Los que me conocen saben muy bien que soy un viejo docente universitario, bastante estructurado y muy apegado a ciertos dogmas. Uno de ellos es: …” No meterse con alumnas”…
Y en eso me he mantenido firmemente (más de una vez haciéndome el boludo) a lo largo de muchos años; pero debo reconocer que las chicas vienen cada vez más bravas.
El año pasado tuve una alumna muy pero muy sexy que siempre se sentaba en la primera fila, vestía extremadamente sugerente, miraba insinuantemente y en cada oportunidad que tenía, en una pausa o en los pasillos de la facul, se me acercaba a charlar de cualquier cosa.
Fiel a mi idea de no hacer cagadas yo me mantuve imperturbable hasta que un día la encontré en una ruidosa cervecería llena de gente. Inmediatamente que me vio me sonrió, dejó su grupo de amigas y se acercó a saludarme.
- …” Profe ¡Qué lindo verlo por acá!!!! “…
- Hola ¿Cómo te va? ¿Todo bien?
- …”Bien, y ahora mejor que lo tengo acá”…
Apaaaaaaaaaaaaaa pensé (cada vez me cuesta más hacerme el serio).
Debo reconocer que no podía quitarle los ojos de encima. Tenía un vestidito rojo mínimo, unos tacos muy altos y finos, el pelo suelto y se le notaba una tanguita fabulosa enmarcando un culito realmente tentador.
En un principio mis amigos me hacían caritas, señas y cuando quise darme cuenta habían “desaparecido”.
Mi alumna, en el medio del bullicio y un montón de gente, me daba charla cada vez más cerca y hasta creo que podía sentir el roce de sus pechos cada vez que alguien pasaba cerca y nos juntaba más. Estaba tremendamente atraído y comenzaba a tener una erección que me incomodaba por lo que me disculpé y le dije:
- …”Dame un minuto, voy hasta el baño y vuelvo”…
Encaré por un pasillo largo, con poca luz y extrañamente solitario, entré al baño, me lavé la cara, conté hasta 100 y salí nuevamente. Y ahí estaba ella como salida de un sueño esperándome en la puerta.
- …” Profe ¿usted no nota que le tiro onda? … afloje un poco que no estamos en la facul”…
Estaba pensando (a mil) mi académica respuesta pero, de una, apoyó todo su cuerpo contra el mío y me dio el beso más sexy y caliente que jamás me habían dado en mi vida.
No me pregunten por qué, quizás el efecto del alcohol, quizás el momento personal o la belleza de mi alumna, pero mis manos fueron directamente por debajo del vestidito mínimo hacia esa cola maravillosa.
- …”mmmmm ¡Qué lindo!!!!! Yo sabía que le gustaba “…. me dijo y siguió besándome en ese pasillo extrañamente desierto.
- Escuchame, soy casado, me conoce mucha gente, no quiero hacer cagadas ….
- …”Lo entiendo. Tranqui. Yo vivo a dos cuadras de acá. Salgamos separados discretamente y vamos a mi departamento. Ahí vamos a estar mejor ¿Si?”… me miró de una forma tal que no me pude negar.
Le hice señas a mis amigos que no podían creer que el viejito cincuentón había enganchado algo y salí tremendamente nervioso. Caminé una cuadra a unos metros por detrás de mi alumna y luego entramos a su edificio. Ni bien se cerró el ascensor y sin decir una palabra nos matamos a besos. Yo estaba re al palo,me volvía loco toda la situación, sus tetas contra mi pecho y enseguida me agarró la pija que ya tenía dura como una piedra.
Entramos a su departamento “on fire” y al instante comenzó a darme una chupada de pija de antología. De repente me pregunta:
- …” ¿Fuma?”…
- Creo que ya es hora que dejemos de tutearnos ¿no?
No, no fumo.
- …”un porrito decía”…
- Ahhhhh …si, me encantaría
- …”tengo unas florcitas especiales para usted”… me dijo sonriendo, se fue y volvió enseguida con una pipita encendida. …”pruebe un poco y después me cuenta qué le parece”…
Y de a poco la noche se volvió de ensueño, se sacó el vestido y quedó con su mínima tanguita y sus tacos altos. Me voló la cabeza, empecé a besarle el cuello, a chuparle los pezones duros, nos tiramos en un sillón y bajé hasta su conchita súper depilada y mojada. No sé bien el tiempo que le estuve chupando esa deliciosa concha pero lo que sí sé es que acabó a los gritos y su orgasmo parecía prolongarse en el tiempo. Después nos regalamos un polvo de antología y esas florcitas hicieron que mi acabada llegara lenta, muy lenta, increíblemente placentera, duradera y sincronizada con un nuevo orgasmo de ella. Nos quedamos un largo rato abrazados con la respiración agitada hasta que ella me dice con algo de picardía:
- …”Muy bien profe … usted es un dulce … fue mejor de lo que me imaginaba”…
Yo ya tenía que volver a casa pero ansiaba que esta noche espectacular volviera a repetirse. Nos despedimos con un beso fabuloso y desde ese entonces nos vemos, al menos, una vez por semana.
