Correlatividad de las historias
Mi media hermana
Mi sobrina Giselle
Mis vecinas gemelas
Vida Laboral
Vida Personal
____________________________________________________________________________
Estaba viviendo los mejores años de mi vida, con dos mujeres hermosasque se desviven en atenderme, obviamente son correspondidas con mis atenciones.Mis dos hijos Miguel (con Lorena) y Anabela (con Carmen) estaban divinos y alegrabanla casa.
Mi empresa trabajaba paralelamente con la de Lorena, tenemos un buenpasar; ya he delegado todas las funciones, solamente voy a ver que todo andesobre rieles, como dice el dicho “el ojo del patrón es el que engorda elganado”; en la otra empresa Eliana ocupó el lugar vacante de Lorena y mi esposase dedicó a criar a mi hijo, mientras que Carmen se dedicaba de lleno a mihija.
Hace cuestión dos meses, me llegaun mail de Gisele (mi sobrina, con la que viví unos gratísimos momentos hace yaunos años.
“Juan, te escribo después de mucho tiempo porque tu hermana no anda nadabien, la vi el otro día y esta irreconocible. Saludos”
El mail más frío no podía ser, pero me quede muy preocupado; con mimedia hermana perdimos contacto hace más de quince años, le dejé a ella todoslos bienes de la familia, para que criara a mis otros dos hijos (Nahuel y Jazmín),con mi media hermana revolvimos cielo mar y tierra para estar juntos, y cuandoal fin pudimos, la falta de adrenalina destruyó la relación y de común acuerdonos separamos, mis hijos con ella, mientras fueron chicos estuve muy pendiente,pero a medida que pasaba el tiempo y siendo un padre ausente, fueron ellos losque no quisieron saber más de mí.
Busqué el número de teléfono de la casa que había sido de mis viejos, yllamé.
Yo – hola, se encuentra Johana?
Jazmín – si ¿quién es?
Yo – por favor pasame con tu mamá, soy Juan.
Jazmín – ¿qué Juan?
Yo – un amigo de tu mamá, necesito hablar con ella.
Jazmín – viejaaaaaaaa, te llaman por teléfono.
Johana – ¿quién es?
Jazmín – un hinchapelotas que quiere hablar con vos.
Me quedé sorprendido de cómo se refería Jazmín con los extraños, unafalta de respeto total.
Johana – Hola.
Yo – johy, ¿Cómo estas?, habla Juan
Johana – ehhh, Juan tanto tiempo, ¿que es de tu vida?
Yo – todo bien, pero contame, ¿estás bien? Porque me dijo un conocido que estabas irreconocible.
Johana se quedó callada, y a partir de ahí tuve que sacarle las palabras con cuentagotas; si estabapreocupado, ahora estaba como tigre enjaulado. Me tocaba hacer algo bastantecomplicado, que era comentarle a Lorena esto, y no dudé en hacerlo.
Esa noche después de cenar, durmieron a los niños y los tres nossentamos en el comedor:
Yo – Lorena y Carmen, tengo que comentarles algo de mi pasado que ahorame esta poniendo la soga al cuello.
Lorena - ¿Qué pasó?
Yo – pasa que tengo una media hermana, con la que estuve juntado untiempo, hace como veinte años, cuando vivía en Mendoza. Con ella tuve doshijos, pero después de un tiempo nos separamos.
Lorena – ¿Cómo?, ¿y nunca te hiciste cargo de tus hijos?
Yo - le dejé a Johana, que así sellama mi hermana, todos los bienes de la familia a mi no me importó porque yotenía mi vida armada en la capital, antes de venirme a Rosario y empezar atrabajar la empresa
Lorena - ¿a que viene todo eso?
Yo – me llegó un mail y diciéndome que mi hermana estaba irreconocible,que no anda bien.
Lorena - ¿y que pensás hacer?
Yo – voy a viajar, a ver que pasa, espero que no les moleste, es la familia,y no puedo dejarlos tirados.
Carmen – esta bien, la familia es primero – dijo después de haber estadoescuchando atentamente todo.
Me sorprendió la comprensión de mis mujeres ante esta situación, saquépasaje para mi provincia natal y a los dos días estaba volando para allá. Meacomodé en el hotel y me fui a la casaque me vio crecer.
