En esta epoca de encierro y de distancia social, en la que mucho no podemos hacer, ( es tiempo de quedarse en casa! A cuidarse para que podamos vernos despues, muy sanitos y con muchas ganas de buenos garches!) me puse a pensar en varias historias divertidas que viví personalmente para contarles.
Recordé una que nunca les había contado, muy caliente de por cierto. Sucedió hace mas de cuatro años y me voy a tomar mi tiempo para escribirla porque no tiene ningún desperdicio. No me quiero olvidar de nada y quiero recordarla tal cual fue. Obviamente que esto que les paso a contar lo viví, no me lo contó nadie y por lo tanto es 100% real.
La mujer con la que salía en ese momento había incursionado, antes de conocerme, en el sexo grupal. Solo alguna experiencia que hizo que al conocerme a mi le diera ganas de seguir experimentando juntos.
En esos tiempos, antes de que yo apareciera en su vida, conoció a un señor de unos 60 años aproximadamente (nosotros teníamos 50 y pico). Bisexual el, pasivo con los hombres y activo con mujeres. Llamemosle Pedro.
Se vieron un par de veces y una de esas veces también estuvo otro señor de edad similar, llamemosle Ricardo, también bisexual pero activo, el cual solía saciar el hambre de pija de Pedro bastante seguido.
Conocí a Pedro en su casa, una casa quinta no muy lejos de donde viviamos, una vez que fuí con mi mujer a enfiestarnos los tres. La pasamos genial, Pedro era un tipo muy amable y excelente amfitrión. Allí surgió la idea de invitar a Ricardo para la próxima y así fue que se dió el encuentro que ahora paso a relatarles.
Un sabado a la noche, llegamos y ya estaba Ricardo, charlamos, tomamos cerveza y comimos algo hasta que fuimos a la cama.
Allí empezaron los besos y caricias hasta quedar los 4 sin ropas. La cosa era pactada todos contra todos. Tres hombres que no tenían problema de disfrutar entre ellos y una mujer que tenía tres hombres para deleitarse.
No teníamos ningún apuro, la cosa con ellos solía hacerse con un primer tiempo de caricias, chupadas, besos y hacer acabar a la dama varias veces, un descansito y despues si garcharnos hasta acabar. Mi mujer siempre tenía una boca en la concha y muchas veces la agarrabamos entre los tres y la chupabamos toda. Nuestras pijas fueron chupadas siempre, por ella y por nosotros que supimos disfrutar de chuparnos y besarnos. Por ahi aparecieron un par de consoladores y fueron a parar a la concha de mi mujer y al culo de Pedro. Estuvimos mas de una hora con estos franeleos. Si bien Ricardo y yo eramos los activos no parabamos de chupar la pija que tuvieramos cerca o la concha de mi mujer cuando estaba libre.
Les cuento, para el que no lo probó, que tener dos bocas haciendose cargo de tu pija es algo tremendo, una boca de cada lado del tronco subiendo y bajando que cuando llegan arriba se transan entre ellas y despues una boca te empieza a tragar la pija y la otra baja a lamerte los huevos y el culo y despues vuelven y cambian y vuelta a empezar.... tuve que pedir que paren porque me iban a hacer acabar.
Meterme entre las piernas de mi mujer y no parar de lamerla hasta sacarle dos orgasmos que me bañaron la cara mientras sentia que una lengua lamia mi culo, sin saber quien de los dos era, haciendome delirar de calentura. Que me chupen el culo es una de las cosas que mas me calienta.
Estuvimos como una hora con estos juegos. De pronto, mientras mi mujer le chupaba la pija a Ricardo yo la empecé a pajear, como a ella le gusta, con dos dedos bien metidos en la concha, dando golpecitos en la zona del punto G, mientras Pedro me chupaba la pija. Vi el vibrador ahi, a mano, lo agarré y se lo apoyé arriba del clítoris. Las oleadas de placer mas la estimulación del punto G la hicieron explotar en un orgasmo tremendo que la dejó sin aire y pidiendo un descanso.
Pedro la acompañó al comedor a tomar algo y con Ricardo nos quedamos extendidos en la cama charlando. Nos estabamos conociendo ese día y la charla llegó a como pueden darse placer dos hombres activos que no les gustaba ser penetrados como nosotros dos. A los dos nos gustaban la franela y las chupadas...
Pronto le propuse un juego. Aprovheché que estaba acostado boca arriba, su pija estaba bien dura como la mia. Me le acosté encima y puse mi pija junto a la suya, aprisionadas ambas por nuestros cuerpos bien pegados. Lo besé con mucha lengua y despues empecé a frotarme sobre el haciendo que nuestras pijas sean bien estimuladas por nuestros cuerpos. Los dos comenzamos a disfrutar de este juego moviendome yo como si estuvieramos garchando.
Nuestros gemidos llegaron hasta los otros dos que vinieron a ver que pasaba ya que suponian que, por nuestros gustos, no estabamos garchando.
- Mirá como gozan estos hijos de puta! - dijo mi mujer y se nos unieron.
Todo volvió a lo que era, de pronto eramos los tres dandole placer a ella y despues era placer entre los tres hombres y ella parecía sobrar, pajeandose con el vibrador.
