Anteriormente les había contado sobre cómo mi novia y yo tuvimos sexo enfrente de Roberto, justo después de una noche de fiesta. En aquella ocasión, cuando solo quedábamos los tres en el departamento, Karen subió con Roberto a su habitación, pues él le prestaría algo de ropa más cómoda para dormir. Esa noche no pensé nada a pesar de que se tardaron poco más de media hora en bajar.
Antes continuar, quiero compartirles un poco más de nuestra relación. Karen y yo siempre fuimos muy sexuales, desde que nos conocimos. Era nuestro lenguaje, nuestro sello. Nos amábamos y mucho. Siempre tuvimos confianza y la comunicación era muy buena.Éramos, muy intensos en todo.
Roberto, por otro lado, era de mi grupo de amigos de la universidad, la fiesta en la que sucedió todo era por su cumpleaños. Él es moreno, 1.75 m de altura, no gordo, pero más pesado que yo. Karen le tenía mucho cariño. Tenía cerca de un año que había cortado con su novia, habían tenido una relación de ya un par de años. Por lo que intentábamos evitar que nuestro amigo se deprimiera. Salíamos muy seguido con él.
Al otro día, en casa de Karen, después de platicar lo sucedido la noche anterior (plática que nos prendió a los dos),noté a Karen un poco seria, callada. Le pregunté si pasaba algo, no contestó enseguida. De momento volteó a verme fijamente a los ojos, se mordía los labios.
-¿Qué pasa amor? Pregunté un poco serio
-Es que – comenzó a hablar lenta y pausadamente- Te quiero contar algo, pero no quiero que te enojes.
Inmediatamente supe que eso tenía que ver con la noche anterior, cuando ella y Roberto subieron a cambiarse de ropa.
La miré intrigado, sonreí, y pregunté:
- ¿Hiciste algo con él?
Mientras esperaba su respuesta me comenzó a temblar el cuerpo, no sabía lo que me sucedía, era el mismo temblor que sentí la noche anterior. Quería escuchar que no habían hecho nada, que solo se habían cambiado cada uno en el baño, o en otra habitación. Pero en el fondo,una parte de mi esperaba con ansia que me digiera que tuvieron alguna clase de aventurilla en la habitación de Roberto. Era una sensación nueva, me estaba excitando y moría por escucharla.
- Pues… ¿no te vas a enojar si te cuento? -Preguntó ella.
- Claro que no amor, me gusta que me tengas confianza –le dije mientras la besaba suavemente como señal de confianza.–sabes que puedes contarme cualquier cosa.
Después de algunos segundos, le pregunté si había pasado algo entre ella y Roberto.
Entonces, se puso seria y comenzó a hablar
- Tal vez… solo un poco
Entonces la continué besando tiernamente su carita, y le pedí que me contara. Karen cerró los ojos y habló muy lentamente, como si pensara con cuidado cada palabra que salía de sus labios.
- Pues ¿recuerdas que te dije que notaba a tu amigo un tanto deprimido? te dije que quería ayudarlo –era verdad, esas palabras me las había dicho justo antes de salir de su casa rumbo a la fiesta de Roberto.
- Ok corazón, sí lo recuerdo. –afirmé con tono suave.
En ese momento comenzó su pequeño relato. Me platicó que al subir las escaleras fueron a la habitación de Roberto,él comenzó a buscar en el closet alguna prenda que pudiera prestarle, mientra sella esperaba sentada en la cama. La luz del pasillo y la luz de la calle que entraba por la ventana alumbraban la habitación, por lo que ninguno de los dos había encendido la luz. Roberto encontró una playera y un short, se los dio a Karen, mientras él pasaba al sanitario. Ella aprovechó para desnudarse.
Cuando Roberto regresó a la habitación, mi novia estaba de pie junto a la cama, desnuda de la cintura para arriba. Me imaginé su torso pálido, sus pequeños senos adornados por dos pezones rositas, podría jurar que para ese momento los tenía ya bien parados. Karen estaba por quitarse su pantalón, al ver a Roberto le sonrió, pero no se detuvo ni un momento (como les platiqué anteriormente, Karen no suele tener ningún tipo de pudor en lo que respecta a su desnudez).