En fin …a la mierda con mis dogmas que la vida es corta.
Y en eso me he mantenido firmemente (más de una vez haciéndome el boludo) a lo largo de muchos años; pero debo reconocer que las chicas vienen cada vez más bravas.
El año pasado tuve una alumna muy pero muy sexy que siempre se sentaba en la primera fila, vestía extremadamente sugerente, miraba insinuantemente y en cada oportunidad que tenía, en una pausa o en los pasillos de la facul, se me acercaba a charlar de cualquier cosa.
Fiel a mi idea de no hacer cagadas yo me mantuve imperturbable hasta que un día la encontré en una ruidosa cervecería llena de gente. Inmediatamente que me vio me sonrió, dejó su grupo de amigas y se acercó a saludarme.
- …” Profe ¡Qué lindo verlo por acá!!!! “…
- Hola ¿Cómo te va? ¿Todo bien?
- …”Bien, y ahora mejor que lo tengo acá”…
Apaaaaaaaaaaaaaa pensé (cada vez me cuesta más hacerme el serio).
Debo reconocer que no podía quitarle los ojos de encima. Tenía un vestidito rojo mínimo, unos tacos muy altos y finos, el pelo suelto y se le notaba una tanguita fabulosa enmarcando un culito realmente tentador.
En un principio mis amigos me hacían caritas, señas y cuando quise darme cuenta habían “desaparecido”.
Mi alumna, en el medio del bullicio y un montón de gente, me daba charla cada vez más cerca y hasta creo que podía sentir el roce de sus pechos cada vez que alguien pasaba cerca y nos juntaba más. Estaba tremendamente atraído y comenzaba a tener una erección que me incomodaba por lo que me disculpé y le dije:
- …”Dame un minuto, voy hasta el baño y vuelvo”…
Encaré por un pasillo largo, con poca luz y extrañamente solitario, entré al baño, me lavé la cara, conté hasta 100 y salí nuevamente. Y ahí estaba ella como salida de un sueño esperándome en la puerta.
- …” Profe ¿usted no nota que le tiro onda? … afloje un poco que no estamos en la facul”…
Estaba pensando (a mil) mi académica respuesta pero, de una, apoyó todo su cuerpo contra el mío y me dio el beso más sexy y caliente que jamás me habían dado en mi vida.
No me pregunten por qué, quizás el efecto del alcohol, quizás el momento personal o la belleza de mi alumna, pero mis manos fueron directamente por debajo del vestidito mínimo hacia esa cola maravillosa.
- …”mmmmm ¡Qué lindo!!!!! Yo sabía que le gustaba “…. me dijo y siguió besándome en ese pasillo extrañamente desierto.
- Escuchame, soy casado, me conoce mucha gente, no quiero hacer cagadas ….
- …”Lo entiendo. Tranqui. Yo vivo a dos cuadras de acá. Salgamos separados discretamente y vamos a mi departamento. Ahí vamos a estar mejor ¿Si?”… me miró de una forma tal que no me pude negar.
Le hice señas a mis amigos que no podían creer que el viejito cincuentón había enganchado algo y salí tremendamente nervioso. Caminé una cuadra a unos metros por detrás de mi alumna y luego entramos a su edificio. Ni bien se cerró el ascensor y sin decir una palabra nos matamos a besos. Yo estaba re al palo,me volvía loco toda la situación, sus tetas contra mi pecho y enseguida me agarró la pija que ya tenía dura como una piedra.
Entramos a su departamento “on fire” y al instante comenzó a darme una chupada de pija de antología. De repente me pregunta:
- …” ¿Fuma?”…
- Creo que ya es hora que dejemos de tutearnos ¿no?
No, no fumo.
- …”un porrito decía”…
- Ahhhhh …si, me encantaría
- …”tengo unas florcitas especiales para usted”… me dijo sonriendo, se fue y volvió enseguida con una pipita encendida. …”pruebe un poco y después me cuenta qué le parece”…
Y de a poco la noche se volvió de ensueño, se sacó el vestido y quedó con su mínima tanguita y sus tacos altos. Me voló la cabeza, empecé a besarle el cuello, a chuparle los pezones duros, nos tiramos en un sillón y bajé hasta su conchita súper depilada y mojada. No sé bien el tiempo que le estuve chupando esa deliciosa concha pero lo que sí sé es que acabó a los gritos y su orgasmo parecía prolongarse en el tiempo. Después nos regalamos un polvo de antología y esas florcitas hicieron que mi acabada llegara lenta, muy lenta, increíblemente placentera, duradera y sincronizada con un nuevo orgasmo de ella. Nos quedamos un largo rato abrazados con la respiración agitada hasta que ella me dice con algo de picardía:
- …”Muy bien profe … usted es un dulce … fue mejor de lo que me imaginaba”…
Yo ya tenía que volver a casa pero ansiaba que esta noche espectacular volviera a repetirse. Nos despedimos con un beso fabuloso y desde ese entonces nos vemos, al menos, una vez por semana.
En fin …a la mierda con mis dogmas que la vida es corta.
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