No hay nada como estar pasando la cuarentena por coronavirus en lo de mi yegua Sandrita. Pero hay otra buena. Aparte de la flor de pijas que le doy, el viernes que viene es su cumpleaños 21. Y seguro que ahí la parto soberanamente al medio. Pero claro, quiero saber algo de cómo mi dulce de frutilla vino al mundo ese 1999. Para eso hablé con su mamá, llamada Sandra como ella, por eso le digo Sandrita. Pero ojo, a Sandra no sólo le pregunté por si la tuvo con parto normal y cuánto pesó.
Obvio chicas, fui más allá y le pregunté a Sandri si podía hablar con la madre, de onda, me hice el boludo total. Mi dulce dijo sí y hasta me hizo una videollamada de mi celu con la señora, una aún joven rubia de 46 años, así que la tuvo a los 25. La saludé a Sandra y ella al verme se puso recontenta, me saludó re dulce. "Estoy superfeliz de que estés con Sandrita, Dieguito amor", dijo, sensual como la hija mayor, ya que tiene tres. Le agradecí la onda, charlamos un rato y me tenté. ¿De qué imaginan? Sí, chicas, de cómo la mujer quedó embarazada de mi yegua.
Le pedí a Sandrita que me diera el celu que quería charlar a solas con Sandra, la pelirroja aceptó y me dejó con su madre. Y ahí me agarró la calentura, viendo a Sandra en la pantalla me la quería comer cruda, una rubia más fuerte que la hija. Empecé a charlarle, le conté que Sandri me da los gustos y metí la pata al revelarle que tenemos buen sexo. La señora replicó riendo: "Aaahh bueno, miralo vos al potro, qé tal, muy bien amor, no te preocupes, eso es normal, dale nomás". Me re sorprendió que la madre, desfachatada como su hija, me diera esa franquicia así de una. Entonces dije "le pregunto nomás, total es fuertona". Y nomás, caliente como horno de pizza, le dije: "Sandra, ¿cómo quedaste embarazada de Sandrita?".
La mujer se rió primero, no sé si contenta o molesta, qué sé yo las reacciones de las mujeres. Y luego una pausa que me estresó. Pero ahí le mandó: "Sí, bueno, qué sé yo, quedé embarazada como cualqier mujer, tuve sexo con mi ex marido y quedé", contó simple. Ah, qué viva, así cualquiera. "Sí, pero yo quisiera detalles", la presioné. Y la rubia, bien suelttita, seguro porque es separada, mandó nomás: "Bueno, te cuento algunas cositas. No pensaba aún en tener hijos, pero nunca nos cuidamos. Y una noche de verano mi marido y yo estábamos en casa y tras cenar, nos calentamos mal, él conmigo y yo con él, y decidimos ir a un hotel a darnos como siempre lo hacíamos. Me puse bárbara, ropita, me pinté, perfume, él me llevó en el auto, y en la pieza fue un monstruo cogiéndome. Nos mimamos, besamos, nos sacamos todo, yo empecé a él y se la chupé, le creció y lo puse en bolas, me desnudé y le revoleé la bombacha, y ahí él fue un trueno arriba mío, me abrió las piernas y me la metió de una hasta hacer tope, y luego me dio por media hora, retrasando la largada. Yo le pedí que acabara desesperada de la locura que me daba su pijocha adelante y atrás en mi concha, hasta que al fin él eyaculó semen a chorro limpio y yo enloquecida largué mi flujo, violento y lindo orgasmo. Recibí una cantidad de semen tremenda, mi marido siempre acababa muchísimo y fuerte, y luego tuvimos tres actos más. A la tarde siguiente me sentí media mal, rara, floja y con ganas de ir al baño, estuve descompuesta y con un par de vómitos, me hice el test y efectivamente estaba embarazada", contó con lujo de detalles.
