Este relato lo había subido anteriormente pero fue borrado, por lo cual nuevamente tengo que alterar la edad, espero que les guste esta experiencia que quiero compartir con ustedes:
Con 19 años y después de un par de años de que descubrí este mundo de perversión ya era una chica perversa y sádica cuando estaba en el cole, tenía un carácter tan fuerte que casi no tenía amistades, solo una compañera con la que hablábamos muy a gusto y una amiga del barrio, tal vez sea causa de estás ideas que rondan en mí cabeza hace años, tal vez por el simple hecho de que sabía que muy difícilmente iba a encontrar alguien que entienda ese tipo de morbo a esa edad, una edad donde la mayoría de los pendejos se preocupaban en caerle bien al otro, conseguir novios, salir de joda y todo eso. Mientras tanto yo lo único que tenía en la cabeza era descubrir formas de darme placer, pensaba que era la única que tenía ese sentimiento, del solo pensar con ser ahorcada delante de gente desconocida o en un lugar público me hacía estremecer, había días que andaba húmeda todo el horario de la clase ahorcandome en mí mente, y entonces se me ocurrió una idea, la cual consistía en llevar la soga en la mochila y "jugar" a la ahorcada en el colegio sin que alguien se de cuenta, una vez que se me metió esa idea ya no había nada que hacer, el corazón me latia fuerte del solo pensarlo, hasta que un día lo hice, el colegio que iba tenía un tinglado que era como un galpón grande donde teníamos las clases de gimnasia o donde se hacían los actos, cuando el tinglado no era utilizado permanecía cerrado con llave y no había forma de entrar, entonces mí plan fue que después de terminar la clase de gimnasia me quedaria escondía en los vestidores que estaban dentro del tinglado y como tenía esa materia a última hora sabía que una vez que mí curso se fuera nadie más utilizaba el tinglado y este quedaría cerrado con llave hasta el día siguiente, asique lo hice, después de la clase fui la última en entrar a las duchas y una vez que termine de ducharme me quedé ahí, pensando que mí plan no funcionaría y que alguien notaría mí ausencia, pero no, nadie noto nada y a medida que se iban yendo sentía nervios como nunca antes, era la primera vez que hacía algo así, sabía que si algo salía mal no habría nadie para ayudarme, sabía que iba a quedarme encerrada, pero no me importaba. El momento llego, escuché la voz de la portera preguntado si quedaba alguien porque tenía que cerrar, obviamente no conteste y escuche como cerró la puerta con llave, no puedo explicar la adrenalina y morbo que sentí en ese momento, era como si el corazón quisiera salirme del pecho, trate de calmarme y espere un rato más, hasta que ya no quedaba absolutamente nadie, solo se sentía el silencio de toda la escuela y por las dudas pegue un par de gritos haciéndome la boluda "holaa? Hay alguien? Holaaaa" perfecto, dije, era momento de arriesgar mí vida en esa absurda idea, fui a buscar una silla y ate la soga a uno de los cestos de básquet que había, calcule la distancia para quedar solo en puntitas de pie en caso que coloque mal el nudo, una vez colocada la soga me desnude por completo y solo me volvi a poner las zapatillas, quería imitar un video que me mostró mí tío, así que ahí estaba yo, desnuda, solo con zapatillas y una cadenita, la soga en el cuello, el corazón a mil, también había empezado a transpirar (imagino que de los nervios) me sujete bien y finalmente corrí la silla. Rápidamente empecé a dar esos gemidos agónicos que tanto me calentaban, pero me di cuenta que calcule mal, la silla me quedo un poco lejos y cuando quise apoyarme para recuperar el aliento no podía, no alcanzaba la silla, entre en pánico, la compresión en mí cuello cada vez era más fuerte, empecé a desesperarme y a gemir agónicamente de verdad, pero aún estaba consciente, sabía que podía ser mí último juego y en plena desesperación por alcanzar la silla sentía lo mojada que estaba, saber que me encontrarían ahorcada me mataba.. tuve que estirar el pie para ir trayendo la silla de una de las patas poco a poco con la punta de la zapatilla, ya cuando logré subirme me saque la soga para recuperar mejor el aliento, luego me la coloque de nuevo y lo volví a hacer unas dos veces más jaja pero está vez cuidando la distancia, deje todo el piso mojado y lleno de los escupitajos que salian sin control de mí boca mientras me ahorcaba. Ahora pienso, menos mal que la parte de la soga que envolvía mí cuello la sujetaba con mis manos, eso ayudo a que pueda impulsarme hacía arriba para aliviar la comprensión unos segundos y así poder resistir un poco más, de lo contrario iba a quedar ahorcada en el tinglado y al día siguiente todos verían mí cuerpo desnudo y colgado del cesto de básquet (pensar en eso todavía me hace humedecer).
Una vez que termine mí juego perverso quede toda mojada con transpiración y fluidos, quede echa un mamarracho, toda roja y la marca de la soga en mí cuello delatandome, para mí suerte dentro del tinglado habian unas escaleras que use para llegar a una de las ventanas que servía como ventilación, la cual no tenía ni seguro, solo estaba cerrada, así que solo pase al otro lado y caí a la calle, obviamente antes de salir me asegure que no pase nadie, era de noche ya, estuve una hora y media casi dos arriesgando mí vida y casi otra hora para intentar salir hasta encontrar la escalera, al llegar a casa nadie sospechó porque dije que iba a quedarme terminando un trabajo práctico.
Después de ese día lo hice varias veces más, y la escalera desde que la deje a lado de la ventana quedó ahí jajaja nadie lo noto o les chupo un huevo tal vez, bueno hoy quise compartir esto, como dije en el anterior relato, tengo mil cosas que contar sobre las veces que practique esto.
