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PRIMER AÑO. CAPÍTULO 1
Esta es la historia de Celeste, una pueblerina de 19 años después de vivir un año en la gran ciudad desea seguir explorando la loca vida que ahora le toca llevar, llena de relaciones complicadas, deseos escondidos y fantasías por cumplir. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…
CAPITULO 1
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Capítulo 12: A escondidas de las demás
- ¡Ay sí, cogeme! ¡Dale nena cabalgame la pija!- Gritaba él
Hacía tiempo que veníamos de esta posición, pero después de todo era la única que podíamos hacer teniendo en cuenta que él tenía las manos atadas. ¿Cómo habíamos llegado a eso? ¿Cómo había terminado él en mi cama con sus manos sujetas al respaldar mientras que yo lo me sentaba sobre su verga y me movía como loca? ¿Cómo había llegado a convencerlo de que gravarnos con el celular era una idea excitante y totalmente segura?
Era martes 18 de Octubre y las cosas iban a cambiar para muchas personas.
Después de haberme acostado con Ezequiel comencé a preguntarme si de verdad quería a Luciano. La respuesta a esa pregunta siempre era “sí” por lo que entonces empecé a preguntarme si quería estar con Luciano en una relación sería y ahí es cuando aparecía la duda. No me veía con él teniendo algo más que una simple relación sexual y estaba empezando a pensar en que quería algo más que solamente sexo. La verdad es que por momentos estaba contenta con mi situación sentimental, pero había algunos días que me levantaba totalmente triste y con la necesidad de tener a alguien con quien contar.
Fue entonces cuando descubrí que quería algo como lo que de a poco empezaban a tener Nicolás y Daniela. Ella era una chica que él había conocido una noche en un bar cuando salió a tomar algo con Mateo y desde entonces comenzaron a escribirse. Hacía ya tiempo que se venían hablando, inclusive antes de nuestra noche juntos en su cumpleaños. Pero recién oficializaron a principios de Octubre, comenzando un noviazgo que iba a durar casi un año e iba a terminar por mi culpa. Pero todavía falta para eso.
Una vez que él nos contó la gran noticia, en ese momento me di cuenta de que quería estar de novia con alguien y lamentablemente no me veía de novia con Luciano. Él en un momento me confesó que quería algo más serio conmigo, pero en ese entonces yo le dije que no y desde aquel momento que descartó casi por completo la seriedad conmigo. Capaz que si lo hablaba y le decía la verdad, Luciano volvía a pensar en la idea de un noviazgo conmigo. Sin embargo esa conversación nunca se iba a dar.
Una semana antes de que me propusiera hablar con él, estábamos en la facultad con las chicas y escuchamos unos gritos impresionantes de los pasillos. “¡Sos un hijo de puta! ¡No me podés hacer eso!” gritaba una chica completamente enojada. Cuando salimos al pasillo nos dimos cuenta que era Vanina la que estaba insultando a Facundo, quien no sabía que más hacer para calmarla. “¡Yo hice de todo por vos! ¡¿Y vos me hacés esto?! ¡Sos un hijo de puta!” le decía mientras lloraba y lo empujaba contra la pared. Al ver que una gran cantidad de gente se había acumulado para observar la situación, ella decidió alejarse acompañada por Laura y Florencia.
“¿Qué pasó hoy?” le pregunté esa noche a Facundo por whatsapp sin poder aguantarme la intriga. “Nada” me respondió él pero yo le insistí y me terminó contando la verdad. “Vanina me encontró un paquete de forros en la mochila y yo con ella no uso. Es alérgica” dijo y enseguida le pregunté por qué tenía un paquete de preservativos en la mochila. “Lo compré porque pensé que entre vos y yo iba a volver a pasar algo” me terminó confesando y yo no supe que decía. ¿Tenía que decir algo para consolarlo? ¿O podía echar más leña al fuego? Decidí hacer lo segundo: “Y quién te dijo que conmigo necesitas usar forro?”
Pero la semana no mejoró mucho para Facundo. Al día siguiente Vanina volvió a increparlo, pero esta vez no de manera tan alevosa y un poco más relajada. El miércoles ella parecía estar algo más comprensiva y aparentemente Lautaro se la jugó por su amigo y le dijo a Vanina que los preservativos en la mochila de Facundo eran de él. Vanina obviamente no le creyó a Lautaro, pero como no tenía pruebas tuvo que elegir por creerle. Fue entonces cuando decidí entrar en acción y comerle la cabeza a Facundo diciéndole que no tenía que seguir con Vanina y que quería volver a estar con él. A todo esto, mi cabeza procesaba la idea de si yo quería estar o no con Luciano. Un mambo increíble.
