacia las habitaciones asegurándose que no había nadie y agarro mi mano con fuerza mientras me miraba y sonreía.

—Si metieses tu mano entre mis piernas, sabrías como estoy por ti. Llevo deseando esto hace mucho tiempo.

—¿El estar conmigo? Pregunté estúpidamente.

—Mi amor, el follar contigo. No podía ignorar tus miradas en la piscina y las veces que ibas al baño. Me parecías tan tierno, tan deseable que si no hubiese estado con mi marido te hubiese follado cuando tenías quince años.

—Tía me hubiese encantado que lo hubieses hecho, eres mi diosa, la mujer de mis sueños, algo inalcanzable para mí.

Recobramos la compostura cuando escuchamos la algarabía de mis primas y mi madre bajando por las escaleras. Cuando llegaron a nuestra altura se despidieron.

—Bueno muermos, vosotros os lo perdéis, dijo mi madre, llegaremos tarde así que si queréis cenar tenéis la nevera, serviros vosotros mismos.

Vimos como salían y según se cerró la puerta, nos fundimos en un beso lleno de pasión, aunque mi tía lo cortó rápidamente.

—Cariño se lo que deseamos los dos, pero toda precaución es poca. Yo me voy a la ducha, dejemos pasar un rato por si acaso.

Estaba muy excitado, mi polla me dolía a rabiar por la erección que tenía, necesitaba hacer algo, incluso pensé en hacerme una paja para luego poder aguantar más, pero quería correrme con mi tía. Me hubiese encantado meterme con ella en la ducha y empezar el juego, es algo que deseaba hacer desde hace mucho tiempo desde que vi alguna peli porno en la que los actores follaban bajo el agua de una ducha.

Pensé juiciosamente que ya había pasado tiempo suficiente. Ni mi madre ni mis primas iban a volver. Me desnudé me fui al baño que ocupaba mi tía y me metí debajo del agua con ella. Cuando me vio se mordió el labio inferior y enseguida se abrazó a mí, por fin notaba su cuerpo desnudo pegado al mío y esa sensación nunca la olvidaré.

—Mi amor, pensé que no te atreverías a entrar, me gusta que no me hayas obedecido

—No aguantaba más tía, necesito sentirte.

—Cariño, quiero que me llames Paula, me vuelve loca cuando lo escucho de tu boca.

—De acuerdo Paula.

Nos fundimos en un beso largo, lleno de vicio y deseo, nuestras manos no estaban quietas y acariciaban nuestros cuerpos. La piel de mi tía era como la seda, suave y cálida, mis labios se fueron hacia su cuello y empecé a besar lamer y mordisquear esa zona tan sensible. Los gemidos de mi tía se hicieron más profundos, mis dedos jugaban con su anito y su clítoris y mi boca llegó a sus tetas, enormes, generosas con un pezón marcadísimo que era casi como una judía y una areola marrón y pequeña. Desde luego el cirujano que la operó hizo un trabajo increíble porque eran totalmente simétricas y perfectas. Mis dedos seguían jugando entre sus piernas y mi boca devoraba esas tetas divinas, chupando y mordiendo esos pezones esplendidos mientras que la mano que me quedaba libre las amasaba y maltrataba.

—Mi amor me tienes a punto, quiero sentir tu boca en mi coño.

Mi tía apoyo la espalda en la pared y puso un pie en una de las repisas de obra de la ducha y poniendo sus manos en mis hombros me indicó el camino para que mi boca se apoderase de su coñito. Había visto muy pocos coños en mi vida, con el de mi tía era el tercero, pero me enamoré de él. Cerradito, pequeño, con unos labios mayores suaves y mullidos y unos labios menores pequeños cubriendo mínimamente el clítoris que se veía rojo y fuera de su capuchón. Mi boca no tardó en apoderarse de él, de lamerlo y mimarlo. Mi lengua jugaba con su coñito y la penetraba hasta que ya no podía más, la postura era algo incomoda así que me limité a su clítoris, y metí dos dedos dentro de su coñito para poder follarla con ellos.

—Me corro cielo, anunció mi tía con la respiración acelerada, no pares mi amor…así…asiiiii…aahhh.

Sus manos se aferraron a mi cabeza para que no dejase de chupar, su cuerpo temblaba y sus muslos aprisionaban mi cara. Noté su corrida cayendo por mi mano y mi brazo, inundando mi boca y mojando mi barbilla y cuello. Eso me volvió loco, su sabor era como la adrenalina, todavía estaba recuperándose de su orgasmo pero yo no aguantaba más, me puse en pie, y con algo de violencia la di la vuelta y ella sabiendo lo que iba a hacer apoyó sus manos y su cara en los azulejos y sacó su culito provocativamente.

