Mi primer rubia…(Jennifer, 25 años, Inglesa)
Esta es la historia que voy a contar de una hermosa rubia de 30 años que conocí de vista en un supermercado, antes de conocerla nunca me pude imaginar violar a alguien, pero ella como que se convirtió en una obsesión, ese pelo largo, lacio, rubio, esos ojazos marrones, ese cuerpo de 1,67 mts., esas tetas terribles, y por último ese culo que me obsesioné más de la cuenta me hicieron ser lo que soy ahora, un violador de rubias, pero no me gustan pendejita anoréxicas, tiene que tener más de 20 y menos de 45 años, y ser dignas de gimnasio, pero no quiero extenderme más en describir a Romina, así se llama la rubia de la casa de la esquina, aunque ella me obsesionaba, no fue mi primer víctima, la primera fue con mucho nerviosismo, era una piba de 25 años corriendo por los bosques de Palermo, llovía,
no había un alma en la zona solo nosotros dos, yo dentro de mi camioneta Kangoo, la vi pasar 2 veces preparándome para atacarla, justo cuando paso la tercera vez un trueno ensordeció a toda la zona, ella se paró muy cerca de mi vehículo, abrí la puerta corrediza, y solo tuve que sacar uno de mis pies, agarrarla de la cola de caballo y tironearla para adentro, hubo una lucha feroz por parte de ella, pero con un certero golpe la noqueé, la ate con unas cuerdas y le puse un trapo en la boca
como había visto en cientos de películas, maneje rápido posible hasta que empezó a hacer quilombo de nuevo, le pase un cuchillo de cazador por su mejilla izquierda y se calmó, solo sollozaba, y pedía en un mal español que la dejara ir.
Diez minutos después ya estaba en un galpón que había alquilado para tales fines, la cargue en mi hombro izquierdo y la lleve a una improvisada habitación en los fondos de ese lugar, la carita de espanto fue lo que me hizo erectarme de una, fue una locura como se me paró, le desate las manos y me sorprendió con una patada en la cara y empezó a correr, la alcance y está vez el puñetazo fue al estómago, ahí se derrumbó, parecía más dura, pero poco importaba en esos momentos, la lleve a la cama de hierro, la esposé al respaldar de rejas y los pies se los ate separados a los extremos, así la dejé por un rato, quería ver cómo me había dejado la cara.
Cuando me vi al espejo solo tenía un golpe, y no dolía casi nada, regresé donde ella estaba, ya desnudo y totalmente erecto, nunca había estado con una mina así de linda, mucho menor que yo, mi edad 55 años, y extranjera era como que le daba un sabor especial, le arranque como desesperado la calza de licra, y el top de algodón, me extrañó la ropa interior algo sexy, pero mi calentura pudo más y la dejé en bolas en 2 segundos, me tiré encima de su pelvis y me puse a chuparle la concha como un desesperado, ni me daba cuenta que le hacía daño, pero poco me importaba, su sexo era sublime, la mordí toda, y ella lloraba y más caliente me ponía, entonces decidí ponerle la mordaza de aro, pero no fue fácil, no se dejó por las buenas, y no antes de asestarle cuatro o cinco sopapos que se la dejo poner, una vez puesta me pongo en 69, ella se resiste y vuelan otros dos sopapos, llorando se queda quieta y mi pene entra en la boca, me pongo a chuparle la concha otra vez pero ahora con movimientos pélvicos violentos de mi parte, me encantó que tratara de sacarme la pija con la lengua, entonces me dí vuelta, me senté casi sobre su pecho y le metí la pija hasta el fondo, hasta que los testículos pararon mi avance, ella se debatía por sacarme y yo por violarle la boca en mi desesperación por acabar, ni me fijé que se había quedado sin sentido, y tuve que reanimarla, pero poco tiempo después ya estaba chupándole las tetas, se las escupía, las lamia, las mordisqueaba, y succionaba esos pezones con locura, la carita de miedo de ella, y la de dolor eran sublimes, subí y chupé su cuello como si fuera un vampiro, le dejé tremendos mordiscos y chupones, para después deleitarme con el sabor de sus lágrimas, me puse en posición para penetrarla vaginalmente y ella otra vez en su mal español suplicaba que no lo hiciera, ni le presté atención y como fui de impaciente con su boca lo fui con esa conchita, mmmmmmm, por Dios, que apretadita la tenía, parecía virgen, me volvió loco como apretaba, pero no cese de metérsela hasta que se la metí toda, no espere ni dos segundos y le entre a dar con ganas y a pesar de estar esposada se resistió bastante fuerte, yo estaba recaliente y no dure mucho, entonces la tomé del rostro y le dije jadeando:
- Te lleno, te acabo dentro puta provocadora, te lleno de renacuajos….-
La cara de asco que me regaló fue épica, pero me descargue dentro como un animal en celo, ahí me tiré en un sillón cerca de ella y me puse a revisar su billetera.