El fin de semana Facundo tuvo que hacer buena letra con su novia, dado que por el momento prefería mantener la situación lo más pacífica posible. “Pero el lunes si querés nos juntamos y te hago de todo” me escribió después de decirme porque no podía juntarse antes. Acto seguido me mandó una foto de hermosa pija y no pude evitar calentarme un poco. Estaba decidido, el lunes iba a volver a acostarme con él y así iba a seguir vengándome de Vanina por todo lo que me había hecho.
El problema fue que el lunes fue un día totalmente descoordinado. Yo tuve que irme a casa de Martina que se acababa de pelear con el chico que salía, él tuvo que irse a lo de su madre a ayudarla con unas cosas y para colmo Luciano insistía en que quería verme y yo no podía escaparme. Por lo que nuestro encuentro se pasó para el martes 18, el mismo día que Lautaro cumplía los años, por lo que él tenía la excusa perfecta para escaparse de Vanina: “Le digo que me voy a la casa de él a tomar algo, pero antes paso por tu casa a chuparte bien la conchita”.
Pero el martes 18 fue de terror. Llegué a la facultad y había un revuelo impresionante, chicos gritando por los pasillos, gente amontonada y hablando a los gritos, otros que me miraban con cara rara. “¿Qué pasó?” le pregunté a Guillermina cuando me la encontré. Y entonces ella me contó algo que me heló de lleno. El video de Luciano y yo cogiendo en uno de los salones había llegado a las autoridades de la facultad y en ese preciso momento estaban decidiendo que hacer con él. ¡No lo podía creer! Luciano era ayudante de cátedra y seguramente lo iban a terminar descartando de ese puesto, pero… ¿Podían echarlo de la facultad?
Fue entonces cuando vi a Vanina y a su séquito de estúpidas pasar a pocos metros de nosotras. Una sonrisa malvada se dibujaba en el rostro de ella, una sonrisa que delataba que había sido ella quien había hecho llegar el video a las autoridades de la facultad. ¡Lo sabía! Sabía que Facundo había comprado los preservativos por mí y debía suponer que ya los habíamos usado anteriormente. ¿Pero porque vengarse de esa manera? ¿Por qué no desquitarse conmigo? Ya que al fin y al cabo en el video solo se veía la cara de Luciano. Su sonrisa me causaba un odio inmenso.
Comencé a caminar por la facultad mirando hacia todos lados, alejándome del conflicto y de la gente. Entonces lo vi parado al lado de la puerta, escribiendo en su celular, sin idea de lo que estaba pasando. Me acerqué a él, lo tomé de la mano y le dije que no podía esperar a la tarde. Facundo miró alrededor y al ver que nadie nos había visto se dejó llevar. Caminamos a gran velocidad hacia mi casa. Sentía una bronca inminente y un odio increíble hacia Vanina y sabía que esa era la mejor forma de vengarme de ella, pero él no podía enterarse de lo que estaba pasando.
Llegamos a mi departamento y le dije que apagara el celular así nadie nos molestaba y él lo hizo sin saber la verdadera razón por la que yo le pedí eso. Después le pedí que se desnude por completo, ya que tenía una sorpresa para él y cuando lo hizo saqué dos pañuelos del placar y le dije que quería atarlo a la cama. Facundo emocionado se acostó boca arriba y estiró los brazos hacia las puntas y me dejó envolverle las muñecas con los pañuelos y luego atar estos al respaldar de la cama. Su cara de emoción era muy distinta a la mía, que debía ser de odio total. Me di cuenta que tenía que disimular, que tenía que cambiar la cara para que él no se diera cuenta que algo pasaba. Entonces me di vuelta por unos segundos tratado de dibujar una sonrisa en mi rostro, pero él se encargó de eso.
- Vení Cele. Haceme acabar como vos sola sabe hacerlo.- Dijo
Me di vuelta y una sonrisa malvada figuraba en mi cara y él se emocionó al verme de esa manera. Me acerqué caminando a la cama muy lentamente y despacito me saqué la ropa, como si estuviese haciendo un strip tease privado para él. Una vez que solo me quedó puesta mi bombachita me subí gateando a la cama y me recosté sobre su cuerpo que emanaba un calor bárbaro.
Lo besé lentamente, como queriendo calentarlo y él me devolvió el beso de manera violenta. “Tranquilo” le dije alejándome de él y apoyando mis dedos en sus labios y después agregué que teníamos toda la mañana para divertirnos. Entonces Facundo se dejó llevar por mí. Volví a besarlo suavemente y después trasladé mis besos hacia su cuello. De a poquito lo iba acariciando y besando por todo el cuerpo, mientras que él se quedaba inmóvil y muy tranquilamente se iba excitando. Mis manos y mis labios hacían todo el trabajo y rozaban su cuerpo muy suavemente. La pija de Facundo se iba poniendo dura de a poco.