Llegué a mi casa, estaba como me acordaba, un poco mas descuidada, peroestaba igual.
Toque timbre y un pibe me abre la puerta, una baranda a cigarrilloinsoportable salió del comedor.
Yo – buenos días, busco a Johana.
Pibe – ¿y quién sos?
Yo – el hermano, necesito verla.
Pibe – pasá esta arriba, pero esta ocupada, la vas a tener que esperar.
Entre a la casa y era un caos, gente por todos lados, una pendeja pasócorriendo al baño en tetas, sin calentarse en taparse, en la habitación dedonde salió habían por lo menos seis o siete personas, no pude distinguir entrehombres o mujeres, todos contra todos,
Subí las escaleras hasta las habitaciones, en una vi a Jazmín, desnuda,cabalgando a un hombre que cuando me vio, me hizo señas de que me uniera aellos. Seguí buscando a Johana, la encontré en la que fue la habitación de mispadres, estaba en la cama, en cuatro patas, mientras un tipo le daba sin ascopor atrás, otro le estaba cogiendo la boca, la atmósfera de la habitación erainsoportable.
Sin saber que hacer, llamé a la policía, hice una denuncia de que habíandrogas en el domicilio, me fui, apenas llegué al hotel me bañé y me cambié deropa, la que traía se había impregnado con ese olor nauseabundo.
Al día siguiente, volví a la casa y no había nadie, un vecino me dijoque hubo un operativo y se llevaron a todo el mundo. Fui a la comisaría ypregunté por la gente de la casa, me informaron que la dueña, estaba en elhospital, con una sobredosis de drogas y que la hija estaba detenida, junto alas demás personas.
La mujer policía, me preguntó el parentesco y si había sido yo el de ladenuncia, le confirmé todo y me dijo en que hospital estaba Johana. Fui urgentea ver como estaba, realmente estaba irreconocible, flaca, con todo el daño que las drogas producen. El médico medijo que se había salvado de milagro, que le dieron algo muy fuerte mezcladocon alcohol; me dijo también que era indispensable que entrara enrehabilitación, le habían hecho exámenes de sangre y habían detectado sífilis,aparte de un importante daño en la vagina y un desgarro anal; que el HIV dionegativo.
El médico me dijo que ya le estaban administrando los antibióticosnecesarios para tratar la sífilis, y que el desgarro en el ano y los daños enla vagina se le iban a curar con el tiempo y tratamiento.
Mas tranquilo con respecto a la salud de mi hermana, me fui de nuevo ala comisaría a ver a Jazmín, y como me esperé la pendeja era un desastre, mediadark, llena de piercings, irrespetuosa. Me pregunté como mi hermana, podíahaber llegado a este extremo.
Ver a Jazmín me hizo más daño del que me había hecho ver a mi hermana enel hospital.
Yo – ¿cómo estás?
Jazmín – ya se quien sos vos, sos mi papá, el cabronazo que nunca secalentó por nosotros, y un puto día decide aparecer y cagarnos la vida, a mis amigos y a mí.
Yo – dale, descargate, sacate toda esa mierda que tenés encima, perodespués me vas a escuchar a mí.
Jazmín, se cerró y no quiso saber más nada, cuando me levanté y vio queme iba recién ahí reaccionó.
Jazmín – ¿no me vas a sacar de acá?
Yo -no, no te lo mereces, cuandoestés mas tranquilita, llamame y vengo, pero eso sí, no me vengas conpelotudeces, porque te dejo acá hasta que seas una vieja.
Me fui, contraté a una empresa de mantenimiento que arreglara eldesastre que era la casa; me fui al hospital a cuidar a mi hermana.
Yo – hola Lorena, ¿como están?
Lorena – por acá todos bien, los niños extrañándote, y a vos ¿con que teencontraste?
Yo – un desastre, Johana es drogadicta, y mi hija Jazmín, ni hablemos.
Lorena – se te escucha muy triste.
Yo – y si me mata verla tan mal, casi no la cuenta.
Lorena – ¿querés que vaya a estar con vos?
