- Sí que tiene dura la polla el cabronazo este... - dijo mirándome y soltando cada palabra con suavidad.
Metió mi polla entre sus tetas y me pajeó, la soltó luego, la aprisionó entre sus tetazas, sólo para volver a liberarla... yo estaba en la gloria, Raúl se pajeaba.
- Házselo así, puta. Me estás poniendo muy cachondo - decía Raúl.
- Seguro que este cabron quiere que se la chupe, Raúl - dijo ella.
- Seguro - dijo él.
- Pero no lo voy a hacer.
Y diciendo esto se apartó de mí.
La hija de puta me quería matar a morbo y a putadas.
Se sentó al otro lado del sofá, le estaba hablando a Raúl de nuevo, al oído, aquel jueguecito me ponía muchísimo. Y yo que creía que podía tenerlos en mis manos... y me tenían ellos a mí, habían ido aprendiendo de todo loq ue yo les había contado...
Al cabo de medio minuto Raúl sonrió y dijo:
- Perrito - se dirigía a mí-, vas a hacer lo mejor que saben hacer los perritos...
- Qué? - pregunté yo muerto del morbo.
Ambos se miraron.
- Vas a lamer - dijo Eva.
Qué? - dije yo.
- Ponte de rodillas - ordenó mi amigo-. En el suelo.
Hice lo que me ordenó y me puse frente al sofá. Eva se sentó y colocó sus caderas en el borde del sofá, recostando su espalda en él. Se abrió de piernas... Voy a comerme el coño de EVa, pensé de inmediato. Lo tenía a dos palmos. Ella sonreía.
- Los perros como tú deben lamer de vicio - dijo.
- Suelo lamer hasta que no dejo nada... pero seguro que a este coño no lo voy a saciar... - dije mirándola.
Mientras tanto Raúl se había puesto de pie en el sofá, luego de rodillas, para q su polla quedase a la altura de la cara de su mujer.
- Mi mujer me va a comer la polla mientras te comes su coño. Adelante, cabrón, cómete su coño. Pero empieza lento, con la punta de la lengua.
Acaté la orden y fui acercando mi boca al coño de Eva, lo tenía palpitante, sabroso... totalmente depilado, no había nada q impidiese que llegase a sus labios mayores y menores. Aspiré el aroma, miré hacia arriba, ella me miraba mientras la polla de Raúl se paseaba por su cara y sus labios, ella comenzó a sacar la lengua y a lamer la polla de su marido mientras yo sacaba la mía y por fin la paseé por los alrededores de su coño. Se estremeció y tembló.
- No dudes ahora, puta - le dijo Raúl-. El perro te va a lamer, pero no descuides mi polla, que al fin y al cabo es la que te va a follar, y tengo que correrme en tu boca, no lo olvides.
Al oír aquello supe que habían decidido que yo no me follaría a Eva, que sería solo él... y que yo sería espectador. Tenía que hacer cualquier cosa porque eso cambiase hoy. Mientras pensaba me concentré en lamer el coño de Eva, su sabor era fuerte, potenciado por el morbo sin duda.
Entre gemidos ella me dio la orden de que le metiera la lengua en el coño y le restregara la boca, mientras lo hacía movía el coño para amoldarlo a mis labios. Miraba arriba y veía la polla de mi amigo entrando en la boca de Eva, ahora ella había cerrado los ojos, concentrada en lo que tenía delante.
- te gusta? - pregunté-. Tienes una polla en la boca y te estoy comiendo el coño. Te debes estar muriendo de gusto.
- Contesta - ordenó mi amigo-. Te gusta, cariño?
- Me gusta, me gusta mucho, cabrones - dijo ella-. Hazlo más rápido ahora, Rober.
Y le puse las manos en las rodillas y aceleré el ritmo, empezó a gritar mientras se sacaba la polla de su marido de la boca.
- Aaaaahhh, aaaahhh, joder qué bien, si sigues así voy a correrme -dijo.
-Ya vas a correrte? - dijo raúl - está bien... pero no caigas rendida porque tienes que soportar primero varias cosas.
Paré un poco y dije:
- Raúl, voy a decirle a tu zorra unas cosas al oído.
Me dio permiso y me senté a su lado mientras Eva seguía pajeando y lamiendo la polla de mi amigo. Me acerqué al oido para que Raúl no oyera lo que le iba a decir y susurré:
- Venga, puta, ahora voy a bajar de nuevo, te voy a comer el coño, sabía que estabas deseandolo, como la primera vez que me viste en mi casa con aquella amiguita mía, la zorra madurita.
- Sí, síii - dijo Eva fuerte.
- Quiero que te corras en mi boca, puta - seguí susurrando para ella- y que me pidas que te folle, me lo vas a pedir luego, delante de tu marido.
- Aahhhh - gemía mientras lamía la polla y se tocaba el coño.
- Qué le estarás diciendo que la estás poniendo a mil, cabrón? - dijo Raúl.
- Sigue comiéndome el coño, cabrón - ordenó ella.
Volví a bajar si decir nada y emprendí una de las comidas de coño más salvajes que le he pegado nunca a una tía. Eva pasó de los gimoteos a los gritos, y ya ni mamaba de la polla de Raúl, que la tenía agarrada con una mano solo, y miraba hacia abajo.
Noté que me empujaban la cabeza desde atrás, presionando mi boca con el coño de Eva. Pensé que era ella, pero no!!! Era Raúl!!
Me estaba apretando contra el coño de su mujer mientras distinguí entre los gritos de ella la voz de mi amigo:
- Cómele el coño a la zorra de mi mujer, cómeselo, perro.
