Hace un año, me entregaron mi casa nueva, miesposa se encontraba completamente feliz, era en realidad la casa de nuestrosueño, con grandes áreas verdes, una casa club con terraza y alberca, parquepara perros y en una zona en la cual se podía respirar aire limpio, eraperfecta para que nuestra pequeña hija de 9 meses pudiera crecer feliz.
En uno de los viajes que realicé llevando algunos muebles ycajas de ropa recibí una llamada de la esposa de mi cuñado, ella tenía 37semanas de embarazo y la relación con su esposo era buena a medias, a él leencantaba la fiesta, beber en exceso y pasar tiempo con los amigos, en lugar deestar con su pequeña mujer, y en realidad era pequeña, mide aproximadamente1.58mts. de estatura, de piel bronceada, cabello lacio y por su situación deembarazo, grandes pechos, caderas anchas, una panza algo grande y en generalera excelente mujer, muy sociable y de facilidad de palabra.
Conteste el teléfono móvil:
—Hola Araceli, ¿qué tal tu día?, ¿cómo va esa barrigade tu bebe?.
—Hola, mi barriga muy bien, ya muero por conocer ami bebe hermoso, de echo necesito hablar contigo, ¿estás en tu casa u oficina?
—No Araceli... yo voy llegando a dejar unas cosasen la nueva casa, mi mujer y mi bebé están empacando aun cosas para que puedatraerlas, dime, ¿Necesitas que pase a tu casa o quieres que nos veamos cuandoregrese con mi mujer más tarde?
—No, la verdad es que quería poder hablar contigoa solas, necesito pedirte un gran favor, que te parece si te veo en tu nuevacasa y de paso puedo conocerla, ¿está bien?
Mi nueva casa quedaba a escasos 7 u 8 min dedonde ellos vivían así que supuse que era mejor y más rápido que nos viéramosen la nueva casa, y le esperé por algunos 20 min, mientras yo acomodaba lascosas que traía en la furgoneta.
Casi terminaba de ordenar la ropa en uno de los armarios,cuando tocan a la puerta, de echo era la primera vez que alguien tocaba eltimbre de mi nueva casa y me emocioné bastante, baje rápido y abrí la puerta,ahí estaba ella, con cara triste y ojos rojos, parecía que había estadollorando, la abrace y di un beso en la mejilla y la invite a pasar, fuimoshasta la sala y no la solté del abrazo, ella comenzó a soltar más lagrimas amedida que nos adentrábamos a la casa y hasta la puerta quedo abierta, se sentóy yo corrí por un vaso de agua para que pudiera calmarse un poco, me senté a sulado y comenzó a contarme la situación por la que pasaba.
—Perdón por llegar así, pero necesitaba charlar con alguien ytambién pedirte un muy grande favor, estoy apunto de salir de cuentas y notengo pagado el hospital para dar a luz, hice cuentas y no alcanzaremos con losahorros, así que necesito pedirte me puedas prestar dinero para poder solventarese gasto, de verdad me da muchísima vergüenza pedírtelo, pero no sabía a quiénmás recurrir...
—Araceli, que no te de vergüenza hacerlo, por algo somosfamilia, no te preocupes por eso, hoy mismo vamos a pagar el adelanto delhospital y así te quitas esa angustia, y el día que salgas del hospital con elnuevo sobrino yo con gusto pago el resto, pero tu tranquila, que no me gustaverte triste...
Ella me abrazó y me besó unas 10 veces en las mejillas,estaba bastante aliviada y agradecida por el gesto de haberle prestado dineropara su parto, y en verdad se sintió muy bien el abrazo, podía sentir además desu enorme tripa, sus pechos enormes, muy ricos y fue ahí que la vi con esevestido tejido de una sola pieza en color gris oscuro, con un bonito escote yque llegaba un poco antes de sus rodillas, ella también usaba tacones, no muyaltos, pero se veía linda, de cabello recogido en una media cola, y aun con elmaquillaje corrido después de soltar lágrimas, se veía linda, y es que lasmujeres embarazadas son preciosas, tienen un lindo brillo en sus ojos que lasvuelve hermosas, ella volvió a sentarse y ya más calmada comenzó a contarme elotro asunto al que venía.
