Por si no leyeron la primera parte de esta historia aquí se las dejo en el siguiente link:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3590477/El-Sobrino-I-Viernes.html
Joaquín, así se llama mi sobrino, un chico de... prefiero no contarles su edad. Es de contextura normal, pues no es muy delgado, más bien creo que últimamente se ha ejercitado, pues sus músculos se notan más marcados. Tiene novia, una chica delgada un poco menor que él que alguna vez nos presentó a todos. Se lleva muy bien con sus primos, incluyendo a mis hijos, pues cuando va a mi casa juega a la play station con ellos o luego con mi hija ve películas. Mi relación con él siempre fue muy normal, me demostraba excesivo respeto y solo en raras ocasiones cuando yo llevaba escote, podía sentir su mirada casual, como de curiosidad morbosa hacia los pechos de su tía, tal vez, pero es algo que me ocurre seguido quizás por el tamaño, así que no le di mucha importancia.
Antes de aquella noche no habría pensado nada así de él, ni de nadie de mi familia pues era la primera vez que me veía metida en una cosa como estas. Había escuchado ya antes relatos de amigas que habían besado a sus primos o que incluso llegaron a algo más como tocarse pero nunca nada completamente sexual.
Siempre he sido una persona muy reservada, no intento llamar la atención con mi cuerpo aunque a veces sin quererlo los hombres se ven muy atraídos por mi físico. Como me han pedido más fotos incluyo una acá desde la casa donde sucedió lo que estoy por terminar de contarles, aquí estaba en el balcón sin sospechar todo lo que me ocurriría ese fin de semana.
Las 2:48 de la madrugada marcaba mi reloj de mano, al que le tuve que encender una luz que tiene para ver en la oscuridad, pues por ese cuarto no se colaba ni una pequeña lucecita. Estaba yo parada frente a la puerta de entrada, con mi blusa blanca y la tanga negra, decidida en cualquier momento a salir en busca de mi celular en la sala para después poder alumbrarme con él hasta el baño.
Después de mirar a ambos lados del pasillo y escuchar con mucho cuidado si aún quedaba alguien despierto, me decidí salir por completo y me guié como pude hasta la sala. Tenía mucho miedo pues no quería que apareciera alguien y me viera así, me moriría de la vergüenza con cualquiera que me viera caminar en tangas y sin brasier por la casa, lo bueno es que ya no sentía duros mi pezones entonces supuse que no se notaban tanto debajo de la blusa. Pero qué ocurriría si me encontraba en la sala con mi sobrino? Apenas tuve ese pensamiento me mordí un labio, aún estaba el éxtasis de ese momento en mi cabeza, mientras bailábamos y pude sentir su erección firme y grande sobre mí.
Me puse más nerviosa aún, pensé en que había sido mala idea ese día usar una tanga, pues no era una casualidad. Les comento que mi esposo y yo somos sexualmente activos o bueno hasta hace poco lo éramos más y siempre que había una reunión en aquella casa, yo me ponía mi ropa más chica y transparente para tener sexo en la noche. Le encantaba esa tanga, pues mis nalgas sobresalían mucho y mi vagina se marcaba casi toda, lo enloquecía también como se me notaban los senos y me los sacaba de la blusa para chupármelos con fuerza.
Teníamos sexo casi todas las noches, era yo la que iniciaba todo frotando mis nalgas contra su pene, luego lo acariciaba allá abajo, le pasaba mis dedos suavemente de arriba hacia abajo, una y otra vez hasta que se ponía muy duro y yo corría a pasarle la lengua desde la cabeza hasta la base para luego metérmelo completo a la boca y al sacarlo ver como le escurrían gotas que yo le lamía y me tragaba. Después de eso me cogía sin piedad, hasta que me volteaba para lanzar un gran chorro de semen sobre mi cara o mis tetas que luego yo lamía hasta que me lo terminaba.
