El siguiente relato pasó hace poco más de un año. Era Diciembre y una prima se casaba con un policía, un tipo de menos de 40 años, no muy alto, buen cuerpo marcado, que disfruta exhibirse. La ceremonia transcurrió con tediosa normalidad, y luego fuimos al salón que quedaba en una localidad vecina al sur de Rosario.
A medida que transcurríala noche el alcohol iba acumulándose en mi cuerpo, y mis morbos subían pese a estar rodeado de familiares, pero asimismo rodeado de policias de civil y algunos personajes de dudosa profesión que también aumentaban mi morbo.
Constantemente iba al baño con la ilusión de poder apreciar alguna verga oficial meando, pero de poco sirvió, con suerte pude ver algún que otro bulto al levantarse los cierres de pantalones.
Con más alcohol descepcionado de la sequía visual decidí retirarme siendo al rededor de las 4.30 a.m., y previo oficiar de remise de un par de viejas me volví a mi casa.
Tenía una cerveza en la heladera que abrí para que no decaiga el mareo y/o incrementarlo para desinhibirme un poco más para buscar a alguien que satisfaga mi sed de verga.
Ante el fracaso virtual decidí ir al parque independencia a buscar cruising con algún muchachito trasnochado que no haya tenido éxito en la noche. Por tanto me cambié (y por la desesperación por chupar pijas no busqué mi peor vestimenta en esa oportunidad), y partí al acecho.
Ni bien llego al parque, y sin adentrarme mucho noto a un muchacho en moto que se me acerca; desinhibido y sin miedo le sigo la conversación:
Él -que onda amigo?
Yo -tranqui acá, buscando una pija que chupar.
Él -que? sos puto?
Yo -Si y me encanta la pija
Él -La querés chupar?
Yo -De una
Él -Cuánto me das?
Yo -No, fue, yo la chupo de onda.
Él -ufff, bueno está bien.
Subimos a una especie de glorieta, noté que el chico estaba aún más ebrio que yo, se baja el cierre pela la verga y empiezo mi trabajo.
Se la chupaba como un desesperado, que en definitiva lo estaba. Durante todo mi trabajo él me preguntaba si tenía plata, a lo que yo le respondía negativamente y entonces me pedía que le dé las zapatillas y/o la remera, a lo que me seguía negando entre balbuceos con la verga en la boca.
No era la mejor verga que chupé en mi vida definitivamente, pelos púbicos desprolijos y un leve olor/gusto a meo, que sin embargo me calentaban; el chabon un rubiecitode ojos claros, y aspecto desprolijo.
Mientras se la chupaba, amen de pedirme algo a cambio, soltaba frases denigrantes como 'que puto asqueroso que sos', 'que puta sucia', etc, que lejos de paralizarme o molestarme, me calentaban más.
Luego en la cima de mi calentura, como suelo hacer, más aún ebrio, le empecé a pedir la lechita, que luego de insultos, algún escupitajo y sus requerimientos de contraprestación, vació todo su nectar testcular en mi buche, lo cual fue debidamente saboreado y tragado.
Luego de eso vuelve a decirme 'puto sucio' y a pedirme plata y vestimenta a cambio, lo cual negué con mi peor cara y me fui caminando por el parque en busca de más víctimas.
Pero la víctima terminé siendo yo cuando el muchacho al que le acababa de hacer un excelente pete se acerca en su moto y asomando un arma me pide las zapatillas, que luego de una discución se las termino entregando.
Volví a mi casa descalzo, asustado, exitado, aún ebrio y me clavé un paja pensando en toda la noche y en la última parte de la misma, que me asustó, me llenó de adrelina y me exitó. En frío pensé lo arriesgado que fui, pero generalmente no pienso en frío. Amo tanto las vergas como el peligro
A medida que transcurríala noche el alcohol iba acumulándose en mi cuerpo, y mis morbos subían pese a estar rodeado de familiares, pero asimismo rodeado de policias de civil y algunos personajes de dudosa profesión que también aumentaban mi morbo.
Constantemente iba al baño con la ilusión de poder apreciar alguna verga oficial meando, pero de poco sirvió, con suerte pude ver algún que otro bulto al levantarse los cierres de pantalones.
Con más alcohol descepcionado de la sequía visual decidí retirarme siendo al rededor de las 4.30 a.m., y previo oficiar de remise de un par de viejas me volví a mi casa.
Tenía una cerveza en la heladera que abrí para que no decaiga el mareo y/o incrementarlo para desinhibirme un poco más para buscar a alguien que satisfaga mi sed de verga.
Ante el fracaso virtual decidí ir al parque independencia a buscar cruising con algún muchachito trasnochado que no haya tenido éxito en la noche. Por tanto me cambié (y por la desesperación por chupar pijas no busqué mi peor vestimenta en esa oportunidad), y partí al acecho.
Ni bien llego al parque, y sin adentrarme mucho noto a un muchacho en moto que se me acerca; desinhibido y sin miedo le sigo la conversación:
Él -que onda amigo?
Yo -tranqui acá, buscando una pija que chupar.
Él -que? sos puto?
Yo -Si y me encanta la pija
Él -La querés chupar?
Yo -De una
Él -Cuánto me das?
Yo -No, fue, yo la chupo de onda.
Él -ufff, bueno está bien.
Subimos a una especie de glorieta, noté que el chico estaba aún más ebrio que yo, se baja el cierre pela la verga y empiezo mi trabajo.
Se la chupaba como un desesperado, que en definitiva lo estaba. Durante todo mi trabajo él me preguntaba si tenía plata, a lo que yo le respondía negativamente y entonces me pedía que le dé las zapatillas y/o la remera, a lo que me seguía negando entre balbuceos con la verga en la boca.
No era la mejor verga que chupé en mi vida definitivamente, pelos púbicos desprolijos y un leve olor/gusto a meo, que sin embargo me calentaban; el chabon un rubiecitode ojos claros, y aspecto desprolijo.
Mientras se la chupaba, amen de pedirme algo a cambio, soltaba frases denigrantes como 'que puto asqueroso que sos', 'que puta sucia', etc, que lejos de paralizarme o molestarme, me calentaban más.
Luego en la cima de mi calentura, como suelo hacer, más aún ebrio, le empecé a pedir la lechita, que luego de insultos, algún escupitajo y sus requerimientos de contraprestación, vació todo su nectar testcular en mi buche, lo cual fue debidamente saboreado y tragado.
Luego de eso vuelve a decirme 'puto sucio' y a pedirme plata y vestimenta a cambio, lo cual negué con mi peor cara y me fui caminando por el parque en busca de más víctimas.
Pero la víctima terminé siendo yo cuando el muchacho al que le acababa de hacer un excelente pete se acerca en su moto y asomando un arma me pide las zapatillas, que luego de una discución se las termino entregando.
Volví a mi casa descalzo, asustado, exitado, aún ebrio y me clavé un paja pensando en toda la noche y en la última parte de la misma, que me asustó, me llenó de adrelina y me exitó. En frío pensé lo arriesgado que fui, pero generalmente no pienso en frío. Amo tanto las vergas como el peligro
1 comentarios - Relato 'de policias y larones'