Ella me pregunto: —¿cuándo tu esposa estabaembarazada, tuvieron sexo siempre o solo los primeros meses?— Yo le respondí: —¡Claroque sí! Siempre tuvimos sexo, es más, se volvió muy divertido en ocasiones,pues sus pechos eran más grandes, sus caderas anchas, buscábamos a diarionuevas posiciones para evitar la gran tripa que tuvo y era verdaderamentedivertido, además que las mujeres con esos cambios hormonales se vuelven muycalientes y cachondas, así que había días que despertábamos teniendo sexo,comíamos y teníamos sexo nuevamente, cenábamos y teníamos sexo nuevamente, nosbañábamos y volvíamos a hacerlo, y siempre fue muy bueno, pues ella siempreestaba excitada de más y quería más y más, así que yo solo la complacía y medaba gusto ¡a manos llenas!
Ella me respondió: —Que lindo y que calientes son, yo tengovarios meses que no sé nada de sexo, mi marido no me toca desde las 10 semanasde embarazo y la verdad eso de masturbarme no me agrada tanto, e igual que tuesposa, siempre ando pensando en cosas calientes, siempre ando cachonda, separa una mosca y quero que me coja y todo el día, todo los días es lo mismo, peromi esposo no hace caso y solo argumenta que podriamos hacerle daño al bebé, queya habrá tiempo de que follemos día y noche, pero que por lo pronto no habránada para mí, yo de repente cuando él llega de la fiesta con sus amigos y esta borracho,le trato de seducir, pero solo logro comerle la polla y me toco sola mientrasle chupo hasta los huevos, él se corre y yo me corro, pero la verdad necesitoque me follen ¡URGENTEMENTE!— Exclamó ella, con una carcajada al final, yotambién reí.
Y comenzamos a charlar por al menos 1 hora de cosas de sexocon mi esposa embarazada, posiciones, lugares, etc., mientras esto sucedía, yome daba cuenta que ella se ponía cachonda, pues se tocaba sus pechos, cruzabalas piernas y se mordía los labios, pero en verdad no le di mucha importancia,hasta que ella se levantó y me dijo:
—No me quisiera ir, pero ya te quité bastante detu tiempo, perdón por traerte mis problemas, y muchas gracias por el préstamoque nos vas a realizar.
—No te preocupes por eso, y del tiempo ni lodigas, que siempre que hablamos se nos van las horas y no lo sentimos, es más,quédate un rato más mientras termino de desempacar las cosas que deje arriba.
—No en verdad me da mucha vergüenza, pero despuésde la charla de sexo con embarazadas que me diste, en verdad me puso muycachonda y si me quedo tu tendrás que pagar las consecuencias.
Yo le sonreí y a la vez con voz nerviosa lepregunte: —De verdad te excitaste, no lo puedo creer, es mentira, ya deja deestar jugando conmigo mentirosilla— y ella sin titubear, tomo mi mano derecha,alzo su vestido y dirigió mi mano a sus húmedas bragas... —Mira, siente como metienes, mojada de solo escuchar tus historias, como quieres que me quede unrato más aquí contigo solita, si lo que quiero es meterme a dar un baño paracalmar mi calentura.
Yo en verdad sorprendido de haber tocado sus húmedas bragas ycon una erección instantánea le tomé su mano y la dirigí a mi polla dura... —Puesmira tu como me pusiste con eso de tomar mi mano y llevarla a tu coño...— de inmediato vi como su mirada cambió, era una tigresa en celo, suspupilas se dilataron, su boca babeo, su lengua exploró toda la redondez de suslabios y me abrazó, yo comencé a subir una mano por sus piernas, las acariciabapor completo, llegué a sus rodillas y comencé a subir entre ellas, mientrasella se comenzaba a agitar más y más, cuando llegué a la humedad de su coño,comencé a masajear de arriba abajo, de izquierda a derecha y ella seestremecía, apretaba sus piernas y comenzaba a pujar y a decir: —¡Si así, así tócame,por favor, saca tu polla y dame duro por favor!— Yo seguí jugando con su coñito,ella tenía bellos muy delgados y lacios, sus labios eran gruesos y el clítorisera enorme, estaba verdaderamente excitada, como pude bajé sus bragas y sentícomo un hilo de flujo se desprendía de su coño, y comencé a meter un par dededos dentro de ella... buscaba su punto "G", pero a ella parecíagustarle más que metiera y sacara mis dedos, ella estaba deseosa de que la follaray eso estaban haciendo mis dedos, a cada momento más y más duro, y más dedostambién, comencé con 2, después 3 y ahora eran 4, metía y sacaba mis dedos aplacer, con unas embestidas muy fuertes, pues quería que sintiera que era unaenorme polla la que entraba y salía de su delicioso coño.
