Pasaron unas semanas en las que no nos pudimos ver hasta recibí un mensaje de mí tía “veni está tarde, te tengo una sorpresa, a vos y a tu tío”. No podía dejar de pensar en que podía ser y cuando llegue y entre a su casa vi en el cuarto una cama de masajes, no tío viendo televisión y mí tía recibiendome con un abrazo, un beso en la mejilla y cuando se dio vuelta le toque el culo, como hacíamos siempre que estaba mí tío presente.
— Brunito menos mal que pudiste venir, tu tío no me quiere ayudar
— no hay problema tía, que necesitas?
— hice un curso de masajes y necesito practicar, pero a ti tío no le gusta que le hagan. Vos me ayudas? Por favor
— bueno, si no hay problema y no molestamos al tío mientras ve el partido.
— eso, que grande Bruno siempre pensando en su tío, no hagan mucho ruido por favor
— ay Luis, todo te molesta. Bueno, podemos empezar acá los masajes descontracturantes y después los relajantes, para esos necesito música así que los hacemos en mí pieza. Bruno pasa al baño y quédate con la toalla así empezamos.
La cama estaba a espaldas de mí tío, era bastante riesgo empezar a hacer cosas ahí. Así que me agosto boca abajo y me empezó a hacer masajes en la espalda, los brazos, los pies y piernas. El cornudo miraba el partido y ni siquiera se volteaba a mirar, me puse de costado y levante la toalla. Apenas mí tía vip que tenía la pija media parada se puso aceite en las manos y me empezó a masturbar.
— Luisito, mí amor. Vos no querés masajes después?
— no gorda, no me gustan. Déjame ver el partido.
— pero hago buenos masajes, no Bruno?
— si tía, los mejores — las mejores pajas y los mejores petes, le encantaba provocarme y yo me calentaba muy fácil.
— Luis vamos a ir al cuarto, necesito poner música relajante y a vos no te gusta.
— si, si. Pero no hagan mucho ruido.
Me llevo al cuarto de ella y empezó a sacarse la ropa, se sacó la blusa que llevaba y se sentó encima mío, dejando las tetas al alcance de mi boca, le desprendi el corpiño u empecé a chuparle las tetas mientras se las masajeaba, me agarraba de la cabeza y me acariciaba, de vez en cuando le mordia los pezones y ella me tiraba del pelo. Después de un rato se levantó y me dio la espalda, empezó a bajar el pantalón lentamente y pide ver que estaba usando una tanga súper chiquita, era un hilo que mostraba toda esa cola hermosa y carnosa.
— vení, así como estás sentate encima mío.
— Me sacó la tanga o me la dejo?
— no, dejala. Te queda hermosa
Se sentó encima de mí pija que ya estaba al palo, movía la cola frotandome, con las manos le acariciaba las tetas, le mordia el cuello, la agarraba con fuerza. Hasta que escuchamos que mí tío llamó, seguramente había terminado el primer tiempo. Salí corriendo para el baño, mí tía se quedó vistiéndose, del baño escuché los pasos de mí tío hacia el cuarto donde recién estaba manoseandole el culo a su esposa y hablaron. No me animaba a salir, estaba en bolas.
— y Brunito mí amor? Ya terminaron los masajes?
— no gordito, pasó al baño. Ya volvemos al living y terminamos
— bueno pero no hayan a hacer ruido que me joden, voy a apurarlo que tengo que ir al baño antes de que termine el primer tiempo.
Golpeó y me pidió que me apurara, le contesté que ya estaba por salir. Abrí un poco la puerta para ver si no estaba y me lo encontré de frente, con el cagazo de que me agarran con mí tía se me había bajado la calentura, el abrió la puerta y pasó. Me vio que estaba desnudo
— así pasas al baño vos?
— no, lo que pasa es que salí rápido y no agarre la toalla, bah, la agarre pero se me cayó. — sentí los pasos de mí tía acercándose
— Bruno! Por dios, que haces desnudo? Como estás así, me va a dar un infarto
— uy tía, perdón. — la trolita no me sacaba los ojos de la pija, se mordía los labios mientras me miraba.
— trae la toalla para Bruno, dale anda. — después que se la alcanzo mí tía me dijo — y vos, tapate que le va a dar un infarto a tu tía.