—Te voy a follar Paula, te voy a follar hasta que te arda el coño y te rebosen mis corridas.

—Ahhhh…mi vida si, follame, vamos hazloooo.

Mi polla buscó la entrada de su coñito y se la clavé hasta los huevos despacio pero sin pausa.

—¡AHHHHHHH! Que gustooooo por diooooos…follameeeee.

Por fin mi deseo se hacía realidad y la sensación de estar follandome a mi tía era increíblemente mejor de lo que me imaginaba. Su coño era estrechito o mi polla demasiado grande, no lo sé, el caso es que su vagina aprisionaba mi balano deliciosamente, notaba la suavidad de su interior, como mi glande la abría sin problemas mientras ella gemía pidiendo más y el calor abrasador que emanaba de esa cueva del placer. Mi orgasmo estaba ya en puertas, muchos años deseando esto y ahora mis cinco sentidos se estaban inundando de ella. Me agarré a sus tetas mientras bombeaba furiosamente su coño y mi tía literalmente se moría de gusto.

—Paulaaa, me corrooo, no aguanto maaaas.

—Dentro mi amor, hazlo dentrooo…diooos me corro… me corrooooo…si…si…siiiiiiiiiiiii.

Noté como su vagina exprimía mi polla, como se aferraba a ella y la estrangulaba para sacar toda la leche de mis huevos. Clavé mi polla en lo más hondo de su ser hasta rozar su matriz, mi tía arqueó su espalda y echó su cabeza hacia atrás herida de placer. Creo que en mi vida me he corrido de esa manera tan brutal, mi rabo no paraba de soltar leche que golpeaba en el útero de mi tía haciéndola gemir de deseo.

—Mi amor para, paraaa por lo que mas quieras. Decía intentando recuperar la respiración.

—Te quiero Paula, le decía besando su espalda.

Mi polla seguía en su interior, dura como el diamante, sentía las pulsaciones de su orgasmo todavía sobre mi verga eso me mantenía encendido. Eso y el saber que estaba follándome a la mujer de mis sueños. Mis caderas tomaron la iniciativa y empecé un bombeo lento en el coño de mi tía.

—Mi amoooor que me haceees…ummmmm…sigueeeee.

Quise cambiar de posición, necesitaba ver su cara, besar sus labios. Me Sali de su interior y la di la vuelta estaba preciosa, con su carita arrebolada y sus ojitos brillantes de deseo. Nos abrazamos, levanté una pierna suya pasando mi brazo por la corva de su rodilla y la volví a penetrar de nuevo.

—Diooooos que ricoooo, gimió mi tía.

Empecé a bombear de nuevo sabiendo que esta vez iba a durar mucho más. No pasó mucho tiempo cuando vi como mi tía hacia su respiración mas profunda y me besaba con pasión, mi otra mano estaba aferrada a una nalga suya, notando su dureza y su suavidad, amasándola, atrayéndola hacia mi para hacer la penetración mas profunda. Sus caderas empezaron a moverse sin control y pego un grito que se tuvo que escuchar en toda la manzana.

—Me corroooooo…me corroooooo.

La abracé contra mi y busqué su boca para acallar sus gritos. Ella se aferró a mi cuello y noté como sus caderas se movían sin control, su cuerpo temblaba y bufaba presa del placer que estaba sintiendo. Yo no dejaba de bombear ese coñito divino, con una cadencia constante, aunque de vez en cuando la follaba salvajemente, creo que no había terminado su orgasmo cuando le sobrevino otro y al poco otro más, yo no aguantaba, mi orgasmo crecía imparable y con un bufido descargué mi corrida dentro del coño de mi tía. Nos costó tranquilizarnos, recuperar nuestras respiraciones, por suerte seguíamos bajo la ducha, si no creo que estaríamos empapados en sudor, Seguíamos muy abrazados, mi tía con un movimiento de cadera suave sacó mi miembro de su interior, dejé que se apoyase con sus dos pies aunque no deshicimos el abrazo, seguíamos besándonos pasionalmente.

—Mi vida ha sido impresionante, me encanta lo que me has hecho sentir, dijo mi tía con mimo, mientras apoyaba su cabeza en mi hombro.

—Paula, eres mi sueño hecho realidad. Te quiero.

—Yo también te quiero mi amor. Anda, vamos a lavarnos y a secarnos y vamos a la cama.

Eso fue música celestial para mis oídos, mi tía y yo nos enjabonamos mutuamente poniendo especial atención en nuestros sexos y fue inevitable que mi polla se volviese a erguir altiva y desafiante, preparada para un nuevo asalto. Mi tía la miró hipnotizada y la dio un par de mamadas.

