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Estela de cuero, merienda y duro con Elsa

A todo esto, y hablando de cuero, Estela siguió pasándola bombacha. Luego de cogerear con su marido Ernesto en donde fuera, con María Teresa en telo tras picada y demás, se mandó con su otro costado, las mujeres paquetas. Pero no le hizo falta ninguna amiga, y eso que a unas cuadras estaba Ana María y su hermana Lily. Sabido es que hace un par de veranos Teli se ve con Elsa, antigua amiga suya y vecina de su piso.

Y este verano 2020 agitado no iba a ser la excepción. Excitadita, una tarde Estela agarró su celu y buscó el número de la tal Elsa, a quien yo también cogí me acuerdo. Lo encontró, se acordó ella también de lo que ya le hizo estos veranos, se metió en la ducha y se dio soberana paja. Y desde el baño, la llamó y le propuso merendar. Elsa dijo sí, Estela se dio frote de nuevo ahí, acabó y se bañó bien, se puso lencería, perfume fuerte y se vistió con una demasiado elegante ropa de cuero negra, botas con taco y cartera fina. Muy maqillada y perfumada, Estela le llevó docenita de sandwiches de miga, tocó el portero, Elsa le abrió y al verla de cuero estalló de locura, besuqueándole la boca roja brillosa. Nomás la anfitriona preparó té y unas masas, los de miga y las dos mujeres elegantes merendaron.

Elsa la tenía de la manito a Estela mientras le daba masas y sandwichito, la besaba suave, Estela le convidaba uno de miga mientras comía un sandwich de jamón crudo y queso roquefort. Mimos, besos, Elsa loca con la elegancia, pintura y perfume muy fuerte de Estela, esa boca roja fuerte, demasiado fina para una simple merienda con amiga. Pero para Estela era necesario. Obvio, las dos terminaron y volaron por el aire. Más besos, caricias, picos, toqueteos, Elsa le pasó sus manos gordas a Estela en medio de su vagina recubierta de su fina pollera de cuero, Estela enloqueció, enfureció, la sujetó, la mandó a la pieza y tras sacarse todo, apenas la vio a Elsa en bombacha, Estela le arrancó todo, la tiró en la cama y tras abrir su cartera de cuero, sacó juguetes, pincel de ojos, su lápiz de labios y tras meterle uno por uno, se le acostó a Elsa y se la cogió, violó, reventó, bajó, volteó y garchó. Las mujeres llenitas y sacadas se enzarzaron y Elsa le dio a Estela con sus mismos elementos, lo que enfureció a la pelirroja, que agarró un cuchillo de untar de su cartera y se lo metió en la concha y cola, y luego la destrozó toda mientras le besaba y chupaba todo. Elsa resoplaba y gemía chocha de placer mientras Estela era un trueno arriba suyo. Las locas se dieron con tutti y estuvieron un par de largas horas, hasta que la dueña del piso no dio más, Estela tuvo piedad, se vistió su cuero y tras darle varios piquitos en la cara, la invitó otra tarde a su departamento. Otra tortillita para el boletín de verano, que Estela llena con 10 sobre 10.

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