La sensación que me embargó fue tremenda, se me empalma sólo de recordarlo y escribirlo... Un cosquilleo recorrió mi cuerpo cuando flexioné un poco las rodillas para que mi polla estuviera a la altura justa del colchón, a la del coño de EVa, que había levantado las piernas para abrirse más. La punta de mi polla tocó los labios del coño de Eva y ella emitió un gemido.
Dejé la punta en la abertura... y pregunté:
- ¿Cómo quieres que entre? ¿lento o rápido?
No contestó.
- Ah, no contestas... - dije-. le preguntaremos entonces a tu marido... Raúl... cómo quieres que empiece?
Raúl no perdía detalle, aunque estaba un poco lejos no lo perdía.
- Entra lento - dijo.
Y eso hice.
Empujé un poco, y la cabeza de mi polla entró en el coño, deje de empuñármela y seguí empujando, entraba sin resistencia. El calor del coño de Eva me abrigaba de una forma increíble, y las manchas blancas de flujo comenzaban a rezumar por el condón rojo. Ella gemía cada vez más, no muy alto, pero sí constante.
Cuando la mitad estaba dentro pregunté:
- Te gusta?
- Sí, sí, si... - decía ella sin mirarme.
- Mírame... Raúl, dile a tu mujer que me mire, que se la están follando delante de su marido.
- Eva, mira a Rober y dile lo bien que te sabe su polla . dijo con seriedad.
Ella no dijo nada. Yo volví a empujar un poco y le encajé unos centímetros más de mi polla.
- Es que no le has oído? - preguntó Raúl levantándose y acercándose adonde estábamos-. He dicho que le digas lo bien que sabe su polla, puta mía.
Por un momento creí que estaba empezándose a cabrear, pero nada más lejos, sabía lo que hacía, porque Eva gimió más y dijo:
- Me gusta, me encanta esta polla, cariño. Quiero que tu amigo me la meta entera. Métela entera, joder.
A mí me quedaba por meter un tercio de polla aproximadamente así que dije:
- El resto va a ir de un tirón, seguro que te gusta, verás. RAúl, quédate aquí y mira cómo le meto la polla a tu mujer.
Yo estaba que no podía más, si seguía este juego iba a durar sólo uno o dos minutos... Cogí a Eva por la cintura, para atraerla hacia mí, en realidad no iba a pegarle una embestida, sino que mi idea era atraerla de una vez hacia mi polla y ensartársela bien rápido, hasta el fondo.
Eso hice mientras le decía:
- Toda dentro, zorra, toda dentro...
Emitió un gemido que se convirtió en grito. Mi polla hacia presión del todo hasta el fondo de su coño, lo tenía estrechito, como si hasta allí nunca la hubieran taladrado. Sentí en la punta una presión enorme. Ella seguía gimiendo. Raúl se acercó a ella y le tapó la boca con suavidad indicándole que no hiciera mucho ruido.
Saqué mi polla lentamente.
- Ya te la he metido... ahora viene cuando follamos ¿no? - dije sonriendo...
- No la saques, métela - rogó ella cuando Raúl le quitó la mano de la boca.
Miré a mi amigo, su polla empezaba a empalmarse.
- Mira lo que le pasa a tu marido. Su polla flácida se está despertando - dije-. Raúl, por qué no se la metes en la boca y se la follas mientras yo me follo a tu mujer?
- Me parece bien, perro - dijo él.
Le acercó la polla y ella comenzó a lamerla, girando su cara hasta el borde del colchón.
- Es mi turno, allá voy - dije.
Y sin pensarlo le metí la polla de un tirón mientras la cogía por la cintura. Comencé a darle embestidas fuertes, y sus tetas se balanceaban con ellas, los gemidos de Eva eran ahogados por los lametones y chupadas que le daba a su marido. De vez en cuando soltaba su cintura y extendía los brazos para tocarle las tetas, eso me ponía más a tope, ella movía en circulos las caderas para pedirme más y más, para sentir más adentro mi polla.
Los tres gemíamos. Era una estampa digna de grabar, digna de una pelicula de porno casero, casi sudando, acalorados, y disfrutando de lo lindo, no iba a durar mucho así. Mi amigo no parecía que se fuese a correr, su polla estaba algo dura en la boca de su mujer, pero no parecía que le estuviera excitando todo esto, no sabía si por el alcohol, porque ya se había follado a Pilar..., el caso es que a mí sí, me ponía a mil.
Ellos habían perdido las riendas, ya no proponían, Eva se había rendido a mí, se había corrido una vez, ocurrió tras un minuto dándole con fuerza, abrió mucho los ojos, me miró y dijo sólo: "me corro, me corro Rober". Antes de que me viniera la corrida quería darle desde atrás. Así que dándole una palmada en una pierna dije:
-Vamos a darte la vuelta, quiero correrme desde atrás.