Me creció mi pene mal como imaginarán y me lo acaricié bien con cada descripción de la señora. Después me contó que tuvo buen embarazo, que el marido entonces era copado y que Sandrita nació de tarde y por parto normal, pesando 3 kilos y algo, y que le puso su mismo nombre acordado con el padre, que había hecho mucho para conquistarla y la tenía como la mujer de su vida. Y Sandra siguió: "Luego seguimos teniendo alguna que otra relación hasta que nació Sandri, y pasada la cuarentena posparto nos volvimos a dar con tutti, así que a comienzos de 2001 tuve a Gisella y en 2004 a Bruno, los hermanos de tu querida novia", terminó irónica. Yo se la seguí calientazo: "Gracias Sandra, sos re dulce, después contame cómo quedaste de Gisella y Bruno". Y la mina no se achicó: "Sí Diegui, otro día hacemos otra video y te cuento todo amor, total estoy solita y sin apuro".
Y rematé preguntándole qué: con qué duerme esa cuarentena, si usa cuero y si se maquilla. Y Sandra respondió nomás: "Uh sí, me pongo camisón fino con florcitas, bombacha blanca abajo, sin corpiño, y tengo ropita erótica porque cada tanto me garchan viste", dijo gaucha. Y agregó: "Sí, tengo campera y pollera de cuero y un tapado largo, aparte carteras, botas y guantes, otro día te muestro, y por supuesto me encanta pintarme, me maquillo un montón, es más, ahora estoy con los labios y las uñas pintadas de rojo fuerte". Uf, flor de potranca. Fui por más y le pregunté: "Bárbaro Sandra, ¿podré ir a visitarte cuando termine esta mierda y comemos fiambre?" "Sííí amor, sí Diegui, venite y te hago unos sandwichitos y charlamos". La despedí demasiado dulce, imaginate mi calentura. Le di el celu a Sandrita, le dije que me iba a acostar un ratitto, Sandri me dejó y me tiré en su cama. Y nomás qué: me puse en pelotas, me toqueteé la pija, me re creció y me pegué flor de pajotcha hasta eyacular semen a chorros que empapó mis piernas y el acolchado de Sandrita. Como dice el dicho, de tal palo, tal astilla. Sandrita yegua, la madre potra. Mejor dicho, de tal pija, tal astilla.
Obvio chicas, fui más allá y le pregunté a Sandri si podía hablar con la madre, de onda, me hice el boludo total. Mi dulce dijo sí y hasta me hizo una videollamada de mi celu con la señora, una aún joven rubia de 46 años, así que la tuvo a los 25. La saludé a Sandra y ella al verme se puso recontenta, me saludó re dulce. "Estoy superfeliz de que estés con Sandrita, Dieguito amor", dijo, sensual como la hija mayor, ya que tiene tres. Le agradecí la onda, charlamos un rato y me tenté. ¿De qué imaginan? Sí, chicas, de cómo la mujer quedó embarazada de mi yegua.
Le pedí a Sandrita que me diera el celu que quería charlar a solas con Sandra, la pelirroja aceptó y me dejó con su madre. Y ahí me agarró la calentura, viendo a Sandra en la pantalla me la quería comer cruda, una rubia más fuerte que la hija. Empecé a charlarle, le conté que Sandri me da los gustos y metí la pata al revelarle que tenemos buen sexo. La señora replicó riendo: "Aaahh bueno, miralo vos al potro, qé tal, muy bien amor, no te preocupes, eso es normal, dale nomás". Me re sorprendió que la madre, desfachatada como su hija, me diera esa franquicia así de una. Entonces dije "le pregunto nomás, total es fuertona". Y nomás, caliente como horno de pizza, le dije: "Sandra, ¿cómo quedaste embarazada de Sandrita?".
