You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Voyeur de los cuernos de mi mujer

Primero quiero agradecer a todos los que vienen siguiendo mi historia, a los que dejaron puntos o favoritos. Pero sobre todo a los que me dejaron comentarios, públicos o privados. Sigo contando mi historia porque lo necesito, pero lo hago acá porque es esa respuesta la que me alienta a seguir. En definitiva, si lo que te cuento te motiva a comentar, cualquiera sea el comentario, quiero que sepas que lo valoro.

Como preámbulo para el que llega por mi primera vez, solo necesitas saber que tengo la sospecha de que mi mujer me mete o me metió los cuernos alguna vez. Si te interesa al final dejo los links de cómo fui llegando a esa conclusión.

Esto me pasó anoche:
No puedo dormir, me cuesta.

La idea de mi mujer con otro me parte el cerebro, me duele en el pecho. Pero también se me vienen escenas de ella disfrutando ser cogida por otro y me descubro excitado. Quisiera acabar con ésta sensación pero no alcanzo a juntar el valor para encararla y preguntarle. Es que no estoy tan seguro de saber sí voy a poder manejar la situación. Los pensamientos no paran. Me torturan. Tarde en la madrugada logro adormecerme un poco. Tengo este sueño:

Estoy sentado con ella a mi lado. Nos miramos a la cara. Le pregunto: -alguna vez ¿quisiste estar con otro que no sea yo?
Ella me mira y sonríe con cariño. Con sinceridad me dice: - ¿por qué me preguntas eso? Sabes que con él único que quiero estar toda mi vida es con vos.

Yo respiro aliviado. Le creo. Me saco ese peso de encima.

Entonces suena el timbre. Ella mira hacia la puerta y después me mira a mí y dice: - uy, me olvidé que hoy venía un amigo. Disculpame. Podes quedarte ahí sí querés, no me jode.
No entiendo la situación. De pronto ella me está tratando como si el tiempo no hubiera pasado y yo fuera su novio que fue a visitarla a su departamento.

Pero la situación que sigue me confunde un poco más. Ella recibe a su amigo con un abrazo afectuoso, tierno, y un beso en la mejilla. Entonces le dá la mano y lo hace entrar, y así, de la mano, lo guía hasta el sofá enfrente mío. Recién ahí noto cómo está vestida. Lleva puesto un vestido en dos partes que suele usar para fiestas en calurosas noches de verano. Es un vestido de un azul eléctrico: una mini corta, muy corta y en la parte de arriba es como un top que se ajusta al cuerpo por encima del ombligo y que termina casi en su garganta como si fuera una especie de collar, dejando los brazos, los hombros y la espalda totalmente al descubierto. En los pies también lleva tacos de fiesta.

A partir de éste punto es como si yo no existiera, no solo para ella, sino también para él que ni me mira ni me saluda.
Él se sienta en el medio del sofá, con las piernas abiertas y ambos brazos estirados sobre el respaldar. Ella se acomoda a su lado y sube las rodillas al sofá, dejando a la vista todo el largo de sus piernas. No puedo sacarle la vista de encima, ella está hermosa, sutilmente maquillada y con el pelo bien tirante recogido en una colita atrás de las orejas.

Por el momento no pasa nada raro. Solo charlan. Pero ella se ríe, se ríe mucho. Lo mira fijo, directo a la cara, todo el tiempo. Por momentos, sin quitarle la vista, entornando un poco sus grandes ojos. De a ratos lo toca un poco: le apoya una mano en el hombro, en el pecho. Un instante se apoya sobre su muslo. Siempre mirándolo, siempre sonriéndole.

Después pareciera que él fuera a contarle un secreto, porque ella se le acerca y aproxima su oído a la boca de él. No logro escuchar lo que le dice, pero ella entrecierra los ojos, se muerde el labio de abajo y suspira.
Lo que sí noto es cómo, de pronto, el bulto se empieza a marcar en el pantalón de él. Es como una filmación en cámara lenta, interminable. No me puedo imaginar el tamaño y grosor que tendrá esa poronga. Entonces ella se acomoda encima de él. Aprisionándolo con sus piernas lo mira cara a cara mientras a mí me da la espalda.

Ahora la tengo en frente, a menos de dos metros. En la posición en la que está puedo verle toda la cola y reconozco esa tanga gris que le encanta ponerse y que sé que le gusta usar cuando sabe que va a coger.
Ella le apoya la concha sobre el bulto y se lo masajea, se lo frota de adelante hacia atrás. Veo cómo, por momentos, en ese vaivén, se le corre un poco la tela de la tanga dejando al aire esa hermosa vulva, jugosa, mojada y veo cómo le mancha el pantalón con ese delicioso néctar. Mientras, sin dejar de moverse, ella le tira la boca desesperada, lo besa fuerte. Le muerde los labios, le chupa la cara y el cuello.
Él sigue ahí, cómodo, disfrutando. Yo, estático, desesperado por dentro pero excitado y caliente por fuera, me doy cuenta que me estoy apretando la pija con dureza.