Así era más o menos siempre pero todo fue cambiando al punto que empecé a ver porno para satisfacerme a mí misma, pues hasta ese día llevaba un mes ya sin tener relaciones sexuales y para mí eso significa mucho tiempo. Por eso ese mismo día, horas antes, había decidido cambiar mi ropa por la blusa blanca y short pequeño, pues mi plan era no sacarme la cobija hasta no estar con él en nuestro cuarto, pero nada había salido como yo lo había planeado, todo me tenía muy confundida.
Aquí una foto con mi esposo:
En fin, ya arrepentida por casi todo lo que había pasado hasta ahora, caminé hasta la sala donde encontré mi teléfono sobre la mesa, pero al intentar desbloquearlo: Oh sorpresa, totalmente descargado. Había caminado hasta allí por nada pues mi única motivación era mi celular para alumbrar mi camino, entonces me regresé directo al baño.
Caminando muy lento llegué con éxito al baño, entonces cerré la puerta y encendí la luz, pero esta me dejó totalmente enceguecida pues era muy muy fuerte y mi cabeza aún estaba débil por todo el whisky que había bebido, por lo que no pude soportarla más que unos segundos y la apagué. Entonces para compensar la oscuridad absoluta con un poco de luz que llegaba al pasillo dejé la puerta semi abierta y rápido me senté a orinar ya que estaba que me estallaba.
Después de hacer mi necesidad me quedé unos segundos sentada pensando cómo sería la mañana cuando tuviera que ver a mi sobrino, lo ignoraría tal vez y haría como si nada hubiese pasado, claro, seguro el pobre chico también estaba ebrio y se dejó llevar por como me veía, y yo también me había dejado llevar por tanta calentura acumulada... sí seguro ambos estaríamos demasiado avergonzados a la mañana que ni haríamos un esfuerzo por mirarnos. Mis pensamientos lograron tranquilizarme y pensar en que mañana sí debía funcionar la seducción a mi esposo, pero esa tranquilidad duró apenas unos segundos, pues justamente antes de levantarme para limpiarme, la puerta del baño se abrió y de súbito alguien entró.
Abrió la puerta y sin cerrarla dio dos pasos hacia mí, estaba de pie y pareció no haberme visto pues no reaccionó cuando llegó hasta el inodoro y se paró apenas a unos centímetros, todo esto fueron apenas segundos en los que yo no supe cómo reaccionar, pues me daba pena que me vieran ahí y era mi culpa al no haber cerrado la puerta, entonces se enciende la luz.
De nuevo vi todo blanco mientras escuchaba alguien que se movía como acomodándose la ropa, cuando pude abrir mis ojos después de la luz tan intensa no podía creer lo que estaba viendo: Joaquín, mi sobrino estaba parado al frente mío, sin camisa, con los ojos cerrados y con el pene afuera, lo sostenía con sus manos apenas a unos centímetros de mi cara, casi que podía rozarme, yo abrí los ojos tanto como podía, estaba sorprendidísima por estar viendo eso, semejante espectáculo no lo habría creído nadie, yo sentada en el retrete mientras mi sobrino sostenía su pene apenas a centímetros de mi cara. Quedé totalmente paralizada tanto, que no pude reaccionar hasta que sentí un par de gotas en mi cara.
Sí, del pene de mi sobrino habían salido unas gotas y todas habían caído en mi cara, no supe más como reaccionar que pegar un fuerte grito, así salí de mi shock y mi sobrino abrió los ojos rápidamente.
Tras el grito mi sobrino dio un salto hacia atrás, se quedó paralizado también mirándome, ambos quedamos mirándonos por un instante, yo ahí sentada y él de pie con el pene entre sus manos, entonces yo reaccioné.
Sin decir nada me levanté, me subí la tanga y así sin limpiarme salí del baño casi corriendo, sin mirarlo a los ojos, más bien debo decir que lo miré bastante a otra parte... en fin entré a mi cuarto de nuevo con el corazón a mil, ni siquiera sabia que me había pasado allá adentro y por que no había intentado detenerlo antes de que me dejara la cara toda mojada... mi sobrino me había orinado sin saber que yo estaba ahí y yo no lo detuve cuando pude.