Mi polla estaba a reventar de gusto.
- Voy a correrme, me corro, no puedo más... sigue sigue, aahhhh, aaaahhhh.
Eva se corrió en mi boca, y a medida que notaba sus espasmos más lenguetazos le daba. Me di un festín de coño mientras no paraba de estremecerse y gemir. Acabé con media cara llena de flujos. Miré hacia arriba, Raúl paseaba su polla dura por la cara de Eva, ella permanecía con los ojos cerrados. Exhausta.
-Limpiame esto, puta - dije-. Raul... das tu permiso?
- Claro. Limpiale a tu perro lo que le has hecho.
Me acerqué a su cara y él le dirigió su boca a mi cara con una mano.
- No has oido a tu marido? limpialo - dije.
Y ella, sin rechistar, comenzó a lamerme y a besarme los flujos de su coño de mi cara. Me pasó su lengua por los labios, sin besarme, por los cachetes y la barbilla, sorbió los flujos, y luego me dio un beso corto. Noté el sabor de la polla de mi amigo en su boca. Lo dije.
- Te sabe la boca a la polla de tu marido, zorrita.
Raúl nos miró.
- Es mi turno, cariño - dijo mientras se sentaba en el sofá.
Puso la espalda en el respaldo y Eva ya sabía lo que le estaba pidiendo.
- Voy a follarme a mi marido, Rober - me dijo-. Tú mientras tanto pajéate, aquí cerca de nosotros - dijo señalando un lado del sofá.
Eva se colocó a horcajadas sobre Raúl, y este empezó a pasearle la polla por el coño mientras con la otra mano le sobaba las tetazas. Ella colocó las manos sobre sus hombros y gemía.
- Así cariño, estas caliente... quieres follarme, verdad?
- Voy a follarte, voy a follarte ya mismo - decía él.
Yo me había puesto de rodillas al lado de ellos. Subido al sofá, y empecé a pajearme suavemente a dos palmos de la cara de Eva y del torso de mi amigo.
- No te vayas a correr, cabrón - dijo él mirándome mientras seguía jugando con su polla en la entrada del coño de su mujer.
- No te preocupes que aguanto, jeje, además... me dijísteis que no puedo hacer nada sin vuestro permiso.
- Así me gusta, que aprendas rápido, jaja. Voy a metértela...
Y Eva se levantó un poco sobre el regazo de mi amigo y éste le endilgó la polla de una tacada, dentro. Ella emitió un gritito. Él uno más fuerte.
Yo me acerqué al oído de Eva y susurré:
- Eso es, puta, fóllate a tu marido mientras miras cómo meneo mi polla delante de ti, fóllatelo, zorra.
Luego bajé al oído de mi amigo y le dije:
- ¿Te gusta follarte a tu puta delante de mí? ¿Te gusta, cabrón?
- Sí, sí... es una zorra.
- Magréale las tetas, apriétalas.
Él lo hizo y Eva gimió aún más mientras seguía cabalgándole sin condón.
- Vas a correrte dentro de ella? - pregunté al oído.
- No no... voy a correrme en su cara, en su boca.
- Eso está bien... pero no veo que le magrees bien las tetas, puedo? - inquirí.
Y viendo que él cerraba los ojos, concentrado en el interior del coño de ella... volví a preguntar, a Eva esta vez:
- Puedo magrearte esas tetas? - mientras me tocaba la polla.
Ella me miró y dijo muy bajo.
- Aprietalas, perro.
Me moría de morbo... iba a magrearle a base de bien las tetas a Eva mientras se follaba a su marido... Me puse de pie de nuevo y me coloqué detrás de ella, a su espalda, desde ahí Raúl apenas me veía, sólo los brazos, hombro y cabeza. Así que me acerqué por detrás lo máximo que pude, y ese máximo me permitía restregarle mi polla por la espalda a Eva, por lo que ella comenzó a estremecerse más, y mi polla a ponerse, si cabe, más dura. Acaricié los hombros de Eva y empecé a bajar por los brazos, mientras ella seguía cabalgando, cada vez más rápido.
- Cómo vas Raúl? no te vayas a correr... mira, tu putita me ha dado permiso para tocarle las tetas, quiero que veas cómo lo hago
Él apartó sus manos de las tetas de su mujer y yo comencé a tocárselas... me daban ganas de acercarme más y meterle la polla en la boca a mi nueva zorra, porque ya la consideraba mi zorrita. Pero me contuve y me concentré que disfrutar de esas fenomenales tetas y en restregarle la polla por la espalda, cosa que Raúl no sabía. Así que ella se ponía cada vez más perra, más cachonda. Bajé a su oído y dije para que ella sólo lo oyera:
-Quiero follarte, Eva. Mira como tengo la polla... tócamela, quiero follarte.
Ella, sin dejar de gemir, y viéndolo Raúl, torció su brazo y lo dirigió atrás de su espalda hasta que me rozó la polla.
- Aquí estás lo que buscas - dije para que Raúl lo oyera.
Ella la cogió y movía su mano masturbandomela, como era una posición dificil le solté una teta, la izquierda, y giré por su lado derecho.
-Tu mujer me está pajeando, amigo - dije-. Tu mujer se va a correr de nuevo mientras te la follas y me pajea ¿?verdad?
- Sí, sí... creo que voy a correrme, cabrones.
- Córrete, cariño - dijo Raúl.
Me agaché de nuevo y susurré a Eva:
- Puta, golpéate las tetas con mi polla, hazlo, que tu marido lo vea.
