You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

No hay dos sin tres

Busqué, busqué, busqué... Hasta que por fin conseguí. Por una de esas coincidencias que dejan de serlo, se dieron las cosas para que me dieran justo lo que queria: una buena cogida.

El estaba de paso por Buenos Aires, estuvimos charlando por WhatsApp, me pareció super agradable. Quedamos directamente para dos días despues. Me quedaba muy cerca, asi que a pesar de la lluvia a las 7pm estuve ahí. Me recibió de lo más bien, era un lugar donde alquilan habitaciones equipadas para cocinar, aire acondicionado, muy comodas. Me había llamado mucho la atención lo que habiamos estado charlando, me dijo que él me iba a tratar como a un hombre, que era distinto a mis experiencias anteriores donde me trataron como mujer, me quedé con esa idea en la cabeza, queriendo saber a que se refería.

Charlamos un rato acostados en la cama, el aire encendido, mientras nos ibamos poniendo cómodos, cada vez menos prendas de ambos lados, hasta que me dice "bueno, no estamos aca para charlar", ya mi mano estaba acariciando su panza, se saco la remera, fui besando el pecho, lamiendo sus tetillas, mordisqueando un poco, fascinado de la excitación que se iba apoderando de mí. Ahí fue el primer descubrimiento de la noche: había creído que me iba a sentir nervioso o ansioso, nada más lejos de la realidad, estaba super cómodo, encantado con lo que hacía. Él me transmitía paz y confianza y asi fue como le empecé a manotearle la verga, apretandola por encima del slip, hasta que decidí que queria comerme todo eso, que quería tenerlo en la boca, llenándome de todos y cada uno de sus cms.

No era muy larga, pero si cabezona. El segundo descubrimiento era que me fascinaba chupar pija, mamar güevo, succionar pene, petear, como quieras decirle, el haber sido causante de aquella erección, lamer esas bolas llenas de leche (cosa que me encanta que me hagan) darle besos, chupetear cada cm, recorrer con toda la lengua, jugar con la punta, apretarla entre los labios... Y ese juguito, mmmmmm... El semegma que uno mismo había sacado, saborearlo y esparcirlo por el rostro mientras te autoflagelas con la verga. Me fascina chupar pija, ahora entiendo a aquella chica que en un trío dice "lo más lindo del mundo, es chupar una pija". Lamí todo lo que quise, mientras le hacía una paja, intercalaba entre tenerla en la boca todo lo que podía (me falta experiencia para hacer garganta profunda) lametear el glande luego de dejarlo descubierto, darle un pico a esa punta deliciosa, llenar de besos todo el tronco e ir bajando hasta encontrarme con esas lindas esfericas peludas y ese saco de amor arrugado y suave.

A él parecia no gustarle mucho chuparla, lo hizo unas cuantas veces y listo (cosa que no me molesto para nada). El próximo descubrimiento, fueron los besos de un hombre. No me había atrevido a besar a mi cogedor anterior, creyendo que me iba a desagradar, fue sencillamente cerrar los ojos y dejar que todo fluyera. Me habí­a dicho que era fogoso y no defraudó. Mientras iban y venian aquellos besos, caricias y chupas, se lubricó un dedo y empezó a dilatarme lo que tanto quería que me rellenara. Estuvimos bastante tiempo asi, no sabría decirles cuanto. Cuando pensó que ya había sido suficiente franeleo y mimos, me puso en 4 y empezó a frotarme su miembro por mi canaleta. Le pedí que se pusiera el condón, comentó "no sabía si ibas a querer"; "para eso vine" respondí. Siguió lubricando y dilatando, lubricando y dilatando... Me empecé a preparar para la cogida que me iba a pegar sin lubricación artificial. Y así fue.

Antes que nada fue al aseo, supongo que a lavarse un poco, se la chupé un poco mas porque se le había bajado un poco. Se lo tomo con calma y fue probando como entraría mejor. Me puso de cucharita, tipo tijeras, todo de costado, les miento si les digo que recuerdo exactamente en que posición fue que terminó guardandola en mi, lo que no puedo olvidar es esa sensación de como me iba haciendo suyo, como reclamaba lo que habia sido de un solo macho. Como les comenté, no la tenia muy larga (calculo 14-15cms) pero si ancha y ahí el otro descubrimiento: mi ano se dilata muy, pero muy bien. Si bien extrañaba un poco de lubricante artificial, con solo sus dedos y las chupadas de culo que me había dado, fue suficiente para poder dejarmelo ir todo de a poco. Era una novedad para mí, que me cogieran y me besaran, por lo que lo disfruté mucho.

Cuando estuve con Julio, me encantó que me cogiera boca abajo, como les habÃía comentado antes, no me tiro como una fardo, como una momia y dejo que el otro haga todo, mi sangre caribeña o llamemosle puteria si quieren, me hacen ser partícipe e ir al encuentro de su pelvis cada vez que podía. Me fascinó cuando en un alarde de fuerza, me pone boca arriba, me arrastra hasta el borde de la cama, coloca mis pies en sus hombros y arranca a cogerme como poseso. Es sumamente excitante ver a tu macho de turno sudado de tanto que te esta dando. Me cogió en 4 también, por supuesto, yo iba a su encuentro buscando sincronía con sus empujes. Cuando me toco subirme, estuve unos segundos intentando dar con mi agujero, tuvo que ayudar debo reconocerlo y ahí fue cuando yo me lo cogí, le di con todo, sentones fuertes, débiles, rápidos, lentos, como metralleta, desde otro angulo... Hice de las mías.

Ninguno de los dos acabo, entonces conversamos un poco, abrazados y transportados:

- Me cuesta llegar a veces - dice.
- Yo nunca he llegado, tampoco con mi otro hombre, pero que me fascina el morbo que me causa ser el "pasivo" (por dejarme coger, no por no hacer nada) también que extrañé un poco de lubricación artificial - respondo.
- ¿Cómo no me dijiste nada? - salta el.
- Ya fue, no traje, no tenías, vine a que pasara todo esto y asi fue - respondí.
- ¿desde cuando no te cogen? - quiso saber
- Desde hace años, creo que 3 o algo así­ - le respondo.
- Dilatas bien - visiblemente sorprendido.
- Si, me parece que mi culo esta hecho para ser cogido - concluyo


Seguimos hablando un rato de algunas cosas, me ofrece que me bañe, le digo que no, que sería demasiado sospechoso. Bajamos, nos despedimos y asi fue mi tercer encuentro, sin ninguna promesa de nada, quedandonos solo con lo que fue y ya.





Si a alguno le interesa formar parte de esta serie de relatos, tienes que tener lugar, si o si... La segunda condición: sexo seguro y la tercera: nada de rasguños, marcas y demás... Quiero seguir viviendo.

0 comentarios - No hay dos sin tres