—Bendita juventud, me vas a dejar el coño hecho unos zorros.

Cuando llegamos a la cama de mi tía, ella entro en cuatro provocativamente, mostrando su coño enrojecido de la follada y su anito, precioso algo dilatado. Parecía un cráter en miniatura y pedía ser lamido, chupado y poseído. Su culo era como una obra de arte esculpido a base de gimnasio, era redondito y respingón. Agarré esos dos globos perfectos de carne y los separé para hundir mi boca y mi lengua en ese esfínter, lubricarlo bien y follármelo, creo que mi tía entendió mis intenciones y me hizo parar.

—No mi amor, por ahí todavía no lo he hecho y además hace falta limpiarlo muy bien. Si no, sería muy asqueroso.

Mi tía vio mi cara de decepción. Follarme ese culazo era para mi ya el sumun del placer con esa diosa.

—Pero eso no significa que no desee que me folles el culito. Solo dame algo de tiempo y déjame prepararlo bien para mi hombre. Y ahora mi amor regálame otro orgasmo.

Mi tía apoyó su cara en el colchón ofreciéndome su coño. Estaba abierto y brillante de los juguitos que salían de su sexo. Apunté mi polla y la dejé ir dentro de golpe hasta que mis huevos rebotaron en su clítoris.

—Diooooos siiiiiii… revienta a tu zorra con tu polla. Aulló mi tía.

Empecé a follarla brutalmente, mi pelvis chocaba con su culo llenando la habitación de ruidos parecidos a azotes, mis huevos golpeaban su clítoris haciéndola dar unos grititos muy sensuales. Su anito boqueaba para mí, llamándome, provocándome. Chupé mi dedo pulgar y empecé a acariciar su esfínter, sé que le gustó por el gemido de placer que dio pero me llamó la atención.

—No cariño, decía con voz entrecortada, por ahí no.

Un azote en ese perfecto culo hizo que diese un grito y me mirase sumisa.

—Calla y disfruta zorra.

Metí mi dedo en su culito y ella suspiro de placer mientras mi polla la perforaba y mi dedo dilataba algo su esfínter. Sus caderas empezaron a moverse de nuevo preludio del orgasmo que iba creciendo en su interior. Era terriblemente excitante ver como su coño se comía mi polla , como su redondo culo se movía al ritmo de mis embestidas y como gemía, era algo que siempre había querido, hacer gemir de placer a mi tía mientras la follaba.

—Mi amor, mi amor…me corrooooo…ahhhhhh…diooooos.

Mi tía arqueo su espalda y levanto su cabeza intentando coger aire, su orgasmo exprimía de nuevo mi polla y mi dedo metido en su culo notaba como también lo estrangulaba presa del orgasmo que atravesaba su cuerpo.

—Cariñooo, haz que esto no termine, decía con voz entrecortada, te quierooo.

—Paulaaaa me corrooo…aggggg…tomaaaaa…tomaaaaaa.

Clavé de nuevo mi polla hasta los huevos mientras me vaciaba en su interior, para los dos fue un orgasmo muy largo que nos dejó agotados. Mi tía se dejó caer en la cama y yo caí encima de ella con mi polla bien clavada en su interior. Sabia que esto llegaba a su fin, no sabia que hora seria pero de seguro que nos tendríamos que vestir.

—Me encanta sentirte en mi interior, como me llenas, como me haces alcanzar unos orgasmos increíbles.

Mis labios la llenaban de besos, y susurraba en su oído lo que la quería y lo que la deseaba. Mi tía ronroneaba mimosa sintiéndose querida. En esos momentos una alarma sonó insistentemente, los dos nos sobresaltamos mi tía me hizo salirme de ella y alargó su mano apagando un despertador.

—Debemos vestirnos mi amor, creo que la película ya habrá terminado y tu madre y las niñas estarán aquí dentro de un rato. Dijo mi tía con pena.

—Paula, me encantaría pasar la noche contigo.

—Lo se cielo mío, yo también lo deseo, pero tenemos que ser muy cuidadosos. Anda ve a vestirte.

Nos dimos un beso y nos costó separarnos, dios, había sido una tarde increíble, todavía no me lo creía, yo un chaval de 20 años me había follado a una mujer de bandera, a mi amor platónico. Al poco ya estaba vestido y había cambiado un poco el aspecto de mi escritorio. Conocía a mi madre y sabia que se fijaba mucho en las cosas y como me dijo mi tía, todo cuidado era poco.

Me acerqué a su habitación y ya había hecho la cama, tenia algo de ropa cuidadosamente colocada sobre la cama, pero ella solo tenia unas braguitas muy sensuales puestas, eso hizo que mi polla nuevamente se pusiese dura, mientras me acercaba a ella y la abrazaba pegando mi dureza a su culo.

