Seguimos con mi relato, 100% real, sin más continuo.
Ya la tenía acostada en la cama, muy caliente y muy mojada, yo por supuesto estaba como una roca, caliente y sin siquiera pensar en los condones, y así fue como acomodé mi pene en la entrada de su vagina y con mi mano lo movía acariciando su clítoris y punteando la, si hay algo que me encanta es que me pidan que las coja, y ella ni lo pidió, apenas la puntee de nuevo y solita se empujó, entro completamente de una sola vez, WOW que apretada tenía su conchita, mis 19 gruesos centímetros la hicieron gemir delicioso y hasta yo lo hice también, que sensación tan deliciosa sentir su húmeda y caliente concha, me quedé inmóvil un par de segundo hasta que me saco de mi letargo con un grito, COGEME CABRON!!
Sin dudarlo comenzé a meterlo con fuerza y aunque le dolía me gritaba que le diera más duro y más rápido, seguimos así unos minutos, de misionero tradicional pero yo quería más, quería penetrarla bien al fondo así que abrí más sus piernas y las empujé hacia atrás con mis brazos y sin inmutarme se la deje ir completita, ella metió sus manos para detener mi verga pero yo estaba como una fiera y continúe, se quejaba pero instantes despuds pedía más duro, por suerte el alcohol me ayudó a no correrme, así que aproveche para cambiar de posición, por otra de mis favoritas, de perrito, no saben que vista, su enorme culo frente a mi siendo embestido, sus nalgas chocaban contra mi pelvis con mucha fuerza pero las notaba muy blancas, así que comencé a nalguearla y ni se imaginan como se prendió, ya eran mis embestidas y ella se empujaba para atrás para recibir mi pene con más fuerza, le seguí dando lo mas duro que podía hasta que ya no podía aguantar más, le informe que no resistiría y ella se empinó más, su cara se hundió en la cama y con ese ángulo me exigió llenarla de leche, obvio ni lo pensé y lo hice, varios lechazos inundaron su sexo y varias embestidas más lentas pero con fuerza lo desbordaron
Pero ahí no acaba la historia de ese día, la muy cabrona no estaba satisfecha y no se iba a quedar así, rápidamente desenvaino mi pene de su panochita y con una gran mamada lo limpio de toda la lechada, me gritaba lo delicioso que le sabía y me pedía más, pero me faltaba oxígeno, así que me tire sobre la cama para recobrar las fuerzas, ella no iba a permitirme ni respirar, siguió mamando mi pene a pesar de que le pedí unos minutos para recobrar el aliento, mi pene traicionero respondió a sus labios y su maestra lengua y recobro su fortaleza, si bien no tanto como la primera vez de esa mañana, pero lo suficiente como para que ella pudiera montarlo, y que montada señores, arriba y abajo, en círculos, sentía como su concha apretaba mi miembro con esas contracciones que quieren tragar cada centímetro de carne, y así lo hizo, lo devoraba ya sin quejido alguno, solo gemía y tenía un orgasmo tras otro, yo sentía mi cabeza retumbar pero ya ni me importaba, le pedí que se pusiera con los pies en la cama y sus senos en mi cara, que forma de mover las caderas, ni siquiera sentía que sus senos se despegaran de mi boca un solo centímetro, la estaba empalando y a ella le fascinaba y por supuesto a mí también, y sin previo aviso después de varios minutos la volví a llenar de semen, ya era una combinación blanquesina de sus jugos y mi leche, no creo que pudiera largar mucha pero ella ya estaba bien llena, siguió sus movimientos de cadera más lento hasta que se detuvo, me besó muy apasionadamente y yo aún no recuperaba el aliento, mi cabeza sentía q iba a estallar, se recostó sobre mi y mis manos se dedicaron acariciar sus deliciosas nalgas, ni ambas eran suficientes para cada nalga, me agradeció por la cogida y yo no podía ni hablar de la forma en que está hembra me había vaciado, se levantó lentamente y una gran cantidad de semen escurrió de su ya no tan estrecha cavidad, con su mano recogió lo que aún salía de su vagina, llevo sus dedos a la boca y lo saboreo perversamente, después prosiguió a limpiar mi pene, mi abdomen y mis huevos, más limpios no podían haber quedado.
Nos acostamos desnudos y dormimos, por varias horas hasta que con caricias y mamando sus deliciosos pezones la desperté, ambos entramos a ducharnos y volvimos a garchar pero ya no salvaje, parecíamos dos enamorados haciendo el amor, la poca leche que pudieron producir mis huevos la volvió a recolectar pero está vez directo en su boca, salimos y nos recostamos otro rato, hablamos de lo que sucedería y me pidió que se repitiera, seguido,lo más seguido posible y por supuesto le cumplí su petición, fueron de los mejores meses de sexo de mi vida, pero aquí viene la sorpresa, regreso su pareja pero yo no me había dado cuenta, su amiga que me encontraba frecuentemente en su departamento antes de coger resultó ser su amante y su pareja.
La muy cabrona me utilizo para quedar embarazada y tan pronto estuvo segura que iba a ser madre, me lo confesó todo, solo buscaba quedar encinta y aunque me juro que fue el mejor sexo de su vida y lo disfruto como nunca antes, me saco de su vida, se mudaron a otra ciudad, cambio su número de teléfono y borro sus redes sociales, solo pude cogerla una última vez antes de que se fuera y fue después de rogarle que me diera al menos esa última noche de sexo salvaje como la primera vez, esa será otra historia.