Una vez que se quitó el pantalón,quedó frente a Roberto, con solo una tanga negra.
- Tu amigo no sabía qué hacer, me daba ternura y gracia su gesto de bobo. – me dijo ella, un poco más relajada.
Solté una diminuta sonrisa.
Karen le preguntó a Roberto si él no pensaba cambiarse.
- ¿Aquí? –preguntó Roberto nervioso
- Jajajaja, claro bobo –le contestó mi chicariendo- no te voy a violar.
Mientras él se quitaba la ropa, Karen tomó la playera y se la puso.
- Prefiero dormir ligera – decía arrojando elshort en la cama, justo después comenzó a quitarse la tanga por debajo de la playera y la acomodó en el buró.
Roberto no decía nada, solo observaba y sonreía mientras se quitaba la camisa.
Entonces ella se acercó a Roberto, de manera segura y natural, le preguntó si necesitaba ayuda, y sin decir más, comenzó a quitarle el cinturón.
Una vez suelto el cinturón, lo tiró al piso, después desabrochó su pantalón y fue bajándolo con todo y bóxer,para hacer esto tuvo que flexionar sus piernas, al hacerlo, el pene de Roberto pasó muy cerca de su rostro y cabello. Luego Karen, se sentó en la cama,mirando fijamente el miembro de Roberto.
Según Karen (que se dio el lujo de darme detalles), el pene de Roberto media unos 18 cm, de buen grosor, las venas hinchadas, con el glande cubierto de piel. Era en definitiva más largo y grueso que el mío, solo que yo si lo tengo circuncidado.
Karen veía aquel semi erecto pene, luego miró a Roberto
- Sabes que somos amigos –Le dijo ella- he platicado con Antonio y, la verdad sabemos que la estás pasando mal, te entiendo. Y… pues, me gustaría ayudarte.
- ¿Ayudarme? ¿cómo? –Preguntó mi torpe amigo
- ¿Puedo? – dijo Karen mientras tomaba el pene de Roberto con una mano y los huevos con la otra.
Roberto no dijo nada, entonces ella comenzó a masturbarlo lentamente, mientras él la observaba. Karen masajeaba los huevos mientras bajaba y subía el tibio cuero por el glande.
- ¿Hace cuánto que no coges? –preguntó Karen,sabiendo que Roberto llevaba ya un tiempo soltero.
- Como medio año – respondió él.
Karen continuaba su tarea,rápidamente comenzó a agarrar ritmo. La respiración de Roberto fue a celerándose, sus ojos se cerraban, mientras Karen seguía atenta. Como una profesional.
Después de un par de minutos, la intensidad y ritmo habían acelerado considerablemente, Karen tenía el pene cerca de su cara, Roberto cerraba los ojos respirando con fuerza. En un momento, el pene de Roberto comenzó a endurecerse considerablemente, se sentía aun más caliente, la cabeza, el tronco y las manos de Karen estaban mojadas del semen que había comenzado a escapar de Roberto. Por experiencia, Karen supo que nuestro amigo estaba por venirse.
Me dice Karen que para ese momento ella se sentía súper caliente y mojada, pero que no era su intensión tener sexo con Roberto (aunque me confesó que se le había antojado demasiado su pene). Ella no quería que Roberto le ensuciara el cabello, la cara o la ropa,por lo que pensó en detenerse, pero no quería interrumpirlo, veía su cara de placer y eso la motivó, además, para ese momento tenía deseos de sentir la venida de Roberto.
Como normalmente lo hace conmigo,decidió abrir la boca y sacar la lengua, para dejar a Roberto acabar dentro de ella.
Segundos después, se escuchó un gemido profundo, seguido de una exclamación
- Ya, me voy a venir – fue todo lo que dijo él,dos segundos antes de que comenzara a eyacular.
