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Mi vecina se masturba salvajemente y nunca lo imaginé

Bienvenidos; en esta ocasión les contaré una historia que realmente a mi me dejó sorprendido. Es de esas historias que cuentas y no te las creen, pero yo lo viví de verdad, así que puedo afirmar la credibilidad. ¡Espero que algún día vivan algo así para entenderlo!

Todo comienza a principios de diciembre del 2019, cuando me mudé. Se había vencido el alquiler del departamento en el que vivía, y hacía tiempo que quería mudarme a una casa un poco más amplia, así que aproveché la oportunidad. Unos meses atrás, había visto una casa que me había encantado; muy moderna, con dos pisos y bastante grande. El vecindario parecía agradable, así que ya me había decidido. Cuando empezó diciembre terminé los trámites e inicié la mudanza. Recuerdo que era un sábado en la mañana, y yo aún dormido llegaba a mi nueva casa para limpiar y esperar el camión con los muebles. Apenas abrí el portón, pude ver que de la casa de al lado salía alguien, así que me volteé a mirar, ya que tenía que empezar a llevarme bien con mis vecinos. Cuando la ví, quedé completamente sorprendido. Era una chica hermosa. Pero de esas perfectas que se ven prácticamente solo en las películas: quizás tendría unos 20 años. Su piel, apenas morena, el pelo largo y enrulado al viento, dejando que los rulos rebotaran con cada paso. La cara perfecta, daban ganas de besarla. Unos pechos tamaño promedio y bien firmes, sus piernas delgadas pero no demasiado. La cola no se veía ya que llevaba -cosa que me llamó bastante la atención- una pollera oscura casi hasta los tobillos.

–¡Buenos días! –le dije sonriendo.
–Hola, bienvenido al barrio –respondió acercándose a mi y dándome la mano. Cuando la tuve al lado pude entender un poco más: de su cuello colgaba un rosario de madera, y llevaba otro enroscado en su muñeca.
–¡Gracias! –respondí.
–Ahora llevo un poco de apuro, pero nos volveremos a ver en cualquier momento. ¡Adiós! –me dijo sonriente. Me había dejado enamorado de verdad.
La miré mientras se alejaba, y seguramente demostré mis sentimientos. Otro vecino que pasaba me dio la bienvenida y me dijo :

–No te enamores mucho. Va a la iglesia cada día, y realmente ha rechazado a cada chico que intenta invitarla a salir... ¡Y han sido varios! –Bromeó.

Ese día estuve hasta altas horas de la noche ordenando, limpiando y ubicando muebles. Y por supuesto, pensando en la vecina de al lado que me había dejado loco, pero la charla con el vecino de enfrente me había quitado prácticamente las esperanzas.

Esa semana estuve bastante complicado, yendo y viniendo, ordenando, limpiando, y haciendo todas las tareas y trámites de cuando uno se muda. Finalmente estuve instalado, y empecé a conocer un poco más a los vecinos, y ellos a mí. Con la hermosa chica, que resultó llamarse Elisa, intercambié saludos un par de veces pero no mucho más. Una tarde, mientras pintaba el muro exterior, conversé con ella algunos minutos sobre el barrio y la casa. Me contó sobre los antiguos inquilinos que se habían mudado a otro país, que eran muy cordiales, y que ella misma los había llevado hacia la religión.

–No suelo hablar a nadie sobre eso, pero ellos siempre me preguntaban, y terminaron acompañándome a la iglesia. Finalmente se hicieron religiosos –me contó.

Yo soy una persona que le gusta ir de frente, así que, sin intentar ofenderla, pregunté

–Disculpame por el atrevimiento, pero soy una persona que le gusta ir con la verdad –comencé diciendo. Ella sonrió y asintió, dándome a entender que no había problema, así que continué. –Me comentaron que es muy difícil invitarte a salir, ¿Es cierto?

Ella se rió y miró el suelo. –Realmente sí. Podemos salir a conversar, a tomar café, a mirar el atardecer. Pero no voy más allá de eso –dijo mientras expresaba total seguridad con su cara. Yo asentí, y continuamos conversando durante algunos minutos.

Pasaron los meses, y yo estaba sumamente enamorado de ella, pero ya sabía que no tenía maneras. Ella misma me lo había confirmado. Una tarde, descubrí algo que me llenó de alegría. ¿Porqué no lo había visto antes? Si subía a mi azotea, pasaba a la azotea de ella trepando un muro de apenas un metro, y caminaba algunos pasos por su azotea, podía llegar a ver una ventana, aproximadamente a cinco metros, que daba hacia su dormitorio. Parecía un dormitorio de una anciana; había algunas fotos en blanco y negro, que no podía alcanzar a ver con detalle. También había algunas esculturas pequeñas, y estaba muy ordenado. Había una biblioteca con algunos libros y adornos, y obviamente, un ropero y su cama. Como estaba la luz encendida podía ver perfectamente hacia su dormitorio, y como era de noche, sabía que su luz reflejaría en el vidrio, haciendo imposible que me viera. Igualmente me escondía detrás de un tanque de agua que había allí, y aunque apagara la luz de su dormitorio, no lograría verme. De todas formas, no podía verla de día por cuestiones lógicas de luz, pero en la noche la veía perfectamente. Allí me pasaba varios minutos espiándola; subía dos o tres veces cada noche, y pasaba entre cinco y diez minutos mirándola. Veía como cada noche rezaba antes de acostarse. Casi siempre deambulaba por su dormitorio en ropa interior y era muy excitante verla. Una noche pude ver como se cambiaba su corpiño. Cuando se lo sacó, lo tiró al piso y se paró frente al espejo. Mi pene que ya estaba duro, escupió una gotita de lubricante y aproveché para empezar a masturbarme. Allí permaneció mirándose al espejo durante casi un minuto. Se paraba de costado, luego de frente, y parecía que se hacía un autoexamen mamario, tocándose los senos con ambas manos. Fue tanto el placer que sentí que acabé allí arriba; no pude aguantar a bajar a mi casa. Llené la azotea de leche. Fue una de las mejores pajas de lo que iba en mi nuevo vecindario. Por ahora...