Espero que les haya gustado mi relato
Ya la tenía acostada en la cama, muy caliente y muy mojada, yo por supuesto estaba como una roca, caliente y sin siquiera pensar en los condones, y así fue como acomodé mi pene en la entrada de su vagina y con mi mano lo movía acariciando su clítoris y punteando la, si hay algo que me encanta es que me pidan que las coja, y ella ni lo pidió, apenas la puntee de nuevo y solita se empujó, entro completamente de una sola vez, WOW que apretada tenía su conchita, mis 19 gruesos centímetros la hicieron gemir delicioso y hasta yo lo hice también, que sensación tan deliciosa sentir su húmeda y caliente concha, me quedé inmóvil un par de segundo hasta que me saco de mi letargo con un grito, COGEME CABRON!!
Sin dudarlo comenzé a meterlo con fuerza y aunque le dolía me gritaba que le diera más duro y más rápido, seguimos así unos minutos, de misionero tradicional pero yo quería más, quería penetrarla bien al fondo así que abrí más sus piernas y las empujé hacia atrás con mis brazos y sin inmutarme se la deje ir completita, ella metió sus manos para detener mi verga pero yo estaba como una fiera y continúe, se quejaba pero instantes despuds pedía más duro, por suerte el alcohol me ayudó a no correrme, así que aproveche para cambiar de posición, por otra de mis favoritas, de perrito, no saben que vista, su enorme culo frente a mi siendo embestido, sus nalgas chocaban contra mi pelvis con mucha fuerza pero las notaba muy blancas, así que comencé a nalguearla y ni se imaginan como se prendió, ya eran mis embestidas y ella se empujaba para atrás para recibir mi pene con más fuerza, le seguí dando lo mas duro que podía hasta que ya no podía aguantar más, le informe que no resistiría y ella se empinó más, su cara se hundió en la cama y con ese ángulo me exigió llenarla de leche, obvio ni lo pensé y lo hice, varios lechazos inundaron su sexo y varias embestidas más lentas pero con fuerza lo desbordaron
Pero ahí no acaba la historia de ese día, la muy cabrona no estaba satisfecha y no se iba a quedar así, rápidamente desenvaino mi pene de su panochita y con una gran mamada lo limpio de toda la lechada, me gritaba lo delicioso que le sabía y me pedía más, pero me faltaba oxígeno, así que me tire sobre la cama para recobrar las fuerzas, ella no iba a permitirme ni respirar, siguió mamando mi pene a pesar de que le pedí unos minutos para recobrar el aliento, mi pene traicionero respondió a sus labios y su maestra lengua y recobro su fortaleza, si bien no tanto como la primera vez de esa mañana, pero lo suficiente como para que ella pudiera montarlo, y que montada señores, arriba y abajo, en círculos, sentía como su concha apretaba mi miembro con esas contracciones que quieren tragar cada centímetro de carne, y así lo hizo, lo devoraba ya sin quejido alguno, solo gemía y tenía un orgasmo tras otro, yo sentía mi cabeza retumbar pero ya ni me importaba, le pedí que se pusiera con los pies en la cama y sus senos en mi cara, que forma de mover las caderas, ni siquiera sentía que sus senos se despegaran de mi boca un solo centímetro, la estaba empalando y a ella le fascinaba y por supuesto a mí también, y sin previo aviso después de varios minutos la volví a llenar de semen, ya era una combinación blanquesina de sus jugos y mi leche, no creo que pudiera largar mucha pero ella ya estaba bien llena, siguió sus movimientos de cadera más lento hasta que se detuvo, me besó muy apasionadamente y yo aún no recuperaba el aliento, mi cabeza sentía q iba a estallar, se recostó sobre mi y mis manos se dedicaron acariciar sus deliciosas nalgas, ni ambas eran suficientes para cada nalga, me agradeció por la cogida y yo no podía ni hablar de la forma en que está hembra me había vaciado, se levantó lentamente y una gran cantidad de semen escurrió de su ya no tan estrecha cavidad, con su mano recogió lo que aún salía de su vagina, llevo sus dedos a la boca y lo saboreo perversamente, después prosiguió a limpiar mi pene, mi abdomen y mis huevos, más limpios no podían haber quedado.
Nos acostamos desnudos y dormimos, por varias horas hasta que con caricias y mamando sus deliciosos pezones la desperté, ambos entramos a ducharnos y volvimos a garchar pero ya no salvaje, parecíamos dos enamorados haciendo el amor, la poca leche que pudieron producir mis huevos la volvió a recolectar pero está vez directo en su boca, salimos y nos recostamos otro rato, hablamos de lo que sucedería y me pidió que se repitiera, seguido,lo más seguido posible y por supuesto le cumplí su petición, fueron de los mejores meses de sexo de mi vida, pero aquí viene la sorpresa, regreso su pareja pero yo no me había dado cuenta, su amiga que me encontraba frecuentemente en su departamento antes de coger resultó ser su amante y su pareja.
La muy cabrona me utilizo para quedar embarazada y tan pronto estuvo segura que iba a ser madre, me lo confesó todo, solo buscaba quedar encinta y aunque me juro que fue el mejor sexo de su vida y lo disfruto como nunca antes, me saco de su vida, se mudaron a otra ciudad, cambio su número de teléfono y borro sus redes sociales, solo pude cogerla una última vez antes de que se fuera y fue después de rogarle que me diera al menos esa última noche de sexo salvaje como la primera vez, esa será otra historia.
Espero que les haya gustado mi relato
0 comentarios - Mi putita la lesbiana parte 2