Esa mañana nos cruzamos con Lalo en la sala y los presente.
-Así que vos sos la que me va matar y no sólo de insomnio-. Dijo Lalo por sus obvios gritos y gemidos.
-Perdón- dijo Mariana ruborizada.
-mi vida!!!!- le gritó Lalo -No tenés de qué avergonzarte, si supieras las cosas que se de tu novio-.
-Ni me quiero imaginar-le contestó Mariana, mientras me miraba pícara.
-jajajaja- me reí - vamos antes de que empiece a contar-.
Al volver Lalo me interrogó.
-Por Dios, que fuego es esa mina-. Dijo tapándose la cara con ambas manos. -No se para que vine tan temprano del pool, No me quedó otra, me tuve que echar alta paja escuchándola.
-Así es, fuego. Me gusta mucho-.
- Ok ok me voy a tener que conseguir alguien cuanto antes, por qué si van a ser así los fines…-.
Lalo no sabía pero la idea ya quedó implantada en mi mente…
Mariana cómo mi novia oficial se empezó a mudar a la casa. Se llevaba bien con Lalo y hasta salimos un par de veces los tres juntos.
A las dos semanas ya no preparaba el mate de desayuno con una remera y en tanguita.
Ya en el trabajo Lalo me envió un MSN.
-No aguanto más hermano, y discúlpame que te lo diga, pero ando pija dura todos el día, Mariana me tiene loco-.
-Se que te gusta, me di cuenta cómo la miras-.
-No es sólo eso hermano, me estoy enamorando de ella, discúlpame-.
-Ok hermano tranqui, vi como se miran y se dará lo que ella quiera que se de-.
Sin embargo decidí calentar aún más la situación, esa noche Mariana estaba como siempre sentada en mi pene yo recostado sobre la cabecera de la cama disfrutaba tocando y mamando sus pechitos ricos, entonces comencé a deslizar mis dedos por su columna llegando a su culito.
Eso le encantaba, cuando lo hacía tiraba la cabeza hacia atrás disfrutando mi caricia, baje mis dedos a su conchita, mojandolos en sus flujos, y comencé a introducirlos en su ano.
Mariana suspiraba y comenzaba a mover la cadera lentamente.
Cuando lo tuve entero metido adentro, lo saqué, introduciendo otro y luego un tercero, Mariana gemía extasiada.
-Te gusta amor-.
-Me encanta corazón-.
-Te gustaría que tuviera dos pijas para penetrarte-.
-Hay BB me deja loca-. Decía entre gemidos.
-Te gustaría que te coja otro macho?-. Le dije hundiendo lo más que pude los dedos.
-Ahhhh-. Contestó con un gemido.
-Te gustaría la de Lalo bb-.
Paró su movimiento, y me miró fijamente con sus ojitos negros divinos.
-Sabes que te amo-. Dijo y se mordió el labio inferior, mirándome como midiendome, - Si, bb me gusta, pero yo te amo a vos-.
-Lo se amor-. Le dije tomándola del cuello. - Me di cuenta como se miran-.
-Perdóname amor-. Dijo acariciándose en mi mano.
- Mi vida me encanta que seas así, caliente, putita y viciosa-. Le contesté y comencé a moverme bajo ella.
Reaccionó haciendo lo mismo, y cogiéndome cada vez con más fuerza hasta hacerme acabar bien dentro de ella. Esa noche la enana quedó re caliente y termine haciendole la cola acostado sobre ella, mancillando sus nalguitas largamente.
A la mañana siguiente al salir del baño los encontré en la cocina tomando mate, uno a cada lado de la mesa, Mariana estaba como siempre con una remera mía puesta y en tanga. Me miró, pícara tomo mi mano me acerco a ella y me abrazó.
-Salis está noche?-. Le pregunté a Lalo mientras tomaba el mate.
-No se, no tengo nada planeado-. Me contestó.
-Que tal si miramos una peli los tres?
-Dale !!! Yo les hago la cena-. Dijo Mariana.
-Con una picada ya estamos, no?-.
-Yo traigo unas birras entonces-. Dijo Lalo .
Y así quedó todo organizado.
Hacía calor y cuando Lalo fue a buscar las cervezas, Mariana fue a ponerse algo cómodo y a preparar la picada. Desde el sillón de la sala le pedí si por favor no me alcanzaba un vaso con jugo. Y me lo trajo.
Se puso una remerita corta, ajustada hasta el ombligo y un ahorro que dejaba ver el nacimiento de sus nalgas paradas. Era muy zarpado, mi pija dio un salto.
-Mi vida!!!-. Le dije.
Y la seguí, ella escapó riendo pero la alcancé. La besé y la empecé a tocar, sus pezones se pararon y se mostraban duros, los acaricie, y ya estaba amasando sus nalgas sobre el shot cuando escuchamos el auto.
Apareció Lalo con 6 cervezas. Le dije.
-Deja yo las pongo en la heladera-.
Lalo puso el DVD y nos gritó ya está la peli. Cuando la vio llegar con la bandeja, quedó anonadado, con la boca entreabierta.
Luego de 2 cervezas y a la hora de película (la cual no nos importaba en lo más mínimo) Miriam que estaba sentada entre nosotros me besaba y se acariciaba por lo cuerpo.
Comencé a corresponderle tocándola casi lascivamente. Lalo no nos sacaba los ojos de encima. La di vuelta quedando ella apoyada en mi pecho y mirando hacia Lalo.
Baje una mano a su rodilla, y la otra desde el hombro hacia uno se sus pechos. Fui poniendo mi mano entre sus muslos separándolos, llegué a la conchita de Mariana y comencé a tocarla.
Mariana gemía sin dejar de mirar a Lalo que la miraba con fuego en los ojos.
