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Nuestra primera aventura

Hola, nos presento, somos Él y ELLA.Una pareja joven, que al parecer tiene la necesidad de conocerciertos mundos, que según muestra la sociedad, están ocultos ysegún está pareciendo, en realidad están bien dentro de nosotros,al menos, del que escribe estas letras y su pareja. Cuánto nos quedapor descubrir, lo descubriremos, supongo y a la vez, un poco miedoso,lo deseo. Ya veremos que nos deparará el futuro, de momento, os voya contar el presente, del que aún estoy atónito. Vamos a ello.


Hace solo unos días, no teníamos nadaque celebrar, pero teníamos ganas de fiestecita. Nuestrasfiestecitas, le guste a quien le guste, suelen tener unidas variascosas. Solemos empezar bebiendo, poniendo música y calentandonos,física y mentalmente. No siempre, pero muy de vez en cuando,consumimos una sustancia que nos hace perder la cabeza, deshinibirnospor completo, el jodido MDMA. Ese día, tras la primera copa,empezamos a consumir. Serían las 18:00 de la tarde cuandocomenzamos. A eso de las 20:00 ya estábamos en casa con la ropaquitada y follando. Pero quedaba día y noche. Aún quedaba día ynoche.


Las sustancias empezaron a hacer mella,las ideas en la cabeza comenzaron a surgir, el extasis estaballegando. Queríamos guerra. Charlas infinitas, hasta que empezamos ahablar de las fantasías que teníamos cada uno. A mí se me ocurrióla idea, de que ya que estábamos en Madrid, de donde no somos,podríamos hacer un poco lo que nos diese la gana en la calle. Comopor ejemplo, ir a una discoteca de personas bien puestas en edad yque ella tontease un poco delante mía con algún señor que andarapor la sala, sin llegar a nada, solo el tonteo. No sé para que dijenada. Cara de diabla y la pregunta ¿Y que me pongo? Pues no lo sé,pero algo morboso, un trajecito corto, medias y tacones, no hacefalta tampoco demasiado, allí vas a resaltar según entremos. Y asílo hizo, traje negro de tubo, unas medias y unos tacones de esos quedejan los pies al descubierto. Pedimos un taxi y a la sala X nosdirijimos.


Antes de entrar ya todo eran nervios,pero estábamos decididos. Entramos y como no podía ser de otramanera nos dirijimos a la barra a aplacar nuestra sed y con ella unpoco nuestros nervios. Apoyados en la barra, con nuestras copas, condisimulo, echamos un poco de aquella droga en nuestras bebidas. Ellame preguntaba ¿Que hago? Y yo contestaba, baila, como si yo noexistiese. Ve a la pista y baila, que yo desde aquí observaré todolo que ocurra, sin que se nos vaya de las manos, solo es excitar, queyo vea como te desean estos señores... La idea me ponía tanto queel pantalón me incomodaba.


Salió a bailar y nadie se acercaba,ELLA bailaba y me miraba, yo apartaba la mirada, supuestamente parano llamar la atención. Pero por lo visto habíamos llamado laatención desde que entramos. Un señor que la miraba deseoso, seacerco a mí en la barra y me preguntó ¿Esa morena va contigo,verdad? Era evidente, joder, eramos las únicas personas de 30 añosen el local. Aquello no estaba funcionando. ELLA me miraba, a sualrededor estaba el vacío, allí parecía que para aquellos señoresera algo inalcanzable o era muy evidente, no lo sé, pero ELLA seestaba cansando de bailar sola y se acercó a mí. -Oye, esto pareceque no funciona y me estoy meando, ¿vamos juntos y chupamos unpoquito (consumimos un poco de droga chupandola con los dedos?-.-Pues claro cariño, vamos-.