Una noche, si mal no recuerdo era la novena o décima noche que la espiaba, noté algo extraño. Ella estaba acostada y tapada, mirando hacia su tv muy quieta, pero era demasiado temprano. Además, estaba la luz prendida y ella siempre la apagaba antes de dormir, por lo que supuse que aún no se dormiría. Luego de espiarla unos minutos, logré entender lo que pasaba. Si caminaba algunos metros más, aunque quedaba sin la cobertura del tanque, podía ver su televisión en el reflejo del espejo. Me llevé una sorpresa tremenda cuando vi lo que estaba mirando: dos lesbianas desnudas de pechos enormes besándose y tocándose entre sí. Luego de ver eso quedé algunos segundos paralizado. Enseguida volví al punto de antes, ya que desde ese lugar podía ver la tv pero no a ella. Me escondí detrás del tanque y volví a espiar. Ahora estaba sentada en su cama, completamente desnuda y acariciando sus dos pechos con sus manos. Su respiración parecía agitada y desde donde estaba parecía que su vagina estaba mojada. Elisa continuó masajeando sus pechos con mucha intensidad hasta que empezó a bajar las manos. Pasó por su panza suavemente, que la acarició algunos segundos, y luego... Llegó el mejor momento... Empezó a acariciar su vulva. Lo hacía despacio, en redondo, con su mano derecha. Primero con un dedo acariciaba su clítoris, luego con dos. Después, empezó a bajar los dedos y tocó su vagina, pero no metió los dedos, solo tocó. Volvió a su clítorís y siguió allí algunos minutos más. Yo ya había empezado a masturbarme. Entonces de pronto se volteó, abrió el cajón de su mesita de luz y sacó un consolador. No era de los más grandes pero tampoco era muy pequeño. Quizás medía 20cm de largo y 4cm de ancho, como un consolador promedio. Lo primero que hizo fue acariciar su clítoris, para mojar el consolador. Allí se masajeó el clítoris durante algunos minutos. Cuando pensé que se lo metería, no lo hizo: se lo metió en la boca. Cerraba los ojos, supongo que disfrutaba el sabor de su vulva. Lo chupó todo. Luego, cuando ya estaba bien mojado, lo bajó y volvió a masajearse la vulva. Nuevamente, pensé que lo metería pero lo llevó otra vez a su boca. A esta altura pensé que sería virgen y no se animaba a meterlo. Así estuvo varios minutos, de la boca al clítoris, y del clítoris a la boca. En un momento abrió bien las piernas, puso el consolador en posición horizontal y... Lo metió entero. En un segundo. No fue suavemente, no. Lo metió entero. Si bien el vidrio de su ventana estaba cerrado, pude escuchar el gemido en el momento en que lo metió. Tuve que soltar mi pene para no acabar. Allí continuó durante varios minutos, masturbándose con el consolador, mientras que con la otra mano se acariciaba el clitoris violentamente. Del clítoris pasaba a la boca, se chupaba los dedos y volvía al clítoris. Con el paso del tiempo empezaba a sentir sus gemidos, enmudecidos por el vidrio que nos separaba. Luego de casi quince minutos así, Elisa saltó de su cama al piso, y pasó algo increíble. Algo sumamente excitante. Quitó el consolador de su vagina, y acompañado de un profundo grito salió un chorro de squirt a casi un metro de distancia. Volvió a meter su consolador, lo movió unos segundos, y lo sacó violentamente, haciendo que otro chorro saliera de su vagina, quizás a treinta o cuarenta centímetros de distancia. Luego soltó el consolador en el piso y mientras se acariciaba la vulva con su mano derecha, se relajaba de a poco y sonreía. Allí permaneció acostada en el piso durante varios minutos.

Después de ese día, pude verla dos veces más. El tema es que ella se masturba cada muchos días, algo así como cada dos semanas, y no siempre estoy yo allí. Pero las tres veces que la ví, me masturbé junto con ella desde la azotea, en silencio... ¿Algún día se enterará de que yo conozco su secreto?...

4 comentarios - Mi vecina se masturba salvajemente y nunca lo imaginé

AmoVzla +1
ufff que rico nada mejor cuando una mujer llega al squirt ahora quien sabe un pequeño chantaje o algo asi para mantener callado su secreto
cristiansex15
Lo tengo que pensar muy bien, no quiero que sepa que la veo sino capaz que pone cortinas y se me termina todo jaja pero soy bastante ingenioso, ya se me va a ocurrir algo. En los próximos días cuento!!!
Lujisex +1
Mmmmm...que interesante! Suerte que tengo cortinas y no me ven cuando lo hago👿
cristiansex15 +1
Deberías dejarlas abiertas! No solo que quizás hagas feliz a alguien sino que, no sabes que rico se siente imaginar que alguien puede estar viéndote! Adrenalina al 100% 😏 al menos abre un cuarto de cortina 😏
Lujisex +1
@cristiansex15 siempre lo imagino así...👿👿👿