Por el culo a mi clienta
Días antes de verla, generalmente sueño con la morocha muy intensamente, cada vez que nos encontramos en la cama cogemos tan bien, que no hay otra forma: mis sueños son monotemáticos, sueño que le meto mi poronga por todos lados, por la boca, por la concha y que le lleno de leche el culo.
A mi mujer también la cojo por atrás, sin embargo el culo de la morocha y la calentura que tiene cada vez que nos vemos, la ponen en el escalón más alto, mucho más que mi propia mujer. No es bueno hacer comparaciones, pero en este caso particular creo que si vale, porque debo confesar que me calienta muchísimo, añoro con tenerla un fin de semana completo solo para mi, y cogerla como la cojo a mi mujer cuando estamos de vacaciones, es decir a la mañana, a la tarde y a la noche, y alguna veces además, a la madrugada. O sea, cogerla todo el día.
Pero bueno, lo poco si es bueno vale doble, y así somos con la morocha. También debo confesar que amo a esta mujer, como a mi esposa.
Somos amigos, después de tantos años tenemos una linda relación, cuando podemos cogemos, y ninguno le reclama nada al otro.
Tenemos una relación de amantes muy sana.
Tengo la fantasía de cogerla a las dos alguna vez, a mi esposa y la morocha juntas. En mi caso ya hemos estado con mi esposa y otra mujer y la verdad que es muy lindo ver como dos bocas se van relamiendo con tu pija, y meterla en una concha y luego en la otra. Lo hicimos, mi esposa, una ex – novia mía (que además es amiga de mi mujer) y yo. Sé que la idea de estar con la morocha a mi mujer no les disgusta, y sabe que la morocha y yo hemos cogido mas de una vez. O sea, con mi mujer también tengo una relación muy sincera. Libertad sexual plena !!
Tampoco soy un depravado, con mi mujer y la morocha tengo mas que suficiente, no ando buscando amoríos, ni intentando cogerme a todas las mujeres.
El trío que tuve se dio casi de casualidad un verano, pero esa es una historia que escribiré en otro momento.
Siguiendo con la morocha, también sueño con algo que todavía no hemos hecho, aunque parezca mentira después de 18 años de ser amantes, todavía no se tragó toda mi leche, ella es tan guarra que se que va a beber hasta la última gota. Yo creo que como cogemos poco con la morocha, cada vez que nos vemos a los dos nos encanta que la leche mía se la deje toda en el culo. Pero, tengo la fantasía de acabarle en la boca. Suelo prepararme para esto comiendo frutas para que el semen tenga sabor rico, frutado.
Sin embargo esta narración es para contar la última vez que estuvimos juntos, esta vez nos tocó ir a hacer trámite al Consejo Profesional donde estoy matriculado. Yo la esperaba en la vereda, y ella apareció de atrás sorpresivamente y me estampó un beso en la boca, en una calle de la ciudad de Buenos Aires.
De ahí fuimos a la oficina rápidamente, hicimos el trámite, y hasta ahí yo no sabía si después de eso íbamos a coger, soy respetuoso con eso, si se puede, se puede, y si no será la próxima. No siempre que hemos hecho un trámite juntos se pudo. Los dos tenemos muchas cargas laborales y profesionales. En fin.
Esta vez le envié por mail mi ultimo relato erótico como para ir calentando el ambiente, pero como decía, ambos tenemos muchas ocupaciones y no siempre es posible darnos una buena cogida.
Salimos del Consejo Profesional y nos dirigimos para el garaje donde estacioné mi auto, previamente revisé en Google los hoteles cercanos, y en el camino al estacionamiento pregunté si estaba con posibilidad de revolcarnos un rato, me lo confirmó y se me paró la verga. Allí nos dirigimos, al telo.
Alquilamos habitación, entramos y ni bien cerramos la puerta ella empezó a besarme la boca apasionadamente, fue automático la pija se me puso a mil, muy dura. Empezó a molestarme el pantalón y la ropa al instante, me saqué todo mientras ella seguía vestida, yo desnudo empecé a quitarle su ropa, mucha ropa porque era pleno invierno en Argentina,y en especial en la pampa de Buenos Aires, cerca del Río de la Plata.
Quedamos desnudos los dos, se arrodilló y empezó a chuparme la pija, es mas fuerte que ella, una vez que la tiene bien dura entre sus manos empieza a comérmela muy desenfrenadamente, siempre sucede de esa manera.
Me chupaba la cabeza, la saboreó, se la metía casí completa en la boca.
La acosté y surgió espontáneamente un 69 yo en cuatro patas empecé a chuparle la concha, el clítoris, y a refregarle con los dedos su propio jugo por toda la zona, especialmente el culo, ese agujero mágico que se dilata de una manera increíble, para que le entre mi verga de buen tamaño. Ella mientras tantos agarraba mi pija con sus manos y se la metía en la boca, pero además me metió la lengua en el culo, mientras me pajeaba, uf! que placer indescriptible. Que guarra es mi amante, me encanta.