Luego llegó el momento de las penetraciones.
Ricardo se acostó boca arriba y ella lo montó. Paró el culo y Pedro le hizo la doble por atras. Yo jugué un poco manoseando a los tres y al ver el culito libre de Pedro fui por atras y lo penetré.
Estabamos todos ensartados pero la falta de cordinación hizo que nos cayeramos entre risas.
La agarré a mi mujer y recostandola la penetré de una, Ricardo le dió su verga para que ella la chupe y Pedro comenzó a lamernos pija y concha mientras nosotros garchabamos.
-No saben lo rico que es esto! - dijo Pedro, pero yo si lo sabía, es algo exquisito.
En un momento estuve a punto de acabar pero queria hacer algo más, me corrí y me senté en la cama, respiré profundo y traté de calmarme. Mi pija estaba muy dura y latía, mis huevos duros, llenos de leche que ya querían descargar.
Mi mujer seguía chupandole la verga a Ricardo y Pedro, ante mi retirada, se había acomodado para seguir chupandole la concha a mi mujer con el culo bien parado y tentador.
No esperé una invitación, me acerqué y lo penetré de una. Una escupida y su dilatación fueron suficiente para que mi pija entre hasta el fondo. Comencé a bombearlo con ganas, Pedro gemía de placer y no dejaba de lamer la concha de mi mujer que había estallado en otro orgasmo.
Lo garché un rato y ya sentí que me venía, se lo avisé y me pidió que le acabe bien adentro.
Dos o tres bombazos más y lo llené de leche bien adentro de sus entrañas. (Una pelotudez coger sin forro pero fue lo que hicimos, una irresponsabilidad que salió bien pero podía haber salido mal).
Caí rendido a un costado de la cama, Pedro siguió en esa posición chupando concha y Ricardo se corrió y fue derecho a clavarse a su mejor amigo.
Su pija entró muy rapido gracias a mi lechazo, comenzó a cogerlo y se sentían los chapotazos de su verga en mi leche. No tardó en acabar el también. El culo de Pedro era una inundación de wasca.
Tendido en la cama mi mujer lo pajeó y acabó el también.
Corrió al baño a sacarse toda la leche que brotaba de su culo sin parar.
Nosotros nos fuimos recuperando y lentamente nos fuimos vistiendo.
Fué un encuentro fantastico que no pudimos repetir.
No voy a contar los motivos porque son muy tristes y no quiero terminar mal la historia. Porque como les dije, fue totalmente real y quedó grabada en mi mente como una de las mas calientes.
Recordé una que nunca les había contado, muy caliente de por cierto. Sucedió hace mas de cuatro años y me voy a tomar mi tiempo para escribirla porque no tiene ningún desperdicio. No me quiero olvidar de nada y quiero recordarla tal cual fue. Obviamente que esto que les paso a contar lo viví, no me lo contó nadie y por lo tanto es 100% real.
La mujer con la que salía en ese momento había incursionado, antes de conocerme, en el sexo grupal. Solo alguna experiencia que hizo que al conocerme a mi le diera ganas de seguir experimentando juntos.
En esos tiempos, antes de que yo apareciera en su vida, conoció a un señor de unos 60 años aproximadamente (nosotros teníamos 50 y pico). Bisexual el, pasivo con los hombres y activo con mujeres. Llamemosle Pedro.
Se vieron un par de veces y una de esas veces también estuvo otro señor de edad similar, llamemosle Ricardo, también bisexual pero activo, el cual solía saciar el hambre de pija de Pedro bastante seguido.
Conocí a Pedro en su casa, una casa quinta no muy lejos de donde viviamos, una vez que fuí con mi mujer a enfiestarnos los tres. La pasamos genial, Pedro era un tipo muy amable y excelente amfitrión. Allí surgió la idea de invitar a Ricardo para la próxima y así fue que se dió el encuentro que ahora paso a relatarles.
Un sabado a la noche, llegamos y ya estaba Ricardo, charlamos, tomamos cerveza y comimos algo hasta que fuimos a la cama.
Allí empezaron los besos y caricias hasta quedar los 4 sin ropas. La cosa era pactada todos contra todos. Tres hombres que no tenían problema de disfrutar entre ellos y una mujer que tenía tres hombres para deleitarse.
No teníamos ningún apuro, la cosa con ellos solía hacerse con un primer tiempo de caricias, chupadas, besos y hacer acabar a la dama varias veces, un descansito y despues si garcharnos hasta acabar. Mi mujer siempre tenía una boca en la concha y muchas veces la agarrabamos entre los tres y la chupabamos toda. Nuestras pijas fueron chupadas siempre, por ella y por nosotros que supimos disfrutar de chuparnos y besarnos. Por ahi aparecieron un par de consoladores y fueron a parar a la concha de mi mujer y al culo de Pedro. Estuvimos mas de una hora con estos franeleos. Si bien Ricardo y yo eramos los activos no parabamos de chupar la pija que tuvieramos cerca o la concha de mi mujer cuando estaba libre.
