Hola Comunidad.
Pido disculpas por la demora, teniendo ya el capitulo terminado, por un pequeño error lo borre en su totalidad y no pude restaurarlo.
Pero bueno, acá estamos. La 4ta entrega de esta serie lista para ustedes.
Les dejo a continuación los link a los capitulos anteriores para los que recién se suman a esta aventura
http://www.poringa.net/posts/relatos/3637808/Somos-5-hermanas-Mama-y-Manuel-Parte-1.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3643079/Somos-5-hermanas-Mama-y-Manuel-Parte-2.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3652762/Somos-5-hermanas-Mama-y-Manuel-Parte-3.html
Como siempre, los invito a dejar sus comentarios al final, para saber que piensan, que le parece, etc, etc.
Cualquier puntito o fav será igualmente bienvenido.
Sin mas preámbulos, acá continuamos.
Romina estaba paralizada y con cara de haber visto a la mismísima parca, pero por fortuna Manu reaccionó a tiempo.
-"Ponete la toalla, rápido.Si pregunta te estás cambiando y crees que yo salí, pero no sabés a donde", le dijo apurado a su hermana, practicamente tirandole la toalla por la cabeza y corrió a meterse al armario.
Solo 3 segundos despues mamá golpeó y abrió un poquito la puerta de la habitación.
-"¿Se puede?, preguntó.
-"S..,s..,sí", balbuceó Romina, invadida por el terror mas profundo. Era literalmente un tomate, siendo realmente un problema, porque al ser ella tan blanca, se notaba claramente que algo le pasaba.
Mamá entró en la habitación con una sonrisa y fue derecho a darle un abrazo a su hija menor.
-"Hola mi chiquita, pude escaparme para almorzar con ustedes", le dijo contenta, pero su gesto cambió al mirarle la cara a Romina.
-"Epa, ¿Qué pasa que estás tan colorada?, ¿No tendrás fiebre?, preguntó preocupada y poniendole la mano sobre la frente a Romi.
La muchacha trató de alejarse un poco de las manos de mamá y respondió a la defensiva
-"No, no. Solo estoy nerviosa por el examen y tengo calor, nada más. Quedate tranquila".
La verdad es que su mamá no quedó contenta con la respuesta, ella siempre quería saber todo y siempre estar segura que sus "niños", como todavía los llamaba, estaban siempre contentos, sanos, felices, etc. Lo normal para cualquier madre amorosa.
-"Bueno, te dejo tranquila. Voy a aprovechar para darme una ducha. ¿Se despertó tu hermano ya?.
-"C..,c.., creo que sí. Pero me parece que salió, no sé", volvió a tartamudear Romina.
-"¿En serio estás bien?", insistió mamá mirandola preocupada.
La joven ya con ademán impaciente caminó hacia la puerta y haciendo un gesto con su mano, le indicó a su madre que quería que se retirara.
Resignada, salió de la habitación, pero justo antes de irse, se volvió y le dijo a Romi
-"Sabés que siempre me termino enterando de las cosas, cuando quieras me contás", y se fué a darse una ducha.
Romina se quedó con la frente apoyada contra la puerta cerrada, tratando de respirar hondo y recobrar un poco la compostura.
-"La puta vez que me mando una tiene que pasar esto!!!", pensaba histérica.
Pasado ya el susto mayor, su concentración paso a lo que la estuvo atormentando los cortos pero eternos momentos en que su mamá estuvo en la habitación, la leche de su hermano chorreaba por sus piernas, ya fría, sensación que era demasiado intensa para el momento que estaba tratando de soportar.
De la nada Manu salió del armario y casi le produce un infarto a Romi, que a duras penas se mantenía de pie.
-"La puta que te parió pendejo", le susurró a su hermano.
Manu sonrió con malicia y morbosidad.
"Que cagazo te pegaste nena, jajajaja", se burló.-"¿Creíste que se pudría todo?", agregó.
Romina cambió el susto por bronca y empujó a su hermano fuera de la habitación y se dispuso a cambiarse.
Manuel aprovechó para ir a comprar una coca al negocio de la esquina, dándose a sí mismo la coartada perfecta para cuando mamá le preguntara dónde estaba cuando llegó a casa.
El almuerzo transcurrió con normalidad, salvo por Romi, que seguía agitada, con las mejillas rojas y que no era capaz de mirar a su hermano a los ojos.
A Manu le tocó lavar los platos, mamá tuvo que volver al trabajo, Romi se encerró a estudiar, Estefi dijo que se duchaba y se dormía una siesta antes de la clase que le tocaba en la tarde y Delfi se tiró a ver tele en el living.
Por alguna razón Manu no quería quedarse solo con Delfi. Así como a él le daba gracia la inocencia de Romi y se reía de lo nerviosa que se puso, así Delfina debía sentirse respecto a él, y eso no le gustaba para nada.
A penas terminó con los platos, se fue a su habitación, dispuesto a boludear con la pc. En eso estaba cuando golpearon a su puerta y Delfi entró en su habitación.
-"¿Cómo estás Juancho?", le preguntó de forma pícara.
Si Manu estaba preocupado porque su hermana lo tomara como un boludo, terminó de cavarse la tumba cuando le respondió -"¿Porqué Juancho?".
Delfi se tentó y su hermano la miraba con reprobación y molestia. -"Respondeme tarada, ¿Qué es tan gracioso?".
-"¿En serio?. Juancho-talarga, jajajaja", terminó de burlarse ella.
Manuel no podía creer su propia inocencia. Se sentía un pelotudo. Y para no demostrar justamente eso, se quedó mirando la pantalla de la pc, completamente humillado.
Delfina al parecer entendió que había hecho sentir mal a su hermano, así que lo abrazó por la espalda y le dijo al oído con su peor voz de zorra
-"Euu, te estoy jodiendo, no te enojes. A fin de cuentas, te estoy reconociendo que tenés una pija enorme, no vas a decirme que eso es para malpegarse, ¿O sí?".
Manuel, quien había cerrado los ojos mientras su hermana le hablaba, se quedó completamente mudo, no sabía que responder, no sabía si moverse.
Lo único que sabía era que la pija se le había puesto como un mástil en cuestión de un microsegundo.
-"Bueno, me voy a bañar, pase para agradecerte lo que hiciste con mi tanga anoche, cuando fuí al baño me fijé. Posta que sos un bestia, parece hecha de cartón ahora, jajajaja", le volvió a hablar al oído Delfi.
Manuel continuó sin poder articular palabra.