No tardó más de cinco min, con un gemido intenso,estremeciéndose, gritando y pujando de la manera más rica que había escuchado, porfin se corrió, y vaya sorpresa, una explosión de eyaculación femenina, chorrossalían de su coño, notaba a su vez como sus grandes pechos se ponían más durosy comenzaban a humedecerse, chorros de calostros estaban brotando de esaslindas montañas, todo un espectáculo verla extasiada.
Como ella era pequeña, la tome de su cintura, y subí sobremí, le quite el vestido de un par de tiradas y desabroché su sujetador en unsolo movimiento, yo quería ver ese espectáculo, sus pechos explotando de leche,quería ver chorros salir de sus enormes tetas lechosas y así fue... 5 chorrosde un pezón y 4 del otro brotaban incesantes, entre más le tocaba su clítoris ylabios vaginales, más contracciones ella tenía y más explosivos eran loschorros de leche, y yo como niño con juguete nuevo, incesantemente masajeaba laentrada a su sexo, era tan suave y resbalosa, que mis dedos entraban y salían aplacer, ella solo se retorcía de placer, se tumbaba en mí y me abrazaba, mebesaba frenéticamente, era una mujer necesitada de cariño y atenciones, yestaba sacando todo lo que tenía dentro, sus contracciones eran tan fuertes ysus gemidos tan intensos que de mi polla salían litros de líquido preseminalmojando mi ropa interior.
Con ella arriba de mí, traté de quitarme mis pantalones parapoder darle una follada como se debe, pero me fue inútil, así que la abrace, mepuse de pie y baje mis pantalones mientras ella me abrazaba y besabafrenéticamente, dirigí mi polla a su húmeda entrada y deje ir mi polla dentrode ella con profundas embestidas, lo cual hizo que se corriera nuevamente, yosolo miraba como sus ojos se perdían y volvían blancos en tan tremendo orgasmo,me arañaba la espalda y me mordía el cuello, estaba verdaderamente loca deplacer, ella después de aquél orgasmo dijo:—Ay, que falta me habías hecho, te juroque necesitaba descargar todo lo que tenía dentro, de haber sabido que estosería así, hace mucho tiempo habría acudido a que me ayudaras a desfogarme, eneste momento no me importa que seas el esposo de mi cuñada, que seas familia,es más, de haber sido mi hermano te hubiera recibido dentro de mi sin pensarlo,que maravilloso rato he pasado, por favor, dame más, no me dejes ir, vuélvemeloca con tus caricias y tus embestidas, me encanta sentirte dentro de mí, tusmanos son mágicas, tus besos riquísimos y tus folladas celestiales...
Nos sentamos un rato en el sillón, abrazándonos yacariciándonos, tras una media hora de caricias y platica, mi polla volvió aponerse muy dura, y ella sin pensarlo se inclinó hacia ella y comenzó a mamarlomuy lentamente, al principio dando lamidas solo con su lengua en la cabeza demi polla, se sentía fabuloso, y de pronto comenzaba a meterlo más y más, mamabahasta la base y sacaba suavemente hasta la cabeza, sus lamidas eran riquísimas,yo solo la veía subir y bajar incesantemente, era una mamada gloriosa, depronto me di cuenta que sus nalgas estaban al alcance de mis manos y comencé atocarlas, a palmearlas y a sobar la entrada de su pequeño culito, y mientras máslo hacía, más se excitaba ella, lo notaba porque los chorros de leche eranabundantes, mojaban toda mi pierna, comencé a meter un dedo en su culo, muydespacio, tratando de que no hacerle sentir dolor y en verdad era muy apretado,ella aunque muy caliente solo me decía: —No cariño, ese aun es virgen, y aun nosé a quién dárselo, así que mejor deja que te mame la verga y deja esos dedostranquilos.