Ahí encontré su pasaporte, era inglesa de alta alcurnia, de padres empresarios, en otras palabras una princesita, vi fotos de fiestas y playas en su Samsung, y con su mismo celular le saque fotos desnuda, golpeada, esposada a la cama y violada, después iba a ver qué hacía con eso, pero sacarle fotos solo volvió a calentarme, se me re paro la pija, me la violé dos veces más por la concha, fueron muy violentas y acabé como un cerdo en la concha nuevamente y la última le llene la cara de leche estando ella desmayada, antes de dejarla e irme a dormir un rato, la di vuelta boca abajo, la esposé de nuevo y le puse varias almohadas en su bajo vientre, y le até las piernas separadas, y como último toque agarré mi slip sudado y se lo encaje en la boca, encendí la camarita y me fui a dormir.
Ya pasaron 6 o 7 horas desde que la rapte, se llama Jennifer, vive en Londres, pero estaba de vacaciones acá, hasta que nuestros caminos se cruzaron.
Cuando volví donde la había dejado esposada boca abajo, ella sollozaba y me miraba con miedo, pero cuando me dirigí a ese culo hermoso ya lo tenía usado, me frustre un poco creí que la pendeja, así de linda y ricachona tendría el culo sano, pero me equivoqué, y aunque no se lo pude romper por dentro, agarré el cinto y se lo rompí por fuera, estuve pegándole en las nalgas y en la espalda hasta que me dolió el brazo, los berridos, y gritos ahogados me encendieron, me le tiré encima y la penetre de una sin lubricarla, a pesar de que no era virgen de atrás le dolió bastante ya que apretó con fuerza las nalgas, y poco me importó de cómo quedaría, le di hasta casi infartarme y por casi 10 minutos, le acabe la mitad dentro del culo y los últimos chorritos de guasca fueron a parar a la espalda, se la volví a meter antes de perder la erección, y descargue mi vejiga dentro de su esófago, se desmayó al toque y yo me quedé dormido dentro y arriba de ella, me despertaron sus sollozos, y se me volvió a parar, la agarré de los pelos y la viole salvajemente mientras gritaba y lloraba mucho, le di duramente casi por dos días más, mientras pensaba como descartarla.
Entonces me acordé de un programa de Facundo Pastor que hablaba de un “Nido de linyera y cartoneros”, me puse a buscar información, y fui a ver cómo era con mi vehículo, y si se iban a la mañana a cartonear y volvían pasadas las 16:30, entonces me dediqué a esperar ya con la pendeja dormida en mi camioneta, se fueron todos, la metí y en una de las casuchas así en bolas como estaba, la dejé esposada a unos caños de agua gruesos, coloque una camarita pequeña descartable, y me fui, volví antes de que llegaran los ocupantes ya que el alcance de la cámara no es de más de 100 metros, el primer tipo que entró, la violó como un hijo de puta apenas la vio, y los gritos de ella hicieron venir a los demás, se turnaron interminablemente.
Me fui, pero muy a mi pesar a veces pasaba y la veía desmadejada cartoneando medio obligada, y con un par de bebés y otro en camino.