Aún podía sentir las gotas calientes por mi cara porque no había tenido tiempo ni de limpiarme entonces me pasé la mano y me di cuenta que era un poco más espeso que la orina y pegajoso, entré en pánico pensando que era semen entonces lo olí y no olía semen, ni era tan espeso, era mas bien lo que les sale a los hombres para lubricar cuando están excitados o masturbándose, lo que quería decir que mi sobrino se había estado masturbando antes!
Sorprendida por lo que acaba de pasar me tumbé de nuevo en la cama, al lado estaba mi marido pero él apenas se dio cuenta por el sonido del grito. Me preguntó que había pasado y yo le respondí que había visto una araña en el baño, entonces saltó una carcajada y dijo que era una tonta por asustarme por eso e inmediatamente se durmió.
¿Ustedes creen que soy una tonta? Tonto él que no sabía todo lo que acababa de pasar, no sabía que su adorado sobrinito me había sentido las tetas, yo acababa de ver y tener su verga casi pegada a mi cara y tampoco se dio cuenta que mi corazón estaba a mil y mis pezones durísimos de nuevo. Mi cabeza fantaseaba con él, entonces apenas me aseguré que estuviera dormido volví a tocar mi cara donde me habían caído esas gotas, unté mis dedos y sin pensarlo dos veces los metí a mi boca.
Hmmm sabía delicioso aunque definitivamente no era semen pues tenia un sabor parecido pero no se comparaba, eso me puso a mil de nuevo y con los mismos dedos empecé a masturbarme en silencio y me mojaba a cantidades cada que pensaba en mi sobrino mientras bailaba conmigo y me ponía su pene erecto sobre mi vientre y mis pezones parados le rozaban el pecho, luego en mi sobrino apretándome contra él y oh, solté otro pequeño gemido cuando recordé como tenía las tetas pegadas a su cuerpo y oh, otro más cuando volvió la imagen de él con su pene afuera, esa gran verga erecta y bien depilada que me apuntaba y había dejado caer gotas sobre mi cara seguramente porque se habría estado masturbando mientras pensaba en mí, su tía y sus grandes tetas, mmm mi sobrino masturbándose mientras cada vez su verga crecía más. Su cabeza rosada y el tronco grueso, con muchas venas, solo pensaba en mi sobrino y su pene, mi sobrino y su verga inmensa que había estado apenas a centímetros de mi cara, mmm por qué no saqué la lengua para alcanzar a probarlo así fuera un poco, pensé en ese momento y metía mis dedos más profundo y me mojaba más, mmm por que no se inclinó un poco mi sobrino y se la habría mamado completica, le habría pasado la lengua desde la cabeza hasta los guevos, me lo habría metido a la boca bien profundo y él me habría agarrado la cabeza para empujarmelo más adentro y así muy rápido hasta que sintiera que se me llenaba la boca de su semen y se me regaba por el cuello hasta las tetas, mmm mis pezones duros se verían blancos llenos del semen de mi sobrino, oh oh oh ohhh, hasta que alcancé uno de los mejores orgasmos de mi vida, tanto que di un pequeño salto y casi despierto a mi esposo de nuevo.
No hay regalo sin regaño, dicen en mi país, para dar a entender que no hay una cosa buena sin que nos sintamos mal por ello y esta no fue la excepción. Apenas salí del éxtasis del orgasmo, volví a pensar en mi sobrino solo que ahora me sentía terrible, me había masturbado con la imagen de su pene, había fantaseado con hacerle una mamada y tener su semen en mi boca, de hecho, había tenido líquido de su pene en mi boca, qué me estaba sucediendo!! Si era Joaquíncito el que conocía de bebé, el hijo del hermano de mi esposo. Y mi esposo que no sospechaba nada, tampoco se imaginaba todo lo que estaba sintiendo en ese momento, entonces decidí dormirme y no darle importancia a nada, ya me había quitado la calentura entonces creí que a la mañana sería distinto pero no podía estar más equivocada.
Jurando no mirarlo a los ojos al otro día, cerré los ojos con fuerza para intentar dormir, pero les juro que no pude pegar el ojo ni una vez, mi corazón seguía a mil.