La mujer se rió primero, no sé si contenta o molesta, qué sé yo las reacciones de las mujeres. Y luego una pausa que me estresó. Pero ahí le mandó: "Sí, bueno, qué sé yo, quedé embarazada como cualqier mujer, tuve sexo con mi ex marido y quedé", contó simple. Ah, qué viva, así cualquiera. "Sí, pero yo quisiera detalles", la presioné. Y la rubia, bien suelttita, seguro porque es separada, mandó nomás: "Bueno, te cuento algunas cositas. No pensaba aún en tener hijos, pero nunca nos cuidamos. Y una noche de verano mi marido y yo estábamos en casa y tras cenar, nos calentamos mal, él conmigo y yo con él, y decidimos ir a un hotel a darnos como siempre lo hacíamos. Me puse bárbara, ropita, me pinté, perfume, él me llevó en el auto, y en la pieza fue un monstruo cogiéndome. Nos mimamos, besamos, nos sacamos todo, yo empecé a él y se la chupé, le creció y lo puse en bolas, me desnudé y le revoleé la bombacha, y ahí él fue un trueno arriba mío, me abrió las piernas y me la metió de una hasta hacer tope, y luego me dio por media hora, retrasando la largada. Yo le pedí que acabara desesperada de la locura que me daba su pijocha adelante y atrás en mi concha, hasta que al fin él eyaculó semen a chorro limpio y yo enloquecida largué mi flujo, violento y lindo orgasmo. Recibí una cantidad de semen tremenda, mi marido siempre acababa muchísimo y fuerte, y luego tuvimos tres actos más. A la tarde siguiente me sentí media mal, rara, floja y con ganas de ir al baño, estuve descompuesta y con un par de vómitos, me hice el test y efectivamente estaba embarazada", contó con lujo de detalles.
Me creció mi pene mal como imaginarán y me lo acaricié bien con cada descripción de la señora. Después me contó que tuvo buen embarazo, que el marido entonces era copado y que Sandrita nació de tarde y por parto normal, pesando 3 kilos y algo, y que le puso su mismo nombre acordado con el padre, que había hecho mucho para conquistarla y la tenía como la mujer de su vida. Y Sandra siguió: "Luego seguimos teniendo alguna que otra relación hasta que nació Sandri, y pasada la cuarentena posparto nos volvimos a dar con tutti, así que a comienzos de 2001 tuve a Gisella y en 2004 a Bruno, los hermanos de tu querida novia", terminó irónica. Yo se la seguí calientazo: "Gracias Sandra, sos re dulce, después contame cómo quedaste de Gisella y Bruno". Y la mina no se achicó: "Sí Diegui, otro día hacemos otra video y te cuento todo amor, total estoy solita y sin apuro".
Y rematé preguntándole qué: con qué duerme esa cuarentena, si usa cuero y si se maquilla. Y Sandra respondió nomás: "Uh sí, me pongo camisón fino con florcitas, bombacha blanca abajo, sin corpiño, y tengo ropita erótica porque cada tanto me garchan viste", dijo gaucha. Y agregó: "Sí, tengo campera y pollera de cuero y un tapado largo, aparte carteras, botas y guantes, otro día te muestro, y por supuesto me encanta pintarme, me maquillo un montón, es más, ahora estoy con los labios y las uñas pintadas de rojo fuerte". Uf, flor de potranca. Fui por más y le pregunté: "Bárbaro Sandra, ¿podré ir a visitarte cuando termine esta mierda y comemos fiambre?" "Sííí amor, sí Diegui, venite y te hago unos sandwichitos y charlamos". La despedí demasiado dulce, imaginate mi calentura. Le di el celu a Sandrita, le dije que me iba a acostar un ratitto, Sandri me dejó y me tiré en su cama. Y nomás qué: me puse en pelotas, me toqueteé la pija, me re creció y me pegué flor de pajotcha hasta eyacular semen a chorros que empapó mis piernas y el acolchado de Sandrita. Como dice el dicho, de tal palo, tal astilla. Sandrita yegua, la madre potra. Mejor dicho, de tal pija, tal astilla.
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