Su hermana encaró para la puerta, pero justo antes de salir, le dijo -"Esta te dejo para la tarde", al tiempo que se bajaba un poco la calza que traía puesta, dándole a su hermano menor un primerisimo primer plano de su culo, y dejando que admirara el triángulo de una tanguita camuflada (de guerra, para los que no sepan).
A Manu casi se le desgarran los párpados de lo grande que abrió los ojos. Delfi finalmente se fue a bañar, no sin antes decirle -"Ya sabés donde te espera, nos vemos a la noche Juancho".
Manuel estaba sentado en su silla, con la pija prendida fuego, hecho un mar de emociones y sin saber realmente que estaba pasando en su vida.
Hasta hacía un par de días, el era un pibe normal, tranquilo, común y corriente. Y ahora, se sentía un depravado, morboso, sucio, cochino, que se calentaba con sus hermanas, que le llenaba las tangas de leche a una, que espiaba a la otra mientras cogía y que se masturbaba en equipo con otra más.
-"Falta cogerme a Aldana y que Paula me haga un pete y cartón lleno", pensó para sus adentros.
Más allá de saber que algo debía estar muy mal en el mundo para que eso se hiciera realidad, Manuel se soprendió mucho de sí mismo, no tanto por las situaciones que vivió en esos días pasados sinó porque la verdad es que no se sentía tan culpable por ello como uno pensaría, más aún, estaba emocionado de saber que tan lejos iba a llegar con todo eso y que otras cosas podían llegar a pasar en los dias por venir.
Haciendo un esfuerzo sobre humano, se aguantó de tocarse y recién cuando escuchó que Delfina salió del baño y se metió en su habitación a cambiarse para ir de nuevo al trabajo fue que Manu encaró para el baño, toalla en mano y antes de darse una ducha, hizo lo pertinente con la tanga de Delfi. La puso contra su cara, aspirando el aroma tan especial que su hermana le daba a la prenda. Un aroma único, irrepetible. A Manuel le causaba un huracán de hormonas y sensaciones, le despertaba sus deseos más oscuros y lo obligaba a cerrar los ojos e imaginarse los momentos más sucios y morbosos con Delfi, en los que la muchacha lo complacía sin contemplaciones. Lamió con ganas cada cm de tela, concentrándose en la parte que había estado en contacto con los labios y los jugos de su hermana, y cuando no pudo más, la utilizó para limpiar los borbotones blancos que precedieron su orgasmo, que como cada vez desde que empezó a tocarse con las tangas de su hermana, eran más que cuantiosos.
Manu miró el cielo raso, ya completamente relajado, contento, realizado.
Tiró la tanga sucia en el cesto y se metió a bañar.
Se mojó, se enjabonó, disfrutó del agua tibia recorriendo su cuerpo y cuando se dispuso a lavarse el pelo, sus ojos se posaron sobre un pequeño instruso en el estante donde dejaban las botellas de shampoo. Era nada más y nada menos que un "butt plug", que inmediatamente reconoció como aquel que vió dentro del cajon de las tangas de Delfi aquella vez que se lo revolvió.
Completamente plateado y con una joyita de decoración en color verde esmeralda.
-"¿Qué carajo?, ¿Lo habrá dejado a propósito?", pensó el muchacho. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por su hermana golpeando en la puerta -"¿Puedo pasar un segundo?, me olvidé un rimel y se me hace tarde", le dijo, hablando bastante más fuerte de lo normal.
-"Si, si, pasá", contestó Manu algo extrañado y todavía con la mente en el pequeño consolador.
Delfina entró al baño y le susurró detrás de la cortina -"¿Ya lo viste verdad?".
Manuel asomó su cara por la cortina y se encontró con su hermana ya lista para salir, con una mini negra y una camisa blanca con un pañuelo verde muy lindo.
-"Si te referís al "amiguito" que te dejaste acá, sí, ya lo ví. La verdad es que no dejás de sorprenderme.
Delfina, lejos de mostrarse avergonzada, le dijo -"Creo que ahora que estás más grande, vas a empezar a entender muchas cosas y a enterarte de muchas otras. Sobre todo el saber que cuando se trata de disfrutar, los límites solo se los puede poner uno mismo, nadie más", terminó con una sonrisa muy pícara.
Manuel se quedó ahí, mudo de nuevo, mirando a su hermana toda hermosa y largándole la verdad de la milanesa.
Luego de unos segundos de silencio, la muchacha ya visiblemente impaciente le dijo, -"¿Qué esperás?, se me hace tarde posta. Damelo".
Manuel no entendía porque actuaba tan torpe frente a su hermana. La soltura y la desfachatez de Delfi lo intimidaban. Hizo un esfuerzo por salir de su letargo y le pasó el juguetito a Delfi.
Si bien de a poquito se iba acostumbrando ya a las locuras de su hermana y internamente había empezado a aceptar que había crecido junto a una trolita y recién ahora lo entendía de esa forma, nada en el mundo podría haberlo preparado para lo que sucedió en ese momento.
Sin perder un segundo, Delfi tomo el plug, lo metió en su boca en donde lo babeó lo más que pudo y luego mandó su mano bajo la parte trasera de su falda, sin dejar de mirar a Manu, hizo una pequeña muesca de incomodidad, se endereó y con una sonrisa de satisfacción, terminó con un -"Ahora sí, lista para trabajar".
El cerebro de Manuel estaba complentamente desecho. No podía ser. No era real lo que acababa de pasar.
-"Me fuí. Disfrutá tu tarde", le largó su hermana abriendo la puerta.
-"Pará, pará", le dijo Manu como desesperado.
Delfi se volvió un poco y le dijo -"¿Qué pasa?, llego tarde y Estefi estaba dando vueltas por la casa. No vas a querer que piense algo raro, ¿No?".
Manuel tragó saliva, y procurando no dejarse llevar por el deseo de meter a su hermana dentro de la ducha y meterle la pija hasta por las orejas le preguntó -"¿Posta vas a ir a trabajar con eso metido en el culo Delfina, no te duele?".
Su hermana sonrió como el guazón, sabiendo que le había dado vuelta el piso a Manu.
-"¿Así que a Juancho le preocupa si me duele el culito?, susurró.
Manuel iba a contestar cuando ella continuó, -"Es como si yo te preguntara si no te molesta tener semejante cosa entre las piernas todo el tiempo".
Y ya saliendo del baño finalizó, -"Supongo que ya los dos estamos acostumbrados", y cerró la puerta.