Entonces ella, sin cambiar de posición y en un solo movimiento, le saca la descomunal poronga del pantalón, se corre la tanga al costado y así, de una y sin forro, se la acomoda y se sienta encima, mientras larga un grito de placer total.
Yo no puedo creer lo que veo, mi mujer ahí, frente a mis ojos, arrodillada encima de un tipo que no conozco, con la pija totalmente adentro y ella empezando a subir y bajar la cola cada vez más fuerte, cada vez más rápido para metérsela y sacársela mientras el tipo le levanta el top y le come los pechos como si fueran frutas llenas de miel.

Ella no para de gemir, no para de moverse, le dice: “voy a acabar así. ¿Puedo?”. Y él le responde: “hacé lo quieras, es tú pija”. No termina de decirlo y ella ya está gritando descontrolada llegando al orgasmo.
Él la observa todo el tiempo, se nota que disfruta verla tan puta, tan entregada. Yo los veo a los dos, con la pija dura que me late como nunca y con una sensación como de haber sido cagado a palos. Me duele todo el cuerpo.

En eso veo que ella, ya repuesta, le dice, mientras empieza a moverse otra vez sobre el trozo totalmente metido dentro suyo.- ¿Querés acabar adentro? ¿O querés, mejor, que me tome toda la lechita?
Él suspicaz, misterioso le dice: -No. – y sonriendo pero cortante agrega: - Esperá un poco.
Por un instante ella se pone seria, no lo termina de comprender, la respuesta la sorprende. Entonces él le dice: - Es que me olvidé de avisarte que hoy invité un amigo.

Ella lo mira, tarda un segundo en entender y después achinando un poco la vista le sonríe y le dice “¡Aaay que hijo de puta!” en un tono entre sorprendida y encantada, pero sobre todo encantada.
Y ahí, de la nada, aparece otro flaco en pantalón de vestir y camisa que, acercandose por detrás, le apoya el bulto a mi mujer en la espalda y se agacha un poco para besarle el cuello. En eso la veo a ella cerrando los ojos, veo cómo le sube la temperatura, siento cómo su corazón se acelera. La veo tratando de respirar suave y profundo, deleitándose. Veo cómo se le hace agua la boca.

El flaco ahora viene hacia mí y se acomoda a mi lado en el sofá donde estoy yo. Tampoco él se percata de mi presencia.
Ella, aun con la pija entera metida adentro, se debate entre mirar a su amigo y al recién llegado. Pasa la mirada de uno a otro, quiere moverse, no sabe qué hacer. Está exasperada. Entonces con ojos suplicantes lo mira a su amigo y él le dice: “Andá... Andá si queres. Eso sí, no seas tímida con mi amigo” Y ella no duda, en un impulso se levanta. Deja rebotando la pija de su amigo, se agacha y así, gateando, con los ojos fijos en el bulto del flaco sentado al lado mío, se acerca. Y, como una cachorrita, le apoya la nariz en el pantalón y lo huele. Aspira profundo, saboreando el olor de esa verga, anticipando su sabor y por un momento acomoda la carita encima como si fuera una almohada. En su cara se vé cómo disfruta.

Despacito baja el cierre y saca una poronga larga y gorda pero no totalmente dura. Entonces ella empieza a golpeársela en la cara, en la frente, en los cachetes, en la boca. Saca un poquito la lengua y se la golpea dos, tres veces. Ya está bien dura. Mientras se acerca por abajo, sin dejar de masturbarlo (el flaco ya se sacó el pantalón), ella comienza a lamerle los huevos. Se los chupa, se los muerde, se los pone enteros en la boca. Así juega un largo rato. Al final lo mira y, como pidiendo permiso, le dice:- Te quiero coger. ¿Puedo?- Y él le responde con un gesto. No dice una palabra pero ella lo entiende perfectamente. Y así en la misma posición en la que hace un rato se estaba cogiendo a su amigo, ahora se lo coge a éste también. Pero a este lo busca ella, ella es la que se saca el top, ella es la que le pone los pechos en la boca y le dice:- ¡Chupá! ¡Chupame las tetas!
A todo esto el amigo se acerca desde atrás con el miembro duro en la mano y yo ya sé que intención tiene. Mientras ella no deja de moverse arriba del flaco, él se apoya por detrás y le corre la tanga para liberar la entrada a ese canal que él venía a conquistar. Ella al sentirlo atrás se frena un poco y le pregunta con cierto temor: - ¿qué vas a hacer? – Y él, muy tranquilo, le responde: - Te voy a hacer el orto. Ahora mismo. – ella le contesta: - Pero nunca tuve dos pijas metidas dentro mío.- Y él le dice:- Portate bien y ésta no va a ser la última vez. Y lentamente le fue acomodando todo el pedazo adentro.

¡Qué escena! De alguna manera, el flaco en el sofá, aunque con la pija metida adentro de ella, estaba tan pintado como yo en el asunto. Porque una vez que su amigo la penetró, mi mujer solo se movía para él.

