Las palabras surgen de la necesidad. Ya no la fantasía cultivada del anhelo de tenerte. Sino por la necesidad de experimentarte por completo.
Ya van varios meses que charlamos y que nos conocemos, con una fugaz escapada para descubrir nuestra piel y química cara a cara. Si bien la premisa ese día fue no hacer nada porque seria solo para conocernos en persona, la promesa del próximo encuentro resulto inevitable.
Esas charlas incendiarias diarias donde (muy) conscientemente provocabas con suma precisión mis deseos de manera perversa pero muy deliciosa, lograron llevarnos hasta el punto donde estamos hoy.
El mundo en cuarentena.
Por razones ajenas a la empresa tenemos que alargar la posibilidad real del encuentro y posterior fin del mundo por causas de fuerza mayor.
Pero no te quita de mi cabeza. Jamas. Que te va a quitar...?
No quita tu dulce cuerpo sensual de mi retina.
No aleja tu deseo del fuego que me provocas.
No importaría donde, no importaría cuando, solo nos aferramos a esa promesa de matarnos entre sabanas y sonidos de placer. Sin saber de nadie mas, sin necesidad de nada. Solo comunicación entre los cuerpos, solo explotar estas ansias acumuladas de tanto tiempo
Solo imaginar tu cuerpo moviéndose lentamente, como siempre tentador, sobre la cama, con ropa interior delicada y minúscula cubriéndolo, me lleva al limite de preguntarme si realmente podría ser observador o si me arrojaría de cabeza dando lugar a todo deseo primitivo para desatar las ganas que detona tu juego sensual y mortal.
Tu sonrisa provocativa, disfrutando cada instante de mi lucha en vano contra aquellos demonios de pura lujuria que invocas, es tu marca distintiva.
Tenes armas de tentación infernal que sabes manejar muy bien, y dispones a tu antojo. Sabes muy bien que soy un prisionero de tu juego. Pero yo se muy bien que aunque este prisionero, no estoy entregado.
El poder de seducción y placer no debe estar concentrado en una sola persona, cuando hay dos involucradas. Si ahora tenes el poder para moverte y enfermarme con cada insinuación, no implica que yo no vaya a tomar el control. Aunque sea momentáneo...
Sujetándote el pelo por su espalda, con vos arrodillada en la cama, con tu cola bien pegada a mi pelvis, sintiendo cada relieve de mi entrepierna marcándose entre tus nalgas. Esas nalgas tan deseadas por tanto tiempo, que me provoca ser la primer victima de la ansiedad y descontrol.
Mi otra mano recorriéndote integra, tomando un respiro. Saboreando esa piel divina que tanto pecado incita.
Visitando tus zonas erógenas que van, una a una, llevándote a la cornisa del abismo. Es tentador caer. Es tentador saltar.
Caigamos juntos, con una sonrisa, con los cuerpos entrelazados y conociéndose a fondo, saboreándonos y prendiéndonos fuego, que no la vamos a pasar nada mal.
La recompensa sera extenuante, en demasía, coronada en tu ultimo pedido, para poder disfrutarla caliente, hirviente, latiendo y sirviéndotela hasta la ultima gota sobre tu suave y demencial lengua.
Aun falta... pero no quita que falte menos...
Ya van varios meses que charlamos y que nos conocemos, con una fugaz escapada para descubrir nuestra piel y química cara a cara. Si bien la premisa ese día fue no hacer nada porque seria solo para conocernos en persona, la promesa del próximo encuentro resulto inevitable.
Esas charlas incendiarias diarias donde (muy) conscientemente provocabas con suma precisión mis deseos de manera perversa pero muy deliciosa, lograron llevarnos hasta el punto donde estamos hoy.
El mundo en cuarentena.
Por razones ajenas a la empresa tenemos que alargar la posibilidad real del encuentro y posterior fin del mundo por causas de fuerza mayor.
Pero no te quita de mi cabeza. Jamas. Que te va a quitar...?
No quita tu dulce cuerpo sensual de mi retina.
No aleja tu deseo del fuego que me provocas.
No importaría donde, no importaría cuando, solo nos aferramos a esa promesa de matarnos entre sabanas y sonidos de placer. Sin saber de nadie mas, sin necesidad de nada. Solo comunicación entre los cuerpos, solo explotar estas ansias acumuladas de tanto tiempo
Solo imaginar tu cuerpo moviéndose lentamente, como siempre tentador, sobre la cama, con ropa interior delicada y minúscula cubriéndolo, me lleva al limite de preguntarme si realmente podría ser observador o si me arrojaría de cabeza dando lugar a todo deseo primitivo para desatar las ganas que detona tu juego sensual y mortal.
Tu sonrisa provocativa, disfrutando cada instante de mi lucha en vano contra aquellos demonios de pura lujuria que invocas, es tu marca distintiva.
Tenes armas de tentación infernal que sabes manejar muy bien, y dispones a tu antojo. Sabes muy bien que soy un prisionero de tu juego. Pero yo se muy bien que aunque este prisionero, no estoy entregado.
El poder de seducción y placer no debe estar concentrado en una sola persona, cuando hay dos involucradas. Si ahora tenes el poder para moverte y enfermarme con cada insinuación, no implica que yo no vaya a tomar el control. Aunque sea momentáneo...
Sujetándote el pelo por su espalda, con vos arrodillada en la cama, con tu cola bien pegada a mi pelvis, sintiendo cada relieve de mi entrepierna marcándose entre tus nalgas. Esas nalgas tan deseadas por tanto tiempo, que me provoca ser la primer victima de la ansiedad y descontrol.
Mi otra mano recorriéndote integra, tomando un respiro. Saboreando esa piel divina que tanto pecado incita.
Visitando tus zonas erógenas que van, una a una, llevándote a la cornisa del abismo. Es tentador caer. Es tentador saltar.
Caigamos juntos, con una sonrisa, con los cuerpos entrelazados y conociéndose a fondo, saboreándonos y prendiéndonos fuego, que no la vamos a pasar nada mal.
La recompensa sera extenuante, en demasía, coronada en tu ultimo pedido, para poder disfrutarla caliente, hirviente, latiendo y sirviéndotela hasta la ultima gota sobre tu suave y demencial lengua.
Aun falta... pero no quita que falte menos...
3 comentarios - Anhelos irrefrenables
Y a la vez imposible no sentirse identificada, y pensar en quién quiero encontrar cuando todo esté encierro acabe.. 🙈🔥