El agua de la ducha se sentía ahora fría de lo caliente que estaba Manu. Dos pajas más fueron necesarias para poder calmar su fuego y aún así su mente volvía a repasar el momento y las palabras de su hermana una y otra y otra vez.
Una vez terminada la ducha, Manu se cambió y perdió el resto de su tarde entre mensajes con amigos, juegos en la pc, música y demás.
Sin saber como había pasado el tiempo tan rápido, sintió la voz de Estefi llamándolo a cenar.
Mamá había llegado temprano, así que pudo compartir la cena con Manu, Estefi y Romi.
-"Delfi me avisó que no viene a dormir, se queda a dormir en lo de una amiga", les comentó mamá mientras cenaban.
Manu se decepcionó en silencio. Había estado toda la tarde con la imagen de su hermana metiendose el butt plug en el culo y la verdad es que era una bajón saber que no la iba a ver hasta el día siguiente. Estaba deseoso de explotar esa nueva "relación" que tenía con su hermana mayor.
La cena se desarrolló de manera normal, era el turno de Romi de lavar los platos, así que ella se quedó en la cocina.
-"Ya aguanté demasiado sin bañarme, odio llegar con el tiempo justo y no poder pegarme una ducha antes de cenar", dijo Estefi camino al baño. Mamá, por su parte, le pidió a Manu que la acompañara, que necesitaba preguntarle algo.
Manu jamás tuvo problemas con su mamá, pero cada vez que se mandó un pedo, o tuvo problemas en el colegio o algo por el estilo, la forma de mamá de llamarle la atención era esa, lo llamaba en privado y en lugar de retarlo, le hablaba toda decepcionada, que se sentía todavía peor. Caminó tras su mamá, con dirección a su habitación y una vez dentro, mamá le dijo -"Sentate, por favor", señalando la cama.
Más allá de ser ahora un boludo grandote, Manuel siempre se iba a sentir pequeño comparado con su mamá, le tenía el respeto máximo, jamás le había gritado o contradecido. La palabra de mamá es ley, como a ella le gustaba decir.
Se sentó en la cama, hecho una gelatina, preguntándose si le iba a hablar de Delfi, de las tangas, de Romi, de espiar a Estefi. -"¿Cómo carajo se enteró?, ¿Le habrá dicho Romina?", su paranoia crecía con cada segundo que pasaba y su mamá lo miraba sin hablar.
Luego de cerrar la puerta suavemente, mamá se acercó a su hijo, se sentó junto a él, lo abrazó sobre el hombro con su brazo derecho y mirándolo con ternura le dijo -"¿Cómo estás chiquito?, ya casi ni hablamos. Quería pedirte perdón por no estar tanto estos días. Vos sabés que los días antes de las fiestas son los peores. Pero te prometo que en enero vamosa tener unas merecidas vacaciones, a pasar tiempo juntos. Así descansas y volves con todas las pilas para arrancar la facu".
Manu, que temblaba como un cachorro en el frío, tragó saliva y se tranquilizó. -"Puf!, no era nada", se dijo para sus adentros".
-"Estoy bien mami, tranquila. Disfrutando el tiempo libre, jugando con los chicos, empezando una nueva etapa. La verdad es que no me puedo quejar", contestó el joven, dejandose abrazar por mamá.
-"Bueno, me quedo más tranquila entonces. Acordate que podés confiar en mi y podés contarme lo que sea, para eso está mami", agregó mamá mimando un poco más a Manuel, que de a poco se escapó del ataque de amor de su progenitora y se fue hacia la puerta. -"Bueno, bueno. Demasiado cariño. Me voy a jugar a la play, buenas noches mami", dijo mientras abría la puerta y salía hacia el pasillo. -"Hasta mañana, no te acuestes tan tarde", alcanzó a decir su mamá antes de que el cerrara la puerta.
Manuel iba camino a su habitación, cuando de repente vino Romi y practicamente lo empujó contra la pared.
-"¿Qué quería?, ¿Se enteró?, ¿Le contaste?", lo bombardeó a preguntas su hermana.
Manuel no sabía si reirse o no ante el ataque de histeria de su hermana. Aunque reirse no le pareció justo, ya que el mismo estuvo así de nervioso solo momentos atrás.
-"Tranquila Romi, solo quería saber como estaba y decirme que en enero nos vamos de vacaciones y esas cosas, nada mas.¿Cómo se te ocurre que le voy a contar algo de eso zonza?", dijo Manu tratando de tranquilizar a su hermana.
-"¿Qúe cosa no podés contar Manu?", preguntó Estefi, que justo salía del baño.
Tanto el como Romina se quedaron duros del miedo, ¿Cómo no se habían dado cuenta que hablar ahí en el pasillo podía resultar en un problema de ese tamaño?.
-"Ey, ¿Que tanto misterio?, les hice una pregunta", agregó Estefania ya mirandolos con cara sería, una que hacía acordar a mamá cuando esta se enojaba.
Manuel no podía articular palabra y para su gran sorpresa, fue Romi la que dió un paso al frente y los sacó del apuro.
-"No hables tan fuerte boluda, si tampoco es para tanto. Le pregunté a Manu si le había dicho a mamá que Delfi iba a salir con un chongo en vez de quedarse en lo de una amiga", le susurró a su hermana.
Estefi puso una cara onda sobradora y respondió -"Pff, chocolate por la noticia, eso lo sabe todo el mundo. Incluso mamá no podría ser tan inocente de creerlo. Es más, estoy segura de que se hace la que no lo sabe, para no hacerse mala sangre" y se fué cubierta con su toalla hacia su habitación.
Tanto Manuel como Romina respiraron hondo y se fueron para la cocina.
Por fin estaban los dos solos de nuevo. Manuel se sirvió un vaso de coca y se sentó en la mesa, sonriendo. Seguía zafando de todo y eso lo tenía muy contento.
-"No entiendo como podes sonreir o estar contento. Yo ya no sé que pensar. Te juro que pensé que mamá ya sabía todo y de pedo no nos escuchó Estefi, no podemos ser tan pelotudos. Encima del pedo que nos mandamos, no tenemos ni medio cuidado".
A Manu le cambió el semblante -"¿Cómo pedo?,¿Te arrepentís de lo que pasó esta mañana?, para mi fue algo hermoso, me encantó y me calentó demasiado", le dijo a su hermana, dejando en claro que él no estaba de acuerdo con la afirmación de la joven.
Su hermana se quedó como pensativa, otra vez se había puesto toda roja y miraba a sus pies, con apariencia de avergonzada, sin saber que contestar.