Karen dejó de masturbarlo, llevo sus manos a las nalgas de Roberto, puso su lengua bajo el glande, abrió la boca y comenzó a sentir los disparos de semen en su boca y garganta, percibió el olor y el sabor ácidos que comenzaban a inundar su boquita. Dejó que Roberto acabara libremente. Cuando acabaron los disparos, Karen se tragó el semen, lo miró a los ojos, y después volvió a meter el pene de Roberto en su boca, pero esta vez cerró los labios, aprisionando la aun dura verga de mi amigo.
Entonces, igual o más caliente que él, comenzó a chuparle el pene, limpiándolo, pasando su lengua por todo el tronco, empujando el escroto hacia atrás, liberando el glande, chupándolo y metiéndose nuevamente hasta la garganta, haciendo lo posible por tragarse todo el pedazo de Roberto.
Sé muy bien que el sexo oral le gusta a Karen, puede pasarse un buen tiempo haciéndolo. Según ella estuvo un buen rato chupándole el pene a mi amigo. Cuando acabó, se levantó quedando de pie frente a él, ambos sonrieron. Ninguno de los dos dijo nada. Karen entró al baño y después bajó nuevamente a la sala, donde los esperaba yo: novio, amigo y ahora cornudo.
Al escuchar esta historia, mi pene automáticamente se endureció, podía ver y escuchar en mi mente toda la escena; el sonido de los labios de Karen, la saliva, las arcadas, los mismos sonidos que cuando me chupa el pito a mí. Casi estoy seguro que en ese momento me pude haber venido sin tocarme, pero para ese momento no me quedaba ni una gota de leche.
No sé cómo, pero volvimos a coger,era amor y lujuria elevados al máximo, en mi vida me había sentido así.
Una vez concluida nuestra sesión,platicamos más tranquilos. Ella me comentó que ya tenía en mente ayudar a Roberto, pues sentía un poco de tristeza desde que supo que él y su novia habían terminado. Por lo que tuvo varios meses en su cabeza la idea de ayudarlo a satisfacerse si era necesario.
Y así comenzó una etapa de locuras con nuestro amigo Roberto.
En la siguiente historia, quiero contarles la primera vez que Roberto se cogió a Karen.
Saludos
Antes continuar, quiero compartirles un poco más de nuestra relación. Karen y yo siempre fuimos muy sexuales, desde que nos conocimos. Era nuestro lenguaje, nuestro sello. Nos amábamos y mucho. Siempre tuvimos confianza y la comunicación era muy buena.Éramos, muy intensos en todo.
Roberto, por otro lado, era de mi grupo de amigos de la universidad, la fiesta en la que sucedió todo era por su cumpleaños. Él es moreno, 1.75 m de altura, no gordo, pero más pesado que yo. Karen le tenía mucho cariño. Tenía cerca de un año que había cortado con su novia, habían tenido una relación de ya un par de años. Por lo que intentábamos evitar que nuestro amigo se deprimiera. Salíamos muy seguido con él.
Al otro día, en casa de Karen, después de platicar lo sucedido la noche anterior (plática que nos prendió a los dos),noté a Karen un poco seria, callada. Le pregunté si pasaba algo, no contestó enseguida. De momento volteó a verme fijamente a los ojos, se mordía los labios.
-¿Qué pasa amor? Pregunté un poco serio
-Es que – comenzó a hablar lenta y pausadamente- Te quiero contar algo, pero no quiero que te enojes.
Inmediatamente supe que eso tenía que ver con la noche anterior, cuando ella y Roberto subieron a cambiarse de ropa.
La miré intrigado, sonreí, y pregunté:
- ¿Hiciste algo con él?
Mientras esperaba su respuesta me comenzó a temblar el cuerpo, no sabía lo que me sucedía, era el mismo temblor que sentí la noche anterior. Quería escuchar que no habían hecho nada, que solo se habían cambiado cada uno en el baño, o en otra habitación. Pero en el fondo,una parte de mi esperaba con ansia que me digiera que tuvieron alguna clase de aventurilla en la habitación de Roberto. Era una sensación nueva, me estaba excitando y moría por escucharla.