—Luismi para ya, dijo mi tía con voz seria. Sabes que me encantaría seguir pero debemos de parar. Bájate y espérame en la cocina, anda, dijo secamente.

Mi tía no había bajado aun cuando oí la puerta de la calle abrirse entrando mi madre y mis primas, me dieron un beso las tres y mi madre subió a cambiarse, mientras mis primas se quedaban conmigo hablando de la película que habían visto. Al poco bajaron mi madre y mi tía y se fueron a la cocina y a la hora estábamos cenando para irnos a dormir. Empezaba una nueva semana.

Durante toda la cena no hubo muestras de cariño por parte de mi tía como era su costumbre. Y cuando me fui a mi habitación solo un seco «buenas noches» salió de su boca sin ni siquiera mirarme a la cara. Estaba terminando un ejercicio sobre el trabajo que estaba realizando cuando unos nudillos golpearon mi puerta. Mi corazón se aceleró pensando que seria mi tía y al poco entraba mi madre a darme un beso e irse a dormir, tuve que hacer verdaderos esfuerzos por ocultar mi decepción, como comente mi madre se fijaba mucho en los detalles.

—No tardes en acostarte cariño, si no mañana no hay quien te levante. Dijo mi madre dándome un maternal beso en la frente.

—No mamá, termino esto y me voy a dormir.

—¿Te ha pasado algo esta tarde con tu tía? Parecía enfadada contigo.

Mentir no se me daba bien, pero puse mi mejor cara de «pero que me estas contando»

—No, dije con indiferencia, cada uno hemos estado a lo nuestro. Quizás esté nerviosa por que mañana empieza su nuevo trabajo…no sé.

—Si, dijo mi madre pensativa, quizás sea eso. Bueno cariño anda, no tardes en acostarte, hasta mañana.

Ahora si que estaba enfadado con mi tía, joder, después de lo bien que lo habíamos pasado, ahora la iba a cagar con alguna neura suya y es que encima no tenia ni idea de lo que le pasaba por la cabeza y no podía ir a preguntarla que es lo que ocurría.

No pase buena noche, me desperté infinidad de veces, con mi tía en la cabeza e intentando averiguar por qué estaría molesta. Como dije al principio iba a pasar por un infierno, aunque un infierno dulce, a las 48 horas de haber llegado a mi casa ya me había follado a mi tía y esto solo era el principio. Cuando bajé a desayunar al día siguiente pensé que estaría en la cocina esperándome en ropa interior y deseándome los buenos días con un revolcón de película…pero no, mi madre había salido ya y mi tía y mis primas ni se habían levantado, ni me apetecía desayunar, salí de casa , me monté en mi coche y me fui a la universidad.

Esa noche cuando llegó mi tía a casa después de su primer día, estaba agotada. Nos contó por encima como había sido su día, cenó algo ligero, se duchó y se fue a dormir. No pude ni cruzar dos palabras con ella, me ignoraba como si no existiese, como si lo que pasó entre los dos el domingo por la tarde solo hubiese sido un juego para ella y ya alcanzado el reto, dejarme tirado y pasar al siguiente nivel o quizás tomó consciencia de lo que habíamos hecho y sintió pánico al sentirse vulnerable y quiso poner tierra de por medio.

Fuera lo que fuese no me quise comer mas la cabeza con este asunto, me centré en mi mismo y en mi carrera y opte por mantenerme al margen. Esa misma noche cené pronto y me fui a mi habitación a continuar con mi trabajo y mis estudios. Esa semana dio para poco más. Lo único reseñable es que mi madre habló con el director del Joaquín Rodrigo y mi prima Alba empezaba el lunes siguiente en el instituto y lo único que me pidió es que la acompañase a conocer el centro y eso dio pie a que saludase a algunos antiguos profesores que se alegraron de verme y de saber que mi prima cursaría su último año de instituto allí.

Fue el viernes antes de irme de juerga con mis amigos que mi madre quiso hablar conmigo. Se que durante la semana me desentendí mucho de todo lo que pasaba en casa y mi madre tuvo que apechugar con todo y se que eso la estaba agobiando. Estaba en mi cuarto preparándome cuando unos nudillos golpearon mi puerta, entrando mi madre al poco de haber llamado. Después de las preguntas maternales de rigor afrontó lo que había venido a decirme.

—Luismi, necesito que me eches una mano con tu tía.

—¿Qué es lo que le pasa ahora mamá? Pregunte con resignación.