Gracias por tomarse su tiempo, besitos.. 😊
Con 19 años y después de un par de años de que descubrí este mundo de perversión ya era una chica perversa y sádica cuando estaba en el cole, tenía un carácter tan fuerte que casi no tenía amistades, solo una compañera con la que hablábamos muy a gusto y una amiga del barrio, tal vez sea causa de estás ideas que rondan en mí cabeza hace años, tal vez por el simple hecho de que sabía que muy difícilmente iba a encontrar alguien que entienda ese tipo de morbo a esa edad, una edad donde la mayoría de los pendejos se preocupaban en caerle bien al otro, conseguir novios, salir de joda y todo eso. Mientras tanto yo lo único que tenía en la cabeza era descubrir formas de darme placer, pensaba que era la única que tenía ese sentimiento, del solo pensar con ser ahorcada delante de gente desconocida o en un lugar público me hacía estremecer, había días que andaba húmeda todo el horario de la clase ahorcandome en mí mente, y entonces se me ocurrió una idea, la cual consistía en llevar la soga en la mochila y "jugar" a la ahorcada en el colegio sin que alguien se de cuenta, una vez que se me metió esa idea ya no había nada que hacer, el corazón me latia fuerte del solo pensarlo, hasta que un día lo hice, el colegio que iba tenía un tinglado que era como un galpón grande donde teníamos las clases de gimnasia o donde se hacían los actos, cuando el tinglado no era utilizado permanecía cerrado con llave y no había forma de entrar, entonces mí plan fue que después de terminar la clase de gimnasia me quedaria escondía en los vestidores que estaban dentro del tinglado y como tenía esa materia a última hora sabía que una vez que mí curso se fuera nadie más utilizaba el tinglado y este quedaría cerrado con llave hasta el día siguiente, asique lo hice, después de la clase fui la última en entrar a las duchas y una vez que termine de ducharme me quedé ahí, pensando que mí plan no funcionaría y que alguien notaría mí ausencia, pero no, nadie noto nada y a medida que se iban yendo sentía nervios como nunca antes, era la primera vez que hacía algo así, sabía que si algo salía mal no habría nadie para ayudarme, sabía que iba a quedarme encerrada, pero no me importaba. El momento llego, escuché la voz de la portera preguntado si quedaba alguien porque tenía que cerrar, obviamente no conteste y escuche como cerró la puerta con llave, no puedo explicar la adrenalina y morbo que sentí en ese momento, era como si el corazón quisiera salirme del pecho, trate de calmarme y espere un rato más, hasta que ya no quedaba absolutamente nadie, solo se sentía el silencio de toda la escuela y por las dudas pegue un par de gritos haciéndome la boluda "holaa? Hay alguien? Holaaaa" perfecto, dije, era momento de arriesgar mí vida en esa absurda idea, fui a buscar una silla y ate la soga a uno de los cestos de básquet que había, calcule la distancia para quedar solo en puntitas de pie en caso que coloque mal el nudo, una vez colocada la soga me desnude por completo y solo me volvi a poner las zapatillas, quería imitar un video que me mostró mí tío, así que ahí estaba yo, desnuda, solo con zapatillas y una cadenita, la soga en el cuello, el corazón a mil, también había empezado a transpirar (imagino que de los nervios) me sujete bien y finalmente corrí la silla. Rápidamente empecé a dar esos gemidos agónicos que tanto me calentaban, pero me di cuenta que calcule mal, la silla me quedo un poco lejos y cuando quise apoyarme para recuperar el aliento no podía, no alcanzaba la silla, entre en pánico, la compresión en mí cuello cada vez era más fuerte, empecé a desesperarme y a gemir agónicamente de verdad, pero aún estaba consciente, sabía que podía ser mí último juego y en plena desesperación por alcanzar la silla sentía lo mojada que estaba, saber que me encontrarían ahorcada me mataba.. tuve que estirar el pie para ir trayendo la silla de una de las patas poco a poco con la punta de la zapatilla, ya cuando logré subirme me saque la soga para recuperar mejor el aliento, luego me la coloque de nuevo y lo volví a hacer unas dos veces más jaja pero está vez cuidando la distancia, deje todo el piso mojado y lleno de los escupitajos que salian sin control de mí boca mientras me ahorcaba. Ahora pienso, menos mal que la parte de la soga que envolvía mí cuello la sujetaba con mis manos, eso ayudo a que pueda impulsarme hacía arriba para aliviar la comprensión unos segundos y así poder resistir un poco más, de lo contrario iba a quedar ahorcada en el tinglado y al día siguiente todos verían mí cuerpo desnudo y colgado del cesto de básquet (pensar en eso todavía me hace humedecer).
Una vez que termine mí juego perverso quede toda mojada con transpiración y fluidos, quede echa un mamarracho, toda roja y la marca de la soga en mí cuello delatandome, para mí suerte dentro del tinglado habian unas escaleras que use para llegar a una de las ventanas que servía como ventilación, la cual no tenía ni seguro, solo estaba cerrada, así que solo pase al otro lado y caí a la calle, obviamente antes de salir me asegure que no pase nadie, era de noche ya, estuve una hora y media casi dos arriesgando mí vida y casi otra hora para intentar salir hasta encontrar la escalera, al llegar a casa nadie sospechó porque dije que iba a quedarme terminando un trabajo práctico.
Después de ese día lo hice varias veces más, y la escalera desde que la deje a lado de la ventana quedó ahí jajaja nadie lo noto o les chupo un huevo tal vez, bueno hoy quise compartir esto, como dije en el anterior relato, tengo mil cosas que contar sobre las veces que practique esto.
Gracias por tomarse su tiempo, besitos.. 😊
3 comentarios - Cruzando límites..