-"No se si me arrepiento", dijo suavemente luego de unos incómodos segundos de silencio.-"Vos tenés que entender, que esto no es fácil para mi. Yo jamás hice nada de nada con nadie. Sabés que Rodri es mi primer y único novio y jamás tuvimos sexo o algo así, solo besos, nada más. Y bueno, cosas como las que te conté más temprano, pero nada concreto", agregó. Era como que cada palabra que ella decía tenía que pensarla 10 veces, hablaba demasiado pausada, llena de nervios.
Manuel, que escuchaba atento y lleno de ternura y morbosidad, iba a contestar, pero su hermana continuó.
-"Tampoco quiero que esto se transforme en una terapia, pero la verdad es que me hizo bien lo de esta mañana. Al principio me sentí culpable, pero la verdad es que pude estudiar de corrido toda la tarde y para ser honesta, fue lo más rico, intenso y placentero que sentí jamas. Amé ver tu cuerpo y sentir la leche caliente sobre mí. Me hizo sentir sucia, sí. Pero sucia bien. Sucia rico", terminó esa ultima frase con una sonrisa pícara, inocente, pero llena de lujuria.
Manuel miraba a su hermana con todo el deseo que se creía capaz de almacenar en el cuerpo. De a poco su cerebro interpretaba todo lo que acaba de escuchar, sintiendose lleno de ganas y con el anhelo más oscuro que había invadido su cuerpo hasta ese momento.
Su cuerpo parecía haber anticipado a sus pensamientos, ya que la carpa en su pantalón no se había hecho esperar, y por esa vez, Manu estaba lejos de intentar disimularla. Es más separó sus piernas, con toda intención de que se notara todavía más.
-"Me encanta escucharte hablar así Romi. Y más me encanta saber que los dos pensamos de la misma forma. Estoy igualmente soprendido que vos por todo esto y la verdad es que jamás podría haberme imaginado que mi propia hermana iba a ser la responsable de hacerme sentir todo esto que siento", le dijo a su hermana, mirándola con una sonrisa tierna, pero a la vez perversa.
-"Y si de algo te sirve", siguió envalentonado, -"Yo tampoco he hecho nada con nadie. Esta mañana fue la primera vez que miro una concha así, cara a cara, bueno la de Estefí fue primera, pero digamos que esa no estaba abierta para mi, sino para Renzo. Pero con vos fue mágico. De otro mundo".
Los dos jovenes se quedaron miránose a los ojos. Llenos de ganas, repasando imagenes de lo vivido más temprano, midiéndose, preparándose para lo que sabían que les esperaba.
El bulto de Manu no había pasado desapercibido y su hermana lo miraba de la forma más obscena. Lejos de estar ajeno a esta situación, Manu llevó la situación al siguiente nivel, bajando su pantalón y dejando su pija al aire. Toda dura, erecta, venosa. Un espectáculo para los ojos de su hermana, cuyos ojos se hacían una fiesta, adorando semejante pedazo de carne.
-"¿Te animás a tocarla?", preguntó Manu, dispuesto a llevar las cosas lo más lejos posible.
Romina se quedó mirando a su hermano y su pija, sin saber que responder. Todo su cuerpo le pedía levantarse y acariciar ese mástil de tamaño desproporcionado, que hacía parecer de juguete al pobre proyecto de pene que tenía su novio, pero al mismo tiempo, su mente le decía que eso estaba mal, no no podía ser, que si alguien se enteraba los iban a matar, que era ilegal y etc, etc...
Pero como es de costumbre, la carne es débil. La muchacha se levantó de su silla y fue a pararse frente a su hermano, si apartar los ojos del premio, todo duro y hermoso, solo para ella.
Con suavidad puso su mano derecha sobre la pija de su hermano. Era increíble, la sentía latir en su palma. Por primera vez en su vida, sostenía una pija. Y no una pija cualquiera, la pija más grande que había visto y encima era de su hermano pequeño. Romi se sentía estallar.
Manuel tenía los ojos cerrados y sos manos agarrando los laterales de la silla, sabiendo que si llegaba a abrir los ojos, su cabeza podía llegar a explotar de placer.
De a poco, Romi tomó confianza y comenzó a acariciar el miembro de Manu. Sumó su mano izquierda y con un ritmo lento, empezó a mover sus manos de arriba a abajo. Parecía una niña con chiche nuevo. Ella jugaba a hacer aparecer y desaparecer ese hongo colorado que culminaba el falo que tenía entre las manos.
-"Mojate las manos Romi. Escupila", dijo Manu sin abrir los ojos.
Divertida por la petisión de su hermano, Romi se escupió las manos y continuó con el trabajo, pero ahora con algo más de ritmo. Se había cansado de estar encorvada, así que se arrodilló en el suelo, frente a la silla de Manu, para poder estar mas cómoda.
Y así estaban. Plena cocina, y la colorada haciendole a su hermanito la paja más caliente de su vida.
Llevaban unos cuantos minutos de fraternal masturbacion cuando Manu comenzó a respirar más agitado y en respuesta, pensando que era lo que tanía que hacer, Romi aumentó el ritmo de sus manos, hasta que con un suspiro final y y ahogando un gemido, todo el semen del joven comenzó a brotar tal cual erupción volcánica.
Romina no podía dejar de mover sus manos, estaba endemoniada. Veía la leche de su hermano salir disparada en todas direcciones y ella estaba dispuesta a sacarla toda.
Leche en sus manos, en sus brazos, en su cara, en su pelo, en su pecho, en el piso, sobre su hermano, en fin...leche por todos lados. Era un desastre lácteo. Todo enchastrado, todo caliente, todo placer, todo perfecto.
Al menos hasta ese mismísimo segundo, ya que la puerta de casa se abrió y Delfina entró en la cocina con paso decidido, solo para quedar paralizada ante la situación de la que era testigo. Manuel, con las piernas abiertas y su pija hecha un arbol y Romina, arrodillada en el piso, completamente cubierta por leche.
Les pido que me cuenten que piensan de los capitulos. Si prefieren que sean más cortos, más largos, cual es su personaje favorito, etc.
Muchas gracias.
Nos vemos en el próximo.
Pido disculpas por la demora, teniendo ya el capitulo terminado, por un pequeño error lo borre en su totalidad y no pude restaurarlo.
Pero bueno, acá estamos. La 4ta entrega de esta serie lista para ustedes.