Terminó por hacerme explotar nuevamente, una enorme eyaculacióndentro de su boca, me encantó que ella se tragara hasta la última gota, una vezque terminó de chupar todo mi semen se sentó en mis piernas y comenzó a besarmey yo apretaba sus grandes y lechosas tetas, baje mi boca para mamarlas ycomencé a chuparlas desesperadamente, quería acabarme ese par de tetas tanhermosas, el sabor de la leche era un tanto salada, con dejos dulces y aunqueno era mi sabor favorito, tragaba todo lo que salía de ellas, mientras ella meacariciaba y decía: —Si… termina de criarte, necesitas también tu lechita, sacatodo lo que puedas que das un gran alivio a este par de tetas.—Yo sabía que eradoloroso tener ese par de tetas tan llenas de leche y sabía que mientras mássacara ella sentiría menos dolor, así que me dispuse a seguir chupando hastaque ya no sintiera dolor alguno.
Después de unos 10 o 15 min. Y ya que ella no sentía dolor ensus pechos, dejé sus tetas, la abracé y besé un largo rato, ya habían pasadocasi 3 horas desde que ella llegó y yo tenía que volver a casa al igual queella, así que nos vestimos y la lleve a su coche, no me pude despedir con unbeso como yo hubiera querido, pero si acordamos volver a vernos algún díacercano, y bueno, yo aún tengo en mi mente esos hermosos chorros de leche, lahumedad de sus coño y ese culito tan cerrado, tengo en mente hacerlo mío muypronto, aunque ella con su bebe tiene muy poco tiempo y yo ya no tengo un lugarvacío para encontrarnos y darnos tanto placer, fue hace más de un año yverdaderamente necesito follarla frenéticamente y estrenar ese pequeño culovirgen.
En uno de los viajes que realicé llevando algunos muebles ycajas de ropa recibí una llamada de la esposa de mi cuñado, ella tenía 37semanas de embarazo y la relación con su esposo era buena a medias, a él leencantaba la fiesta, beber en exceso y pasar tiempo con los amigos, en lugar deestar con su pequeña mujer, y en realidad era pequeña, mide aproximadamente1.58mts. de estatura, de piel bronceada, cabello lacio y por su situación deembarazo, grandes pechos, caderas anchas, una panza algo grande y en generalera excelente mujer, muy sociable y de facilidad de palabra.
Conteste el teléfono móvil:
—Hola Araceli, ¿qué tal tu día?, ¿cómo va esa barrigade tu bebe?.
—Hola, mi barriga muy bien, ya muero por conocer ami bebe hermoso, de echo necesito hablar contigo, ¿estás en tu casa u oficina?
—No Araceli... yo voy llegando a dejar unas cosasen la nueva casa, mi mujer y mi bebé están empacando aun cosas para que puedatraerlas, dime, ¿Necesitas que pase a tu casa o quieres que nos veamos cuandoregrese con mi mujer más tarde?
—No, la verdad es que quería poder hablar contigoa solas, necesito pedirte un gran favor, que te parece si te veo en tu nuevacasa y de paso puedo conocerla, ¿está bien?
Mi nueva casa quedaba a escasos 7 u 8 min dedonde ellos vivían así que supuse que era mejor y más rápido que nos viéramosen la nueva casa, y le esperé por algunos 20 min, mientras yo acomodaba lascosas que traía en la furgoneta.