Lo hizo, me pajeaba y emepzaba a darse golpes con la polla en sus tetas, yo estaba en la gloria. De ahí a lo siguiente sólo restaba un paso. Volví a susurrarle:
- Chúpame la polla, guarra.
Ella negó con la cabeza.
- Venga, zorra, te mueres de gusto... y de ganas - volví a sususrrar.
- Que te está diciendo? - preguntó Raúl mientras seguía follándosela.
Ella paró de gemir un momento y dijo:
- Este cabrón quiere que se la chupe - dijo ella disfrutando mientras yo seguí magreándole las tetas.
- Y qué quieres hacer? - preguntó Raúl.
- Voy a correrme - dijo ella casi fuera de si.
- Quieres chuparmela, Eva - presioné yo.
- Me la voy a meter en la boca mientras me corro - dijo.
Al oír aquello me cogí la polla y le golpeé una teta.
- Me parece bien, mira lo dura que la tengo - y le di varios golpes más.
- Córrete, cariño - dijo Raúl acelerando el ritmo de la follada.
- Aaahh... ahhhh - gemía.
Luego emepzaron a gemir los dos.
- Tú no te corras Raúl, no te corras - decía ella.
Cogí bien mi polla y la acerqué a la cara de Eva, estaba a centimetros de su boca. Ella gemía, abrió los ojos y miró a Raúl, para buscar su aprobación, luego miró mi polla, tan cerca, y miró rápido hacia arriba, buscando mi aprobación, la tenía. La mía y la de su marido.
- Me corro, otra vez, me corro cabrones... - y añadió-: trae esa polla que me la meta.
Entonces la solté y la acerqué un poco más. Ella abrió la boca, sacó la lengua... como haciendo de puente, y mientras emitiía un gemido, característico del orgasmo que le estaba viniendo, se metió la mitad de mi polla en su boca.
Mmm... recuerdo esa primera vez que se la metió, fue increible, el calor que desprendía su lengua y su boca, estaba ardiendo. Yo le cogí por el pelo con la mano izquierda y empujé un poco más para que le entrara. Mi polla era más gorda y larga que la de su marido. Así que no le cabía entera. Sus gemidos se convirtieron en ahogos... en medio arcadas, mientras mi amigo le mantenía la polla dentro.
ÉL dijo:
- Ahí tienes, puta, dos pollas, una por el coño y otra por la boca, estarás contenta...
Ella hizo ademán de retirarse y como no quise presionar con nada más dejé que lo hiciera. Al sacar mi polla de su boca dejó escapar un grito ahogado. Se sacó la polla de Raúl y se tumbó de lado en el sofá, exhausta.
- joder... qué polvo... joder - dijo. Yo di dos pasos atrás.
Raúl se giró hacia ella, su polla llena de flujos, de corrida femenina.
- Y ahora qué? - pregunté con una cara de morbo que se me caía...
Ahora voy a correrme yo - dijo Raúl-. Debería seguir follándome a mi mujer en tu presencia pero... creo que está tan cansada... que no lo soportaría.
Eva nos miró, como diciendo: "Se nota que mi marido no me conoce... parece mentira, me metería dos pollas hasta que no pudiera más..." Sin embargo no dijo nada.
-Estás seguro, amigo? - pregunté yo-. Creo que tu mujer todavía quiere más.
- Quieres más? - preguntó Raúl dirigiendose a ella.
Y Eva contestó mirándome, y para mí que lo hizo para darme un escarmiento:
- No, estoy bien satisfecha de polla hoy, sin embargo...
- Sin embargo - dijo Raúl...
- Vosotros tenéis que acabar - dijo ella cogiendole la polla a su marido.
Aquello hizo que me empalmara de nuevo, si acaso mi polla había bajado un poco desde que se la había quitado de la boca y oído eso de que el joder se había finalizado. Si Raúl se iba a correr en su cara... podría yo tener la misma suerte? No sabía si proponer algo o esperar. Viendo que Eva emepzaba a acometer una nueva mamada a su marido yo me quedé al margen, de pie, mientras Raúl, también de pie, disfrutaba de una buena mamada de su mujer, que ahora se había sentado en el filo del sofá y se magreaba las tetas.
- Quiero que me las bañes - dijo mirando a su marido.
Yo comencé a pajearme suavemente, mirándolos, mirando cómo la boca de Eva le daba esa soberana mamada a su marido. Esperando una señal, esperando cuál sería mi premio.
- Te las baño pero... de forma indirecta, ya lo sabes - dijo Raúl.
Estaban discutiendo la corrida, jeje.
-Tu marido no vio la otra vez cómo te lefaba la cara, Eva. Dale ese placer ahora que puedes... y que ya sabes y te has decidido a hacerlo - le solté.
Ella rió y dijo:
- Bien, la dejaré caer en mis tetas...
- O te las baño yo - dije mientras les miraba.
Raúl sonrió:
- Como la última vez...
- Más o menos - dije dando un paso adelante, y añadí-: Vamos, fóllate la boca de tu mujer.
Y al instante me hizo caso y le puso una mano en la cabeza, ella abrió la boca y él empezó a meterle embestidas suaves hasta la garganta. Eva daba unas cuentas arcadas, pero las soportaba, no era una follada de boca nada salvaje que digamos.
- Creo que necesitas aprender - le dije a mi amigo.
- Jaja, aprender yo? - dijo asombrado y soltándole la cabeza a Eva-. Nuestro perrito dice que tengo que aprender, cariño.
Una vez su polla estaba fuera de la boca de su mujer ella dijo:
- No creo que te tenga que enseñar nada.
- Puedo? - pregunté sonriendo.
- Si puedes qué? - dijo ella.