Raúl se apartó y decidió sentarse en el sillón.
Ella se puso a cuatro patas sobre la cama, yo me subí. Mi polla era como un misil con ese condón rojo, jajaja.
- No tardo nada, Raúl - le dije a mi amigo.
Él asintió, en parte despreocupado, en parte alcoholizado que seguía.
- Voy a darte lo tuyo, quieres que me corra en tu coño o fuera?
- Tú eliges - dijo ella volviendo la cara para mirarme-. Sigues con el condón, verdad?
- Sí, no te preocupes - dije pasándole la punta de la polla por el coño.
Ella gimió.
_ Vamos a acabar esto... - dije mientras le metía la polla de nuevo.
Desde arriba el culo de Eva era casi perfecto, le pedí que me lo mostrase más, ella lo hizo, lo puso más arriba, y su coño "se dobló", haciendo más presión sobre mi polla, que estaba ya por la mitad dentro. La vista era perfecta, el coño de Eva se ahogaba en flujos. Así no tardaría en correrme. Puse mis manos sobre sus nalgas y comencé la penetración, a un ritmo lento, ella gemía de nuevo, sin decir nada. Ya no diría nada hasta el final.
Era yo el que hablaba, ni siquiera Raúl dijo nada. La única pega es que desde allí no veía sus tetas, solo parcialmente, cuando sobresalían por los lados.
Le di un par de azotes en el culo, ella lo contrajo y yo apreté más para hundirme en su interior. La tomé con una mano del pelo y dije:
- No te vayas a escapar, eh? Aquí, como una nena de las buenas...
Y con esto le metí una embestida hasta el fondo, a partir de entonces no se movió ni un centímetro. La cogí del culo con ambas manos, flanqueándolo bien, enmarcándolo en mis manos y entonces empecé a subir el ritmo. Ella gemía, eran casi gritos, yo también. Miré a Raúl. Nos miraba como si mirase la televisión. Apreté bien el culo de Eva y empujé más, hasta que mis huevos chocaban con su clítoris, y ella se estremecía más.
Rápidamente subí el ritmo, su coño presionaba, como cerrándose, y eso hacía que se me pusiera más dura, nos llevamos así casi dos minutos. Comencé a sudar y mis gotas caían de mi barbilla a su culo en cuestión de segundos.
- Toma, toma zorra... voy a correrme en nada.
Aún me quedaba un minuto o así, para controlar bajé un poco la velocidad, ella ni siqueira se giró, comenzó a gritar... sin duda se estaba corriendo... o a punto.
- Correte, Eva... córrete entera para mí. Delante de tu marido. Córrete.
Ella gritó, se estaba corriendo de lo lindo, su coño estaba ardiendo. Entonces aceleré el ritmo y dije que e iba a correr en menos de un minuto, que se lo iba a echar todo dentro.
Ella flaqueó un poco, se le iban las fuerzas. Pero la cogí bien de nuevo por la cintura y la apreté contra mí, el ruido de la follada era espectacular, las palmadas se debían oír en toda la casa. Al cabo de un minuto dije:
- Me corro, puta... al fin voy a correrme en tu coño. Tómalo... AAaahhhhh...
Y justo con el primer chorro de semen, con el condón puesto, claro... la empujé contra el colchón. ella cedió, tumbándose en horizontal por completo, contra la almohada... Yo me eché sobre ella, y cuando lo hice mi polla acabó estampándose contra la última pared de su coño, todo el fondo, el calor y la presión eran enormes. A medida que me corría le iba dando embestidas, e incluso cuando acabé de correrme, le di dos o tres embestidas más, de todas las ganas que le guardaba a la mujer de mi amigo...
Ella, con los ojos cerrados, jadeaba como un animal. Yo igual. Al cabo de medio minuto saqué con cuidado mi polla de su coño. Estábamos empapados. el condón estaba arrugado y lleno de semen por la punta. Los flujos eran abundantes. Nos quedamos bocarriba, sus tetas seguían siendo espectaculares.
Hablamos poco después de la follada. Me vestí, despertamos a Pilar al cabo de 15 minutos, y la acompañé a su casa, antes me despedí de mi amigo, que estaba soñoliento. Estaba cansadísimo. Y le dije a Pilar que no quería hablar, empezó a hacerme preguntas, de modo que ya quedaríamos otro día si acaso... Seguro que le preguntaría cosas que no sabría que habían ocurrido a Eva... a mí eso ahora me daba igual...
Me había follado a Eva, y además delante de su marido, amigo mío... era lo más, después de meses de intentos.