Casi terminaba de ordenar la ropa en uno de los armarios,cuando tocan a la puerta, de echo era la primera vez que alguien tocaba eltimbre de mi nueva casa y me emocioné bastante, baje rápido y abrí la puerta,ahí estaba ella, con cara triste y ojos rojos, parecía que había estadollorando, la abrace y di un beso en la mejilla y la invite a pasar, fuimoshasta la sala y no la solté del abrazo, ella comenzó a soltar más lagrimas amedida que nos adentrábamos a la casa y hasta la puerta quedo abierta, se sentóy yo corrí por un vaso de agua para que pudiera calmarse un poco, me senté a sulado y comenzó a contarme la situación por la que pasaba.
—Perdón por llegar así, pero necesitaba charlar con alguien ytambién pedirte un muy grande favor, estoy apunto de salir de cuentas y notengo pagado el hospital para dar a luz, hice cuentas y no alcanzaremos con losahorros, así que necesito pedirte me puedas prestar dinero para poder solventarese gasto, de verdad me da muchísima vergüenza pedírtelo, pero no sabía a quiénmás recurrir...
—Araceli, que no te de vergüenza hacerlo, por algo somosfamilia, no te preocupes por eso, hoy mismo vamos a pagar el adelanto delhospital y así te quitas esa angustia, y el día que salgas del hospital con elnuevo sobrino yo con gusto pago el resto, pero tu tranquila, que no me gustaverte triste...
Ella me abrazó y me besó unas 10 veces en las mejillas,estaba bastante aliviada y agradecida por el gesto de haberle prestado dineropara su parto, y en verdad se sintió muy bien el abrazo, podía sentir además desu enorme tripa, sus pechos enormes, muy ricos y fue ahí que la vi con esevestido tejido de una sola pieza en color gris oscuro, con un bonito escote yque llegaba un poco antes de sus rodillas, ella también usaba tacones, no muyaltos, pero se veía linda, de cabello recogido en una media cola, y aun con elmaquillaje corrido después de soltar lágrimas, se veía linda, y es que lasmujeres embarazadas son preciosas, tienen un lindo brillo en sus ojos que lasvuelve hermosas, ella volvió a sentarse y ya más calmada comenzó a contarme elotro asunto al que venía.
Ella me pregunto: —¿cuándo tu esposa estabaembarazada, tuvieron sexo siempre o solo los primeros meses?— Yo le respondí: —¡Claroque sí! Siempre tuvimos sexo, es más, se volvió muy divertido en ocasiones,pues sus pechos eran más grandes, sus caderas anchas, buscábamos a diarionuevas posiciones para evitar la gran tripa que tuvo y era verdaderamentedivertido, además que las mujeres con esos cambios hormonales se vuelven muycalientes y cachondas, así que había días que despertábamos teniendo sexo,comíamos y teníamos sexo nuevamente, cenábamos y teníamos sexo nuevamente, nosbañábamos y volvíamos a hacerlo, y siempre fue muy bueno, pues ella siempreestaba excitada de más y quería más y más, así que yo solo la complacía y medaba gusto ¡a manos llenas!
Ella me respondió: —Que lindo y que calientes son, yo tengovarios meses que no sé nada de sexo, mi marido no me toca desde las 10 semanasde embarazo y la verdad eso de masturbarme no me agrada tanto, e igual que tuesposa, siempre ando pensando en cosas calientes, siempre ando cachonda, separa una mosca y quero que me coja y todo el día, todo los días es lo mismo, peromi esposo no hace caso y solo argumenta que podriamos hacerle daño al bebé, queya habrá tiempo de que follemos día y noche, pero que por lo pronto no habránada para mí, yo de repente cuando él llega de la fiesta con sus amigos y esta borracho,le trato de seducir, pero solo logro comerle la polla y me toco sola mientrasle chupo hasta los huevos, él se corre y yo me corro, pero la verdad necesitoque me follen ¡URGENTEMENTE!— Exclamó ella, con una carcajada al final, yotambién reí.
Y comenzamos a charlar por al menos 1 hora de cosas de sexocon mi esposa embarazada, posiciones, lugares, etc., mientras esto sucedía, yome daba cuenta que ella se ponía cachonda, pues se tocaba sus pechos, cruzabalas piernas y se mordía los labios, pero en verdad no le di mucha importancia,hasta que ella se levantó y me dijo:
—No me quisiera ir, pero ya te quité bastante detu tiempo, perdón por traerte mis problemas, y muchas gracias por el préstamoque nos vas a realizar.