Entonces me dirigí a mi amigo y le solté al oído:
- Le das permiso a tu perro para follarse la boca de tu mujer? Sé que lo estás deseando... quieres verlo, lo sé.
Luego me aparté. Eva nos miraba, sabiendo lo que podía suceder. La polla de Raúl estaba ensalivada, dura... lo que yo le había dicho le había puesto a mil.
- Adelante - dijo apartándose.
Fue oír eso y darme la vuelta para encarar a Eva. Ella, sin decírselo, se puso de rodillas en el suelo. Directamente empuñé mi polla por los huevos y se la metí en la boca, que ya la tenía abierta, esperando, sin decir nada, sin yo tampoco decir nada... le cogí por la cabeza con ambas manos y empecé a embestirle la boca, primero suave.
- Así se folla una boca, una boca casi virgen -dije.
Y comencé a aumentar el ritmo y la penetración, no tardó en aparecer las primeras arcadas, y los ojos se les humedecían.
- Pajéate en su cara, Raúl. Mira cómo le follo la boca a tu mujer.
Él se acercó y empezó a darle golpecitos con su polla en la cara a Eva, no le había visto la polla tan dura a mi amigo desde la otra vez, desde que se corrió. A saber cómo se la pondría también Susana, su compañera de trabajo.
Aceleré las embestidas, y las hacía lentas de vez en cuando, sacando mi polla por completo, que estaba a punto de reventar... Ella aprovechaba que mi polla estaba afuera para coger aire por la boca, yo la dejaba, y luego volvía a metérsela, no le cabía entera del todo. Lo hacía sin rechistar, como una profesional.
- Tu mujer lo hace muy bien, como si lo estuviera haciendo desde adolescente, jeje. Como siga así la voy a bañar.
- Báñala, perro - dijo Raúl
Al oir aquello me entró un nerviosismo total!!! Mi amigo estaba tan fuera de sí con la escena que me pedía correrme en la cara y en la boca de su mujer!! Eva no decía nada.
- Yo acato las órdenes, ya lo sabéis.
Pensé que todo esto que estaba pasando ya estaba más que hablado y concertado entre ellos, sería así, como me dijeron, que ya había líneas rojas que no pasarían, pero que tenían habladas muchas cosas... y una de ellas sería esta. Nada de follar, pero sí correrme en Eva... y que me la mamase, un gran avance...
- Has oído, cariño? Este cabrón te va a bañar, y luego yo, porque a mí... la verdad es que me falta poco - dijo.
- Bañadme, cabrones - dijo Eva abriendo la boca y enfilando de nuevo mi polla.
Yo no daba crédito a lo que oía. Por fin!!! Por fin me iba a correr en la cara de Eva, la mamada estaba siendo espectacular, pero no iba a durar mucho más.
- Voy a correrme pronto, vas a ver lo que echo... estoy lleno de leche...
Cogí mi polla con una mano y empecé a pajearme con fuerza delante de la cara de Eva, Raúl lo hacía en un lado, a la altura de su frente. Con la otra mano la cogí del pelo para que su cara tuviera el ángulo perfecto, manejándola. Me pajeaba y le ponía la cabeza de mi polla en la lengua y los labios, y ella sorbía, mientras me miraba, y miraba a su marido.
- Ya me viene, ya me viene - dije.
- Vamos, cabrón, sabía que querías esto, dame tu leche...
Al oír aquello ya no pude más.
Comencé a gritar, paré u momento de pajearme, apunté mi polla a su frente y a su cara y el primer chorro salió con fuerza, le pringó la frente, un cachete... e incluso salió alguna gota despedida al suelo, o a la polla de mi amigo, no estoy seguro, el caso es que el segundo chorro fue más abundante, en la nariz y en los labios de Eva, yo estaba en la gloria, la puta empezó a gemir también, rápidamente le metí el capullo en la boca y ahí le solté dos o tres chorros más, ella dio una tragantada y dejó que la leche se le escapara por las comisuras, resbalándole hasta las tetas, me recordó al juego de la pistolita que habíamos tenido meses atrás.
Me estaba vaciando dentro y ella lo estaba soltando en sus tetas... Raúl miraba excitado la escena mientras seguía pajeándose, en unos segundos, todavía con mi polla dentro de la boca de su mujer, no pudo más.
- Me corro, zorra, me corro...
Y apuntó a la cara de Eva, y empezó a gritar.
- Tomalo puta, tomalooo.
Su corrida salia sin presión, sin fuerza, así que las gotas le fueron cayendo por la cara mientras Eva se sacaba mi polla y de inmediato se metía la polla de su marido para probar su semen. Vi que tragaba, la muy puta... este si que lo tragaba... aunque igual alguna gota mía sí que quedaría dentro de su boca.
Me senté en el sofá, estaba sudando. Y una vez corrido Raúl hizo lo mismo. Eva se restregaba los restos de las corridas por las tetas, se limpiaba la cara y se los restregaba por las tetas.
- Joder, cómo me habéis puesto...
No dijimos nada, sólo recuperábamos la respiración.
- Voy al baño. Se nota que habeis disfrutado ¿eh? - dejó caer y desapareció pasillo abajo hacia el baño.
Asentimos y Raúl dijo:
- Bueno, habrá que vestirse... que en nada debemos salir.
- Uf -dije-, Raúl ha estado increíble, creo que lo habéis pasado bien.
- Mucho, tu también, se nota.
- ya lo creo, un morbazo...
- Yo me he corrido mas que nunca - dijo.
- genial, ya sabes que podéis contar conmigo para lo que queráis.
Así terminó esa mañana del día de los inocentes
CONTINUARÁ...