Aquí no acabaría la historia. Seguiría, con muchos altibajos... pero seguiré contando lo que ha ido pasando este año
EN ALGÚN MOMENTO CONTINUARÁ...
Dejé la punta en la abertura... y pregunté:
- ¿Cómo quieres que entre? ¿lento o rápido?
No contestó.
- Ah, no contestas... - dije-. le preguntaremos entonces a tu marido... Raúl... cómo quieres que empiece?
Raúl no perdía detalle, aunque estaba un poco lejos no lo perdía.
- Entra lento - dijo.
Y eso hice.
Empujé un poco, y la cabeza de mi polla entró en el coño, deje de empuñármela y seguí empujando, entraba sin resistencia. El calor del coño de Eva me abrigaba de una forma increíble, y las manchas blancas de flujo comenzaban a rezumar por el condón rojo. Ella gemía cada vez más, no muy alto, pero sí constante.
Cuando la mitad estaba dentro pregunté:
- Te gusta?
- Sí, sí, si... - decía ella sin mirarme.
- Mírame... Raúl, dile a tu mujer que me mire, que se la están follando delante de su marido.
- Eva, mira a Rober y dile lo bien que te sabe su polla . dijo con seriedad.
Ella no dijo nada. Yo volví a empujar un poco y le encajé unos centímetros más de mi polla.
- Es que no le has oído? - preguntó Raúl levantándose y acercándose adonde estábamos-. He dicho que le digas lo bien que sabe su polla, puta mía.
Por un momento creí que estaba empezándose a cabrear, pero nada más lejos, sabía lo que hacía, porque Eva gimió más y dijo:
- Me gusta, me encanta esta polla, cariño. Quiero que tu amigo me la meta entera. Métela entera, joder.
A mí me quedaba por meter un tercio de polla aproximadamente así que dije:
- El resto va a ir de un tirón, seguro que te gusta, verás. RAúl, quédate aquí y mira cómo le meto la polla a tu mujer.
Yo estaba que no podía más, si seguía este juego iba a durar sólo uno o dos minutos... Cogí a Eva por la cintura, para atraerla hacia mí, en realidad no iba a pegarle una embestida, sino que mi idea era atraerla de una vez hacia mi polla y ensartársela bien rápido, hasta el fondo.
Eso hice mientras le decía:
- Toda dentro, zorra, toda dentro...
Emitió un gemido que se convirtió en grito. Mi polla hacia presión del todo hasta el fondo de su coño, lo tenía estrechito, como si hasta allí nunca la hubieran taladrado. Sentí en la punta una presión enorme. Ella seguía gimiendo. Raúl se acercó a ella y le tapó la boca con suavidad indicándole que no hiciera mucho ruido.
Saqué mi polla lentamente.
- Ya te la he metido... ahora viene cuando follamos ¿no? - dije sonriendo...
- No la saques, métela - rogó ella cuando Raúl le quitó la mano de la boca.
Miré a mi amigo, su polla empezaba a empalmarse.
- Mira lo que le pasa a tu marido. Su polla flácida se está despertando - dije-. Raúl, por qué no se la metes en la boca y se la follas mientras yo me follo a tu mujer?
- Me parece bien, perro - dijo él.
Le acercó la polla y ella comenzó a lamerla, girando su cara hasta el borde del colchón.
- Es mi turno, allá voy - dije.
Y sin pensarlo le metí la polla de un tirón mientras la cogía por la cintura. Comencé a darle embestidas fuertes, y sus tetas se balanceaban con ellas, los gemidos de Eva eran ahogados por los lametones y chupadas que le daba a su marido. De vez en cuando soltaba su cintura y extendía los brazos para tocarle las tetas, eso me ponía más a tope, ella movía en circulos las caderas para pedirme más y más, para sentir más adentro mi polla.
Los tres gemíamos. Era una estampa digna de grabar, digna de una pelicula de porno casero, casi sudando, acalorados, y disfrutando de lo lindo, no iba a durar mucho así. Mi amigo no parecía que se fuese a correr, su polla estaba algo dura en la boca de su mujer, pero no parecía que le estuviera excitando todo esto, no sabía si por el alcohol, porque ya se había follado a Pilar..., el caso es que a mí sí, me ponía a mil.
Ellos habían perdido las riendas, ya no proponían, Eva se había rendido a mí, se había corrido una vez, ocurrió tras un minuto dándole con fuerza, abrió mucho los ojos, me miró y dijo sólo: "me corro, me corro Rober". Antes de que me viniera la corrida quería darle desde atrás. Así que dándole una palmada en una pierna dije:
-Vamos a darte la vuelta, quiero correrme desde atrás.
Raúl se apartó y decidió sentarse en el sillón.
