Los Secretos de mi Esposa Parte 2

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Dedos en la Oscuridad

Por fin llegó la esperada noche y los nervios se me escapaban de entre mis pensamientos, con solo ponerme la ropa para salir ya estaba caliente de solo imaginar que pasaría, así que sin pensarlo tanto me puse un jean apretado y una blusa color lila que me gustaba mucho, con una chaqueta de cuero que quedaba super bien.

La fiesta era en una casa no muy lejos del colegio así que llegue pronto de la mano de la ansiedad, ya con solo timbrar el pulso se me alboroto y los nervios se me notaban, me abrieron la puerta y entré a una abarrotada sala con muchos chicos ya bailando, eran por lo menos 20 con música todo dar. En medio de la lejana oscuridad vi a Jessica, que salió alterada a mi encuentro con sus acostumbrados abrazos de cariño y ternura, mi corazón se sobresaltó al verla, sentía que los nervios me derrumbaban pero muy en el fondo me sentí feliz de verla, quería sentirla como la última vez…

La acomodada casa propuesta para la ocasión estaba a oscuras casi en su totalidad, presta para la ocasión, así que nos sentamos en un sillón y hablamos un rato, después de un trago me sorprendió ver a la anfitriona de la fiesta con una chica de falda sentada en sus piernas haciendo movimientos al ritmo de la música, yo no entendía qué pasaba, así que con mirada de asombro le pregunté a Jessica, ella contestó sin sobresalto:

- Le esta metiendo el dedito, ellas hacen eso hasta en el colegio...

Yo quedé completamente sorprendida, no entendía como se hacía ni tampoco que se sentía, pero el solo imaginármelo me produjo un profundo placer y a la vez una desmedida curiosidad, y como la noche de las caricias, no pude evitar sentir como se vertían mis fluidos en los pequeños pantys que llevaba.

Después de muy poco tiempo Jessica dijo que tenia sueño y quería ir a dormir, así que subimos al segundo piso y llegamos a un cuarto, tenia cama doble y baño como preparado para la ocasión, así que no dudamos en quitarnos los zapatos y acostarnos sobre las cobijas, hablamos un rato y nos dormimos; en unos momentos desperté y no podía dejar de pensar en las dos chicas tocándose en el primer piso, así que desperté a Jessica y le dije que iría al baño, con toda la intención de que me siguiera el juego. Efectivamente llegó al instante ella también me quería de inmediato.

Sin pensarlo me beso como mordiéndome la boca, me encantaban sus labios y su lengua que no me dejaban ver la realidad, sus manos me rodearon como un pulpo, se arrodillo y me desapunto los jeans y junto a ellos me bajo los pantys, se puso de pie y comenzó a pasarme los dedos suavemente por el clit, rodeándolo en todas direcciones, yo no podía creer el placer que sentía, gemía despacito al ritmo de sus dedos, de golpe sentí como empezaron  a penetrarme, y uno detrás del otro fueron resbalando dentro de mi, el flujo constante deslizaba mi placer que entraba y salía, y yo aun no sabía porque sentía tanto placer, ni porque me estaba pasando esto, pero no quería pensar, el placer me sobrepasaba.

Jessica tenia una blusa de flores muy delgada y translúcida, todo se le veía, así que empecé a tocarle los senos perdiendo el control, eran pequeños pero deliciosos, le quite la blusa y su sostén me dejo ver una parados pezones rosados que no dude en chupar, la continua succión hizo salir el embriagante líquido que dominó mi cordura, no podía parar.

Yo me quite el resto de mi ropa que callo quien sabe donde y así Jessica me siguió, éramos dos flacas de cuerpos esbeltos y blancos caminar desnudas por una habitación desconocida, como ángeles impíos listos para caer en el infierno. Nos recostamos y Jessica seguía penetrandome con sus dedos, cada vez con más fuerza y lujuria, hasta que empecé a sentir dolor, de repente vi que la locura era cuestión de excedido placer, ya que Jessica estaba introduciendo 4 dedos sin tenerme piedad, y ella vio cómo casi de manera invisible su mano se tiñó de un pálido color rojo, el color que me transformó de Humana en Bestia, ahora todo sería diferente.

Continuará...