Metió mi polla entre sus tetas y me pajeó, la soltó luego, la aprisionó entre sus tetazas, sólo para volver a liberarla... yo estaba en la gloria, Raúl se pajeaba.
- Házselo así, puta. Me estás poniendo muy cachondo - decía Raúl.
- Seguro que este cabron quiere que se la chupe, Raúl - dijo ella.
- Seguro - dijo él.
- Pero no lo voy a hacer.
Y diciendo esto se apartó de mí.
La hija de puta me quería matar a morbo y a putadas.
Se sentó al otro lado del sofá, le estaba hablando a Raúl de nuevo, al oído, aquel jueguecito me ponía muchísimo. Y yo que creía que podía tenerlos en mis manos... y me tenían ellos a mí, habían ido aprendiendo de todo loq ue yo les había contado...
Al cabo de medio minuto Raúl sonrió y dijo:
- Perrito - se dirigía a mí-, vas a hacer lo mejor que saben hacer los perritos...
- Qué? - pregunté yo muerto del morbo.
Ambos se miraron.
- Vas a lamer - dijo Eva.
Qué? - dije yo.
- Ponte de rodillas - ordenó mi amigo-. En el suelo.
Hice lo que me ordenó y me puse frente al sofá. Eva se sentó y colocó sus caderas en el borde del sofá, recostando su espalda en él. Se abrió de piernas... Voy a comerme el coño de EVa, pensé de inmediato. Lo tenía a dos palmos. Ella sonreía.
- Los perros como tú deben lamer de vicio - dijo.
- Suelo lamer hasta que no dejo nada... pero seguro que a este coño no lo voy a saciar... - dije mirándola.
Mientras tanto Raúl se había puesto de pie en el sofá, luego de rodillas, para q su polla quedase a la altura de la cara de su mujer.
- Mi mujer me va a comer la polla mientras te comes su coño. Adelante, cabrón, cómete su coño. Pero empieza lento, con la punta de la lengua.
Acaté la orden y fui acercando mi boca al coño de Eva, lo tenía palpitante, sabroso... totalmente depilado, no había nada q impidiese que llegase a sus labios mayores y menores. Aspiré el aroma, miré hacia arriba, ella me miraba mientras la polla de Raúl se paseaba por su cara y sus labios, ella comenzó a sacar la lengua y a lamer la polla de su marido mientras yo sacaba la mía y por fin la paseé por los alrededores de su coño. Se estremeció y tembló.
- No dudes ahora, puta - le dijo Raúl-. El perro te va a lamer, pero no descuides mi polla, que al fin y al cabo es la que te va a follar, y tengo que correrme en tu boca, no lo olvides.
Al oír aquello supe que habían decidido que yo no me follaría a Eva, que sería solo él... y que yo sería espectador. Tenía que hacer cualquier cosa porque eso cambiase hoy. Mientras pensaba me concentré en lamer el coño de Eva, su sabor era fuerte, potenciado por el morbo sin duda.
Entre gemidos ella me dio la orden de que le metiera la lengua en el coño y le restregara la boca, mientras lo hacía movía el coño para amoldarlo a mis labios. Miraba arriba y veía la polla de mi amigo entrando en la boca de Eva, ahora ella había cerrado los ojos, concentrada en lo que tenía delante.
- te gusta? - pregunté-. Tienes una polla en la boca y te estoy comiendo el coño. Te debes estar muriendo de gusto.
- Contesta - ordenó mi amigo-. Te gusta, cariño?
- Me gusta, me gusta mucho, cabrones - dijo ella-. Hazlo más rápido ahora, Rober.
Y le puse las manos en las rodillas y aceleré el ritmo, empezó a gritar mientras se sacaba la polla de su marido de la boca.
- Aaaaahhh, aaaahhh, joder qué bien, si sigues así voy a correrme -dijo.
-Ya vas a correrte? - dijo raúl - está bien... pero no caigas rendida porque tienes que soportar primero varias cosas.
Paré un poco y dije:
- Raúl, voy a decirle a tu zorra unas cosas al oído.
Me dio permiso y me senté a su lado mientras Eva seguía pajeando y lamiendo la polla de mi amigo. Me acerqué al oido para que Raúl no oyera lo que le iba a decir y susurré:
- Venga, puta, ahora voy a bajar de nuevo, te voy a comer el coño, sabía que estabas deseandolo, como la primera vez que me viste en mi casa con aquella amiguita mía, la zorra madurita.
- Sí, síii - dijo Eva fuerte.
- Quiero que te corras en mi boca, puta - seguí susurrando para ella- y que me pidas que te folle, me lo vas a pedir luego, delante de tu marido.
- Aahhhh - gemía mientras lamía la polla y se tocaba el coño.
- Qué le estarás diciendo que la estás poniendo a mil, cabrón? - dijo Raúl.
- Sigue comiéndome el coño, cabrón - ordenó ella.
Volví a bajar si decir nada y emprendí una de las comidas de coño más salvajes que le he pegado nunca a una tía. Eva pasó de los gimoteos a los gritos, y ya ni mamaba de la polla de Raúl, que la tenía agarrada con una mano solo, y miraba hacia abajo.
Noté que me empujaban la cabeza desde atrás, presionando mi boca con el coño de Eva. Pensé que era ella, pero no!!! Era Raúl!!
Me estaba apretando contra el coño de su mujer mientras distinguí entre los gritos de ella la voz de mi amigo:
- Cómele el coño a la zorra de mi mujer, cómeselo, perro.
Mi polla estaba a reventar de gusto.