—Tu tía está muy triste otra vez y no consigo que hable conmigo y como se que tú tienes buena química con ella necesitaría que, no sé, la invites a cenar, que salga y se distraiga que se vuelva a abrir a ti y te cuente lo que pasa por su cabeza.

Eso, que se abra a mí, que me deje su coño bien abierto y la folle hasta desfallecer, pensé para mis adentros de forma satírica y libidinosa.

—Bueno mamá intentaré hablar con ella, pero desde que se puso a trabajar no hemos cruzado nada mas que los saludos de rigor. ¿Y llevarla a cenar? Mamá que con lo que me das no me llega ni para fin de mes.

—Bueno eso no es problema, te he hecho una transferencia a tu cuenta para estos imprevistos, dijo mi madre poniéndose en pie. Otra cosa cielo, mañana salgo temprano tengo un juicio en otra ciudad y necesito hablar con mi cliente y preparar el caso, vendré el domingo por la noche.

Eso para mi era una señal de que mi madre se iba a encontrar con algún amante secreto que tenía. Nunca habíamos hablado de ello, pero mi madre a pesar de tener 50 años era una preciosidad de mujer al igual que mi tía iba en la genética de la familia. Mi madre una o dos veces al mes pasaba el fin de semana fuera alegando trabajo pero seguro que no pararía de follar, solo había que ver la cara de felicidad que tenía cuando entraba el domingo por la noche por la puerta de casa.

Bien al paso que íbamos se presentaba un fin de semana un tanto atípico. La verdad y bien mirado me apetecía hacer algo diferente y cuando salí de mi habitación vi a mi prima Noelia sentada en el sofá, con una cara de aburrimiento muy grande me dije ¿Por qué no?

—¡¡Eyyy!! Prima ¿Qué haces?

—Aburrirme Luismi, llevo una semana encerrada en esta casa y salvo la salida al cine poco mas he hecho. ¿Y tú, te vas de juerga?

—Bueno si, he quedado pero más tarde.

Nos quedamos callados los dos mirando a la televisión. Como siempre mi prima estaba para echarla un polvo detrás de otro y desde el otro día cuando se disculpó en la cocina me dejó con la duda de si no hubiésemos llegado a mas cuando me quiso liar. Subí a la habitación de Alba y ella estaba en su mundo, preparando sus clases y con un ordenador viejo que le había prestado, buscando algo sobre física.

—¿Alba puedo pasar?

—Claro primo dime, ¿Qué se te ofrece?

—¿Te apetecería salir a dar una vuelta, irnos tu hermana tu y yo y hacer algo?

Sabia que Alba era muy "casera" no era de salir de juerga y sabia que su respuesta seria negativa y no me equivoqué.

—Ehhh…te lo agradezco Luismi, pero tengo cosas que hacer y sabes que no soy de salir por ahí. La verdad es que no me apetece nada. Díselo a Noelia, a ella seguro que si le apetece salir.

La dejé en su cuarto y fui directo a por Noelia, es lo que quería irnos los dos solos, vi que seguía en el sofá con la misma cara de aburrida.

—Noelia, ¿Te apetece que nos vayamos de juerga?

Mi prima me miró con los ojos muy abiertos y se puso en pie enseguida, joder con esas mallas y esa camiseta ajustada a su cuerpo estaba para comérsela con ropa y todo.

—Primo tardo nada en ducharme y arreglarme, dame unos minutos dijo alegre.

Pensé que tardaría una eternidad pero me equivoqué, cuando la oí bajar por las escaleras me levanté y tuve que tragar saliba. Estaba radiante y vestía de forma sensual con un vestido que dejaba ver su espléndida figura dejando unas largas piernas bien formadas a la vista. Cuando llegó a mi altura, giró sobre si y me miró coqueta.

—¿Te gusta como voy? Preguntó seductora.

—Noelia…estas preciosa ¿Nos vamos?

Me sonrió de manera sugerente y salimos por la puerta, la noche era joven y con esa preciosidad de seguro que no estaría aburrido. De acuerdo que era mi prima hermana, pero antes de eso era una mujer y una mujer que destilaba sensualidad por su piel y en cada movimiento que hacía.

Esa noche fue increíble, cenamos en un italiano a la luz de una vela y mi primita se mostró dulce, encantadora y muy habladora. Estaba encantado con ella , de tal forma que la sobremesa fue larga y hubo mucha complicidad. Pero me acorde de que había quedado con mis colegas y no quise quedar mal con ellos.

—Noelia, había quedado con mis amigos ¿Te apetece que vayamos con ellos?

Pensé que sería una manera de que empezase a conocer a otra gente y se lo pasase bien, pero creo que los planes de mi prima eran otros.

—No Luismi, prefiero que nos vayamos tu y yo a tomar algo y a bailar ¿No te apetece?