Les dejo a continuación los link a los capitulos anteriores para los que recién se suman a esta aventura
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http://www.poringa.net/posts/relatos/3652762/Somos-5-hermanas-Mama-y-Manuel-Parte-3.html
Como siempre, los invito a dejar sus comentarios al final, para saber que piensan, que le parece, etc, etc.
Cualquier puntito o fav será igualmente bienvenido.
Sin mas preámbulos, acá continuamos.
Romina estaba paralizada y con cara de haber visto a la mismísima parca, pero por fortuna Manu reaccionó a tiempo.
-"Ponete la toalla, rápido.Si pregunta te estás cambiando y crees que yo salí, pero no sabés a donde", le dijo apurado a su hermana, practicamente tirandole la toalla por la cabeza y corrió a meterse al armario.
Solo 3 segundos despues mamá golpeó y abrió un poquito la puerta de la habitación.
-"¿Se puede?, preguntó.
-"S..,s..,sí", balbuceó Romina, invadida por el terror mas profundo. Era literalmente un tomate, siendo realmente un problema, porque al ser ella tan blanca, se notaba claramente que algo le pasaba.
Mamá entró en la habitación con una sonrisa y fue derecho a darle un abrazo a su hija menor.
-"Hola mi chiquita, pude escaparme para almorzar con ustedes", le dijo contenta, pero su gesto cambió al mirarle la cara a Romina.
-"Epa, ¿Qué pasa que estás tan colorada?, ¿No tendrás fiebre?, preguntó preocupada y poniendole la mano sobre la frente a Romi.
La muchacha trató de alejarse un poco de las manos de mamá y respondió a la defensiva
-"No, no. Solo estoy nerviosa por el examen y tengo calor, nada más. Quedate tranquila".
La verdad es que su mamá no quedó contenta con la respuesta, ella siempre quería saber todo y siempre estar segura que sus "niños", como todavía los llamaba, estaban siempre contentos, sanos, felices, etc. Lo normal para cualquier madre amorosa.
-"Bueno, te dejo tranquila. Voy a aprovechar para darme una ducha. ¿Se despertó tu hermano ya?.
-"C..,c.., creo que sí. Pero me parece que salió, no sé", volvió a tartamudear Romina.
-"¿En serio estás bien?", insistió mamá mirandola preocupada.
La joven ya con ademán impaciente caminó hacia la puerta y haciendo un gesto con su mano, le indicó a su madre que quería que se retirara.
Resignada, salió de la habitación, pero justo antes de irse, se volvió y le dijo a Romi
-"Sabés que siempre me termino enterando de las cosas, cuando quieras me contás", y se fué a darse una ducha.
Romina se quedó con la frente apoyada contra la puerta cerrada, tratando de respirar hondo y recobrar un poco la compostura.
-"La puta vez que me mando una tiene que pasar esto!!!", pensaba histérica.
Pasado ya el susto mayor, su concentración paso a lo que la estuvo atormentando los cortos pero eternos momentos en que su mamá estuvo en la habitación, la leche de su hermano chorreaba por sus piernas, ya fría, sensación que era demasiado intensa para el momento que estaba tratando de soportar.
De la nada Manu salió del armario y casi le produce un infarto a Romi, que a duras penas se mantenía de pie.
-"La puta que te parió pendejo", le susurró a su hermano.
Manu sonrió con malicia y morbosidad.
"Que cagazo te pegaste nena, jajajaja", se burló.-"¿Creíste que se pudría todo?", agregó.
Romina cambió el susto por bronca y empujó a su hermano fuera de la habitación y se dispuso a cambiarse.
Manuel aprovechó para ir a comprar una coca al negocio de la esquina, dándose a sí mismo la coartada perfecta para cuando mamá le preguntara dónde estaba cuando llegó a casa.
El almuerzo transcurrió con normalidad, salvo por Romi, que seguía agitada, con las mejillas rojas y que no era capaz de mirar a su hermano a los ojos.
A Manu le tocó lavar los platos, mamá tuvo que volver al trabajo, Romi se encerró a estudiar, Estefi dijo que se duchaba y se dormía una siesta antes de la clase que le tocaba en la tarde y Delfi se tiró a ver tele en el living.
Por alguna razón Manu no quería quedarse solo con Delfi. Así como a él le daba gracia la inocencia de Romi y se reía de lo nerviosa que se puso, así Delfina debía sentirse respecto a él, y eso no le gustaba para nada.
A penas terminó con los platos, se fue a su habitación, dispuesto a boludear con la pc. En eso estaba cuando golpearon a su puerta y Delfi entró en su habitación.
-"¿Cómo estás Juancho?", le preguntó de forma pícara.
Si Manu estaba preocupado porque su hermana lo tomara como un boludo, terminó de cavarse la tumba cuando le respondió -"¿Porqué Juancho?".
Delfi se tentó y su hermano la miraba con reprobación y molestia. -"Respondeme tarada, ¿Qué es tan gracioso?".
-"¿En serio?. Juancho-talarga, jajajaja", terminó de burlarse ella.
Manuel no podía creer su propia inocencia. Se sentía un pelotudo. Y para no demostrar justamente eso, se quedó mirando la pantalla de la pc, completamente humillado.
Delfina al parecer entendió que había hecho sentir mal a su hermano, así que lo abrazó por la espalda y le dijo al oído con su peor voz de zorra
-"Euu, te estoy jodiendo, no te enojes. A fin de cuentas, te estoy reconociendo que tenés una pija enorme, no vas a decirme que eso es para malpegarse, ¿O sí?".
Manuel, quien había cerrado los ojos mientras su hermana le hablaba, se quedó completamente mudo, no sabía que responder, no sabía si moverse.
Lo único que sabía era que la pija se le había puesto como un mástil en cuestión de un microsegundo.
-"Bueno, me voy a bañar, pase para agradecerte lo que hiciste con mi tanga anoche, cuando fuí al baño me fijé. Posta que sos un bestia, parece hecha de cartón ahora, jajajaja", le volvió a hablar al oído Delfi.
Manuel continuó sin poder articular palabra.
Su hermana encaró para la puerta, pero justo antes de salir, le dijo -"Esta te dejo para la tarde", al tiempo que se bajaba un poco la calza que traía puesta, dándole a su hermano menor un primerisimo primer plano de su culo, y dejando que admirara el triángulo de una tanguita camuflada (de guerra, para los que no sepan).
A Manu casi se le desgarran los párpados de lo grande que abrió los ojos. Delfi finalmente se fue a bañar, no sin antes decirle -"Ya sabés donde te espera, nos vemos a la noche Juancho".