-Estas lista mi amor-. Le dije a Mariana.
-Te amo mucho bb-. Me contestó.
Mariana cerró las piernas y se puso de pie. Tomó la mano de Lalo que se levantó y se acercó a ella. Mientras se besaban Mariana acariciaba su bulto duro, por sobre el pantalón.
Lalo la tomó de las nalgas levantándola y ella cruzó sus piernas alrededor de él.
-Vayan -. Le dije a Lalo mientras me acomodaba en el sillón, besándose se fueron a la habitación de la Lalo y cerraron la puerta.
Estuve sentado frente a la TV 15 minutos y cuando comencé a sentir los gemidos de Mariana me dirigí a mi habitación.
Era cierto imposible dormir, con Mariana gimiendo y gritando al lado. Casi podía imaginar que hacían con solo escuchar sus distintos gemidos gritos y puteadas. 3 horas estuvieron cogiendo juntos.
Cuando los gemidos y resoplidos cesaron a los 20 minutos siento que se abre la puerta. Era Mariana, en la oscuridad recorrió mis piernas y llego a mi pene que parecía un fierro de duro.
-Mi amor creíste que te iba dejar abandonado- me dijo mientras tocaba su cuerpo desnudo -Te amo mi amor, gracias, lo necesitaba-.
La tomé de las caderas tirándola en la cama y en un solo movimiento me hundí en su mojada conchita bombeando sin parar echandole dos cargas de leche caliente.
Amanecí con su cuerpo cálido enredado en el mío. Pase por Lalo, prepare unos mates, y luego de los obvios comentarios de la noche anterior, discutimos lo que pasaría de allí en más.
Como una hora más tarde apareció Mariana. Como siempre cubierta solo por una remera mía, la miramos muy serio y ella se detuvo en seco, mirando nuestros rostros.
-Sentate Mariana, tenemos que hablar con vos-.
Con ojos grandes y sin rastro de la sonrisa con la que llegó a la cocina se sentó.
-Lalo y yo estuvimos hablando de lo que pasó anoche-.
-Aja …- dijo poniendo cara de preocupada.
-Decidimos que queremos que de ahora en más vos seas nuestra novia… nuestra mujer…-. Dijo Lalo muy serio.
-De los dos…-. Dijo sorprendida.
-Claro si vos queres-. Le dijo Lalo.
-También queremos que te mides acá con nosotros-. Añadir yo.
Nos miró primero a Lalo y luego a mi
-Y? , Que decís, querés?-.
Nos volvió a mirar y se dibujó un sonrisa que iluminó su rostro.
-Si!!!-. Casi gritó mientras me abrazaba y estiraba el brazo para abrazar también a Lalo.
Ese mismo día se mudó con nosotros, trajimos sus cosas y se ubico en otra pieza, pero no pasaba mucho tiempo allí. En verdad pasaba una noche en mi cama y otra en la de Lalo. El primer fin de semana fue demencial, se paseaba desnuda por la casa siendo poseída por el primero de los dos que la encontraramos, sentir sus gemidos se hizo habitual y gustaba de darnos masajes y chupadas de pija cuando volvíamos del trabajo.
El primer fin de semana luego de cenar, ya la estábamos mimando en el sillón de la sala, cuando de golpe se levanta y va hacia la habitación. Volvió con una almohada se arrodilló y nos empezó a mamar las vergas de manera alternativa, mientras chupaba a uno pajeaba al otro y viceversa.
Luego del largo tratamiento oral se sentó sobre mi. Mientras atendí la pija de Lalo con la boquita.
Mariana sumisa giraba y giraba en el sillón alternando chupadas y cogidas de sus dos pijas.
En uno de los cambios la empuje sobre Lalo, el la tomo de la cintura sentandola sin piedad y de un envión en su mástil de carne, Mariana tomaba la cabeza de Lalo y lo tenía contra las tetas moviendo las para que las chupe y muerda.
Decidí comerme sus nalgas las amase, las mordió, las chupe y luego subí lentamente por su espalda llegando a su cuello hermoso.
La tenía regalada le apoye y ella con su saliva mojo su culito ofreciéndome que entrara, la fui penetrando con dificultad ya que Lalo no paraba de darle y darle pija por la concha.
Me introduje completo en ese ano dilatado y podía sentir la pija de Lalo entrando y saliendo de su concha. Entramos en buen ritmo. Mariana gemía como una desquiciada, sus gemidos se debían escuchar en todo el barrio.
Sentía la piel áspera de su ano acariciando mi pija con cada embestida, y los gemidos entrecortados de Mariana, era más que seguro que no soportaría más estaba a punto de terminar y llenar ese culito de leche, cuando sentí un empujón y tome a Mariana de las caderas cayendo con ella de espaldas. Se sentó sobre mi pija penetrandola a full. Lalo le abrió las piernas tumbandose sobre ella.
-Ahora si te lleno de leche amor-. Dijo Lalo metiendo su pija profundamente dentro de su conchita.
El menor movimiento retraso mi acabada, Lalo y Mariana gemía sin parar. Lalo estaba acabando y su leche salía a raudales de la concha de Mariana cayendo en mis huevos.
No podía más tense mi pija al máximo y me fui en leche dentro de su cola. Quedamos los tres sudando, uno sobre otro, un baño juntos y la llevamos a la habitación a seguir con nuestros juegos.
Mariana fue durante 4 meses nuestra novia y nos tratábamos como tales en todos lados, incluso hubo sucesos divertidos con gente que se confundía de quién era novia y quien gorreaba a quien.
Hasta que un día cuando terminabamos una ardua sesión de garche nos dijo
-Chicos no doy más, no puedo seguirles el tranco-.
Y apareció Mariza.
Pero esa ya es otra historia.
3 comentarios - Mariana, nuestra novia. P.2