Yo – no, no esta bien, ya veo como me las arreglo, vos encargate de laempresa, porque voy a estar unos días acá.
Lorena – bueno, pero no dejes de llamarme ¿si?, te amo.
Antes de ir al hotel, pasé por la comisaría para sacar a Jazmín, hicevarios trámites y la pendeja se vino conmigo, en la calle quiso irse, pero laagarré del brazo y la obligué a ir conmigo al hospital. No se había enterado lomal que había estado su madre, y tampoco le dije, hasta que llegamos a lahabitación.
Jazmín vio a su madre y creo que por primera vez en mucho tiempo la mirócon cariño, se puso a llorar desconsolada.
Yo – casi se muere, por las porquerías que se metía.
Jazmín – mamaaaaaa, mamita, no te mueras, por favor-
Yo – no le hacen falta palabras vacías, hace falta que cambies, que ledemuestres que la querés.
Jazmín – vos no sos nad………
Le tapé la boca, no la dejé terminar, lasaqué afuera de la habitación, y ahíestaba el médico.
Yo – doctor, quiero que le haga los mismosanálisis a ella, drogas, venéreas y loque haga falta.
Jazmín – no, yo estoy bien.
Yo – vos haces todo lo que yo diga, hastanuevo aviso, sino, me vas a ver enojado, y te aseguro que no te va a gustar.
Nos quedamos cuidando a Johana, estuvo dormida por tres días; lo que medio tiempo para hablar con Jazmín sobre la adicción de su madre.
Jazmin – hace unos meses empecé a salir con un pibe que fumaba, a lasemana ya me tenía fumando a mí y sin muchas objeciones me acosté con él, a lasdos semanas se lo presenté a mamá y como era de esperarse, no le gustó, pero yoestaba embobada, y le pregunté si no tenía algún amigo para presentarle, porqueestaba sola. Un sábado a la noche vinimos y los amigos de mi novio laemborracharon y le hicieron de todo; a mi me pareció que ahora que ella habíaestado con unos desconocidos, no me iba a hacer drama en que estuviera con minovio.
Yo – ¿o sea que le diste a tu mamá en bandeja de plata a esos tipos?
Jazmin – si, y te juro que me quiero morir, a la otra semana ella noquería saber nada de nada, me reprochó muchas veces lo que había hecho; pero losamigos de mi novio, la agarraron y le inyectaron algo que la dejó adormecida,otra vez entre los dos la llevaron a la habitación y esa noche estuvieron hastaque amaneció, vi que entre los dos la estaban penetrando a la vez. Ella estabacomo ida, no decía nada. A la mañana siguiente, estuvo vomitando muchísimo.
Yo – ¿cuánto hace de esto?
jazmin – como dos meses, a partir de ahí ella les pedía que leinyectaran, pero cada vez vomitaba mucho, los amigos de mi novio trajeron aotros dos, y entre los cuatro se la cogían, a la mañana lloraba desconsolada,pero ellos le ofrecían mas drogas para que se sintiera mejor. Ahora me doycuenta del daño que le estoy haciendo.
Yo – estoy en este hotel, anda y bañate, tomá algo de plata, compratealgo de ropa.
Jazmín – voy a casa mejor.
Yo – No, a la casa la están limpiando y arreglando.
Jazmín – todas mis cosas están ahí, ya te estas metiendo de nuevo en mivida, ya te dije que no sos nadie para andar metiéndote en lo que no teimporta.
Yo – Mira pendeja, o me haces caso o se te va a complicar la vida, ycreeme cuando te lo digo.
Médico – le hicimos todos los exámenes a la sangre de su hija, y dionegativo en todo, solamente se detectaron opiáceas (drogas) en la sangre, tieneuna micosis importante en la vagina, que con medicamentos y abstinencia de sexose van a curar.
Yo – gracias doctor, por todo
Médico – para eso estamos.
Jazmín se fue enojada me acomodé en el sillón al lado de Johana; justocuando me había dormido, sentí una suavecaricia en mi mano, abrí los ojos y la vi mirándome, no hizo falta decirnosnada. A Johana se le llenaron los ojos de lágrimas.
Yo – no llores, hace falta que guardes fuerzas, no llores.
