Esto ya me pasó hace algunos meses, mi tía, una mujer madura de unos 50 años, flaca de 1.70, bien conservada que usa lentes que la hace aún más sexy me da su celular porque no tiene espacio en la memoria. Cómo ella es ajena a toda la tecnología, me pide que entre a su casilla de mail para responder algo. Pero ojo, no para todo es ajena a lo tecnológico.
Y aquí estoy yo, un joven de veinte con las hormonas por el cielo. Prendo mi compu y entró a su casilla. Google manda una alerta porque un inicio de sesión sospechoso, todo está controlado. Apretó “Si, he sido yo” y continúo. Respondo el mail que ella quería y solucioné su problema. Pero la tentación es más fuerte y entro directamente a su historial.
Luego de ver las cosas normales de un celular, me encuentro con un sin fin de páginas porno que visitó durante la noche anterior, y la anterior, y la anterior... Lesbianas, madre e hijo, pezones duros, lactantes, gay, relatos eroticos son algunas de las categorías que mi tía va incursionando por el navegador. Automáticamente mi pija se paró a más no poder, puse algunos de los videos que miró y me masturbe hasta acabar.
En mi cabeza solo me imaginaba a mi tía completamente desnuda en su cama con las piernas abiertas. Una mano tomando su celular y la otra masturbandose. Metiendo suavemente dos de sus dedos en su vagina mojada al ritmo de los actores del video, mordiéndose los labios para no gritar ni hacer ruido.
Y así pasaron los días, todas las noches revisaba el historial para ver que veía. Ella no tenía horario para ver porno. Podía ser de noche, de mañana antes de ir a trabajar o inclusive en horario laboral. Eso es lo que más me excitaba, masturbandose en su trabajo sin que nada le importara.
Reconozco que me encanta ver cómo ella misma busca su placer. Y me encantaría también poder hablarlo con ella, pasarle algunos videos, recomendarle páginas y categorías para ver. Ella podría confiar plenamente en mi, que yo no la voy a juzgar y quien dice, podríamos ver porno juntos...
Y aquí estoy yo, un joven de veinte con las hormonas por el cielo. Prendo mi compu y entró a su casilla. Google manda una alerta porque un inicio de sesión sospechoso, todo está controlado. Apretó “Si, he sido yo” y continúo. Respondo el mail que ella quería y solucioné su problema. Pero la tentación es más fuerte y entro directamente a su historial.
Luego de ver las cosas normales de un celular, me encuentro con un sin fin de páginas porno que visitó durante la noche anterior, y la anterior, y la anterior... Lesbianas, madre e hijo, pezones duros, lactantes, gay, relatos eroticos son algunas de las categorías que mi tía va incursionando por el navegador. Automáticamente mi pija se paró a más no poder, puse algunos de los videos que miró y me masturbe hasta acabar.
En mi cabeza solo me imaginaba a mi tía completamente desnuda en su cama con las piernas abiertas. Una mano tomando su celular y la otra masturbandose. Metiendo suavemente dos de sus dedos en su vagina mojada al ritmo de los actores del video, mordiéndose los labios para no gritar ni hacer ruido.
Y así pasaron los días, todas las noches revisaba el historial para ver que veía. Ella no tenía horario para ver porno. Podía ser de noche, de mañana antes de ir a trabajar o inclusive en horario laboral. Eso es lo que más me excitaba, masturbandose en su trabajo sin que nada le importara.
Reconozco que me encanta ver cómo ella misma busca su placer. Y me encantaría también poder hablarlo con ella, pasarle algunos videos, recomendarle páginas y categorías para ver. Ella podría confiar plenamente en mi, que yo no la voy a juzgar y quien dice, podríamos ver porno juntos...
1 comentarios - Mi tía mira porno