Fin del primer capítulo…
Esta es la historia que voy a contar de una hermosa rubia de 30 años que conocí de vista en un supermercado, antes de conocerla nunca me pude imaginar violar a alguien, pero ella como que se convirtió en una obsesión, ese pelo largo, lacio, rubio, esos ojazos marrones, ese cuerpo de 1,67 mts., esas tetas terribles, y por último ese culo que me obsesioné más de la cuenta me hicieron ser lo que soy ahora, un violador de rubias, pero no me gustan pendejita anoréxicas, tiene que tener más de 20 y menos de 45 años, y ser dignas de gimnasio, pero no quiero extenderme más en describir a Romina, así se llama la rubia de la casa de la esquina, aunque ella me obsesionaba, no fue mi primer víctima, la primera fue con mucho nerviosismo, era una piba de 25 años corriendo por los bosques de Palermo, llovía,
no había un alma en la zona solo nosotros dos, yo dentro de mi camioneta Kangoo, la vi pasar 2 veces preparándome para atacarla, justo cuando paso la tercera vez un trueno ensordeció a toda la zona, ella se paró muy cerca de mi vehículo, abrí la puerta corrediza, y solo tuve que sacar uno de mis pies, agarrarla de la cola de caballo y tironearla para adentro, hubo una lucha feroz por parte de ella, pero con un certero golpe la noqueé, la ate con unas cuerdas y le puse un trapo en la boca
como había visto en cientos de películas, maneje rápido posible hasta que empezó a hacer quilombo de nuevo, le pase un cuchillo de cazador por su mejilla izquierda y se calmó, solo sollozaba, y pedía en un mal español que la dejara ir.
Diez minutos después ya estaba en un galpón que había alquilado para tales fines, la cargue en mi hombro izquierdo y la lleve a una improvisada habitación en los fondos de ese lugar, la carita de espanto fue lo que me hizo erectarme de una, fue una locura como se me paró, le desate las manos y me sorprendió con una patada en la cara y empezó a correr, la alcance y está vez el puñetazo fue al estómago, ahí se derrumbó, parecía más dura, pero poco importaba en esos momentos, la lleve a la cama de hierro, la esposé al respaldar de rejas y los pies se los ate separados a los extremos, así la dejé por un rato, quería ver cómo me había dejado la cara.
Cuando me vi al espejo solo tenía un golpe, y no dolía casi nada, regresé donde ella estaba, ya desnudo y totalmente erecto, nunca había estado con una mina así de linda, mucho menor que yo, mi edad 55 años, y extranjera era como que le daba un sabor especial, le arranque como desesperado la calza de licra, y el top de algodón, me extrañó la ropa interior algo sexy, pero mi calentura pudo más y la dejé en bolas en 2 segundos, me tiré encima de su pelvis y me puse a chuparle la concha como un desesperado, ni me daba cuenta que le hacía daño, pero poco me importaba, su sexo era sublime, la mordí toda, y ella lloraba y más caliente me ponía, entonces decidí ponerle la mordaza de aro, pero no fue fácil, no se dejó por las buenas, y no antes de asestarle cuatro o cinco sopapos que se la dejo poner, una vez puesta me pongo en 69, ella se resiste y vuelan otros dos sopapos, llorando se queda quieta y mi pene entra en la boca, me pongo a chuparle la concha otra vez pero ahora con movimientos pélvicos violentos de mi parte, me encantó que tratara de sacarme la pija con la lengua, entonces me dí vuelta, me senté casi sobre su pecho y le metí la pija hasta el fondo, hasta que los testículos pararon mi avance, ella se debatía por sacarme y yo por violarle la boca en mi desesperación por acabar, ni me fijé que se había quedado sin sentido, y tuve que reanimarla, pero poco tiempo después ya estaba chupándole las tetas, se las escupía, las lamia, las mordisqueaba, y succionaba esos pezones con locura, la carita de miedo de ella, y la de dolor eran sublimes, subí y chupé su cuello como si fuera un vampiro, le dejé tremendos mordiscos y chupones, para después deleitarme con el sabor de sus lágrimas, me puse en posición para penetrarla vaginalmente y ella otra vez en su mal español suplicaba que no lo hiciera, ni le presté atención y como fui de impaciente con su boca lo fui con esa conchita, mmmmmmm, por Dios, que apretadita la tenía, parecía virgen, me volvió loco como apretaba, pero no cese de metérsela hasta que se la metí toda, no espere ni dos segundos y le entre a dar con ganas y a pesar de estar esposada se resistió bastante fuerte, yo estaba recaliente y no dure mucho, entonces la tomé del rostro y le dije jadeando:
- Te lleno, te acabo dentro puta provocadora, te lleno de renacuajos….-
La cara de asco que me regaló fue épica, pero me descargue dentro como un animal en celo, ahí me tiré en un sillón cerca de ella y me puse a revisar su billetera.