Johana – es que he cometido tantos errores, que me da mucha vergüenzamirarte.
Yo – ya está, eso no importa, lo único que importa ahora es que temejores. - Johana se quedó dormida nuevamente.
Llamé a Lorena y le comenté sobre toda la situación con lujo dedetalles, que pretendía llevarla a que se recuperara con nosotros, y que jazmíniba a ir también, que era muy conflictiva, y le dí unas instrucciones para que acomodarala habitación de huéspedes.
A la semana y media, le dieron el alta en el hospital a Johana, pero entratamiento duraría por lo menos tres meses; Jazmín, se quería quedar a todacosta, pero la obligue a ir con nosotros, puse la casa en venta por medio deuna inmobiliaria y nos volvimos a Rosario, la cara de culo de Jazmín, en elfondo me reconfortaba, llegamos al aeropuerto y me estaba esperando Carmen.
Carmen – hola, yo soy Carmen, un gusto conocerlas, ella es Anabela mihija.
Johana – hola, un gusto.
Jazmín si se inmuto ante el saludo y Carmen me miro y levantó las cejas.
Yo – Mira pendeja de mierda, acá se acabaron estas escenitas, ¿sabes?,saluda como corresponde. – dije agarrándola del brazo.
Jazmín – hola señora ¿Cómo le va? – dijo sarcásticamente.
Manejé hasta casa y allí estaba Lorena, esperándonos, las dos mujeres ubicaron en la casa a Johanay a Jazmín en una de las habitaciones,esa noche cenamos todos en la mesa, Jazmín para variar dio la nota con suincansable mal genio y malos hábitos, cuando terminamos de comer, Lorena yCarmen se fueron a dormir a mis hijos, me quedé con Jazmín en el living.
Yo – Sentate, tenemos que hablar.
Jazmín – no tenemos nada de qué hablar, me trajiste a la fuerza y encuanto pueda me escapo y no me ves más.
Me preparé un mojito, ante la mirada atenta de mi hija.
Yo - ¿querés uno?
Jazmín – sí.
Yo – si ¿qué?
Jazmín – si, por favor
Los prepare y me senté a hablar con mi hija.
Mi media hermana
Mi sobrina Giselle
Mis vecinas gemelas
Vida Laboral
Vida Personal
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Estaba viviendo los mejores años de mi vida, con dos mujeres hermosasque se desviven en atenderme, obviamente son correspondidas con mis atenciones.Mis dos hijos Miguel (con Lorena) y Anabela (con Carmen) estaban divinos y alegrabanla casa.
Mi empresa trabajaba paralelamente con la de Lorena, tenemos un buenpasar; ya he delegado todas las funciones, solamente voy a ver que todo andesobre rieles, como dice el dicho “el ojo del patrón es el que engorda elganado”; en la otra empresa Eliana ocupó el lugar vacante de Lorena y mi esposase dedicó a criar a mi hijo, mientras que Carmen se dedicaba de lleno a mihija.
Hace cuestión dos meses, me llegaun mail de Gisele (mi sobrina, con la que viví unos gratísimos momentos hace yaunos años.
“Juan, te escribo después de mucho tiempo porque tu hermana no anda nadabien, la vi el otro día y esta irreconocible. Saludos”
El mail más frío no podía ser, pero me quede muy preocupado; con mimedia hermana perdimos contacto hace más de quince años, le dejé a ella todoslos bienes de la familia, para que criara a mis otros dos hijos (Nahuel y Jazmín),con mi media hermana revolvimos cielo mar y tierra para estar juntos, y cuandoal fin pudimos, la falta de adrenalina destruyó la relación y de común acuerdonos separamos, mis hijos con ella, mientras fueron chicos estuve muy pendiente,pero a medida que pasaba el tiempo y siendo un padre ausente, fueron ellos losque no quisieron saber más de mí.
Busqué el número de teléfono de la casa que había sido de mis viejos, yllamé.
Yo – hola, se encuentra Johana?
Jazmín – si ¿quién es?
Yo – por favor pasame con tu mamá, soy Juan.
Jazmín – ¿qué Juan?
Yo – un amigo de tu mamá, necesito hablar con ella.
Jazmín – viejaaaaaaaa, te llaman por teléfono.