—No te preocupes por eso, y del tiempo ni lodigas, que siempre que hablamos se nos van las horas y no lo sentimos, es más,quédate un rato más mientras termino de desempacar las cosas que deje arriba.
—No en verdad me da mucha vergüenza, pero despuésde la charla de sexo con embarazadas que me diste, en verdad me puso muycachonda y si me quedo tu tendrás que pagar las consecuencias.
Yo le sonreí y a la vez con voz nerviosa lepregunte: —De verdad te excitaste, no lo puedo creer, es mentira, ya deja deestar jugando conmigo mentirosilla— y ella sin titubear, tomo mi mano derecha,alzo su vestido y dirigió mi mano a sus húmedas bragas... —Mira, siente como metienes, mojada de solo escuchar tus historias, como quieres que me quede unrato más aquí contigo solita, si lo que quiero es meterme a dar un baño paracalmar mi calentura.
Yo en verdad sorprendido de haber tocado sus húmedas bragas ycon una erección instantánea le tomé su mano y la dirigí a mi polla dura... —Puesmira tu como me pusiste con eso de tomar mi mano y llevarla a tu coño...— de inmediato vi como su mirada cambió, era una tigresa en celo, suspupilas se dilataron, su boca babeo, su lengua exploró toda la redondez de suslabios y me abrazó, yo comencé a subir una mano por sus piernas, las acariciabapor completo, llegué a sus rodillas y comencé a subir entre ellas, mientrasella se comenzaba a agitar más y más, cuando llegué a la humedad de su coño,comencé a masajear de arriba abajo, de izquierda a derecha y ella seestremecía, apretaba sus piernas y comenzaba a pujar y a decir: —¡Si así, así tócame,por favor, saca tu polla y dame duro por favor!— Yo seguí jugando con su coñito,ella tenía bellos muy delgados y lacios, sus labios eran gruesos y el clítorisera enorme, estaba verdaderamente excitada, como pude bajé sus bragas y sentícomo un hilo de flujo se desprendía de su coño, y comencé a meter un par dededos dentro de ella... buscaba su punto "G", pero a ella parecíagustarle más que metiera y sacara mis dedos, ella estaba deseosa de que la follaray eso estaban haciendo mis dedos, a cada momento más y más duro, y más dedostambién, comencé con 2, después 3 y ahora eran 4, metía y sacaba mis dedos aplacer, con unas embestidas muy fuertes, pues quería que sintiera que era unaenorme polla la que entraba y salía de su delicioso coño.
No tardó más de cinco min, con un gemido intenso,estremeciéndose, gritando y pujando de la manera más rica que había escuchado, porfin se corrió, y vaya sorpresa, una explosión de eyaculación femenina, chorrossalían de su coño, notaba a su vez como sus grandes pechos se ponían más durosy comenzaban a humedecerse, chorros de calostros estaban brotando de esaslindas montañas, todo un espectáculo verla extasiada.
Como ella era pequeña, la tome de su cintura, y subí sobremí, le quite el vestido de un par de tiradas y desabroché su sujetador en unsolo movimiento, yo quería ver ese espectáculo, sus pechos explotando de leche,quería ver chorros salir de sus enormes tetas lechosas y así fue... 5 chorrosde un pezón y 4 del otro brotaban incesantes, entre más le tocaba su clítoris ylabios vaginales, más contracciones ella tenía y más explosivos eran loschorros de leche, y yo como niño con juguete nuevo, incesantemente masajeaba laentrada a su sexo, era tan suave y resbalosa, que mis dedos entraban y salían aplacer, ella solo se retorcía de placer, se tumbaba en mí y me abrazaba, mebesaba frenéticamente, era una mujer necesitada de cariño y atenciones, yestaba sacando todo lo que tenía dentro, sus contracciones eran tan fuertes ysus gemidos tan intensos que de mi polla salían litros de líquido preseminalmojando mi ropa interior.