- Voy a correrme, me corro, no puedo más... sigue sigue, aahhhh, aaaahhhh.
Eva se corrió en mi boca, y a medida que notaba sus espasmos más lenguetazos le daba. Me di un festín de coño mientras no paraba de estremecerse y gemir. Acabé con media cara llena de flujos. Miré hacia arriba, Raúl paseaba su polla dura por la cara de Eva, ella permanecía con los ojos cerrados. Exhausta.
-Limpiame esto, puta - dije-. Raul... das tu permiso?
- Claro. Limpiale a tu perro lo que le has hecho.
Me acerqué a su cara y él le dirigió su boca a mi cara con una mano.
- No has oido a tu marido? limpialo - dije.
Y ella, sin rechistar, comenzó a lamerme y a besarme los flujos de su coño de mi cara. Me pasó su lengua por los labios, sin besarme, por los cachetes y la barbilla, sorbió los flujos, y luego me dio un beso corto. Noté el sabor de la polla de mi amigo en su boca. Lo dije.
- Te sabe la boca a la polla de tu marido, zorrita.
Raúl nos miró.
- Es mi turno, cariño - dijo mientras se sentaba en el sofá.
Puso la espalda en el respaldo y Eva ya sabía lo que le estaba pidiendo.
- Voy a follarme a mi marido, Rober - me dijo-. Tú mientras tanto pajéate, aquí cerca de nosotros - dijo señalando un lado del sofá.
Eva se colocó a horcajadas sobre Raúl, y este empezó a pasearle la polla por el coño mientras con la otra mano le sobaba las tetazas. Ella colocó las manos sobre sus hombros y gemía.
- Así cariño, estas caliente... quieres follarme, verdad?
- Voy a follarte, voy a follarte ya mismo - decía él.
Yo me había puesto de rodillas al lado de ellos. Subido al sofá, y empecé a pajearme suavemente a dos palmos de la cara de Eva y del torso de mi amigo.
- No te vayas a correr, cabrón - dijo él mirándome mientras seguía jugando con su polla en la entrada del coño de su mujer.
- No te preocupes que aguanto, jeje, además... me dijísteis que no puedo hacer nada sin vuestro permiso.
- Así me gusta, que aprendas rápido, jaja. Voy a metértela...
Y Eva se levantó un poco sobre el regazo de mi amigo y éste le endilgó la polla de una tacada, dentro. Ella emitió un gritito. Él uno más fuerte.
Yo me acerqué al oído de Eva y susurré:
- Eso es, puta, fóllate a tu marido mientras miras cómo meneo mi polla delante de ti, fóllatelo, zorra.
Luego bajé al oído de mi amigo y le dije:
- ¿Te gusta follarte a tu puta delante de mí? ¿Te gusta, cabrón?
- Sí, sí... es una zorra.
- Magréale las tetas, apriétalas.
Él lo hizo y Eva gimió aún más mientras seguía cabalgándole sin condón.
- Vas a correrte dentro de ella? - pregunté al oído.
- No no... voy a correrme en su cara, en su boca.
- Eso está bien... pero no veo que le magrees bien las tetas, puedo? - inquirí.
Y viendo que él cerraba los ojos, concentrado en el interior del coño de ella... volví a preguntar, a Eva esta vez:
- Puedo magrearte esas tetas? - mientras me tocaba la polla.
Ella me miró y dijo muy bajo.
- Aprietalas, perro.
Me moría de morbo... iba a magrearle a base de bien las tetas a Eva mientras se follaba a su marido... Me puse de pie de nuevo y me coloqué detrás de ella, a su espalda, desde ahí Raúl apenas me veía, sólo los brazos, hombro y cabeza. Así que me acerqué por detrás lo máximo que pude, y ese máximo me permitía restregarle mi polla por la espalda a Eva, por lo que ella comenzó a estremecerse más, y mi polla a ponerse, si cabe, más dura. Acaricié los hombros de Eva y empecé a bajar por los brazos, mientras ella seguía cabalgando, cada vez más rápido.
- Cómo vas Raúl? no te vayas a correr... mira, tu putita me ha dado permiso para tocarle las tetas, quiero que veas cómo lo hago
Él apartó sus manos de las tetas de su mujer y yo comencé a tocárselas... me daban ganas de acercarme más y meterle la polla en la boca a mi nueva zorra, porque ya la consideraba mi zorrita. Pero me contuve y me concentré que disfrutar de esas fenomenales tetas y en restregarle la polla por la espalda, cosa que Raúl no sabía. Así que ella se ponía cada vez más perra, más cachonda. Bajé a su oído y dije para que ella sólo lo oyera:
-Quiero follarte, Eva. Mira como tengo la polla... tócamela, quiero follarte.
Ella, sin dejar de gemir, y viéndolo Raúl, torció su brazo y lo dirigió atrás de su espalda hasta que me rozó la polla.
- Aquí estás lo que buscas - dije para que Raúl lo oyera.
Ella la cogió y movía su mano masturbandomela, como era una posición dificil le solté una teta, la izquierda, y giré por su lado derecho.
-Tu mujer me está pajeando, amigo - dije-. Tu mujer se va a correr de nuevo mientras te la follas y me pajea ¿?verdad?
- Sí, sí... creo que voy a correrme, cabrones.
- Córrete, cariño - dijo Raúl.
Me agaché de nuevo y susurré a Eva:
- Puta, golpéate las tetas con mi polla, hazlo, que tu marido lo vea.
Lo hizo, me pajeaba y emepzaba a darse golpes con la polla en sus tetas, yo estaba en la gloria. De ahí a lo siguiente sólo restaba un paso. Volví a susurrarle:
- Chúpame la polla, guarra.