Sábado - Parte 2: La Ducha-
http://www.poringa.net/posts/relatos/3590477/El-Sobrino-I-Viernes.html
Joaquín, así se llama mi sobrino, un chico de... prefiero no contarles su edad. Es de contextura normal, pues no es muy delgado, más bien creo que últimamente se ha ejercitado, pues sus músculos se notan más marcados. Tiene novia, una chica delgada un poco menor que él que alguna vez nos presentó a todos. Se lleva muy bien con sus primos, incluyendo a mis hijos, pues cuando va a mi casa juega a la play station con ellos o luego con mi hija ve películas. Mi relación con él siempre fue muy normal, me demostraba excesivo respeto y solo en raras ocasiones cuando yo llevaba escote, podía sentir su mirada casual, como de curiosidad morbosa hacia los pechos de su tía, tal vez, pero es algo que me ocurre seguido quizás por el tamaño, así que no le di mucha importancia.
Antes de aquella noche no habría pensado nada así de él, ni de nadie de mi familia pues era la primera vez que me veía metida en una cosa como estas. Había escuchado ya antes relatos de amigas que habían besado a sus primos o que incluso llegaron a algo más como tocarse pero nunca nada completamente sexual.
Siempre he sido una persona muy reservada, no intento llamar la atención con mi cuerpo aunque a veces sin quererlo los hombres se ven muy atraídos por mi físico. Como me han pedido más fotos incluyo una acá desde la casa donde sucedió lo que estoy por terminar de contarles, aquí estaba en el balcón sin sospechar todo lo que me ocurriría ese fin de semana.
Las 2:48 de la madrugada marcaba mi reloj de mano, al que le tuve que encender una luz que tiene para ver en la oscuridad, pues por ese cuarto no se colaba ni una pequeña lucecita. Estaba yo parada frente a la puerta de entrada, con mi blusa blanca y la tanga negra, decidida en cualquier momento a salir en busca de mi celular en la sala para después poder alumbrarme con él hasta el baño.
Después de mirar a ambos lados del pasillo y escuchar con mucho cuidado si aún quedaba alguien despierto, me decidí salir por completo y me guié como pude hasta la sala. Tenía mucho miedo pues no quería que apareciera alguien y me viera así, me moriría de la vergüenza con cualquiera que me viera caminar en tangas y sin brasier por la casa, lo bueno es que ya no sentía duros mi pezones entonces supuse que no se notaban tanto debajo de la blusa. Pero qué ocurriría si me encontraba en la sala con mi sobrino? Apenas tuve ese pensamiento me mordí un labio, aún estaba el éxtasis de ese momento en mi cabeza, mientras bailábamos y pude sentir su erección firme y grande sobre mí.
Me puse más nerviosa aún, pensé en que había sido mala idea ese día usar una tanga, pues no era una casualidad. Les comento que mi esposo y yo somos sexualmente activos o bueno hasta hace poco lo éramos más y siempre que había una reunión en aquella casa, yo me ponía mi ropa más chica y transparente para tener sexo en la noche. Le encantaba esa tanga, pues mis nalgas sobresalían mucho y mi vagina se marcaba casi toda, lo enloquecía también como se me notaban los senos y me los sacaba de la blusa para chupármelos con fuerza.
Teníamos sexo casi todas las noches, era yo la que iniciaba todo frotando mis nalgas contra su pene, luego lo acariciaba allá abajo, le pasaba mis dedos suavemente de arriba hacia abajo, una y otra vez hasta que se ponía muy duro y yo corría a pasarle la lengua desde la cabeza hasta la base para luego metérmelo completo a la boca y al sacarlo ver como le escurrían gotas que yo le lamía y me tragaba. Después de eso me cogía sin piedad, hasta que me volteaba para lanzar un gran chorro de semen sobre mi cara o mis tetas que luego yo lamía hasta que me lo terminaba.
Así era más o menos siempre pero todo fue cambiando al punto que empecé a ver porno para satisfacerme a mí misma, pues hasta ese día llevaba un mes ya sin tener relaciones sexuales y para mí eso significa mucho tiempo. Por eso ese mismo día, horas antes, había decidido cambiar mi ropa por la blusa blanca y short pequeño, pues mi plan era no sacarme la cobija hasta no estar con él en nuestro cuarto, pero nada había salido como yo lo había planeado, todo me tenía muy confundida.