Johana – ¿quién es?
Jazmín – un hinchapelotas que quiere hablar con vos.
Me quedé sorprendido de cómo se refería Jazmín con los extraños, unafalta de respeto total.
Johana – Hola.
Yo – johy, ¿Cómo estas?, habla Juan
Johana – ehhh, Juan tanto tiempo, ¿que es de tu vida?
Yo – todo bien, pero contame, ¿estás bien? Porque me dijo un conocido que estabas irreconocible.
Johana se quedó callada, y a partir de ahí tuve que sacarle las palabras con cuentagotas; si estabapreocupado, ahora estaba como tigre enjaulado. Me tocaba hacer algo bastantecomplicado, que era comentarle a Lorena esto, y no dudé en hacerlo.
Esa noche después de cenar, durmieron a los niños y los tres nossentamos en el comedor:
Yo – Lorena y Carmen, tengo que comentarles algo de mi pasado que ahorame esta poniendo la soga al cuello.
Lorena - ¿Qué pasó?
Yo – pasa que tengo una media hermana, con la que estuve juntado untiempo, hace como veinte años, cuando vivía en Mendoza. Con ella tuve doshijos, pero después de un tiempo nos separamos.
Lorena – ¿Cómo?, ¿y nunca te hiciste cargo de tus hijos?
Yo - le dejé a Johana, que así sellama mi hermana, todos los bienes de la familia a mi no me importó porque yotenía mi vida armada en la capital, antes de venirme a Rosario y empezar atrabajar la empresa
Lorena - ¿a que viene todo eso?
Yo – me llegó un mail y diciéndome que mi hermana estaba irreconocible,que no anda bien.
Lorena - ¿y que pensás hacer?
Yo – voy a viajar, a ver que pasa, espero que no les moleste, es la familia,y no puedo dejarlos tirados.
Carmen – esta bien, la familia es primero – dijo después de haber estadoescuchando atentamente todo.
Me sorprendió la comprensión de mis mujeres ante esta situación, saquépasaje para mi provincia natal y a los dos días estaba volando para allá. Meacomodé en el hotel y me fui a la casaque me vio crecer.
Llegué a mi casa, estaba como me acordaba, un poco mas descuidada, peroestaba igual.
Toque timbre y un pibe me abre la puerta, una baranda a cigarrilloinsoportable salió del comedor.
Yo – buenos días, busco a Johana.
Pibe – ¿y quién sos?
Yo – el hermano, necesito verla.
Pibe – pasá esta arriba, pero esta ocupada, la vas a tener que esperar.
Entre a la casa y era un caos, gente por todos lados, una pendeja pasócorriendo al baño en tetas, sin calentarse en taparse, en la habitación dedonde salió habían por lo menos seis o siete personas, no pude distinguir entrehombres o mujeres, todos contra todos,
Subí las escaleras hasta las habitaciones, en una vi a Jazmín, desnuda,cabalgando a un hombre que cuando me vio, me hizo señas de que me uniera aellos. Seguí buscando a Johana, la encontré en la que fue la habitación de mispadres, estaba en la cama, en cuatro patas, mientras un tipo le daba sin ascopor atrás, otro le estaba cogiendo la boca, la atmósfera de la habitación erainsoportable.
Sin saber que hacer, llamé a la policía, hice una denuncia de que habíandrogas en el domicilio, me fui, apenas llegué al hotel me bañé y me cambié deropa, la que traía se había impregnado con ese olor nauseabundo.
Al día siguiente, volví a la casa y no había nadie, un vecino me dijoque hubo un operativo y se llevaron a todo el mundo. Fui a la comisaría ypregunté por la gente de la casa, me informaron que la dueña, estaba en elhospital, con una sobredosis de drogas y que la hija estaba detenida, junto alas demás personas.
La mujer policía, me preguntó el parentesco y si había sido yo el de ladenuncia, le confirmé todo y me dijo en que hospital estaba Johana. Fui urgentea ver como estaba, realmente estaba irreconocible, flaca, con todo el daño que las drogas producen. El médico medijo que se había salvado de milagro, que le dieron algo muy fuerte mezcladocon alcohol; me dijo también que era indispensable que entrara enrehabilitación, le habían hecho exámenes de sangre y habían detectado sífilis,aparte de un importante daño en la vagina y un desgarro anal; que el HIV dionegativo.