Me tape con la toalla hasta que entró mí tío al baño, después en la misma puerta del baño mí tía se arrodilló y me empezó a chupar la pija, dos segundos y ya la tenía parada. Siguió haciéndome un pete hasta que escuchamos ruido de agua, ya estaba por salir del baño. Mí tía me agarró de las piernas y se tragó lq verga hasta el fondo, mientras con la lengua me masajeaba los huevos, hizo un par de movimientos más y después se paró, me mandó a la camilla y apenas salió mí tío se dieron un beso, cada vez que veía esto me calentaba más.
Empezó de nuevo el partido pero está vez, los masajes no iban a empezar. Apenas se sentó en el sillón para continuar viendo la tele, me senté en el borde de la camilla, mí tía se dio vuelta entregándome la cola y le metí la verga en la conchita, me dio unos aceites para que empezara a prepararle el culito. Me puse un poco de aceite en dos dedos y empecé a suavemente con esa cola, le metía un dedo, jugaba un poco mientras mí tía se mecía encima mío, ninguno hacía ningún ruido. Le metí otro dedo más en el culo con un poco más de aceite, mí tío no enterado de lo que estaba pasando a poca distancia de él, saque la pija de su concha y me puse un poco más de aceite en la cabeza y en el culito de mí tía, ella se recostó sobre la camilla y lentamente empecé a meterle la verga, no había mucho tiempo así que después de un par de minutos se movió, dio media vuelta y me dijo al oído “acabame adentro”. No era algo que hacíamos muy seguido, y cuando pasaba ella tomaba pastillas para evitar cualquier inconveniente, además le encantaba tomar la leche y después besar al cornudo, pero cuando me dijo eso al oído no lo dude. Me recosté sobre la camilla, ella se subió y empezó a cabalgar, de la forma más discreta y silenciosa acabamos al mismo tiempo, sentí como explotaba adentro de ella... Me recosté boca abajo y me quedé ahí mientras mí tía paso al baño y vestirse, el mejor masaje de mí vida.
Mí tía insistió en que me bañara así me sacaba el aceite de los masajes, cuando salí de la ducha, cambiado para volver a mí casa, mí tío me invitó a cenar, que me quedara y el iba a comprar para hacer un asado, festejando que ganó su equipo, se fue al supermercado así que teníamos 1 hora por lo menos para divertirnos un poco más. Después de escuchar que arrancara el auto, nos enredamos en el sillón, besos, manos, caricias, más besos, la ropa que empezaba a caerse y nuevamente la calentura, era pura pasión cada vez que estábamos juntos y siempre lo demostraba, además lo combinaba con una actitud buen de putita, súper caliente. Me llevo al cuarto, me tiró en la cama y me empezó a hacer una rusa, sentía sus tetas y en el medio mí poronga, estaba durísima y yo súper caliente, chupaba la pija como las mejores y hacia magia con su lengua. Después de hacerme acabar fue a buscar el consolador, se puso en cuatro y me dijo que le empezara a preparar la cola
— por ahora usamos un juguetito, pero quiero que traigas a algún amigo, vamos a hacer los cuernitos de tu tío más grandes.
— creo que ya se a quien puedo traer — imaginarla enfiestada con 2 pijas mientras mí tío no sabía nada de lo que pasaba me voló la cabeza, era una imagen divina y que no podía esperar a que se cumpliera.
Mientras mí tía me chupaba la pija, yo extendía el brazo y le metía el consolador en el orto, despacio porque siempre me costó mucho dilatarle el culito... El cornudo de mí tío nunca le hizo la cola, ya habíamos probado varias veces, estaba super apretado, y aunque le dolía un poco al principio, cuando ya estaba listo le encantaba. Los petes de mí tía eran los mejores, no me habían chupado nunca tan bien, mientras se comía toda la verga me acariciaba los huevos.
Era un espectáculo estar con ella, cogíamos tan bien que nos olvidamos de todo lo que pasaba alrededor. Era tanto que no escuchamos el ruido del auto que llegaba, ni siquiera de las llaves o de la puerta que se abría. Yo estaba gozando de la chupada de pija, mí tía del consolador en el orto y preparándose para recibir una poronga de verdad, ambos largando algún gemido de placer y en un nivel de excitación tremendo... Pero se abrió la puerta de la habitación.