Estuvimos haciendo eso hasta que su culo estuvo apto para una buena arremetida, para meterle la pija hasta los huevos, pero antes que eso, me puse encima de ella y en la pose misionero le penetré la concha, hicimos un par de poses, de cogida vaginal, yo de rodilla la cogí con fuerzas un rato largo, la concha chorreaba jugo probé con mis dedos y su culo estaba muy lubricado.
Saqué mi pija de su concha, y tomé mi frasquito con aceite de coco, saqué un poco y me lo unté en la pija, ahí la morocha me pedía por favor:
-Cojeme por el culo, Cris, cojeme por atrás. Como me calentás guacho ! Quiero que me llenes de leche el culo ¡!
Ella seguía boca arriba, así que puse sus piernas en mis hombros, y le metí la poronga bien dura por el culo, se la metí muy despacio hasta el fondo 20 cm de largo, y 5 cm de ancho en su precioso culo, empecé con un vaivén lento y suave hasta que empecé a darle muy duro.
Ella gemía a los gritos:
-Ay guacho como me cogés ! Si cógeme métemela toda ! LLename de leche el culo ¡ Si llename de leche.
Se la saqué volví a ponerme aceite de coco, no hacía falta porque el culo estaba muy lubricado, pero el ritual de aceitarme la pija me parece que nos genera un morbo y nos calientas a los dos, ella miraba mi enorme pija morada y muy dura, quería que su culo caliente siguiera siendo cogido.
La di vuelta boca abajo, ella adelanto una de sus piernas con la rodilla hacia adelante, y su culo se abrió dejándome una vista espectacular y un agujero caliente, le metí la pija y empecé otra vez a cogerla, metiéndola y sacándola infinidad de veces. Podía sentir en mi pija como ella estaba gozando, tenemos mucha conexión, y yo le conectaba mi pija hasta el fondo, ese culo hermoso se tragaba mi pija hasta desaparecerla toda, completamente adentro.
Finalmente, se la saqué, esta vez no le puse aceite de coco a mi pija, ella estaba muy caliente y lubricada, la puse en cuatro patas, levantó su cabeza y arqueó su espalda como una gata, el culo quedó bien abierto, y en esa pose se la metí, el agujero del culo estaba tan lubricado que le entraba suavemente como si fuera la concha, empecé a meterla y sacarla con fuerza, cada vez más hasta que le pregunté:
-Querés la leche, querés que te llene el culo de leche ¡
-Si guacho, llename el culo, llename el culo con tu leche calentita.
Y le di tanta leche que su culo tragó con muchas ganas, me quedé con la pija adentro hasta que salió la última gota.
Nos hicimos unos mimos, nos lavamos, nos vestimos y nos fuimos.
Días antes de verla, generalmente sueño con la morocha muy intensamente, cada vez que nos encontramos en la cama cogemos tan bien, que no hay otra forma: mis sueños son monotemáticos, sueño que le meto mi poronga por todos lados, por la boca, por la concha y que le lleno de leche el culo.
A mi mujer también la cojo por atrás, sin embargo el culo de la morocha y la calentura que tiene cada vez que nos vemos, la ponen en el escalón más alto, mucho más que mi propia mujer. No es bueno hacer comparaciones, pero en este caso particular creo que si vale, porque debo confesar que me calienta muchísimo, añoro con tenerla un fin de semana completo solo para mi, y cogerla como la cojo a mi mujer cuando estamos de vacaciones, es decir a la mañana, a la tarde y a la noche, y alguna veces además, a la madrugada. O sea, cogerla todo el día.
Pero bueno, lo poco si es bueno vale doble, y así somos con la morocha. También debo confesar que amo a esta mujer, como a mi esposa.
Somos amigos, después de tantos años tenemos una linda relación, cuando podemos cogemos, y ninguno le reclama nada al otro.
Tenemos una relación de amantes muy sana.
Tengo la fantasía de cogerla a las dos alguna vez, a mi esposa y la morocha juntas. En mi caso ya hemos estado con mi esposa y otra mujer y la verdad que es muy lindo ver como dos bocas se van relamiendo con tu pija, y meterla en una concha y luego en la otra. Lo hicimos, mi esposa, una ex – novia mía (que además es amiga de mi mujer) y yo. Sé que la idea de estar con la morocha a mi mujer no les disgusta, y sabe que la morocha y yo hemos cogido mas de una vez. O sea, con mi mujer también tengo una relación muy sincera. Libertad sexual plena !!
Tampoco soy un depravado, con mi mujer y la morocha tengo mas que suficiente, no ando buscando amoríos, ni intentando cogerme a todas las mujeres.
El trío que tuve se dio casi de casualidad un verano, pero esa es una historia que escribiré en otro momento.
Siguiendo con la morocha, también sueño con algo que todavía no hemos hecho, aunque parezca mentira después de 18 años de ser amantes, todavía no se tragó toda mi leche, ella es tan guarra que se que va a beber hasta la última gota. Yo creo que como cogemos poco con la morocha, cada vez que nos vemos a los dos nos encanta que la leche mía se la deje toda en el culo. Pero, tengo la fantasía de acabarle en la boca. Suelo prepararme para esto comiendo frutas para que el semen tenga sabor rico, frutado.