Con ella arriba de mí, traté de quitarme mis pantalones parapoder darle una follada como se debe, pero me fue inútil, así que la abrace, mepuse de pie y baje mis pantalones mientras ella me abrazaba y besabafrenéticamente, dirigí mi polla a su húmeda entrada y deje ir mi polla dentrode ella con profundas embestidas, lo cual hizo que se corriera nuevamente, yosolo miraba como sus ojos se perdían y volvían blancos en tan tremendo orgasmo,me arañaba la espalda y me mordía el cuello, estaba verdaderamente loca deplacer, ella después de aquél orgasmo dijo:—Ay, que falta me habías hecho, te juroque necesitaba descargar todo lo que tenía dentro, de haber sabido que estosería así, hace mucho tiempo habría acudido a que me ayudaras a desfogarme, eneste momento no me importa que seas el esposo de mi cuñada, que seas familia,es más, de haber sido mi hermano te hubiera recibido dentro de mi sin pensarlo,que maravilloso rato he pasado, por favor, dame más, no me dejes ir, vuélvemeloca con tus caricias y tus embestidas, me encanta sentirte dentro de mí, tusmanos son mágicas, tus besos riquísimos y tus folladas celestiales...
Nos sentamos un rato en el sillón, abrazándonos yacariciándonos, tras una media hora de caricias y platica, mi polla volvió aponerse muy dura, y ella sin pensarlo se inclinó hacia ella y comenzó a mamarlomuy lentamente, al principio dando lamidas solo con su lengua en la cabeza demi polla, se sentía fabuloso, y de pronto comenzaba a meterlo más y más, mamabahasta la base y sacaba suavemente hasta la cabeza, sus lamidas eran riquísimas,yo solo la veía subir y bajar incesantemente, era una mamada gloriosa, depronto me di cuenta que sus nalgas estaban al alcance de mis manos y comencé atocarlas, a palmearlas y a sobar la entrada de su pequeño culito, y mientras máslo hacía, más se excitaba ella, lo notaba porque los chorros de leche eranabundantes, mojaban toda mi pierna, comencé a meter un dedo en su culo, muydespacio, tratando de que no hacerle sentir dolor y en verdad era muy apretado,ella aunque muy caliente solo me decía: —No cariño, ese aun es virgen, y aun nosé a quién dárselo, así que mejor deja que te mame la verga y deja esos dedostranquilos.
Terminó por hacerme explotar nuevamente, una enorme eyaculacióndentro de su boca, me encantó que ella se tragara hasta la última gota, una vezque terminó de chupar todo mi semen se sentó en mis piernas y comenzó a besarmey yo apretaba sus grandes y lechosas tetas, baje mi boca para mamarlas ycomencé a chuparlas desesperadamente, quería acabarme ese par de tetas tanhermosas, el sabor de la leche era un tanto salada, con dejos dulces y aunqueno era mi sabor favorito, tragaba todo lo que salía de ellas, mientras ella meacariciaba y decía: —Si… termina de criarte, necesitas también tu lechita, sacatodo lo que puedas que das un gran alivio a este par de tetas.—Yo sabía que eradoloroso tener ese par de tetas tan llenas de leche y sabía que mientras mássacara ella sentiría menos dolor, así que me dispuse a seguir chupando hastaque ya no sintiera dolor alguno.
Después de unos 10 o 15 min. Y ya que ella no sentía dolor ensus pechos, dejé sus tetas, la abracé y besé un largo rato, ya habían pasadocasi 3 horas desde que ella llegó y yo tenía que volver a casa al igual queella, así que nos vestimos y la lleve a su coche, no me pude despedir con unbeso como yo hubiera querido, pero si acordamos volver a vernos algún díacercano, y bueno, yo aún tengo en mi mente esos hermosos chorros de leche, lahumedad de sus coño y ese culito tan cerrado, tengo en mente hacerlo mío muypronto, aunque ella con su bebe tiene muy poco tiempo y yo ya no tengo un lugarvacío para encontrarnos y darnos tanto placer, fue hace más de un año yverdaderamente necesito follarla frenéticamente y estrenar ese pequeño culovirgen.
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