—Claro, como no, dije encantado, espera que llamo a mi gente y le digo que no me espere.

Como era de esperar ninguno de mis amigos me atendió el teléfono, o estaban en otros menesteres o en un sitio con la música tan alta que ni escuchabas tu propia voz. Aun así mandé un wasap al grupo que teníamos para que supiesen que no aparecería.

Sabia que cerca de allí había un disco bar muy bueno aunque dejamos de ir por que estaba siempre lleno de parejitas y era imposible ligar. Pagué la cena y salimos de ese restaurante, según estuvimos en la calle Noelia agarró mi mano y entrelazó sus dedos con los míos, me miró y me guiñó un ojo.

—¿Dónde me llevas Luismi?

—A tomar algo y bailar, es lo que me has pedido y esta noche eres mi consentida.

—Ummm, me encanta que me trates así, dijo mimosa.

Se abrazó a mi brazo y me dejo sentir una teta suya mientras me daba un beso en el hombro, tenia que controlarme, sabia como era mi prima y de seguro que me iba a calentar hasta la ebullición. Íbamos por la calle como dos enamorados y tardamos poco en llegar al sitio que había escogido. Según entramos me fijé en su reacción, miró todo con los ojos muy abiertos y me miró con una gran sonrisa en su boca.

—¡¡Es ideal Luismi!! Me encanta.

Nos sentamos y pedimos algo de beber, ella me siguió contando cosas de su vida, era algo increíble pero se estaba sincerando conmigo. hubo algo que me dejo perplejo y que desconocía, mi prima Noelia había terminado bachiller y había hecho la selectividad habiendo sacado muy buena nota, pero no quiso elegir carrera.

—Sinceramente Luismi, vivía muy bien, a todo lujo, no me faltaba de nada y pensé equivocadamente que mi vida seria así, siempre así, para que esforzarme, hasta que este golpe me ha abierto los ojos. ¿Sabes que muchas veces he hecho suplencias en el gimnasio donde iba, como monitora de spinning y fitness? Esta situación me ha hecho reflexionar y lo he decidido pienso hacer la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Eres la primera persona que sabe lo que quiero hacer con mi vida.

—Pues Noelia, me encanta lo que me estas contando y quiero que sepas que en esto estoy contigo y te pienso ayudar en lo que me pidas.

Su cara se iluminó y me dio un pico en los labios, creo que esto le hacia falta, sentirse bien consigo misma y no ser una pedorra egoísta y que alguien viese su lado bueno, no el de niña consentida y materialista.

Justo en ese momento empezaron a poner musica lenta y poniéndose en pie Noelia me agarró de las manos y me llevó hacia la pista de baile vacía hasta ese momento. Agarré una mano suya y la hice girar sobre si para quedar frente a mi y agarrarla por su cinturita arrimándola a mi cuerpo. Ella me sonrió seductora y se abrazó sin pudor dejándome sentir todo su cuerpo mientras una pierna suya se colaba entre las mías rozando suavemente mi entrepierna. Creo que nunca había bailado así con nadie de esa manera tan intima, mi polla no se pudo mantener quieta dentro de mis pantalones y empezó a crecer de forma descontrolada.

Se que mi prima tuvo que notarlo, mi polla presionó sobre su vientre y ella lejos de molestarse se pegó aún más si cabe a mi frotándose suavemente, incluso creí oír un suave gemido suyo mientras sus labios empezaban a besar mi cuello. Aunque la pista de baile ya estaba llena de parejas ni me percaté de ello, mi mano bajo de su cintura a su perfecto culo y amasó una nalga suya, perfecta, dura apetecible. Recorrió la raja de su culo por encima del vestido, notando la tirita del tanga meterse entre los cachetes de ese perfecto culo.

—Ummmm…Luismiiii. Gimió mi prima.

Sus labios dejaron mi cuello y me miro enfebrecida. Me besó notando como su lengua pugnaba por entrar en mi boca y no me negué, juntamos nuestras lenguas en un beso caliente y húmedo preludio de lo que podría ocurrir mas adelante. Mentiría si no reconociese que había perdido la noción del tiempo, no tenia ni idea de que hora era ni cuanto llevábamos bailando, estaba excitado, muy excitado y necesitaba follarme a esta niña que me estaba poniendo a mil.

—Tengo que ir al servicio, me dijo susurrando en mi oído. Cuando vuelva nos vamos ¿vale? Vete pagando.

