Me han encantado todas mis experiencias lésbicas, pero tuve una en especial que aún recuerdo con mucho entusiasmo de que se repita.
Un sábado salí a pasear a Galerías Insurgentes, mi marido llevo a mis hijos a un paseo y yo no quise quedarme sola en casa, así que salí a dar la vuelta, llevaba un mini short mostrando mis piernas una blusa entallada negra y mi chamarra de mezclilla, iba muy deportiva, fui por un café y un helado.
Me senté en la zona de comida, una mesa en el rincón era mi lugar para observar a la gente, había personas contentas, otras discutiendo, otras muy guapas, pero ese día quería estar tranquila así que solo observaba.
De pronto, ella se sentó en mi mesa, la verdad no vi de donde salió, una mujer madura de cabello rubio, ¡piel canela y una sonrisa encantadora!
M: Hola, ¡me puedo sentar aquí!
Su asentó delataba su nacionalidad, era española, la mujer ya madura, se veía muy elegante, una blusa color gris hermosa que marcaba sus tetas grandes, ¡una falda negra entallada que marcaba sus caderas y mostraba sus piernas cubiertas por unas medias color negro sujetadas por un ligero que se asomaba cuando cruzaba la pierna!
L: Hola, ¿te conozco?
M: No, me llamo Martina, ¡un placer!
L: Hola Martina, perdón por mi incredulidad, ¿pero de dónde saliste?
M: Jajá, eres una tía de lo más simpática, te vi hace una hora cuando compraba una botella y te seguí, ¡no pude dejar de mirar tu belleza ay tu hermoso cuerpo!
L: ¡Guau! Gracias, ¡pero no sé qué decir!
M: No te eh pedido una respuesta, ¡solo dejadme estar un rato con vos!
Con una gran incertidumbre acepté lo que dijo, comenzamos a charlar, ella no paraba de hablar y de reír, poco a poco me fui perdiendo en la plática, ella era divorciada, su marido no había aceptado su bisexualidad y se separaron, ¡tenía hijos y estaba en México de vacaciones!
L: Guau, ya es tarde, creo que debo regresar, ¡bueno fue un placer Martina!
M: ¡Esperad! Oye, perdón si soy atrevida, compre un wiski que me recomendaron, me gustaría que tomaras una copa conmigo, ahora estoy parada en el departamento de un amigo, él no está, me lo dejo para mí, podemos ir y beber un poco, ¡claro si os apetece!
¡La verdad estaba confusa, su insistencia me molestaba, pero al mismo tiempo me excitaba, la hermosa española me gustaba mucho, su cuerpo, su estilo, así que después de meditarlo, acepte ir con ella!
Subimos a mi carro y ella me guio hasta un departamento cerca de Revolución, ya en el lugar, ella continuaba hablando, ¡pero el wiski me hacía tolerar más su ruido!
L: ¿Y tienes un amante aquí?
M: Aquí, en vuestro país, jajá, ¡flipo!
L: Jajá, ¿entonces a que viniste?
M: ¡A alegarme de todo!
L: ¡En una de tus bolsas vi que compraste algo en una tienda de lencería!
M: Jajá, me has pillado, es verdad, ¡compre algo coqueto por si salía alguna follada!
L: Nena, ¡que cachonda!
M: ¡Si gusta te la enseño!
L: ¡Claro!
Olvidé que hablaba con una persona bisexual e ingenuamente entendí algo que no sucedió, Martina tomo su bolsa y se fue a su cuarto, después salió posándome un baby doll color negro, al verla abrí mis ojos, era dueña de un excelente cuerpo, unas piernas muy torneadas y una retaguardia magnifica, ¡ella sonriente sabía que me estaba acelerando y coqueteaba más conmigo!
M: ¿Que te parece Lety?
L: ¡Guau que buen cuerpo!
M: Mira, que tal mi cola, ¡os gusta!
L: ¡Nada mal!
M: La tuya esta mejor, lo sé, ¡pero tengo con que batallar!
La mujer seguía modelando su lencería, yo estaba excitada, me daban ganas de tirarla en la cama y hacerla mía, ¡nunca una mujer me había puesto tan caliente!
Salió con un cubre peso, una tanga negra diminuta y unas medias color negro, se veía magnifica, yo tensa y nerviosa la mire, ¡ella sonriente lentamente se acercó a mí y me beso!