Ahí encontré su pasaporte, era inglesa de alta alcurnia, de padres empresarios, en otras palabras una princesita, vi fotos de fiestas y playas en su Samsung, y con su mismo celular le saque fotos desnuda, golpeada, esposada a la cama y violada, después iba a ver qué hacía con eso, pero sacarle fotos solo volvió a calentarme, se me re paro la pija, me la violé dos veces más por la concha, fueron muy violentas y acabé como un cerdo en la concha nuevamente y la última le llene la cara de leche estando ella desmayada, antes de dejarla e irme a dormir un rato, la di vuelta boca abajo, la esposé de nuevo y le puse varias almohadas en su bajo vientre, y le até las piernas separadas, y como último toque agarré mi slip sudado y se lo encaje en la boca, encendí la camarita y me fui a dormir.
Ya pasaron 6 o 7 horas desde que la rapte, se llama Jennifer, vive en Londres, pero estaba de vacaciones acá, hasta que nuestros caminos se cruzaron.
Cuando volví donde la había dejado esposada boca abajo, ella sollozaba y me miraba con miedo, pero cuando me dirigí a ese culo hermoso ya lo tenía usado, me frustre un poco creí que la pendeja, así de linda y ricachona tendría el culo sano, pero me equivoqué, y aunque no se lo pude romper por dentro, agarré el cinto y se lo rompí por fuera, estuve pegándole en las nalgas y en la espalda hasta que me dolió el brazo, los berridos, y gritos ahogados me encendieron, me le tiré encima y la penetre de una sin lubricarla, a pesar de que no era virgen de atrás le dolió bastante ya que apretó con fuerza las nalgas, y poco me importó de cómo quedaría, le di hasta casi infartarme y por casi 10 minutos, le acabe la mitad dentro del culo y los últimos chorritos de guasca fueron a parar a la espalda, se la volví a meter antes de perder la erección, y descargue mi vejiga dentro de su esófago, se desmayó al toque y yo me quedé dormido dentro y arriba de ella, me despertaron sus sollozos, y se me volvió a parar, la agarré de los pelos y la viole salvajemente mientras gritaba y lloraba mucho, le di duramente casi por dos días más, mientras pensaba como descartarla.
Entonces me acordé de un programa de Facundo Pastor que hablaba de un “Nido de linyera y cartoneros”, me puse a buscar información, y fui a ver cómo era con mi vehículo, y si se iban a la mañana a cartonear y volvían pasadas las 16:30, entonces me dediqué a esperar ya con la pendeja dormida en mi camioneta, se fueron todos, la metí y en una de las casuchas así en bolas como estaba, la dejé esposada a unos caños de agua gruesos, coloque una camarita pequeña descartable, y me fui, volví antes de que llegaran los ocupantes ya que el alcance de la cámara no es de más de 100 metros, el primer tipo que entró, la violó como un hijo de puta apenas la vio, y los gritos de ella hicieron venir a los demás, se turnaron interminablemente.
Me fui, pero muy a mi pesar a veces pasaba y la veía desmadejada cartoneando medio obligada, y con un par de bebés y otro en camino.
Fin del primer capítulo…
1 comentarios - Mí obsesión por las rubias