- Pues… ¿no te vas a enojar si te cuento? -Preguntó ella.
- Claro que no amor, me gusta que me tengas confianza –le dije mientras la besaba suavemente como señal de confianza.–sabes que puedes contarme cualquier cosa.
Después de algunos segundos, le pregunté si había pasado algo entre ella y Roberto.
Entonces, se puso seria y comenzó a hablar
- Tal vez… solo un poco
Entonces la continué besando tiernamente su carita, y le pedí que me contara. Karen cerró los ojos y habló muy lentamente, como si pensara con cuidado cada palabra que salía de sus labios.
- Pues ¿recuerdas que te dije que notaba a tu amigo un tanto deprimido? te dije que quería ayudarlo –era verdad, esas palabras me las había dicho justo antes de salir de su casa rumbo a la fiesta de Roberto.
- Ok corazón, sí lo recuerdo. –afirmé con tono suave.
En ese momento comenzó su pequeño relato. Me platicó que al subir las escaleras fueron a la habitación de Roberto,él comenzó a buscar en el closet alguna prenda que pudiera prestarle, mientra sella esperaba sentada en la cama. La luz del pasillo y la luz de la calle que entraba por la ventana alumbraban la habitación, por lo que ninguno de los dos había encendido la luz. Roberto encontró una playera y un short, se los dio a Karen, mientras él pasaba al sanitario. Ella aprovechó para desnudarse.
Cuando Roberto regresó a la habitación, mi novia estaba de pie junto a la cama, desnuda de la cintura para arriba. Me imaginé su torso pálido, sus pequeños senos adornados por dos pezones rositas, podría jurar que para ese momento los tenía ya bien parados. Karen estaba por quitarse su pantalón, al ver a Roberto le sonrió, pero no se detuvo ni un momento (como les platiqué anteriormente, Karen no suele tener ningún tipo de pudor en lo que respecta a su desnudez).
Una vez que se quitó el pantalón,quedó frente a Roberto, con solo una tanga negra.
- Tu amigo no sabía qué hacer, me daba ternura y gracia su gesto de bobo. – me dijo ella, un poco más relajada.
Solté una diminuta sonrisa.
Karen le preguntó a Roberto si él no pensaba cambiarse.
- ¿Aquí? –preguntó Roberto nervioso
- Jajajaja, claro bobo –le contestó mi chicariendo- no te voy a violar.
Mientras él se quitaba la ropa, Karen tomó la playera y se la puso.
- Prefiero dormir ligera – decía arrojando elshort en la cama, justo después comenzó a quitarse la tanga por debajo de la playera y la acomodó en el buró.
Roberto no decía nada, solo observaba y sonreía mientras se quitaba la camisa.
Entonces ella se acercó a Roberto, de manera segura y natural, le preguntó si necesitaba ayuda, y sin decir más, comenzó a quitarle el cinturón.
Una vez suelto el cinturón, lo tiró al piso, después desabrochó su pantalón y fue bajándolo con todo y bóxer,para hacer esto tuvo que flexionar sus piernas, al hacerlo, el pene de Roberto pasó muy cerca de su rostro y cabello. Luego Karen, se sentó en la cama,mirando fijamente el miembro de Roberto.
Según Karen (que se dio el lujo de darme detalles), el pene de Roberto media unos 18 cm, de buen grosor, las venas hinchadas, con el glande cubierto de piel. Era en definitiva más largo y grueso que el mío, solo que yo si lo tengo circuncidado.
Karen veía aquel semi erecto pene, luego miró a Roberto
- Sabes que somos amigos –Le dijo ella- he platicado con Antonio y, la verdad sabemos que la estás pasando mal, te entiendo. Y… pues, me gustaría ayudarte.
- ¿Ayudarme? ¿cómo? –Preguntó mi torpe amigo
- ¿Puedo? – dijo Karen mientras tomaba el pene de Roberto con una mano y los huevos con la otra.