Les cuento, para el que no lo probó, que tener dos bocas haciendose cargo de tu pija es algo tremendo, una boca de cada lado del tronco subiendo y bajando que cuando llegan arriba se transan entre ellas y despues una boca te empieza a tragar la pija y la otra baja a lamerte los huevos y el culo y despues vuelven y cambian y vuelta a empezar.... tuve que pedir que paren porque me iban a hacer acabar.
Meterme entre las piernas de mi mujer y no parar de lamerla hasta sacarle dos orgasmos que me bañaron la cara mientras sentia que una lengua lamia mi culo, sin saber quien de los dos era, haciendome delirar de calentura. Que me chupen el culo es una de las cosas que mas me calienta.
Estuvimos como una hora con estos juegos. De pronto, mientras mi mujer le chupaba la pija a Ricardo yo la empecé a pajear, como a ella le gusta, con dos dedos bien metidos en la concha, dando golpecitos en la zona del punto G, mientras Pedro me chupaba la pija. Vi el vibrador ahi, a mano, lo agarré y se lo apoyé arriba del clítoris. Las oleadas de placer mas la estimulación del punto G la hicieron explotar en un orgasmo tremendo que la dejó sin aire y pidiendo un descanso.
Pedro la acompañó al comedor a tomar algo y con Ricardo nos quedamos extendidos en la cama charlando. Nos estabamos conociendo ese día y la charla llegó a como pueden darse placer dos hombres activos que no les gustaba ser penetrados como nosotros dos. A los dos nos gustaban la franela y las chupadas...
Pronto le propuse un juego. Aprovheché que estaba acostado boca arriba, su pija estaba bien dura como la mia. Me le acosté encima y puse mi pija junto a la suya, aprisionadas ambas por nuestros cuerpos bien pegados. Lo besé con mucha lengua y despues empecé a frotarme sobre el haciendo que nuestras pijas sean bien estimuladas por nuestros cuerpos. Los dos comenzamos a disfrutar de este juego moviendome yo como si estuvieramos garchando.
Nuestros gemidos llegaron hasta los otros dos que vinieron a ver que pasaba ya que suponian que, por nuestros gustos, no estabamos garchando.
- Mirá como gozan estos hijos de puta! - dijo mi mujer y se nos unieron.
Todo volvió a lo que era, de pronto eramos los tres dandole placer a ella y despues era placer entre los tres hombres y ella parecía sobrar, pajeandose con el vibrador.
Luego llegó el momento de las penetraciones.
Ricardo se acostó boca arriba y ella lo montó. Paró el culo y Pedro le hizo la doble por atras. Yo jugué un poco manoseando a los tres y al ver el culito libre de Pedro fui por atras y lo penetré.
Estabamos todos ensartados pero la falta de cordinación hizo que nos cayeramos entre risas.
La agarré a mi mujer y recostandola la penetré de una, Ricardo le dió su verga para que ella la chupe y Pedro comenzó a lamernos pija y concha mientras nosotros garchabamos.
-No saben lo rico que es esto! - dijo Pedro, pero yo si lo sabía, es algo exquisito.
En un momento estuve a punto de acabar pero queria hacer algo más, me corrí y me senté en la cama, respiré profundo y traté de calmarme. Mi pija estaba muy dura y latía, mis huevos duros, llenos de leche que ya querían descargar.
Mi mujer seguía chupandole la verga a Ricardo y Pedro, ante mi retirada, se había acomodado para seguir chupandole la concha a mi mujer con el culo bien parado y tentador.
No esperé una invitación, me acerqué y lo penetré de una. Una escupida y su dilatación fueron suficiente para que mi pija entre hasta el fondo. Comencé a bombearlo con ganas, Pedro gemía de placer y no dejaba de lamer la concha de mi mujer que había estallado en otro orgasmo.
Lo garché un rato y ya sentí que me venía, se lo avisé y me pidió que le acabe bien adentro.
Dos o tres bombazos más y lo llené de leche bien adentro de sus entrañas. (Una pelotudez coger sin forro pero fue lo que hicimos, una irresponsabilidad que salió bien pero podía haber salido mal).
Caí rendido a un costado de la cama, Pedro siguió en esa posición chupando concha y Ricardo se corrió y fue derecho a clavarse a su mejor amigo.
Su pija entró muy rapido gracias a mi lechazo, comenzó a cogerlo y se sentían los chapotazos de su verga en mi leche. No tardó en acabar el también. El culo de Pedro era una inundación de wasca.
Tendido en la cama mi mujer lo pajeó y acabó el también.
Corrió al baño a sacarse toda la leche que brotaba de su culo sin parar.
Nosotros nos fuimos recuperando y lentamente nos fuimos vistiendo.
Fué un encuentro fantastico que no pudimos repetir.
No voy a contar los motivos porque son muy tristes y no quiero terminar mal la historia. Porque como les dije, fue totalmente real y quedó grabada en mi mente como una de las mas calientes.
10 comentarios - Ella, el bi pasivo, el bi activo y yo.
ojala haya tengas más elatos de ese estilo
http://www.poringa.net/posts/relatos/3146426/La-aprendiz-de-masajes-tantricos-La-graduacion.html