Sin embargo esta narración es para contar la última vez que estuvimos juntos, esta vez nos tocó ir a hacer trámite al Consejo Profesional donde estoy matriculado. Yo la esperaba en la vereda, y ella apareció de atrás sorpresivamente y me estampó un beso en la boca, en una calle de la ciudad de Buenos Aires.
De ahí fuimos a la oficina rápidamente, hicimos el trámite, y hasta ahí yo no sabía si después de eso íbamos a coger, soy respetuoso con eso, si se puede, se puede, y si no será la próxima. No siempre que hemos hecho un trámite juntos se pudo. Los dos tenemos muchas cargas laborales y profesionales. En fin.
Esta vez le envié por mail mi ultimo relato erótico como para ir calentando el ambiente, pero como decía, ambos tenemos muchas ocupaciones y no siempre es posible darnos una buena cogida.
Salimos del Consejo Profesional y nos dirigimos para el garaje donde estacioné mi auto, previamente revisé en Google los hoteles cercanos, y en el camino al estacionamiento pregunté si estaba con posibilidad de revolcarnos un rato, me lo confirmó y se me paró la verga. Allí nos dirigimos, al telo.
Alquilamos habitación, entramos y ni bien cerramos la puerta ella empezó a besarme la boca apasionadamente, fue automático la pija se me puso a mil, muy dura. Empezó a molestarme el pantalón y la ropa al instante, me saqué todo mientras ella seguía vestida, yo desnudo empecé a quitarle su ropa, mucha ropa porque era pleno invierno en Argentina,y en especial en la pampa de Buenos Aires, cerca del Río de la Plata.
Quedamos desnudos los dos, se arrodilló y empezó a chuparme la pija, es mas fuerte que ella, una vez que la tiene bien dura entre sus manos empieza a comérmela muy desenfrenadamente, siempre sucede de esa manera.
Me chupaba la cabeza, la saboreó, se la metía casí completa en la boca.
La acosté y surgió espontáneamente un 69 yo en cuatro patas empecé a chuparle la concha, el clítoris, y a refregarle con los dedos su propio jugo por toda la zona, especialmente el culo, ese agujero mágico que se dilata de una manera increíble, para que le entre mi verga de buen tamaño. Ella mientras tantos agarraba mi pija con sus manos y se la metía en la boca, pero además me metió la lengua en el culo, mientras me pajeaba, uf! que placer indescriptible. Que guarra es mi amante, me encanta.
Estuvimos haciendo eso hasta que su culo estuvo apto para una buena arremetida, para meterle la pija hasta los huevos, pero antes que eso, me puse encima de ella y en la pose misionero le penetré la concha, hicimos un par de poses, de cogida vaginal, yo de rodilla la cogí con fuerzas un rato largo, la concha chorreaba jugo probé con mis dedos y su culo estaba muy lubricado.
Saqué mi pija de su concha, y tomé mi frasquito con aceite de coco, saqué un poco y me lo unté en la pija, ahí la morocha me pedía por favor:
-Cojeme por el culo, Cris, cojeme por atrás. Como me calentás guacho ! Quiero que me llenes de leche el culo ¡!
Ella seguía boca arriba, así que puse sus piernas en mis hombros, y le metí la poronga bien dura por el culo, se la metí muy despacio hasta el fondo 20 cm de largo, y 5 cm de ancho en su precioso culo, empecé con un vaivén lento y suave hasta que empecé a darle muy duro.
Ella gemía a los gritos:
-Ay guacho como me cogés ! Si cógeme métemela toda ! LLename de leche el culo ¡ Si llename de leche.
Se la saqué volví a ponerme aceite de coco, no hacía falta porque el culo estaba muy lubricado, pero el ritual de aceitarme la pija me parece que nos genera un morbo y nos calientas a los dos, ella miraba mi enorme pija morada y muy dura, quería que su culo caliente siguiera siendo cogido.
La di vuelta boca abajo, ella adelanto una de sus piernas con la rodilla hacia adelante, y su culo se abrió dejándome una vista espectacular y un agujero caliente, le metí la pija y empecé otra vez a cogerla, metiéndola y sacándola infinidad de veces. Podía sentir en mi pija como ella estaba gozando, tenemos mucha conexión, y yo le conectaba mi pija hasta el fondo, ese culo hermoso se tragaba mi pija hasta desaparecerla toda, completamente adentro.
Finalmente, se la saqué, esta vez no le puse aceite de coco a mi pija, ella estaba muy caliente y lubricada, la puse en cuatro patas, levantó su cabeza y arqueó su espalda como una gata, el culo quedó bien abierto, y en esa pose se la metí, el agujero del culo estaba tan lubricado que le entraba suavemente como si fuera la concha, empecé a meterla y sacarla con fuerza, cada vez más hasta que le pregunté:
-Querés la leche, querés que te llene el culo de leche ¡
-Si guacho, llename el culo, llename el culo con tu leche calentita.
Y le di tanta leche que su culo tragó con muchas ganas, me quedé con la pija adentro hasta que salió la última gota.
Nos hicimos unos mimos, nos lavamos, nos vestimos y nos fuimos.
3 comentarios - Clienta satisfecha