La oí acabar dos veces seguidas en ese momento. Nunca la había visto disfrutar así. Yo estaba extasiado, pero, de pronto, sentí celos. Celos de no ser el protagonista de todo ese placer, de todo ese disfrute. Celos de estar siendo superados por dos desconocidos que tenían el descaro de cogerse a mi mujer frente a mi cara. A mí mujer, ella es mía. Y ahí me levante, con la pija a punto de explotar, pensando que si bien ellos ya se la habían cogido ella solamente iba a probar mí leche esa noche. Esa boca era mí territorio y yo lo iba a marcar con leche y fuego. ¡Esa lengua, que me pertenecía, no iba a probar otro jugo que no fuera el mío!

Pero al acercarme… ella, por primera vez, me mira de frente y pone cara de desconcertada. Sus ojos me decían “¿Qué haces acá?”. Y yo le queriendo acercarme a su boca para que se trague mi leche pero ella, haciendo equilibrio mientras la embestían con fuerza por detrás, me apoya la palma de la mano en el pecho, me empuja hacia atrás, me dice “NO” con la cabeza.
Y mientras yo doy un paso atrás, casi perdiendo la estabilidad, su amigo le saca la pija del culo y se la acerca a su boca para que ella, en rápidos y sedientos movimientos de lengua, le permita liberar toda esa carga que mi mujer recibe con pasión, con hambre, con locura y con una sonrisa muy cariñosa.

Yo también acabé ahí.

Y debo haber gritado o algo porque mi mujer, que descansaba a mi lado, se sobresaltó y entredormida me preguntó: - ¿Todo bien? –Y yo:- Nada. Fue solo un sueño.

Y al darse vuelta en la cama, al tiempo que me dice “seguro soñaste que te cogías a otra”, veo que tiene puesta la misma tanguita gris que tenía en el sueño…


Continúa acá:

http://www.poringa.net/posts/relatos/3569143/Mi-mujer-me-cuenta-su-infidelidad.html


Así comenzó esta historia en:

Parte 1
http://www.poringa.net/posts/relatos/3558234/Dulce-Egoista.html

Parte 2
http://www.poringa.net/posts/relatos/3562478/Mi-mujer-me-dejo-violarla.html

Parte 3
http://www.poringa.net/posts/relatos/3564100/Despues-de-violar-a-mi-mujer.html



.

9 comentarios - Voyeur de los cuernos de mi mujer

papasisi2017 +1
Dios! El mejor relato que encontré acá
martinfcd
Gracias amigo, está hecho a fuerza de sufrir (un poco) y disfrutar (bastate)
papasisi2017 +1
@martinfcd jjej si , es una locura , pero ahora no vas a poder parar
mca19000 +1
Un placer leer este relato sinceramente.
Pero si, muchos fantaseamos con una situación así, mas sabiendo que hay amigos de nuestra chica o compañeros de trabajo, que se morirían por un polvo con ella.
martinfcd
Sin duda ¿cómo evitar que ella, en algun momento, no quiera probar otra?
mca19000 +1
@martinfcd Depende de cada chica, estará la que no quiera, como la curiosa que le empiezan a llamar la atención que sentiría con otros.
morbo_cuernos +1
Hola... felicitaciones por un gran relato... me hace acordar al inicio de la que fue mi historia cono cornudo (http://www.poringa.net/posts/relatos/3221930/Cronicas-Cornudas-Cap-1---La-Fantasia.html)
morbo_cuernos
Por cierto... sentir celos es normal, es parge del morbo. Eso que sentiste en el sueño, al verlo en vivo te wxplota la cabeza.
martinfcd
Se agradece el consejo, no sé si podria manejar esa situacion. Buen relato el tuyo 👍
chicho614 +3
Voyeur de los cuernos de mi mujer que rico sería ver a mi pareja con leche de otro así
Si-Nombre
Excelente Post muy bueno gracias por compartir
Simplemente espectacular
Bartolomeo1111 +1
Excelente relato. Se nota que te excitó muchísimo ese “NO” de tu mujer, por más celos y rabia que te haya generado, te brindó una humillación especial, ese morbo de qué 2 desconocidos dominen a tu mujer, gobiernen tu territorio, tu casa y tú fueras...
martinfcd
Que sensación única. Te paso? Acá te cuento lo que pasó después:
https://poringa.net/posts/relatos/3569143/Mi-mujer-me-cuenta-su-infidelidad.html
Bartolomeo1111
@martinfcd de alguna forma lo viví desde otro ángulo, me garchaba una compañera de trabajo y al marido.
martinfcd +1
@Bartolomeo1111 ahí leí tu relato.
Bartolomeo1111
El último orejón del tarro, con ese NO fuiste dominado y gobernado por una sumisa, la puta de tu mujer, en ese momento puta de otros que totalmente entregada te dió una orden que acataste y te gustó. Ellos te dominaron a través de tu mujer
Necrosfire +1
@martinfcd hombre que buenos relatos te escribi al privado para saber cuales son todos los relatos de esta historia que esta que me explota la cabeza
martinfcd
Gracias por disfrutarlos. Ahí te contesto
mirandopaso +1
muy bueno el relato , muy morboso y la fantasia a mil!! excelente
martinfcd +1
Gracias. Creo que este es uno de los relatos que escribí que más me provocan a mí mismo.