Manuel estaba sentado en su silla, con la pija prendida fuego, hecho un mar de emociones y sin saber realmente que estaba pasando en su vida.
Hasta hacía un par de días, el era un pibe normal, tranquilo, común y corriente. Y ahora, se sentía un depravado, morboso, sucio, cochino, que se calentaba con sus hermanas, que le llenaba las tangas de leche a una, que espiaba a la otra mientras cogía y que se masturbaba en equipo con otra más.
-"Falta cogerme a Aldana y que Paula me haga un pete y cartón lleno", pensó para sus adentros.
Más allá de saber que algo debía estar muy mal en el mundo para que eso se hiciera realidad, Manuel se soprendió mucho de sí mismo, no tanto por las situaciones que vivió en esos días pasados sinó porque la verdad es que no se sentía tan culpable por ello como uno pensaría, más aún, estaba emocionado de saber que tan lejos iba a llegar con todo eso y que otras cosas podían llegar a pasar en los dias por venir.
Haciendo un esfuerzo sobre humano, se aguantó de tocarse y recién cuando escuchó que Delfina salió del baño y se metió en su habitación a cambiarse para ir de nuevo al trabajo fue que Manu encaró para el baño, toalla en mano y antes de darse una ducha, hizo lo pertinente con la tanga de Delfi. La puso contra su cara, aspirando el aroma tan especial que su hermana le daba a la prenda. Un aroma único, irrepetible. A Manuel le causaba un huracán de hormonas y sensaciones, le despertaba sus deseos más oscuros y lo obligaba a cerrar los ojos e imaginarse los momentos más sucios y morbosos con Delfi, en los que la muchacha lo complacía sin contemplaciones. Lamió con ganas cada cm de tela, concentrándose en la parte que había estado en contacto con los labios y los jugos de su hermana, y cuando no pudo más, la utilizó para limpiar los borbotones blancos que precedieron su orgasmo, que como cada vez desde que empezó a tocarse con las tangas de su hermana, eran más que cuantiosos.
Manu miró el cielo raso, ya completamente relajado, contento, realizado.
Tiró la tanga sucia en el cesto y se metió a bañar.
Se mojó, se enjabonó, disfrutó del agua tibia recorriendo su cuerpo y cuando se dispuso a lavarse el pelo, sus ojos se posaron sobre un pequeño instruso en el estante donde dejaban las botellas de shampoo. Era nada más y nada menos que un "butt plug", que inmediatamente reconoció como aquel que vió dentro del cajon de las tangas de Delfi aquella vez que se lo revolvió.
Completamente plateado y con una joyita de decoración en color verde esmeralda.
-"¿Qué carajo?, ¿Lo habrá dejado a propósito?", pensó el muchacho. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por su hermana golpeando en la puerta -"¿Puedo pasar un segundo?, me olvidé un rimel y se me hace tarde", le dijo, hablando bastante más fuerte de lo normal.
-"Si, si, pasá", contestó Manu algo extrañado y todavía con la mente en el pequeño consolador.
Delfina entró al baño y le susurró detrás de la cortina -"¿Ya lo viste verdad?".
Manuel asomó su cara por la cortina y se encontró con su hermana ya lista para salir, con una mini negra y una camisa blanca con un pañuelo verde muy lindo.
-"Si te referís al "amiguito" que te dejaste acá, sí, ya lo ví. La verdad es que no dejás de sorprenderme.
Delfina, lejos de mostrarse avergonzada, le dijo -"Creo que ahora que estás más grande, vas a empezar a entender muchas cosas y a enterarte de muchas otras. Sobre todo el saber que cuando se trata de disfrutar, los límites solo se los puede poner uno mismo, nadie más", terminó con una sonrisa muy pícara.
Manuel se quedó ahí, mudo de nuevo, mirando a su hermana toda hermosa y largándole la verdad de la milanesa.
Luego de unos segundos de silencio, la muchacha ya visiblemente impaciente le dijo, -"¿Qué esperás?, se me hace tarde posta. Damelo".
Manuel no entendía porque actuaba tan torpe frente a su hermana. La soltura y la desfachatez de Delfi lo intimidaban. Hizo un esfuerzo por salir de su letargo y le pasó el juguetito a Delfi.
Si bien de a poquito se iba acostumbrando ya a las locuras de su hermana y internamente había empezado a aceptar que había crecido junto a una trolita y recién ahora lo entendía de esa forma, nada en el mundo podría haberlo preparado para lo que sucedió en ese momento.
Sin perder un segundo, Delfi tomo el plug, lo metió en su boca en donde lo babeó lo más que pudo y luego mandó su mano bajo la parte trasera de su falda, sin dejar de mirar a Manu, hizo una pequeña muesca de incomodidad, se endereó y con una sonrisa de satisfacción, terminó con un -"Ahora sí, lista para trabajar".
El cerebro de Manuel estaba complentamente desecho. No podía ser. No era real lo que acababa de pasar.
-"Me fuí. Disfrutá tu tarde", le largó su hermana abriendo la puerta.
-"Pará, pará", le dijo Manu como desesperado.
Delfi se volvió un poco y le dijo -"¿Qué pasa?, llego tarde y Estefi estaba dando vueltas por la casa. No vas a querer que piense algo raro, ¿No?".
Manuel tragó saliva, y procurando no dejarse llevar por el deseo de meter a su hermana dentro de la ducha y meterle la pija hasta por las orejas le preguntó -"¿Posta vas a ir a trabajar con eso metido en el culo Delfina, no te duele?".
Su hermana sonrió como el guazón, sabiendo que le había dado vuelta el piso a Manu.
-"¿Así que a Juancho le preocupa si me duele el culito?, susurró.
Manuel iba a contestar cuando ella continuó, -"Es como si yo te preguntara si no te molesta tener semejante cosa entre las piernas todo el tiempo".
Y ya saliendo del baño finalizó, -"Supongo que ya los dos estamos acostumbrados", y cerró la puerta.
El agua de la ducha se sentía ahora fría de lo caliente que estaba Manu. Dos pajas más fueron necesarias para poder calmar su fuego y aún así su mente volvía a repasar el momento y las palabras de su hermana una y otra y otra vez.
Una vez terminada la ducha, Manu se cambió y perdió el resto de su tarde entre mensajes con amigos, juegos en la pc, música y demás.
Sin saber como había pasado el tiempo tan rápido, sintió la voz de Estefi llamándolo a cenar.
Mamá había llegado temprano, así que pudo compartir la cena con Manu, Estefi y Romi.