Roberto no dijo nada, entonces ella comenzó a masturbarlo lentamente, mientras él la observaba. Karen masajeaba los huevos mientras bajaba y subía el tibio cuero por el glande.
- ¿Hace cuánto que no coges? –preguntó Karen,sabiendo que Roberto llevaba ya un tiempo soltero.
- Como medio año – respondió él.
Karen continuaba su tarea,rápidamente comenzó a agarrar ritmo. La respiración de Roberto fue a celerándose, sus ojos se cerraban, mientras Karen seguía atenta. Como una profesional.
Después de un par de minutos, la intensidad y ritmo habían acelerado considerablemente, Karen tenía el pene cerca de su cara, Roberto cerraba los ojos respirando con fuerza. En un momento, el pene de Roberto comenzó a endurecerse considerablemente, se sentía aun más caliente, la cabeza, el tronco y las manos de Karen estaban mojadas del semen que había comenzado a escapar de Roberto. Por experiencia, Karen supo que nuestro amigo estaba por venirse.
Me dice Karen que para ese momento ella se sentía súper caliente y mojada, pero que no era su intensión tener sexo con Roberto (aunque me confesó que se le había antojado demasiado su pene). Ella no quería que Roberto le ensuciara el cabello, la cara o la ropa,por lo que pensó en detenerse, pero no quería interrumpirlo, veía su cara de placer y eso la motivó, además, para ese momento tenía deseos de sentir la venida de Roberto.
Como normalmente lo hace conmigo,decidió abrir la boca y sacar la lengua, para dejar a Roberto acabar dentro de ella.
Segundos después, se escuchó un gemido profundo, seguido de una exclamación
- Ya, me voy a venir – fue todo lo que dijo él,dos segundos antes de que comenzara a eyacular.
Karen dejó de masturbarlo, llevo sus manos a las nalgas de Roberto, puso su lengua bajo el glande, abrió la boca y comenzó a sentir los disparos de semen en su boca y garganta, percibió el olor y el sabor ácidos que comenzaban a inundar su boquita. Dejó que Roberto acabara libremente. Cuando acabaron los disparos, Karen se tragó el semen, lo miró a los ojos, y después volvió a meter el pene de Roberto en su boca, pero esta vez cerró los labios, aprisionando la aun dura verga de mi amigo.
Entonces, igual o más caliente que él, comenzó a chuparle el pene, limpiándolo, pasando su lengua por todo el tronco, empujando el escroto hacia atrás, liberando el glande, chupándolo y metiéndose nuevamente hasta la garganta, haciendo lo posible por tragarse todo el pedazo de Roberto.
Sé muy bien que el sexo oral le gusta a Karen, puede pasarse un buen tiempo haciéndolo. Según ella estuvo un buen rato chupándole el pene a mi amigo. Cuando acabó, se levantó quedando de pie frente a él, ambos sonrieron. Ninguno de los dos dijo nada. Karen entró al baño y después bajó nuevamente a la sala, donde los esperaba yo: novio, amigo y ahora cornudo.
Al escuchar esta historia, mi pene automáticamente se endureció, podía ver y escuchar en mi mente toda la escena; el sonido de los labios de Karen, la saliva, las arcadas, los mismos sonidos que cuando me chupa el pito a mí. Casi estoy seguro que en ese momento me pude haber venido sin tocarme, pero para ese momento no me quedaba ni una gota de leche.
No sé cómo, pero volvimos a coger,era amor y lujuria elevados al máximo, en mi vida me había sentido así.
Una vez concluida nuestra sesión,platicamos más tranquilos. Ella me comentó que ya tenía en mente ayudar a Roberto, pues sentía un poco de tristeza desde que supo que él y su novia habían terminado. Por lo que tuvo varios meses en su cabeza la idea de ayudarlo a satisfacerse si era necesario.
Y así comenzó una etapa de locuras con nuestro amigo Roberto.
En la siguiente historia, quiero contarles la primera vez que Roberto se cogió a Karen.
Saludos
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