Aquí una foto con mi esposo:
En fin, ya arrepentida por casi todo lo que había pasado hasta ahora, caminé hasta la sala donde encontré mi teléfono sobre la mesa, pero al intentar desbloquearlo: Oh sorpresa, totalmente descargado. Había caminado hasta allí por nada pues mi única motivación era mi celular para alumbrar mi camino, entonces me regresé directo al baño.
Caminando muy lento llegué con éxito al baño, entonces cerré la puerta y encendí la luz, pero esta me dejó totalmente enceguecida pues era muy muy fuerte y mi cabeza aún estaba débil por todo el whisky que había bebido, por lo que no pude soportarla más que unos segundos y la apagué. Entonces para compensar la oscuridad absoluta con un poco de luz que llegaba al pasillo dejé la puerta semi abierta y rápido me senté a orinar ya que estaba que me estallaba.
Después de hacer mi necesidad me quedé unos segundos sentada pensando cómo sería la mañana cuando tuviera que ver a mi sobrino, lo ignoraría tal vez y haría como si nada hubiese pasado, claro, seguro el pobre chico también estaba ebrio y se dejó llevar por como me veía, y yo también me había dejado llevar por tanta calentura acumulada... sí seguro ambos estaríamos demasiado avergonzados a la mañana que ni haríamos un esfuerzo por mirarnos. Mis pensamientos lograron tranquilizarme y pensar en que mañana sí debía funcionar la seducción a mi esposo, pero esa tranquilidad duró apenas unos segundos, pues justamente antes de levantarme para limpiarme, la puerta del baño se abrió y de súbito alguien entró.
Abrió la puerta y sin cerrarla dio dos pasos hacia mí, estaba de pie y pareció no haberme visto pues no reaccionó cuando llegó hasta el inodoro y se paró apenas a unos centímetros, todo esto fueron apenas segundos en los que yo no supe cómo reaccionar, pues me daba pena que me vieran ahí y era mi culpa al no haber cerrado la puerta, entonces se enciende la luz.
De nuevo vi todo blanco mientras escuchaba alguien que se movía como acomodándose la ropa, cuando pude abrir mis ojos después de la luz tan intensa no podía creer lo que estaba viendo: Joaquín, mi sobrino estaba parado al frente mío, sin camisa, con los ojos cerrados y con el pene afuera, lo sostenía con sus manos apenas a unos centímetros de mi cara, casi que podía rozarme, yo abrí los ojos tanto como podía, estaba sorprendidísima por estar viendo eso, semejante espectáculo no lo habría creído nadie, yo sentada en el retrete mientras mi sobrino sostenía su pene apenas a centímetros de mi cara. Quedé totalmente paralizada tanto, que no pude reaccionar hasta que sentí un par de gotas en mi cara.
Sí, del pene de mi sobrino habían salido unas gotas y todas habían caído en mi cara, no supe más como reaccionar que pegar un fuerte grito, así salí de mi shock y mi sobrino abrió los ojos rápidamente.
Tras el grito mi sobrino dio un salto hacia atrás, se quedó paralizado también mirándome, ambos quedamos mirándonos por un instante, yo ahí sentada y él de pie con el pene entre sus manos, entonces yo reaccioné.
Sin decir nada me levanté, me subí la tanga y así sin limpiarme salí del baño casi corriendo, sin mirarlo a los ojos, más bien debo decir que lo miré bastante a otra parte... en fin entré a mi cuarto de nuevo con el corazón a mil, ni siquiera sabia que me había pasado allá adentro y por que no había intentado detenerlo antes de que me dejara la cara toda mojada... mi sobrino me había orinado sin saber que yo estaba ahí y yo no lo detuve cuando pude.
Aún podía sentir las gotas calientes por mi cara porque no había tenido tiempo ni de limpiarme entonces me pasé la mano y me di cuenta que era un poco más espeso que la orina y pegajoso, entré en pánico pensando que era semen entonces lo olí y no olía semen, ni era tan espeso, era mas bien lo que les sale a los hombres para lubricar cuando están excitados o masturbándose, lo que quería decir que mi sobrino se había estado masturbando antes!