-"Delfi me avisó que no viene a dormir, se queda a dormir en lo de una amiga", les comentó mamá mientras cenaban.
Manu se decepcionó en silencio. Había estado toda la tarde con la imagen de su hermana metiendose el butt plug en el culo y la verdad es que era una bajón saber que no la iba a ver hasta el día siguiente. Estaba deseoso de explotar esa nueva "relación" que tenía con su hermana mayor.
La cena se desarrolló de manera normal, era el turno de Romi de lavar los platos, así que ella se quedó en la cocina.
-"Ya aguanté demasiado sin bañarme, odio llegar con el tiempo justo y no poder pegarme una ducha antes de cenar", dijo Estefi camino al baño. Mamá, por su parte, le pidió a Manu que la acompañara, que necesitaba preguntarle algo.
Manu jamás tuvo problemas con su mamá, pero cada vez que se mandó un pedo, o tuvo problemas en el colegio o algo por el estilo, la forma de mamá de llamarle la atención era esa, lo llamaba en privado y en lugar de retarlo, le hablaba toda decepcionada, que se sentía todavía peor. Caminó tras su mamá, con dirección a su habitación y una vez dentro, mamá le dijo -"Sentate, por favor", señalando la cama.
Más allá de ser ahora un boludo grandote, Manuel siempre se iba a sentir pequeño comparado con su mamá, le tenía el respeto máximo, jamás le había gritado o contradecido. La palabra de mamá es ley, como a ella le gustaba decir.
Se sentó en la cama, hecho una gelatina, preguntándose si le iba a hablar de Delfi, de las tangas, de Romi, de espiar a Estefi. -"¿Cómo carajo se enteró?, ¿Le habrá dicho Romina?", su paranoia crecía con cada segundo que pasaba y su mamá lo miraba sin hablar.
Luego de cerrar la puerta suavemente, mamá se acercó a su hijo, se sentó junto a él, lo abrazó sobre el hombro con su brazo derecho y mirándolo con ternura le dijo -"¿Cómo estás chiquito?, ya casi ni hablamos. Quería pedirte perdón por no estar tanto estos días. Vos sabés que los días antes de las fiestas son los peores. Pero te prometo que en enero vamosa tener unas merecidas vacaciones, a pasar tiempo juntos. Así descansas y volves con todas las pilas para arrancar la facu".
Manu, que temblaba como un cachorro en el frío, tragó saliva y se tranquilizó. -"Puf!, no era nada", se dijo para sus adentros".
-"Estoy bien mami, tranquila. Disfrutando el tiempo libre, jugando con los chicos, empezando una nueva etapa. La verdad es que no me puedo quejar", contestó el joven, dejandose abrazar por mamá.
-"Bueno, me quedo más tranquila entonces. Acordate que podés confiar en mi y podés contarme lo que sea, para eso está mami", agregó mamá mimando un poco más a Manuel, que de a poco se escapó del ataque de amor de su progenitora y se fue hacia la puerta. -"Bueno, bueno. Demasiado cariño. Me voy a jugar a la play, buenas noches mami", dijo mientras abría la puerta y salía hacia el pasillo. -"Hasta mañana, no te acuestes tan tarde", alcanzó a decir su mamá antes de que el cerrara la puerta.
Manuel iba camino a su habitación, cuando de repente vino Romi y practicamente lo empujó contra la pared.
-"¿Qué quería?, ¿Se enteró?, ¿Le contaste?", lo bombardeó a preguntas su hermana.
Manuel no sabía si reirse o no ante el ataque de histeria de su hermana. Aunque reirse no le pareció justo, ya que el mismo estuvo así de nervioso solo momentos atrás.
-"Tranquila Romi, solo quería saber como estaba y decirme que en enero nos vamos de vacaciones y esas cosas, nada mas.¿Cómo se te ocurre que le voy a contar algo de eso zonza?", dijo Manu tratando de tranquilizar a su hermana.
-"¿Qúe cosa no podés contar Manu?", preguntó Estefi, que justo salía del baño.
Tanto el como Romina se quedaron duros del miedo, ¿Cómo no se habían dado cuenta que hablar ahí en el pasillo podía resultar en un problema de ese tamaño?.
-"Ey, ¿Que tanto misterio?, les hice una pregunta", agregó Estefania ya mirandolos con cara sería, una que hacía acordar a mamá cuando esta se enojaba.
Manuel no podía articular palabra y para su gran sorpresa, fue Romi la que dió un paso al frente y los sacó del apuro.
-"No hables tan fuerte boluda, si tampoco es para tanto. Le pregunté a Manu si le había dicho a mamá que Delfi iba a salir con un chongo en vez de quedarse en lo de una amiga", le susurró a su hermana.
Estefi puso una cara onda sobradora y respondió -"Pff, chocolate por la noticia, eso lo sabe todo el mundo. Incluso mamá no podría ser tan inocente de creerlo. Es más, estoy segura de que se hace la que no lo sabe, para no hacerse mala sangre" y se fué cubierta con su toalla hacia su habitación.
Tanto Manuel como Romina respiraron hondo y se fueron para la cocina.
Por fin estaban los dos solos de nuevo. Manuel se sirvió un vaso de coca y se sentó en la mesa, sonriendo. Seguía zafando de todo y eso lo tenía muy contento.
-"No entiendo como podes sonreir o estar contento. Yo ya no sé que pensar. Te juro que pensé que mamá ya sabía todo y de pedo no nos escuchó Estefi, no podemos ser tan pelotudos. Encima del pedo que nos mandamos, no tenemos ni medio cuidado".
A Manu le cambió el semblante -"¿Cómo pedo?,¿Te arrepentís de lo que pasó esta mañana?, para mi fue algo hermoso, me encantó y me calentó demasiado", le dijo a su hermana, dejando en claro que él no estaba de acuerdo con la afirmación de la joven.
Su hermana se quedó como pensativa, otra vez se había puesto toda roja y miraba a sus pies, con apariencia de avergonzada, sin saber que contestar.
-"No se si me arrepiento", dijo suavemente luego de unos incómodos segundos de silencio.-"Vos tenés que entender, que esto no es fácil para mi. Yo jamás hice nada de nada con nadie. Sabés que Rodri es mi primer y único novio y jamás tuvimos sexo o algo así, solo besos, nada más. Y bueno, cosas como las que te conté más temprano, pero nada concreto", agregó. Era como que cada palabra que ella decía tenía que pensarla 10 veces, hablaba demasiado pausada, llena de nervios.