El corazón se me detuvo, me quedé inmóvil, no podía hablar ni decir nada. Por alguna razón mí tío se había demorado menos de 15 minutos, no habíamos empezado a cojer y ya estaba de vuelta La primera en reaccionar fue mí tía que dijo:
— Luis, vos sabías que esto iba a pasar.
— yo sabía que esto pasaba, ya sospechaba que había algo raro y que siempre estaban juntos haciendo alguna cosa...
Seguía hablando y diciendo cosas, se me ni lo todo y deje de escucharlo, no paraba de pensar en que iba a pasar, volví a la situación y seguía hablando, mientras el hablaba no tía seguía agarrada de mí pija, el consolador seguía en su culo y mí tío hablaba.
—... Están locos? Sos mí sobrino y me haces esto?
— Luis, no podes decir nada, si hablas quedas como un cornudo y encima te peleas con tu hermana. Pensa antes de hacer algo.
Hubo silencio unos minutos, sin embargo mí tía seguía tocándome y mí tío pensaba en silencio, hasta que me habló.
— Bruno, vestite y anda a tu casa, nosotros vamos a hablar después. — agarre mí ropa y salí, me cambie en el pasillo y me fui. «Se acabó todo, ahora de viene el infierno». Fue una hora después cuando recibí un mensaje de mí tía
“Brunito, mí amor. Cómo estás? Ya hablé con tu tío y está todo bien, encontramos la forma de arreglar esto pero no es nada bueno. Ya mañana seguro vamos a tu casa a hablar y te vas a enterar. Quédate tranquilo que nuestros encuentros van a seguir, no tanto como antes pero es la única forma de hacerlos. Besitos, nos vemos mañana”
Por la mañana me despertó mí mamá, para decirme que venían mis tíos a desayunar y tenían noticias. Llegaron y nos saludamos como si nada, sin embargo mí tío no me miraba, estaba en silencio y solo respondía cuando mí mamá le preguntaba algo. Nos avisaron que lo iban a trasladar de trabajo y que se mudaban a otra provincia, la noticia era tremenda, como íbamos a seguir con nuestros encuentros si se iban... No hubo tiempo de nada, pasaron 3 días en que no recibí mensaje ni llamada, y me enteré que al otro día en la mañana salían de viaje.
— Brunito menos mal que pudiste venir, tu tío no me quiere ayudar
— no hay problema tía, que necesitas?
— hice un curso de masajes y necesito practicar, pero a ti tío no le gusta que le hagan. Vos me ayudas? Por favor
— bueno, si no hay problema y no molestamos al tío mientras ve el partido.
— eso, que grande Bruno siempre pensando en su tío, no hagan mucho ruido por favor
— ay Luis, todo te molesta. Bueno, podemos empezar acá los masajes descontracturantes y después los relajantes, para esos necesito música así que los hacemos en mí pieza. Bruno pasa al baño y quédate con la toalla así empezamos.
La cama estaba a espaldas de mí tío, era bastante riesgo empezar a hacer cosas ahí. Así que me agosto boca abajo y me empezó a hacer masajes en la espalda, los brazos, los pies y piernas. El cornudo miraba el partido y ni siquiera se volteaba a mirar, me puse de costado y levante la toalla. Apenas mí tía vip que tenía la pija media parada se puso aceite en las manos y me empezó a masturbar.
— Luisito, mí amor. Vos no querés masajes después?
— no gorda, no me gustan. Déjame ver el partido.
— pero hago buenos masajes, no Bruno?
— si tía, los mejores — las mejores pajas y los mejores petes, le encantaba provocarme y yo me calentaba muy fácil.
— Luis vamos a ir al cuarto, necesito poner música relajante y a vos no te gusta.
— si, si. Pero no hagan mucho ruido.
Me llevo al cuarto de ella y empezó a sacarse la ropa, se sacó la blusa que llevaba y se sentó encima mío, dejando las tetas al alcance de mi boca, le desprendi el corpiño u empecé a chuparle las tetas mientras se las masajeaba, me agarraba de la cabeza y me acariciaba, de vez en cuando le mordia los pezones y ella me tiraba del pelo. Después de un rato se levantó y me dio la espalda, empezó a bajar el pantalón lentamente y pide ver que estaba usando una tanga súper chiquita, era un hilo que mostraba toda esa cola hermosa y carnosa.