Cuando salimos de ese sitio Noelia se abrazó a mi y yo pase mi brazo sobre sus hombros atrayéndola hacia mi y besando su cabecita. Íbamos hacia el coche y de repente mi prima tiró de mí y me metió en una especie de aparcamiento. Fue decidida hacia dos furgonetas aparcadas en batería y nos metimos entre ellas y en ese momento se desató la locura entre los dos. Nos besamos como animales y nuestras manos buscaron las partes mas sensibles de nuestro cuerpo. Subí la faldita de su vestido y agarré ese culito increíble, lo maltraté, amasé, abrí y mis dedos empezaron a jugar con sus agujeritos empapados en ese momento.

—Desde que te vi desnudo en la ducha te deseo primito, decía excitada mi prima. No ha habido noche que mis dedos no hayan jugado con mi coñito imaginando que me follabas.

Se agachó delante de mi y con pericia desabrochó mis pantalones bajándomelos con mi ropa interior incluida. Mi polla salto hacia su cara y la golpeo en la mejilla de forma descarada.

—Como me imaginaba…vaya tranca que tienes primito.

Besó la punta y lamió el glande para seguidamente meterse mas de la mitad de mi polla en su boca. Aunque estaba oscuro, vi sus ojos clavados en los míos para seguidamente sacarse mi verga de su boquita, escupirla y empezar una mamada brutal. Su madre, mi tía hacia unas mamadas de escándalo, pero su retoño le superaba de manera brutal.

—Dios Noelia…joder…nunca me la han chupado así, como sigas me corro en nada.

Ella me miro a los ojos y aumento la intensidad de la mamada. Parecía que le iba la vida en ello cuando se metía mi polla hasta la garganta y sacaba su lengua para lamer mi escroto, para seguidamente sacarla llena de babas, coger aire y volvérsela a meter hasta que su cara quedaba pegada a mi vientre. Su boca, su lengua y su pasión hicieron que mi orgasmo estallase en su boca, aunque la avisé ella siguió a lo suyo hasta que noto como explotaba.

—Noelia no aguantooo…Noelia…Noeliaaaaa… me corrooooo.

Mi prima se tragó mi corrida sin desperdiciar ni una gota, y cuando saco mi polla de su boca la chupó, lamió y mimó hasta dejarla limpita y reluciente.

Se puso en pie y me ayudó a subirme los pantalones, me besó dejándome notar mi propio sabor, pero eso hizo que me excitase de nuevo. Agarró una mano mía y la llevó entre sus piernas notando sus braguitas empapadas. Pasé mi dedo a lo largo de su rajita y ella gimió bajito abrazándose a mí.

—Me encantaría que me comieses el coño ahora, decía con voz excitada y susurrando, pero soy muy escandalosa cuando me corro y aquí llamaríamos la atención…vámonos a tu coche.

Me agarró de la mano y casi me llevó a la carrera hasta donde tenia el coche aparcado. Nos montamos y según nos pusimos en marcha se quito el tanga, se abrió de piernas y empezó a masturbarse.

—Tienes claro a donde vamos, porque necesito tener tu polla dentro de mí ya mismo.

Mi mano se fue hacia su coño, estaba empapado en fluidos y mis dedos chapoteaban haciendo gemir a mi prima. Eran las dos de la mañana no podíamos ir a un hotel, mi presupuesto era limitado y seria para pasar toda la noche hasta el día siguiente y eso tampoco podía ser. Me fui hacia el "picadero" que utilizaba normalmente, un sitio tranquilo, acogedor y resguardado.

Cuando llegamos corrimos los asientos delanteros hacia el salpicadero y abatimos los respaldos hacia alante para dejar espacio en el asiento trasero, nos desnudamos con prisas y por fin pude ver el increíble cuerpo de mi prima sin ropa, se que no se puede comparar pero era como su madre pero con veintitantos años menos.

—Vamos primito, enséñame que sabes hacer con ese pollón, dijo abriéndose de piernas y mostrándome su coñito.

Abrí aún más sus piernas y hundí mi cara en ese tesoro. Según probé su sabor, me hice adicto a ella, su sabor era exquisito y mi lengua y mis labios no tardaron en adueñarse de el con los consiguientes gemidos de mi prima que al poco se convirtieron en gritos. Note sus caderas moviéndose descaradas buscando su placer mientras sus manos apretaban mi cabeza contra su coño para que ni se me ocurriese separarme.

—Así cielo asiiiii, joder que bien me comes el coño… me voy a correr…me corrooooo…me corrooo.

Noelia estallo en mi boca y me bebi su corrida, cuando separé mi boca de ese tesoro aparecía rojo, brillante y se abría y cerraba en los últimos estertores de su orgasmo. Mi polla a esas alturas estaba dura como una piedra y necesitaba follarse ese coñito pequeño y lampiño. Me puse entre sus piernas y mis manos se apoderaron de sus perfectas tetas, las amasé y mis dedos maltrataron sus pezones, mi polla rozaba su coñito y ella me besó con gula.

