Obvio que no sólo María Teresa y Estela la pasaron bombacha tras la picada en el departamento de Estela. Como conté, Juan Carlos (el marido de Tere) se había vestido demasiado más elegante que siempre, con fina ropa de cuero negra, zapatos, perfume fuerte y hasta riñonera de cuero negra fina. El loco quería con Ernesto, marido potente de Teli. Y para colmo, debajo de su ropaje de varón, a escondidas de su mujer, se puso lencería fina, corpiño, bombacha, medias negras, y en su riñonera llevó cosméticos, perfume de mujer y cremita para pintarse y excitar a su hombre, a quien tenía ganas de ser cogido.
No tardó nada Juan en demostrar su locura. Apenas entró a lo de Estela con María Teresa, aprovechó que su mujer y la otra se besaron la boca y abrazoteó a Erne y lo besuqueó en su boca. Y un rato después Juan se fue a pintarse los labios de rojo al baño, llamó a Erne, éste fue y al verlo lo volvió a besar. Luego le dieron toda la noche: los dos se sentaron pegaditos, Estela cargó a su marido que tenía su boca roja por los besos de Juan, Teresa se reía de su marido, pero a ninguna le jodía nada. Y los tipos se mimaron mientras duró la picada. Erne le daba sandwichito a Juan y le tocaba en medio de sus piernas, Juan le daba pan con manteca y jamón crudo a su amigote y le toqueteaba en medio de su pantalón fino.
Y pasó lo que tenía que pasar. Tras la cena, las mujeres excitadas se fueron excusándose con ambos y los dejaron solos. Erne se excitó, tentó y le pidió a Juan que se pintara y se pusiera cremita y pperfume. Juan fue enloquecido al baño, abrió su riñonera, sacó la crema de la cara y se puso base, sacó el lápiz de labios de nuevo y se lo pasó dos veces por la boca, se pintó sus uñas de rojo y se colocó cremita para las manos y perfume de mujer. Y apenas volvió donde estaba Ernesto, éste enloqueció, lo sentó en un sofá, lo manoseó, mimó y besuqueó, le convidó café con leche y los dos se dieron picos con todo.
Ernesto voló, y apenas terminaron lo llevó a su pieza, pidiéndole acostarse con él. Juan dijo sí, se sacó su ropa de cuero y cuando Erne lo vio en corpiño y bombacha, enfureció: se desnudó en un minuto, le sacó su ropita, Juan le toqueteó el pene, a Erne se le paró fuerte, Juan se qitó la bombacha y Ernesto lo acostó arriba de la cama donde coge con Estela, se le zambulló y tras penetrarlo por la cola, le dio duro pene gruesote hasta eyacular abundante semen. Juan chocha resopló, gritó y gimió de placer hasta que sintió el semen espeso, y pidió en su boca y Erne le dio lo que le quedó y luego más semen tras masturbada. Juan quiso más, gustoso, y Erne lo sujetó, aplastó contra un placard y se la metió dura por la cola de parado, volviéndole a llenar el orificio de semen a rabiar. Y así los dos hombres realizaron, como sus mujercitas, su sueño de una noche de verano y sexo en la Feliz. Y con mucho semen.
No tardó nada Juan en demostrar su locura. Apenas entró a lo de Estela con María Teresa, aprovechó que su mujer y la otra se besaron la boca y abrazoteó a Erne y lo besuqueó en su boca. Y un rato después Juan se fue a pintarse los labios de rojo al baño, llamó a Erne, éste fue y al verlo lo volvió a besar. Luego le dieron toda la noche: los dos se sentaron pegaditos, Estela cargó a su marido que tenía su boca roja por los besos de Juan, Teresa se reía de su marido, pero a ninguna le jodía nada. Y los tipos se mimaron mientras duró la picada. Erne le daba sandwichito a Juan y le tocaba en medio de sus piernas, Juan le daba pan con manteca y jamón crudo a su amigote y le toqueteaba en medio de su pantalón fino.
Y pasó lo que tenía que pasar. Tras la cena, las mujeres excitadas se fueron excusándose con ambos y los dejaron solos. Erne se excitó, tentó y le pidió a Juan que se pintara y se pusiera cremita y pperfume. Juan fue enloquecido al baño, abrió su riñonera, sacó la crema de la cara y se puso base, sacó el lápiz de labios de nuevo y se lo pasó dos veces por la boca, se pintó sus uñas de rojo y se colocó cremita para las manos y perfume de mujer. Y apenas volvió donde estaba Ernesto, éste enloqueció, lo sentó en un sofá, lo manoseó, mimó y besuqueó, le convidó café con leche y los dos se dieron picos con todo.
Ernesto voló, y apenas terminaron lo llevó a su pieza, pidiéndole acostarse con él. Juan dijo sí, se sacó su ropa de cuero y cuando Erne lo vio en corpiño y bombacha, enfureció: se desnudó en un minuto, le sacó su ropita, Juan le toqueteó el pene, a Erne se le paró fuerte, Juan se qitó la bombacha y Ernesto lo acostó arriba de la cama donde coge con Estela, se le zambulló y tras penetrarlo por la cola, le dio duro pene gruesote hasta eyacular abundante semen. Juan chocha resopló, gritó y gimió de placer hasta que sintió el semen espeso, y pidió en su boca y Erne le dio lo que le quedó y luego más semen tras masturbada. Juan quiso más, gustoso, y Erne lo sujetó, aplastó contra un placard y se la metió dura por la cola de parado, volviéndole a llenar el orificio de semen a rabiar. Y así los dos hombres realizaron, como sus mujercitas, su sueño de una noche de verano y sexo en la Feliz. Y con mucho semen.
0 comentarios - Estela y María Teresa se fueron y sus maridos se cogieron