— vení, así como estás sentate encima mío.
— Me sacó la tanga o me la dejo?
— no, dejala. Te queda hermosa
Se sentó encima de mí pija que ya estaba al palo, movía la cola frotandome, con las manos le acariciaba las tetas, le mordia el cuello, la agarraba con fuerza. Hasta que escuchamos que mí tío llamó, seguramente había terminado el primer tiempo. Salí corriendo para el baño, mí tía se quedó vistiéndose, del baño escuché los pasos de mí tío hacia el cuarto donde recién estaba manoseandole el culo a su esposa y hablaron. No me animaba a salir, estaba en bolas.
— y Brunito mí amor? Ya terminaron los masajes?
— no gordito, pasó al baño. Ya volvemos al living y terminamos
— bueno pero no hayan a hacer ruido que me joden, voy a apurarlo que tengo que ir al baño antes de que termine el primer tiempo.
Golpeó y me pidió que me apurara, le contesté que ya estaba por salir. Abrí un poco la puerta para ver si no estaba y me lo encontré de frente, con el cagazo de que me agarran con mí tía se me había bajado la calentura, el abrió la puerta y pasó. Me vio que estaba desnudo
— así pasas al baño vos?
— no, lo que pasa es que salí rápido y no agarre la toalla, bah, la agarre pero se me cayó. — sentí los pasos de mí tía acercándose
— Bruno! Por dios, que haces desnudo? Como estás así, me va a dar un infarto
— uy tía, perdón. — la trolita no me sacaba los ojos de la pija, se mordía los labios mientras me miraba.
— trae la toalla para Bruno, dale anda. — después que se la alcanzo mí tía me dijo — y vos, tapate que le va a dar un infarto a tu tía.
Me tape con la toalla hasta que entró mí tío al baño, después en la misma puerta del baño mí tía se arrodilló y me empezó a chupar la pija, dos segundos y ya la tenía parada. Siguió haciéndome un pete hasta que escuchamos ruido de agua, ya estaba por salir del baño. Mí tía me agarró de las piernas y se tragó lq verga hasta el fondo, mientras con la lengua me masajeaba los huevos, hizo un par de movimientos más y después se paró, me mandó a la camilla y apenas salió mí tío se dieron un beso, cada vez que veía esto me calentaba más.
Empezó de nuevo el partido pero está vez, los masajes no iban a empezar. Apenas se sentó en el sillón para continuar viendo la tele, me senté en el borde de la camilla, mí tía se dio vuelta entregándome la cola y le metí la verga en la conchita, me dio unos aceites para que empezara a prepararle el culito. Me puse un poco de aceite en dos dedos y empecé a suavemente con esa cola, le metía un dedo, jugaba un poco mientras mí tía se mecía encima mío, ninguno hacía ningún ruido. Le metí otro dedo más en el culo con un poco más de aceite, mí tío no enterado de lo que estaba pasando a poca distancia de él, saque la pija de su concha y me puse un poco más de aceite en la cabeza y en el culito de mí tía, ella se recostó sobre la camilla y lentamente empecé a meterle la verga, no había mucho tiempo así que después de un par de minutos se movió, dio media vuelta y me dijo al oído “acabame adentro”. No era algo que hacíamos muy seguido, y cuando pasaba ella tomaba pastillas para evitar cualquier inconveniente, además le encantaba tomar la leche y después besar al cornudo, pero cuando me dijo eso al oído no lo dude. Me recosté sobre la camilla, ella se subió y empezó a cabalgar, de la forma más discreta y silenciosa acabamos al mismo tiempo, sentí como explotaba adentro de ella... Me recosté boca abajo y me quedé ahí mientras mí tía paso al baño y vestirse, el mejor masaje de mí vida.