El médico me dijo que ya le estaban administrando los antibióticosnecesarios para tratar la sífilis, y que el desgarro en el ano y los daños enla vagina se le iban a curar con el tiempo y tratamiento.
Mas tranquilo con respecto a la salud de mi hermana, me fui de nuevo ala comisaría a ver a Jazmín, y como me esperé la pendeja era un desastre, mediadark, llena de piercings, irrespetuosa. Me pregunté como mi hermana, podíahaber llegado a este extremo.
Ver a Jazmín me hizo más daño del que me había hecho ver a mi hermana enel hospital.
Yo – ¿cómo estás?
Jazmín – ya se quien sos vos, sos mi papá, el cabronazo que nunca secalentó por nosotros, y un puto día decide aparecer y cagarnos la vida, a mis amigos y a mí.
Yo – dale, descargate, sacate toda esa mierda que tenés encima, perodespués me vas a escuchar a mí.
Jazmín, se cerró y no quiso saber más nada, cuando me levanté y vio queme iba recién ahí reaccionó.
Jazmín – ¿no me vas a sacar de acá?
Yo -no, no te lo mereces, cuandoestés mas tranquilita, llamame y vengo, pero eso sí, no me vengas conpelotudeces, porque te dejo acá hasta que seas una vieja.
Me fui, contraté a una empresa de mantenimiento que arreglara eldesastre que era la casa; me fui al hospital a cuidar a mi hermana.
Yo – hola Lorena, ¿como están?
Lorena – por acá todos bien, los niños extrañándote, y a vos ¿con que teencontraste?
Yo – un desastre, Johana es drogadicta, y mi hija Jazmín, ni hablemos.
Lorena – se te escucha muy triste.
Yo – y si me mata verla tan mal, casi no la cuenta.
Lorena – ¿querés que vaya a estar con vos?
Yo – no, no esta bien, ya veo como me las arreglo, vos encargate de laempresa, porque voy a estar unos días acá.
Lorena – bueno, pero no dejes de llamarme ¿si?, te amo.
Antes de ir al hotel, pasé por la comisaría para sacar a Jazmín, hicevarios trámites y la pendeja se vino conmigo, en la calle quiso irse, pero laagarré del brazo y la obligué a ir conmigo al hospital. No se había enterado lomal que había estado su madre, y tampoco le dije, hasta que llegamos a lahabitación.
Jazmín vio a su madre y creo que por primera vez en mucho tiempo la mirócon cariño, se puso a llorar desconsolada.
Yo – casi se muere, por las porquerías que se metía.
Jazmín – mamaaaaaa, mamita, no te mueras, por favor-
Yo – no le hacen falta palabras vacías, hace falta que cambies, que ledemuestres que la querés.
Jazmín – vos no sos nad………
Le tapé la boca, no la dejé terminar, lasaqué afuera de la habitación, y ahíestaba el médico.
Yo – doctor, quiero que le haga los mismosanálisis a ella, drogas, venéreas y loque haga falta.
Jazmín – no, yo estoy bien.
Yo – vos haces todo lo que yo diga, hastanuevo aviso, sino, me vas a ver enojado, y te aseguro que no te va a gustar.
Nos quedamos cuidando a Johana, estuvo dormida por tres días; lo que medio tiempo para hablar con Jazmín sobre la adicción de su madre.
Jazmin – hace unos meses empecé a salir con un pibe que fumaba, a lasemana ya me tenía fumando a mí y sin muchas objeciones me acosté con él, a lasdos semanas se lo presenté a mamá y como era de esperarse, no le gustó, pero yoestaba embobada, y le pregunté si no tenía algún amigo para presentarle, porqueestaba sola. Un sábado a la noche vinimos y los amigos de mi novio laemborracharon y le hicieron de todo; a mi me pareció que ahora que ella habíaestado con unos desconocidos, no me iba a hacer drama en que estuviera con minovio.
Yo – ¿o sea que le diste a tu mamá en bandeja de plata a esos tipos?