M: ¡Eres una tía buenísima!
L: ¡Dios, que haces!
M: No lo niegues, ¡estas igual de caliente que yo!
Sus besos eran muy ricos, sus manos acariciaban mis piernas, lentamente con mis manos empecé a acariciar su espalda, ella me levanto y me llevo a su cama, ahí continuamos con los besos y las caricias, la mirada de Martina cambio, paso de cara alegre a cara de lujuria, sus ojos entre abiertos miraban su lengua recorrer mi cuello, me despojo de la blusa y sus manos fueron a mis tetas, me apretaba el pezón, llevo su lengua a mi abdomen, me recostó en la cama ¡y me despojo el mini short!
M: Hermosas piernas, ¡desde que las vi las quería probar!
L: ¡Eres muy sexual!
M: ¡Aun no empiezo cría!
Martina besaba todo mi cuerpo, yo ya desnuda, recibía gustosa, sus lamidas y chupadas, sus manos sabían cómo apretar, me tenía gimiendo y a mil por hora, la española sabia trabajar y me estaba haciendo su aprendiz!
L: ¡Ah, Martina, que rico!
M: Tu cuerpo es un manjar, ¿habéis probado antes con una vieja como yo?
L: ¡Jamás!
M: Bingo, jajá, ¡déjame comerte el coño!
Me hacía sentir riquísimo, ¡Martina lamia la vagina de una forma tan rica que no podía dejar de jadear y moverme como loca!
Lamia mi clítoris con mucha delicadeza, su boca lo apretaba de tal forma que yo me retorcía toda, miraba atenta a las acciones de esa española madura.
M: Ponte en cuatro, ¡déjame ver tu hermoso culo!
Obedecí las ordenes de ella, ¡me puse en cuatro y ella abriendo mis nalgas admiro mi culo dilatado pro las acciones de esta!
M: Que hermoso, se ve que lo han gastado antes, pero aun así, es muy buen culo!
L: ¡Lámelo, anda, no pares!
M: Joder, ¡eres una puta!
La española metía su lengua y la movía, esa sensación me excitaba demasiado, metía mis dedos a mi vagina para sentir aún más placer, Martina lo noto y no solo metía su lengua en mi ano, ¡también hacia lo mismo con su dedo!
Mis gemidos eran la música del cuarto, la madura me dejaba claro que ella mandaba, era su puta, nunca una mujer me había dominado tanto, de pronto de forma fenomenal, usando su lengua y manos, ¡lamia y masturbaba mi ano y vagina al mismo tiempo!
M: Uh, eso, ¡eres una cría muy puta!
L: ¡Ah, ah!
M: ¡Córrete nena, vamos, córrete!!
Cual, si se tratara de orina, mis fluidos salieron impulsados, ella con goce y gustosa probaba mi néctar, ¡el néctar que con su trabajo había conseguido sacarme!
¡El orgasmo fue muy duradero, Martina me lamia las tetas sin dejar de jugar mi clítoris, sabía que hacer para hacerme gozar y ella disfrutaba controlarme!
M: Lety, ¡ha sido de lo más rico!
L: ¡Uf, que rico, dios!
M: ¡Vamos, es tu turno!
L: Ven nena, ¡déjame lamer tus tetas!
Martina se recostó mientras probaba sus duros pezones, ella gemía y era muy sensible al tacto de mi lengua, yo aproveche eso para lamer sus muslos, su cadera, su espalda, estaba probando el sudor maduro que salía de ella!
Lentamente le despoje sus medias, quería probarla sin nada, ¡ella relajada y gozando se retorcía al sentir mi lengua en sus pies y subir hasta su cuello!
Le di vuelta y ella boca abajo, paraba sus nalgas, ¡yo agradecía eso dándole pequeños golpes y lamiendo aquellos trozos de carne perfectos!
¡En esa pose, abriendo sus nalgas, comencé a lamer sus labios vaginales, me encantaba su vagina depilada, ella se retorcía con cada chupada y lamida!
M: ¡Oh, Lety, que rico!
L: ¡Sabes riquísimo!
Metía y sacaba mi lengua simulando un pequeño pene, me encantaba darles pequeños golpes a sus nalgas, ¡mis manos acariciaban sus ricas piernas nunca una madura me había excitado tanto!