Fui bajando por todo su cuerpo hasta terminar entre sus piernas. No sé porque pero en ese momento sentía que tenía que darle mucho placer, tenía que demostrarle que yo cogía mucho mejor que la frígida de su novia. Tomé su pija con la mano y lo empecé a masturbar suavemente, no había nadie que nos apurara y quería que disfrutara de cada instante. Facundo cerró los ojos, mientras que una sonrisa iba apareciendo en su cara. Mi boca recorría todo alrededor, su cintura, su panza, sus muslos…
Me metí la pija en la boca y se la empecé a chupar lentamente. Primero movía mi cabeza hacia arriba y hacia abajo mientras que con mi mano lo pajeaba. Lo hacía muy despacito, como pensando cada uno de mis movimientos, quería demostrarle que en el arte de mamarla yo era la número uno. Mi otra mano se apoyaba sobre su pierna y le clavaba las uñas levemente. Facundo seguía con los ojos cerrados y con la sonrisa en su rostro que se intensificaba de a poco.
Comencé a acelerar el ritmo, pero seguía siendo suave. Después un poquito más rápido y mi mano ya se movía bastante ligero por todo el tronco de su pija. Enseguida decidí usar mucho más mi lengua y le chupaba la pija como si fuese un helado. Tras varios minutos de disfrutar de es verga hermosa, ya se la chupaba con muchas ganas. Me la metía y me la sacaba de la boca mucho más rápido y le pasaba los labios primero por un lado y después por el otro mientras mi lengua se movía como loca por sobre su cabeza. Facundo estaba totalmente rendido ante mí.
- ¿Te gusta?- Le pregunté para después pasarle la lengua desde la base hasta la punta.
- ¡Me encanta!- Me dijo él enseguida totalmente convencido.
- ¿Es la mejor chupada de pija que te hicieron en tu vida?- Le pregunté después
- La mejor. ¡Lejos!- Respondió él que comenzaba a mover su cintura al ritmo de mi lengua.
- ¿Querés que me siente sobre tu pija y te la cabalgue como una vaquerita?
- ¡Sí! ¡Me encantaría!- Me dijo él emocionado por escuchar mi propuesta.
- ¿Y querés que grave un videíto así lo vez cada vez que estés caliente y pienses en mi?- Le propuse por último arriesgándome por completo.
- ¡Sí dale!- Me respondió él totalmente convencido.
Me levanté rápidamente y fui hasta la mesa del living a buscar mi celular y comencé a grabar. Me aseguré de que se viera bien su cara y su cuerpo antes de volver a la cama y sentarme sobre su pija. “Mmm que rica pija” dije hablándole al celular y mirándolo a los ojos mientras filmaba como podía mi conchita. Él sonrió emocionado y se dedicó a disfrutar de cómo yo me movía sentado sobre su cintura.
Empecé a moverme bien rápido hacia adelante y hacia atrás mientras que con una mano filmaba como podía la situación. Mi cara no se podía ver, estaba totalmente prohibida, pero a él lo enfoqué en más de una oportunidad y no tuvo problema alguno en que su cara se viera en el video. Cada vez que lo hacía le preguntaba si le gusta cómo me lo estaba cogiendo y él me decía que sí, que le encantaba. Después volví a enfocar mi conchita y su pija como podía, ya sea desde adelante o desde atrás.
- ¡Como me gusta tu pija Facu!- Decía yo con voz de puta hablándole al celular y él se volvía loco y movía su cintura hacia arriba y hacia abajo con la idea de cogerme.
Pero él era prisionero, él no podía cogerme a mí, era yo la que controlaba la totalidad de la situación y la que tenía el celular en la mano. Podía ver el placer de Facundo en su cara y sabía que si seguía así lo iba a hacer acabar en cualquier instante. “Me encanta tu pija” le decía y él se volvía más y más loco mientras que yo me movía cada vez más fuerte.
El video que empecé a grabar antes de subirme a la cama se cortó al instante y después empecé a grabar otro que duró casi 3 minutos. Pero cuando Facundo se soltó y empezó a hablar decidí grabar un tercer video y registrar todo lo que estaba diciendo. “¡Dale cogeme!”, “¡Qué lindo como me cabalgas la pija!” y “Como me gusta cómo me cogés” eran todas frases que iba quedando pasmadas en el video mientras que yo seguía disfrutando de su pija en mi conchita.
Facundo no pudo aguantarse mucho más. Al grito de “¡Ay sí, cogeme! ¡Dale nena cabalgame la pija!” comenzó a lanzar toda la leche adentro de mi cuerpo mientras que yo me seguía moviendo violentamente para que acabara por completo. Una vez que terminó se quedó recostado respirando a gran velocidad y yo me acosté sobre su pecho y lo besé en la boca con un beso bien apasionado.
- Nunca nadie te va a coger tan bien como yo.- Le dije y después me levanté.
SIGUIENTE
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