Jazmin – si, y te juro que me quiero morir, a la otra semana ella noquería saber nada de nada, me reprochó muchas veces lo que había hecho; pero losamigos de mi novio, la agarraron y le inyectaron algo que la dejó adormecida,otra vez entre los dos la llevaron a la habitación y esa noche estuvieron hastaque amaneció, vi que entre los dos la estaban penetrando a la vez. Ella estabacomo ida, no decía nada. A la mañana siguiente, estuvo vomitando muchísimo.
Yo – ¿cuánto hace de esto?
jazmin – como dos meses, a partir de ahí ella les pedía que leinyectaran, pero cada vez vomitaba mucho, los amigos de mi novio trajeron aotros dos, y entre los cuatro se la cogían, a la mañana lloraba desconsolada,pero ellos le ofrecían mas drogas para que se sintiera mejor. Ahora me doycuenta del daño que le estoy haciendo.
Yo – estoy en este hotel, anda y bañate, tomá algo de plata, compratealgo de ropa.
Jazmín – voy a casa mejor.
Yo – No, a la casa la están limpiando y arreglando.
Jazmín – todas mis cosas están ahí, ya te estas metiendo de nuevo en mivida, ya te dije que no sos nadie para andar metiéndote en lo que no teimporta.
Yo – Mira pendeja, o me haces caso o se te va a complicar la vida, ycreeme cuando te lo digo.
Médico – le hicimos todos los exámenes a la sangre de su hija, y dionegativo en todo, solamente se detectaron opiáceas (drogas) en la sangre, tieneuna micosis importante en la vagina, que con medicamentos y abstinencia de sexose van a curar.
Yo – gracias doctor, por todo
Médico – para eso estamos.
Jazmín se fue enojada me acomodé en el sillón al lado de Johana; justocuando me había dormido, sentí una suavecaricia en mi mano, abrí los ojos y la vi mirándome, no hizo falta decirnosnada. A Johana se le llenaron los ojos de lágrimas.
Yo – no llores, hace falta que guardes fuerzas, no llores.
Johana – es que he cometido tantos errores, que me da mucha vergüenzamirarte.
Yo – ya está, eso no importa, lo único que importa ahora es que temejores. - Johana se quedó dormida nuevamente.
Llamé a Lorena y le comenté sobre toda la situación con lujo dedetalles, que pretendía llevarla a que se recuperara con nosotros, y que jazmíniba a ir también, que era muy conflictiva, y le dí unas instrucciones para que acomodarala habitación de huéspedes.
A la semana y media, le dieron el alta en el hospital a Johana, pero entratamiento duraría por lo menos tres meses; Jazmín, se quería quedar a todacosta, pero la obligue a ir con nosotros, puse la casa en venta por medio deuna inmobiliaria y nos volvimos a Rosario, la cara de culo de Jazmín, en elfondo me reconfortaba, llegamos al aeropuerto y me estaba esperando Carmen.
Carmen – hola, yo soy Carmen, un gusto conocerlas, ella es Anabela mihija.
Johana – hola, un gusto.
Jazmín si se inmuto ante el saludo y Carmen me miro y levantó las cejas.
Yo – Mira pendeja de mierda, acá se acabaron estas escenitas, ¿sabes?,saluda como corresponde. – dije agarrándola del brazo.
Jazmín – hola señora ¿Cómo le va? – dijo sarcásticamente.
Manejé hasta casa y allí estaba Lorena, esperándonos, las dos mujeres ubicaron en la casa a Johanay a Jazmín en una de las habitaciones,esa noche cenamos todos en la mesa, Jazmín para variar dio la nota con suincansable mal genio y malos hábitos, cuando terminamos de comer, Lorena yCarmen se fueron a dormir a mis hijos, me quedé con Jazmín en el living.
Yo – Sentate, tenemos que hablar.
Jazmín – no tenemos nada de qué hablar, me trajiste a la fuerza y encuanto pueda me escapo y no me ves más.
Me preparé un mojito, ante la mirada atenta de mi hija.
Yo - ¿querés uno?
Jazmín – sí.
Yo – si ¿qué?
Jazmín – si, por favor
Los prepare y me senté a hablar con mi hija.
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