—Ven mi amor, siéntate, dijo mi prima con mimo.

Ella se incorporó y se hizo a un lado para que me sentase en la mitad. Ella se puso a horcajadas sobre mi y mi polla encontró el camino sola metiéndose en su interior hasta que mis huevos quedaron aplastados por su perfecto culo.

—Diooooos que ricoooo, gimió mi prima, vaya pollón que tienes Luismi.

Mi prima empezó a botar sobre mi polla, mientras mis manos se aferraron a su perfecto culo y mi boca comía sus tetas con desesperación. Era como un sueño hecho realidad, la de pajas que me hice pensando en ella, cuando se mostraba insinuante en bikini y ahora mi polla le abría el coño buscando nuestros orgasmos. Mi dedo índice acarició su anito y oí como sus gemidos subían de tono, estaba empapado de su corrida con lo que no me costó meterlo dentro, dio un gritito muy sensual y agarro mi cara besándome con pasión.

—Eso es mi vida, follame el culito con tu dedo, no pares…sigueeee…sigueeeee.

Metí un segundo dedo y ella gritó de placer mientras no dejaba de follarme, lo hacia con furia, con unos sentones que hacia que mi glande golpease su matriz, sus ojos me miraban fijamente, y de vez en cuando me morreaba con ganas, sus mejillas estaban arreboladas, de su boca salían grititos incontrolados hasta que note su cuerpecito temblar.

—Mi amor me corro, me corrooooo, sigueeeeee…asiiiii…asiiiiii…diooooos siiiiiiiiii.

Me besó gritando su orgasmo en mi boca mientras se abrazaba con fuerza a mí. Me encantaba la pasión que imprimía en lo que estaba haciendo, se entregaba totalmente y todo su cuerpo era un receptor de sensaciones. Su orgasmo fue largo y la dejo muy relajada, estuvimos un buen rato besándonos, amándonos con mi polla aun clavada en su interior. Notaba como los músculos de su vagina palpitaban acariciando mi polla, era una sensación increíble.

—Joder Luismi, te aseguro que el tamaño si importa. Creo que es la polla mas grande que me he metido y te aseguro que ya han sido una cuantas.

Vaya, vaya, a mi primita le gustaba, le encantaba follar. Lo sabía, sabia que su manera de ser y de comportarse así lo indicaba, pero ahora lo había escuchado de su boca.

—Y para tu información, estaba deseando hacérlo contigo, por eso me vestí tan provocativa cuando me echaste la bronca en la cocina. Esto responde a tu pregunta, SI, me hubiese encantado que follásemos.

—Espero que a partir de ahora, me provoques mas a menudo, me encantan esos juegos. Le dije excitado.

—No te has corrido primo, ¿quieres que te la chupe otra vez?

—Me gustaría follarme este culito que me esta volviendo loco y llenártelo de leche.

—Que guarro eres…me encanta.

Mi prima sacó la polla de su coño empapada en su corrida y baño mis huevos también. Su cara de vicio por poco hace que me corra de gusto.

—¿Sabes? Dijo mi prima apuntando mi capullo a su anito y abriendo mucho sus piernas. A muy pocos hombres les dejo que me follen el culito, eso solo queda reservado a los tíos que me hagan perder la cabeza, que me lleven al paraíso de los orgasmos y tu eres uno de ellos, siempre que me lo pidas follaré contigo y dejaré que me llenes con tus corridas.

10 comentarios - Mi tía y mis primas 2

jjpoles +1
Excelente!
Franmfurt +1
Se viene más picante todavía
paezmartin1995 +1
muy bueno👏🏼👏🏼
Franmfurt +1
Gracias, está genial
paezmartin1995
sisi, muy bueno y atrapante la historia... espero la tercera parte...
hoggo +1
Muy bueno 👍🏻
Franmfurt
Te vuela el bocho
Fercho3512 +1
Q bueno es leerlo otra vez...a uno le sigue volando la cabeza este relato
davidpage +1
guaaau, relataso, ya me hice 2 pajas en un solo relato jajaja
Franmfurt
Tan pocas? Jajaja te quedás sin leche
davidpage
apenas iban 2 jajajaja pero con esa tía y prima si te quedas seco jaja
pacificlupus +1
Buenísimo man, gracias por repostearlo. +10
Franmfurt +1
Es necesario para ésta comunidad y su disfrute
Bicasado2016 +1
Ya no doy mas...quiero solo descargar mi nectar...van 10 +..
Silver_leon
Que buen relato, me dejo al palo... Espero la tercera parte muy pronto
RC52 +1
Buenisimo,que hermosa familia😋