Le di vuelta, ahora sus piernas abrazaban mi cuello, mi lengua seguía en el mete y saca, Martina gemía y se movía como gusano, sus quejidos me excitaban a poseerla, ¡la española paso de maestra a alumna!
M: ¡Ostia! ¡Eres brutal chupando!
L: ¿Te gusta?
M: ¡Me encanta, seguid, seguid!
Devoraba cual bestia a la vagina de Martina, le apretaba sus tetas ella gemía y lamia mis dedos, ya chupados y llenos de su saliva, los metí a su vagina y la masturbé con fuerza, ¡la movía a mi gusto mientras palpaba su delicioso interior!
Nos arrodillamos en la cama y ahora nos besábamos salvaje, ¡nos devorábamos la boca a tiempo que nuestras manos masturbaban mutuamente las vaginas!
¡La sensación era fenomenal, me sentía en el cielo, no necesitaba un pene para sentir, ella me estaba llevando a otro orgasmo!
M: ¡Lety, deberás que eres única!
L: ¡Me encantas, vamos, devórame, hazme tuya!
M: Si, ah, ¡que rico coño!
L: ¡El tuyo igual!
Nos entrelazamos y movíamos nuestras caderas, nuestras vaginas chocaban magnifico, la sensación era enorme, nos acariciábamos las tetas, la acosté en la cama y cual, si la estuviera penetrando, ¡me movía de tal manera que siguiera el roce de vaginas!
M: ¡Muévete, ah, así, que rico, ah!!
L: ¡Eso, ah, nena!
M: ¡Me corro, señor, me corro!
L: ¡Ah, uf, ah!!
Martina se vino y el orgasmo fue maravilloso, continuaba moviéndome para hacer su orgasmo más duradero, nos besábamos con salvajismo, esa española ahora se chorreaba por el trabajo realizado.
Acostadas en la cama y tomando wiski, nos relajábamos después del rico sexo, ¡ella me besaba y yo me dejaba consentir!
A partir de ese día ella se convirtió en una muy buena amiga, actualmente está en España, pero pronto regresara y espero poder pasar otro rico momento con ella, el cual con gusto les contare.
¡Saludos, su amiga Lety!
Un sábado salí a pasear a Galerías Insurgentes, mi marido llevo a mis hijos a un paseo y yo no quise quedarme sola en casa, así que salí a dar la vuelta, llevaba un mini short mostrando mis piernas una blusa entallada negra y mi chamarra de mezclilla, iba muy deportiva, fui por un café y un helado.
Me senté en la zona de comida, una mesa en el rincón era mi lugar para observar a la gente, había personas contentas, otras discutiendo, otras muy guapas, pero ese día quería estar tranquila así que solo observaba.
De pronto, ella se sentó en mi mesa, la verdad no vi de donde salió, una mujer madura de cabello rubio, ¡piel canela y una sonrisa encantadora!
M: Hola, ¡me puedo sentar aquí!
Su asentó delataba su nacionalidad, era española, la mujer ya madura, se veía muy elegante, una blusa color gris hermosa que marcaba sus tetas grandes, ¡una falda negra entallada que marcaba sus caderas y mostraba sus piernas cubiertas por unas medias color negro sujetadas por un ligero que se asomaba cuando cruzaba la pierna!
L: Hola, ¿te conozco?
M: No, me llamo Martina, ¡un placer!
L: Hola Martina, perdón por mi incredulidad, ¿pero de dónde saliste?
M: Jajá, eres una tía de lo más simpática, te vi hace una hora cuando compraba una botella y te seguí, ¡no pude dejar de mirar tu belleza ay tu hermoso cuerpo!
L: ¡Guau! Gracias, ¡pero no sé qué decir!
M: No te eh pedido una respuesta, ¡solo dejadme estar un rato con vos!
Con una gran incertidumbre acepté lo que dijo, comenzamos a charlar, ella no paraba de hablar y de reír, poco a poco me fui perdiendo en la plática, ella era divorciada, su marido no había aceptado su bisexualidad y se separaron, ¡tenía hijos y estaba en México de vacaciones!
L: Guau, ya es tarde, creo que debo regresar, ¡bueno fue un placer Martina!