Ella negó con la cabeza.
- Venga, zorra, te mueres de gusto... y de ganas - volví a sususrrar.
- Que te está diciendo? - preguntó Raúl mientras seguía follándosela.
Ella paró de gemir un momento y dijo:
- Este cabrón quiere que se la chupe - dijo ella disfrutando mientras yo seguí magreándole las tetas.
- Y qué quieres hacer? - preguntó Raúl.
- Voy a correrme - dijo ella casi fuera de si.
- Quieres chuparmela, Eva - presioné yo.
- Me la voy a meter en la boca mientras me corro - dijo.
Al oír aquello me cogí la polla y le golpeé una teta.
- Me parece bien, mira lo dura que la tengo - y le di varios golpes más.
- Córrete, cariño - dijo Raúl acelerando el ritmo de la follada.
- Aaahh... ahhhh - gemía.
Luego emepzaron a gemir los dos.
- Tú no te corras Raúl, no te corras - decía ella.
Cogí bien mi polla y la acerqué a la cara de Eva, estaba a centimetros de su boca. Ella gemía, abrió los ojos y miró a Raúl, para buscar su aprobación, luego miró mi polla, tan cerca, y miró rápido hacia arriba, buscando mi aprobación, la tenía. La mía y la de su marido.
- Me corro, otra vez, me corro cabrones... - y añadió-: trae esa polla que me la meta.
Entonces la solté y la acerqué un poco más. Ella abrió la boca, sacó la lengua... como haciendo de puente, y mientras emitiía un gemido, característico del orgasmo que le estaba viniendo, se metió la mitad de mi polla en su boca.
Mmm... recuerdo esa primera vez que se la metió, fue increible, el calor que desprendía su lengua y su boca, estaba ardiendo. Yo le cogí por el pelo con la mano izquierda y empujé un poco más para que le entrara. Mi polla era más gorda y larga que la de su marido. Así que no le cabía entera. Sus gemidos se convirtieron en ahogos... en medio arcadas, mientras mi amigo le mantenía la polla dentro.
ÉL dijo:
- Ahí tienes, puta, dos pollas, una por el coño y otra por la boca, estarás contenta...
Ella hizo ademán de retirarse y como no quise presionar con nada más dejé que lo hiciera. Al sacar mi polla de su boca dejó escapar un grito ahogado. Se sacó la polla de Raúl y se tumbó de lado en el sofá, exhausta.
- joder... qué polvo... joder - dijo. Yo di dos pasos atrás.
Raúl se giró hacia ella, su polla llena de flujos, de corrida femenina.
- Y ahora qué? - pregunté con una cara de morbo que se me caía...
Ahora voy a correrme yo - dijo Raúl-. Debería seguir follándome a mi mujer en tu presencia pero... creo que está tan cansada... que no lo soportaría.
Eva nos miró, como diciendo: "Se nota que mi marido no me conoce... parece mentira, me metería dos pollas hasta que no pudiera más..." Sin embargo no dijo nada.
-Estás seguro, amigo? - pregunté yo-. Creo que tu mujer todavía quiere más.
- Quieres más? - preguntó Raúl dirigiendose a ella.
Y Eva contestó mirándome, y para mí que lo hizo para darme un escarmiento:
- No, estoy bien satisfecha de polla hoy, sin embargo...
- Sin embargo - dijo Raúl...
- Vosotros tenéis que acabar - dijo ella cogiendole la polla a su marido.
Aquello hizo que me empalmara de nuevo, si acaso mi polla había bajado un poco desde que se la había quitado de la boca y oído eso de que el joder se había finalizado. Si Raúl se iba a correr en su cara... podría yo tener la misma suerte? No sabía si proponer algo o esperar. Viendo que Eva emepzaba a acometer una nueva mamada a su marido yo me quedé al margen, de pie, mientras Raúl, también de pie, disfrutaba de una buena mamada de su mujer, que ahora se había sentado en el filo del sofá y se magreaba las tetas.
- Quiero que me las bañes - dijo mirando a su marido.
Yo comencé a pajearme suavemente, mirándolos, mirando cómo la boca de Eva le daba esa soberana mamada a su marido. Esperando una señal, esperando cuál sería mi premio.
- Te las baño pero... de forma indirecta, ya lo sabes - dijo Raúl.
Estaban discutiendo la corrida, jeje.
-Tu marido no vio la otra vez cómo te lefaba la cara, Eva. Dale ese placer ahora que puedes... y que ya sabes y te has decidido a hacerlo - le solté.
Ella rió y dijo:
- Bien, la dejaré caer en mis tetas...
- O te las baño yo - dije mientras les miraba.
Raúl sonrió:
- Como la última vez...
- Más o menos - dije dando un paso adelante, y añadí-: Vamos, fóllate la boca de tu mujer.
Y al instante me hizo caso y le puso una mano en la cabeza, ella abrió la boca y él empezó a meterle embestidas suaves hasta la garganta. Eva daba unas cuentas arcadas, pero las soportaba, no era una follada de boca nada salvaje que digamos.
- Creo que necesitas aprender - le dije a mi amigo.
- Jaja, aprender yo? - dijo asombrado y soltándole la cabeza a Eva-. Nuestro perrito dice que tengo que aprender, cariño.
Una vez su polla estaba fuera de la boca de su mujer ella dijo:
- No creo que te tenga que enseñar nada.
- Puedo? - pregunté sonriendo.
- Si puedes qué? - dijo ella.
Entonces me dirigí a mi amigo y le solté al oído:
- Le das permiso a tu perro para follarse la boca de tu mujer? Sé que lo estás deseando... quieres verlo, lo sé.