Mí tía insistió en que me bañara así me sacaba el aceite de los masajes, cuando salí de la ducha, cambiado para volver a mí casa, mí tío me invitó a cenar, que me quedara y el iba a comprar para hacer un asado, festejando que ganó su equipo, se fue al supermercado así que teníamos 1 hora por lo menos para divertirnos un poco más. Después de escuchar que arrancara el auto, nos enredamos en el sillón, besos, manos, caricias, más besos, la ropa que empezaba a caerse y nuevamente la calentura, era pura pasión cada vez que estábamos juntos y siempre lo demostraba, además lo combinaba con una actitud buen de putita, súper caliente. Me llevo al cuarto, me tiró en la cama y me empezó a hacer una rusa, sentía sus tetas y en el medio mí poronga, estaba durísima y yo súper caliente, chupaba la pija como las mejores y hacia magia con su lengua. Después de hacerme acabar fue a buscar el consolador, se puso en cuatro y me dijo que le empezara a preparar la cola
— por ahora usamos un juguetito, pero quiero que traigas a algún amigo, vamos a hacer los cuernitos de tu tío más grandes.
— creo que ya se a quien puedo traer — imaginarla enfiestada con 2 pijas mientras mí tío no sabía nada de lo que pasaba me voló la cabeza, era una imagen divina y que no podía esperar a que se cumpliera.
Mientras mí tía me chupaba la pija, yo extendía el brazo y le metía el consolador en el orto, despacio porque siempre me costó mucho dilatarle el culito... El cornudo de mí tío nunca le hizo la cola, ya habíamos probado varias veces, estaba super apretado, y aunque le dolía un poco al principio, cuando ya estaba listo le encantaba. Los petes de mí tía eran los mejores, no me habían chupado nunca tan bien, mientras se comía toda la verga me acariciaba los huevos.
Era un espectáculo estar con ella, cogíamos tan bien que nos olvidamos de todo lo que pasaba alrededor. Era tanto que no escuchamos el ruido del auto que llegaba, ni siquiera de las llaves o de la puerta que se abría. Yo estaba gozando de la chupada de pija, mí tía del consolador en el orto y preparándose para recibir una poronga de verdad, ambos largando algún gemido de placer y en un nivel de excitación tremendo... Pero se abrió la puerta de la habitación.
El corazón se me detuvo, me quedé inmóvil, no podía hablar ni decir nada. Por alguna razón mí tío se había demorado menos de 15 minutos, no habíamos empezado a cojer y ya estaba de vuelta La primera en reaccionar fue mí tía que dijo:
— Luis, vos sabías que esto iba a pasar.
— yo sabía que esto pasaba, ya sospechaba que había algo raro y que siempre estaban juntos haciendo alguna cosa...
Seguía hablando y diciendo cosas, se me ni lo todo y deje de escucharlo, no paraba de pensar en que iba a pasar, volví a la situación y seguía hablando, mientras el hablaba no tía seguía agarrada de mí pija, el consolador seguía en su culo y mí tío hablaba.
—... Están locos? Sos mí sobrino y me haces esto?
— Luis, no podes decir nada, si hablas quedas como un cornudo y encima te peleas con tu hermana. Pensa antes de hacer algo.
Hubo silencio unos minutos, sin embargo mí tía seguía tocándome y mí tío pensaba en silencio, hasta que me habló.
— Bruno, vestite y anda a tu casa, nosotros vamos a hablar después. — agarre mí ropa y salí, me cambie en el pasillo y me fui. «Se acabó todo, ahora de viene el infierno». Fue una hora después cuando recibí un mensaje de mí tía
“Brunito, mí amor. Cómo estás? Ya hablé con tu tío y está todo bien, encontramos la forma de arreglar esto pero no es nada bueno. Ya mañana seguro vamos a tu casa a hablar y te vas a enterar. Quédate tranquilo que nuestros encuentros van a seguir, no tanto como antes pero es la única forma de hacerlos. Besitos, nos vemos mañana”
Por la mañana me despertó mí mamá, para decirme que venían mis tíos a desayunar y tenían noticias. Llegaron y nos saludamos como si nada, sin embargo mí tío no me miraba, estaba en silencio y solo respondía cuando mí mamá le preguntaba algo. Nos avisaron que lo iban a trasladar de trabajo y que se mudaban a otra provincia, la noticia era tremenda, como íbamos a seguir con nuestros encuentros si se iban... No hubo tiempo de nada, pasaron 3 días en que no recibí mensaje ni llamada, y me enteré que al otro día en la mañana salían de viaje.
3 comentarios - Tía Victoria 6 - Sesión de Masajes