M: ¡Esperad! Oye, perdón si soy atrevida, compre un wiski que me recomendaron, me gustaría que tomaras una copa conmigo, ahora estoy parada en el departamento de un amigo, él no está, me lo dejo para mí, podemos ir y beber un poco, ¡claro si os apetece!
¡La verdad estaba confusa, su insistencia me molestaba, pero al mismo tiempo me excitaba, la hermosa española me gustaba mucho, su cuerpo, su estilo, así que después de meditarlo, acepte ir con ella!
Subimos a mi carro y ella me guio hasta un departamento cerca de Revolución, ya en el lugar, ella continuaba hablando, ¡pero el wiski me hacía tolerar más su ruido!
L: ¿Y tienes un amante aquí?
M: Aquí, en vuestro país, jajá, ¡flipo!
L: Jajá, ¿entonces a que viniste?
M: ¡A alegarme de todo!
L: ¡En una de tus bolsas vi que compraste algo en una tienda de lencería!
M: Jajá, me has pillado, es verdad, ¡compre algo coqueto por si salía alguna follada!
L: Nena, ¡que cachonda!
M: ¡Si gusta te la enseño!
L: ¡Claro!
Olvidé que hablaba con una persona bisexual e ingenuamente entendí algo que no sucedió, Martina tomo su bolsa y se fue a su cuarto, después salió posándome un baby doll color negro, al verla abrí mis ojos, era dueña de un excelente cuerpo, unas piernas muy torneadas y una retaguardia magnifica, ¡ella sonriente sabía que me estaba acelerando y coqueteaba más conmigo!
M: ¿Que te parece Lety?
L: ¡Guau que buen cuerpo!
M: Mira, que tal mi cola, ¡os gusta!
L: ¡Nada mal!
M: La tuya esta mejor, lo sé, ¡pero tengo con que batallar!
La mujer seguía modelando su lencería, yo estaba excitada, me daban ganas de tirarla en la cama y hacerla mía, ¡nunca una mujer me había puesto tan caliente!
Salió con un cubre peso, una tanga negra diminuta y unas medias color negro, se veía magnifica, yo tensa y nerviosa la mire, ¡ella sonriente lentamente se acercó a mí y me beso!
M: ¡Eres una tía buenísima!
L: ¡Dios, que haces!
M: No lo niegues, ¡estas igual de caliente que yo!
Sus besos eran muy ricos, sus manos acariciaban mis piernas, lentamente con mis manos empecé a acariciar su espalda, ella me levanto y me llevo a su cama, ahí continuamos con los besos y las caricias, la mirada de Martina cambio, paso de cara alegre a cara de lujuria, sus ojos entre abiertos miraban su lengua recorrer mi cuello, me despojo de la blusa y sus manos fueron a mis tetas, me apretaba el pezón, llevo su lengua a mi abdomen, me recostó en la cama ¡y me despojo el mini short!
M: Hermosas piernas, ¡desde que las vi las quería probar!
L: ¡Eres muy sexual!
M: ¡Aun no empiezo cría!
Martina besaba todo mi cuerpo, yo ya desnuda, recibía gustosa, sus lamidas y chupadas, sus manos sabían cómo apretar, me tenía gimiendo y a mil por hora, la española sabia trabajar y me estaba haciendo su aprendiz!
L: ¡Ah, Martina, que rico!
M: Tu cuerpo es un manjar, ¿habéis probado antes con una vieja como yo?
L: ¡Jamás!
M: Bingo, jajá, ¡déjame comerte el coño!
Me hacía sentir riquísimo, ¡Martina lamia la vagina de una forma tan rica que no podía dejar de jadear y moverme como loca!
Lamia mi clítoris con mucha delicadeza, su boca lo apretaba de tal forma que yo me retorcía toda, miraba atenta a las acciones de esa española madura.
M: Ponte en cuatro, ¡déjame ver tu hermoso culo!
Obedecí las ordenes de ella, ¡me puse en cuatro y ella abriendo mis nalgas admiro mi culo dilatado pro las acciones de esta!
M: Que hermoso, se ve que lo han gastado antes, pero aun así, es muy buen culo!
L: ¡Lámelo, anda, no pares!
M: Joder, ¡eres una puta!
La española metía su lengua y la movía, esa sensación me excitaba demasiado, metía mis dedos a mi vagina para sentir aún más placer, Martina lo noto y no solo metía su lengua en mi ano, ¡también hacia lo mismo con su dedo!