Luego me aparté. Eva nos miraba, sabiendo lo que podía suceder. La polla de Raúl estaba ensalivada, dura... lo que yo le había dicho le había puesto a mil.
- Adelante - dijo apartándose.
Fue oír eso y darme la vuelta para encarar a Eva. Ella, sin decírselo, se puso de rodillas en el suelo. Directamente empuñé mi polla por los huevos y se la metí en la boca, que ya la tenía abierta, esperando, sin decir nada, sin yo tampoco decir nada... le cogí por la cabeza con ambas manos y empecé a embestirle la boca, primero suave.
- Así se folla una boca, una boca casi virgen -dije.
Y comencé a aumentar el ritmo y la penetración, no tardó en aparecer las primeras arcadas, y los ojos se les humedecían.
- Pajéate en su cara, Raúl. Mira cómo le follo la boca a tu mujer.
Él se acercó y empezó a darle golpecitos con su polla en la cara a Eva, no le había visto la polla tan dura a mi amigo desde la otra vez, desde que se corrió. A saber cómo se la pondría también Susana, su compañera de trabajo.
Aceleré las embestidas, y las hacía lentas de vez en cuando, sacando mi polla por completo, que estaba a punto de reventar... Ella aprovechaba que mi polla estaba afuera para coger aire por la boca, yo la dejaba, y luego volvía a metérsela, no le cabía entera del todo. Lo hacía sin rechistar, como una profesional.
- Tu mujer lo hace muy bien, como si lo estuviera haciendo desde adolescente, jeje. Como siga así la voy a bañar.
- Báñala, perro - dijo Raúl
Al oir aquello me entró un nerviosismo total!!! Mi amigo estaba tan fuera de sí con la escena que me pedía correrme en la cara y en la boca de su mujer!! Eva no decía nada.
- Yo acato las órdenes, ya lo sabéis.
Pensé que todo esto que estaba pasando ya estaba más que hablado y concertado entre ellos, sería así, como me dijeron, que ya había líneas rojas que no pasarían, pero que tenían habladas muchas cosas... y una de ellas sería esta. Nada de follar, pero sí correrme en Eva... y que me la mamase, un gran avance...
- Has oído, cariño? Este cabrón te va a bañar, y luego yo, porque a mí... la verdad es que me falta poco - dijo.
- Bañadme, cabrones - dijo Eva abriendo la boca y enfilando de nuevo mi polla.
Yo no daba crédito a lo que oía. Por fin!!! Por fin me iba a correr en la cara de Eva, la mamada estaba siendo espectacular, pero no iba a durar mucho más.
- Voy a correrme pronto, vas a ver lo que echo... estoy lleno de leche...
Cogí mi polla con una mano y empecé a pajearme con fuerza delante de la cara de Eva, Raúl lo hacía en un lado, a la altura de su frente. Con la otra mano la cogí del pelo para que su cara tuviera el ángulo perfecto, manejándola. Me pajeaba y le ponía la cabeza de mi polla en la lengua y los labios, y ella sorbía, mientras me miraba, y miraba a su marido.
- Ya me viene, ya me viene - dije.
- Vamos, cabrón, sabía que querías esto, dame tu leche...
Al oír aquello ya no pude más.
Comencé a gritar, paré u momento de pajearme, apunté mi polla a su frente y a su cara y el primer chorro salió con fuerza, le pringó la frente, un cachete... e incluso salió alguna gota despedida al suelo, o a la polla de mi amigo, no estoy seguro, el caso es que el segundo chorro fue más abundante, en la nariz y en los labios de Eva, yo estaba en la gloria, la puta empezó a gemir también, rápidamente le metí el capullo en la boca y ahí le solté dos o tres chorros más, ella dio una tragantada y dejó que la leche se le escapara por las comisuras, resbalándole hasta las tetas, me recordó al juego de la pistolita que habíamos tenido meses atrás.
Me estaba vaciando dentro y ella lo estaba soltando en sus tetas... Raúl miraba excitado la escena mientras seguía pajeándose, en unos segundos, todavía con mi polla dentro de la boca de su mujer, no pudo más.
- Me corro, zorra, me corro...
Y apuntó a la cara de Eva, y empezó a gritar.
- Tomalo puta, tomalooo.
Su corrida salia sin presión, sin fuerza, así que las gotas le fueron cayendo por la cara mientras Eva se sacaba mi polla y de inmediato se metía la polla de su marido para probar su semen. Vi que tragaba, la muy puta... este si que lo tragaba... aunque igual alguna gota mía sí que quedaría dentro de su boca.
Me senté en el sofá, estaba sudando. Y una vez corrido Raúl hizo lo mismo. Eva se restregaba los restos de las corridas por las tetas, se limpiaba la cara y se los restregaba por las tetas.
- Joder, cómo me habéis puesto...
No dijimos nada, sólo recuperábamos la respiración.
- Voy al baño. Se nota que habeis disfrutado ¿eh? - dejó caer y desapareció pasillo abajo hacia el baño.
Asentimos y Raúl dijo:
- Bueno, habrá que vestirse... que en nada debemos salir.
- Uf -dije-, Raúl ha estado increíble, creo que lo habéis pasado bien.
- Mucho, tu también, se nota.
- ya lo creo, un morbazo...
- Yo me he corrido mas que nunca - dijo.
- genial, ya sabes que podéis contar conmigo para lo que queráis.
Así terminó esa mañana del día de los inocentes
CONTINUARÁ...
1 comentarios - La Tetona ( . )( . ) mujer de mi amigo😈13