Y ahí la liamos, claro, no íbamos aentrar en el baño de chichas juntos, entramos en el de chicos, enese caso señores. Habría 5 o 6 dentro. Y al entrar, ELLA solo memiro, contesté su mirada, y vi en aquellos ojos, que debía saludara los presentes en alto, así que solté un ¡Hola!, para atraer susmiradas, que estaban todas concentradas en sus meadas en el inodoro.ELLA y yo habíamos encarado nuestra direccion a un WC con puerta, yaquella puerta, antes de entrar, le levante la falda y ELLA como actoreflejo, apoyó sus manos en la puerta de aquel WC, con 10 o 12 ojosobservandola, cuando levante su falda y pregunté ¿Habéis visto queculazo?. Solté un par de azotes, ELLA me beso. Yo observé, todosatonitos ante semejante culo joven. Uno con la voz tiritando dijo unSiiiiii. Y ahí ELLA reaccionó y abrió la puerta del WC, me agarrode la camiseta y me empujó dentro. ¿Que haces?. Buah, venga saca labolsa, vamos a chupar y ¡vamonos de aquí!.


Aquello había sido demasiado morbo,demasiado. No solo para mí. Salimos del baño y nos sentamos en unbanco que había entre los baños de mujer y hombre, mientras salíanlos afortunados que habían aquel culo 20 o 30 años mas joven queellos. Allí ya no pintábamos nada y ELLA me pidió medio temblando,no de miedo, no de vergüenza, de excitación, que nos fuésemos deallí.


Tal y como salimos por la puertaparamos un taxi. Nos sentamos ambos atrás, le dimos la dirección yELLA no paraba de mirarme, con esa mirada, la misma que tenía justocuando entramos en el baño de hombres. Yo la miré y la besé, sumano ya estaba en mi entrepierna, aquello ya había empezado. Laacerque a mí e hice que se pusiese a cuatro patas en medio delsillón de atrás, con el culo apuntando hacia el taxista, queconducía atonito. Levanté aquel vestidito negro, la miré, ELLAtenía los ojos vueltos, casi en blanco, extasiada. Él conducía,pero miraba por el espejo retrovisor. No era demasiado viejo. ELLA mesusurro, “que no toque”. Yo no paraba de magrear aquel culo yofrecérselo a él. Me iba a explotar, era un a roca con aquellasituación. Y sin tener permiso, le pregunté ¿No quieres tocar?.Fue instantáneo, tocó, vaya si tocó. Le bajé el tanguita y entreamos, estuvimos acariciando aquel monumento, mientras que turnábamosnuestros dedos dentro de ELLA. Se dejaba hacer, mientras que su manofue dirigida a mí. Me acarciaba, pero en aquella postura le eraimposible desabrochar mi pantalón. La ayudé, la saqué, y empezó acomersela mientras que yo abría aquellas nalgas para que el taxista,con su mano derecha y como la conducción le permetía, le introducíasus dedos y los movía dentro de ELLA. Aquello termino en un orgasmoprofundísimo para ELLA, mientras que me tenía a mí introducidohasta su garganta.


Tardamos poco más en llegar a casa. Eltaxista no sabía que hacer ni que decir. Por la mirada de ELLA, yotenía claro que al menos con él, se había acabado. Estaba que nosabía donde esconderse. Así que le pagamos y nos depedimos.Esperemos que nunca, cuando bajé del bloque, lo vea por allí“buscando” clientes....


Lo que pasó al entrar a casa, daríapara otro relato, pero creo que ese relato no “asustaría” anadie. Somos usuarios de esta comunidad desde hace mucho, no muyactivos. Es más, cada vez que hemos subido algo, al final, díasdespués, lo hemos acabado borrando por vergüenza. Pero este relato,estoy decidido a acompañarlo de alguna foto, para que os hagáis unaidea de lo que vieron en aquel baño y lo que tocó el suertudo deltaxista...



Nuestra primera aventura

4 comentarios - Nuestra primera aventura

jbprodesign +1
Que buena experiencia. Los felicito que puedan dar rienda suelta a sus fantasías. Y de paso... Agradecido por compartir la imagen.
De paso... Hermoso culazo tiene Ella. Espero ver y leer mucho más de uds. Los voy a seguir.
apogeoyperigeo
+10 por tu educación
marckrex +1
Como le follo el culo a tu mujer ,+10 y a favoritos