Ella se puso a cuatro patas sobre la cama, yo me subí. Mi polla era como un misil con ese condón rojo, jajaja.
- No tardo nada, Raúl - le dije a mi amigo.
Él asintió, en parte despreocupado, en parte alcoholizado que seguía.
- Voy a darte lo tuyo, quieres que me corra en tu coño o fuera?
- Tú eliges - dijo ella volviendo la cara para mirarme-. Sigues con el condón, verdad?
- Sí, no te preocupes - dije pasándole la punta de la polla por el coño.
Ella gimió.
_ Vamos a acabar esto... - dije mientras le metía la polla de nuevo.
Desde arriba el culo de Eva era casi perfecto, le pedí que me lo mostrase más, ella lo hizo, lo puso más arriba, y su coño "se dobló", haciendo más presión sobre mi polla, que estaba ya por la mitad dentro. La vista era perfecta, el coño de Eva se ahogaba en flujos. Así no tardaría en correrme. Puse mis manos sobre sus nalgas y comencé la penetración, a un ritmo lento, ella gemía de nuevo, sin decir nada. Ya no diría nada hasta el final.
Era yo el que hablaba, ni siquiera Raúl dijo nada. La única pega es que desde allí no veía sus tetas, solo parcialmente, cuando sobresalían por los lados.
Le di un par de azotes en el culo, ella lo contrajo y yo apreté más para hundirme en su interior. La tomé con una mano del pelo y dije:
- No te vayas a escapar, eh? Aquí, como una nena de las buenas...
Y con esto le metí una embestida hasta el fondo, a partir de entonces no se movió ni un centímetro. La cogí del culo con ambas manos, flanqueándolo bien, enmarcándolo en mis manos y entonces empecé a subir el ritmo. Ella gemía, eran casi gritos, yo también. Miré a Raúl. Nos miraba como si mirase la televisión. Apreté bien el culo de Eva y empujé más, hasta que mis huevos chocaban con su clítoris, y ella se estremecía más.
Rápidamente subí el ritmo, su coño presionaba, como cerrándose, y eso hacía que se me pusiera más dura, nos llevamos así casi dos minutos. Comencé a sudar y mis gotas caían de mi barbilla a su culo en cuestión de segundos.
- Toma, toma zorra... voy a correrme en nada.
Aún me quedaba un minuto o así, para controlar bajé un poco la velocidad, ella ni siqueira se giró, comenzó a gritar... sin duda se estaba corriendo... o a punto.
- Correte, Eva... córrete entera para mí. Delante de tu marido. Córrete.
Ella gritó, se estaba corriendo de lo lindo, su coño estaba ardiendo. Entonces aceleré el ritmo y dije que e iba a correr en menos de un minuto, que se lo iba a echar todo dentro.
Ella flaqueó un poco, se le iban las fuerzas. Pero la cogí bien de nuevo por la cintura y la apreté contra mí, el ruido de la follada era espectacular, las palmadas se debían oír en toda la casa. Al cabo de un minuto dije:
- Me corro, puta... al fin voy a correrme en tu coño. Tómalo... AAaahhhhh...
Y justo con el primer chorro de semen, con el condón puesto, claro... la empujé contra el colchón. ella cedió, tumbándose en horizontal por completo, contra la almohada... Yo me eché sobre ella, y cuando lo hice mi polla acabó estampándose contra la última pared de su coño, todo el fondo, el calor y la presión eran enormes. A medida que me corría le iba dando embestidas, e incluso cuando acabé de correrme, le di dos o tres embestidas más, de todas las ganas que le guardaba a la mujer de mi amigo...
Ella, con los ojos cerrados, jadeaba como un animal. Yo igual. Al cabo de medio minuto saqué con cuidado mi polla de su coño. Estábamos empapados. el condón estaba arrugado y lleno de semen por la punta. Los flujos eran abundantes. Nos quedamos bocarriba, sus tetas seguían siendo espectaculares.
Hablamos poco después de la follada. Me vestí, despertamos a Pilar al cabo de 15 minutos, y la acompañé a su casa, antes me despedí de mi amigo, que estaba soñoliento. Estaba cansadísimo. Y le dije a Pilar que no quería hablar, empezó a hacerme preguntas, de modo que ya quedaríamos otro día si acaso... Seguro que le preguntaría cosas que no sabría que habían ocurrido a Eva... a mí eso ahora me daba igual...
Me había follado a Eva, y además delante de su marido, amigo mío... era lo más, después de meses de intentos.
Aquí no acabaría la historia. Seguiría, con muchos altibajos... pero seguiré contando lo que ha ido pasando este año
EN ALGÚN MOMENTO CONTINUARÁ...
6 comentarios - La Tetona ( . )( . ) mujer de mi amigo😈16