Manuel, que escuchaba atento y lleno de ternura y morbosidad, iba a contestar, pero su hermana continuó.
-"Tampoco quiero que esto se transforme en una terapia, pero la verdad es que me hizo bien lo de esta mañana. Al principio me sentí culpable, pero la verdad es que pude estudiar de corrido toda la tarde y para ser honesta, fue lo más rico, intenso y placentero que sentí jamas. Amé ver tu cuerpo y sentir la leche caliente sobre mí. Me hizo sentir sucia, sí. Pero sucia bien. Sucia rico", terminó esa ultima frase con una sonrisa pícara, inocente, pero llena de lujuria.
Manuel miraba a su hermana con todo el deseo que se creía capaz de almacenar en el cuerpo. De a poco su cerebro interpretaba todo lo que acaba de escuchar, sintiendose lleno de ganas y con el anhelo más oscuro que había invadido su cuerpo hasta ese momento.
Su cuerpo parecía haber anticipado a sus pensamientos, ya que la carpa en su pantalón no se había hecho esperar, y por esa vez, Manu estaba lejos de intentar disimularla. Es más separó sus piernas, con toda intención de que se notara todavía más.
-"Me encanta escucharte hablar así Romi. Y más me encanta saber que los dos pensamos de la misma forma. Estoy igualmente soprendido que vos por todo esto y la verdad es que jamás podría haberme imaginado que mi propia hermana iba a ser la responsable de hacerme sentir todo esto que siento", le dijo a su hermana, mirándola con una sonrisa tierna, pero a la vez perversa.
-"Y si de algo te sirve", siguió envalentonado, -"Yo tampoco he hecho nada con nadie. Esta mañana fue la primera vez que miro una concha así, cara a cara, bueno la de Estefí fue primera, pero digamos que esa no estaba abierta para mi, sino para Renzo. Pero con vos fue mágico. De otro mundo".
Los dos jovenes se quedaron miránose a los ojos. Llenos de ganas, repasando imagenes de lo vivido más temprano, midiéndose, preparándose para lo que sabían que les esperaba.
El bulto de Manu no había pasado desapercibido y su hermana lo miraba de la forma más obscena. Lejos de estar ajeno a esta situación, Manu llevó la situación al siguiente nivel, bajando su pantalón y dejando su pija al aire. Toda dura, erecta, venosa. Un espectáculo para los ojos de su hermana, cuyos ojos se hacían una fiesta, adorando semejante pedazo de carne.
-"¿Te animás a tocarla?", preguntó Manu, dispuesto a llevar las cosas lo más lejos posible.
Romina se quedó mirando a su hermano y su pija, sin saber que responder. Todo su cuerpo le pedía levantarse y acariciar ese mástil de tamaño desproporcionado, que hacía parecer de juguete al pobre proyecto de pene que tenía su novio, pero al mismo tiempo, su mente le decía que eso estaba mal, no no podía ser, que si alguien se enteraba los iban a matar, que era ilegal y etc, etc...
Pero como es de costumbre, la carne es débil. La muchacha se levantó de su silla y fue a pararse frente a su hermano, si apartar los ojos del premio, todo duro y hermoso, solo para ella.
Con suavidad puso su mano derecha sobre la pija de su hermano. Era increíble, la sentía latir en su palma. Por primera vez en su vida, sostenía una pija. Y no una pija cualquiera, la pija más grande que había visto y encima era de su hermano pequeño. Romi se sentía estallar.
Manuel tenía los ojos cerrados y sos manos agarrando los laterales de la silla, sabiendo que si llegaba a abrir los ojos, su cabeza podía llegar a explotar de placer.
De a poco, Romi tomó confianza y comenzó a acariciar el miembro de Manu. Sumó su mano izquierda y con un ritmo lento, empezó a mover sus manos de arriba a abajo. Parecía una niña con chiche nuevo. Ella jugaba a hacer aparecer y desaparecer ese hongo colorado que culminaba el falo que tenía entre las manos.
-"Mojate las manos Romi. Escupila", dijo Manu sin abrir los ojos.
Divertida por la petisión de su hermano, Romi se escupió las manos y continuó con el trabajo, pero ahora con algo más de ritmo. Se había cansado de estar encorvada, así que se arrodilló en el suelo, frente a la silla de Manu, para poder estar mas cómoda.
Y así estaban. Plena cocina, y la colorada haciendole a su hermanito la paja más caliente de su vida.
Llevaban unos cuantos minutos de fraternal masturbacion cuando Manu comenzó a respirar más agitado y en respuesta, pensando que era lo que tanía que hacer, Romi aumentó el ritmo de sus manos, hasta que con un suspiro final y y ahogando un gemido, todo el semen del joven comenzó a brotar tal cual erupción volcánica.
Romina no podía dejar de mover sus manos, estaba endemoniada. Veía la leche de su hermano salir disparada en todas direcciones y ella estaba dispuesta a sacarla toda.
Leche en sus manos, en sus brazos, en su cara, en su pelo, en su pecho, en el piso, sobre su hermano, en fin...leche por todos lados. Era un desastre lácteo. Todo enchastrado, todo caliente, todo placer, todo perfecto.
Al menos hasta ese mismísimo segundo, ya que la puerta de casa se abrió y Delfina entró en la cocina con paso decidido, solo para quedar paralizada ante la situación de la que era testigo. Manuel, con las piernas abiertas y su pija hecha un arbol y Romina, arrodillada en el piso, completamente cubierta por leche.
Les pido que me cuenten que piensan de los capitulos. Si prefieren que sean más cortos, más largos, cual es su personaje favorito, etc.
Muchas gracias.
Nos vemos en el próximo.
66 comentarios - Somos 5 hermanas, Mamá y Manuel. Parte 4
simplemente espectacular
Seguí así genio
Me encantaría que salieran más seguido, pero es entendible que cada uno tiene sus tiempos y su vida. Así que en pos de mantener la calidad, manejáte vos.
Lo más importante hasta ahora para mí, es que son bastante creíbles: podrían pasar en algún lado y no sonaría como la típica sanata de la mayoría de los relatos. Así que mantenélos en ése rumbo.
+10
Me gustaría que fueran más largos, pero si eso significa que van a tardar más prefiero que sigas con este ritmo.
Van puntos y espero el pr
Un espectáculo. Me gustan los personajes, están bien armados, y capaz que la trolita me gusta más.
Increible relato, me gustaria que fueran mas largos y que no tardes tanto en publicarlos, los disfruto al maximo
van 10