Mis gemidos eran la música del cuarto, la madura me dejaba claro que ella mandaba, era su puta, nunca una mujer me había dominado tanto, de pronto de forma fenomenal, usando su lengua y manos, ¡lamia y masturbaba mi ano y vagina al mismo tiempo!
M: Uh, eso, ¡eres una cría muy puta!
L: ¡Ah, ah!
M: ¡Córrete nena, vamos, córrete!!
Cual, si se tratara de orina, mis fluidos salieron impulsados, ella con goce y gustosa probaba mi néctar, ¡el néctar que con su trabajo había conseguido sacarme!
¡El orgasmo fue muy duradero, Martina me lamia las tetas sin dejar de jugar mi clítoris, sabía que hacer para hacerme gozar y ella disfrutaba controlarme!
M: Lety, ¡ha sido de lo más rico!
L: ¡Uf, que rico, dios!
M: ¡Vamos, es tu turno!
L: Ven nena, ¡déjame lamer tus tetas!
Martina se recostó mientras probaba sus duros pezones, ella gemía y era muy sensible al tacto de mi lengua, yo aproveche eso para lamer sus muslos, su cadera, su espalda, estaba probando el sudor maduro que salía de ella!
Lentamente le despoje sus medias, quería probarla sin nada, ¡ella relajada y gozando se retorcía al sentir mi lengua en sus pies y subir hasta su cuello!
Le di vuelta y ella boca abajo, paraba sus nalgas, ¡yo agradecía eso dándole pequeños golpes y lamiendo aquellos trozos de carne perfectos!
¡En esa pose, abriendo sus nalgas, comencé a lamer sus labios vaginales, me encantaba su vagina depilada, ella se retorcía con cada chupada y lamida!
M: ¡Oh, Lety, que rico!
L: ¡Sabes riquísimo!
Metía y sacaba mi lengua simulando un pequeño pene, me encantaba darles pequeños golpes a sus nalgas, ¡mis manos acariciaban sus ricas piernas nunca una madura me había excitado tanto!
Le di vuelta, ahora sus piernas abrazaban mi cuello, mi lengua seguía en el mete y saca, Martina gemía y se movía como gusano, sus quejidos me excitaban a poseerla, ¡la española paso de maestra a alumna!
M: ¡Ostia! ¡Eres brutal chupando!
L: ¿Te gusta?
M: ¡Me encanta, seguid, seguid!
Devoraba cual bestia a la vagina de Martina, le apretaba sus tetas ella gemía y lamia mis dedos, ya chupados y llenos de su saliva, los metí a su vagina y la masturbé con fuerza, ¡la movía a mi gusto mientras palpaba su delicioso interior!
Nos arrodillamos en la cama y ahora nos besábamos salvaje, ¡nos devorábamos la boca a tiempo que nuestras manos masturbaban mutuamente las vaginas!
¡La sensación era fenomenal, me sentía en el cielo, no necesitaba un pene para sentir, ella me estaba llevando a otro orgasmo!
M: ¡Lety, deberás que eres única!
L: ¡Me encantas, vamos, devórame, hazme tuya!
M: Si, ah, ¡que rico coño!
L: ¡El tuyo igual!
Nos entrelazamos y movíamos nuestras caderas, nuestras vaginas chocaban magnifico, la sensación era enorme, nos acariciábamos las tetas, la acosté en la cama y cual, si la estuviera penetrando, ¡me movía de tal manera que siguiera el roce de vaginas!
M: ¡Muévete, ah, así, que rico, ah!!
L: ¡Eso, ah, nena!
M: ¡Me corro, señor, me corro!
L: ¡Ah, uf, ah!!
Martina se vino y el orgasmo fue maravilloso, continuaba moviéndome para hacer su orgasmo más duradero, nos besábamos con salvajismo, esa española ahora se chorreaba por el trabajo realizado.
Acostadas en la cama y tomando wiski, nos relajábamos después del rico sexo, ¡ella me besaba y yo me dejaba consentir!
A partir de ese día ella se convirtió en una muy buena amiga, actualmente está en España, pero pronto regresara y espero poder pasar otro rico momento con ella, el cual con gusto les contare.
¡Saludos, su amiga Lety!
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