Sorprendida por lo que acaba de pasar me tumbé de nuevo en la cama, al lado estaba mi marido pero él apenas se dio cuenta por el sonido del grito. Me preguntó que había pasado y yo le respondí que había visto una araña en el baño, entonces saltó una carcajada y dijo que era una tonta por asustarme por eso e inmediatamente se durmió.
¿Ustedes creen que soy una tonta? Tonto él que no sabía todo lo que acababa de pasar, no sabía que su adorado sobrinito me había sentido las tetas, yo acababa de ver y tener su verga casi pegada a mi cara y tampoco se dio cuenta que mi corazón estaba a mil y mis pezones durísimos de nuevo. Mi cabeza fantaseaba con él, entonces apenas me aseguré que estuviera dormido volví a tocar mi cara donde me habían caído esas gotas, unté mis dedos y sin pensarlo dos veces los metí a mi boca.
Hmmm sabía delicioso aunque definitivamente no era semen pues tenia un sabor parecido pero no se comparaba, eso me puso a mil de nuevo y con los mismos dedos empecé a masturbarme en silencio y me mojaba a cantidades cada que pensaba en mi sobrino mientras bailaba conmigo y me ponía su pene erecto sobre mi vientre y mis pezones parados le rozaban el pecho, luego en mi sobrino apretándome contra él y oh, solté otro pequeño gemido cuando recordé como tenía las tetas pegadas a su cuerpo y oh, otro más cuando volvió la imagen de él con su pene afuera, esa gran verga erecta y bien depilada que me apuntaba y había dejado caer gotas sobre mi cara seguramente porque se habría estado masturbando mientras pensaba en mí, su tía y sus grandes tetas, mmm mi sobrino masturbándose mientras cada vez su verga crecía más. Su cabeza rosada y el tronco grueso, con muchas venas, solo pensaba en mi sobrino y su pene, mi sobrino y su verga inmensa que había estado apenas a centímetros de mi cara, mmm por qué no saqué la lengua para alcanzar a probarlo así fuera un poco, pensé en ese momento y metía mis dedos más profundo y me mojaba más, mmm por que no se inclinó un poco mi sobrino y se la habría mamado completica, le habría pasado la lengua desde la cabeza hasta los guevos, me lo habría metido a la boca bien profundo y él me habría agarrado la cabeza para empujarmelo más adentro y así muy rápido hasta que sintiera que se me llenaba la boca de su semen y se me regaba por el cuello hasta las tetas, mmm mis pezones duros se verían blancos llenos del semen de mi sobrino, oh oh oh ohhh, hasta que alcancé uno de los mejores orgasmos de mi vida, tanto que di un pequeño salto y casi despierto a mi esposo de nuevo.
No hay regalo sin regaño, dicen en mi país, para dar a entender que no hay una cosa buena sin que nos sintamos mal por ello y esta no fue la excepción. Apenas salí del éxtasis del orgasmo, volví a pensar en mi sobrino solo que ahora me sentía terrible, me había masturbado con la imagen de su pene, había fantaseado con hacerle una mamada y tener su semen en mi boca, de hecho, había tenido líquido de su pene en mi boca, qué me estaba sucediendo!! Si era Joaquíncito el que conocía de bebé, el hijo del hermano de mi esposo. Y mi esposo que no sospechaba nada, tampoco se imaginaba todo lo que estaba sintiendo en ese momento, entonces decidí dormirme y no darle importancia a nada, ya me había quitado la calentura entonces creí que a la mañana sería distinto pero no podía estar más equivocada.
Jurando no mirarlo a los ojos al otro día, cerré los ojos con fuerza para intentar dormir, pero les juro que no pude pegar el ojo ni una vez, mi corazón seguía a mil.
Sábado - Parte 2: La Ducha-
15 comentarios - El Sobrino (II): Sábado -Parte 1: El Baño-
Te calentaste con la polla d joaquin una mamadita