salimos de la oficina y nos dirigimos a un hotel, se dirige a la recámara, yo espero para preguntarle si necesita algo más, pero estoy muy nerviosa, y excitada, así que cuando él sale sin el saco y la corbata, mostrando gran parte de su pecho, siento la garganta seca...
Él se acerca y me toca la mejilla, y respirando entrecortadamente se acerca y me besa, en ese instante sé que es mi perdición, y no me importa, me susurra al oído, mientras me quita el saco que como lo único que desea es a mí y mi jefe me ordenó proporcionarle todo lo que desee, debo ser muy obediente, eso me hace estremecer, y me dejo llevar, así que me quita el saco, luego la blusa y por último el sostén de encaje negro que llevo, y se apodera con ambas manos de mis pechos y los masajea y excita hasta sentirlos totalmente duros, entonces baja sus manos a mi falda y, cuando pienso que me la quitará, sólo la sube hasta mi cintura y me agarra las nalgas y me las masajea, metiendo las manos bajo la tanga para acariciarlas directamente, y me aprieta contra su cuerpo, y empieza a caminar hasta ponerme contra una pared...
Entonces empieza a besarme aún más, mi cuello, mis pechos, las manos en mis nalgas, me tiene en su entero poder, y me fascina, sigue mordiéndome los pezones y sus manos buscan el modo de quitarme la tanga
lo siento un poco impaciente, tanto que acaba bajándola sólo hasta donde se puede y mete la mano entre mis piernas, para empezar a masajear, pasarla por sobre mi conchita una y otra vez sintiendo cómo empiezo a mojarme...
Entonces baja su boca y la pone cerca de mi conchita, pero mi tanga le impide acercarse más así que en un arranque de desesperación la rompe y me la quita, eso me molesta un poco y cuando pretendía decírselo, me levanta la pierna y mete su boca entre las dos y empieza a lamerme, simplemente me olvido de mi enojo por haberme roto la tanga, y siento como me abre la rajita y mete la lengua hasta donde le da, lo que me pone a mil, y empiezo a gemir como loca, qué maravilla sentirle...
Después de un rato, cuando se cansa de darme placer, se pone de pie y me hace ponerme de rodillas y me hace abrirle el pantalón y sacarle el pene, que está como un tronco, y me dice que ahora debo yo darle placer a él, y sin más comienzo, de manera experta a lamérselo todo, es grueso, deliciosamente suave... y lo lleno totalmente de saliva hasta que, mojado como deseo, empiezo a metérmelo a la boca, hasta la garganta y luego suave, muy suave empiezo a moverme, él toma mi cabeza en sus manos y empieza a movérmela a su gusto, más rápido cada vez, y me pide que le agarre las bolas y las masajee, lo que hago sin dudar...
Y lo escucho gemir incontrolable, tanto que me empuja y me deja sentada en el piso, empieza a respirar pesadamente, lo que indica que estuvo a punto de correrse en mi boca, así que empieza suave a tranquilizarse, y me hace ponerme de pie y cuando estoy frente a él me pone de espaldas contra la pared y se pega a mí, y me levanta una pierna y me obliga a abrirla pegada a la pared y se acomoda y de una poderosa embestida me clava su tronco dentro de mi rajita hasta el fondo, tanto que poco falta para meterme también las bolas, y empieza salvaje y muy rápido a embestirme, lo que en pocos segundos hace que me corra estrepitosamente...
Así que una vez conseguido que me corra, me voltea y me carga con ambas piernas colgando de sus brazos, me aprisiona a la pared y me vuelve a penetrar y empieza a moverse una y otra vez contra mí y me levanta y me baja sobre él una y otra vez sin parar, lo que me tiene más que hirviendo, son como masilla en sus manos, y se mueve deliciosamente, una y otra vez sin parar, y yo simplemente soy un grifo abierto, estoy tan mojada que escurro, maravillosamente delicioso todo lo que me hace sentir, yo contengo mis gritos pero él lo nota y me pide que grite lo que quiera, que diga lo que quiera, que le excita oírme, que desea oírme y para reafirmarlo me da con más fuerza, por lo que acabo gritando y gimiendo con cada movimiento, hasta que me vuelvo a correr...
Entonces me dice que por lo menos me faltan tres orgasmos más y que todos serán en posiciones distintas, y en ese momento me lleva al sofá y me sienta en la orilla del brazo del sillón y me tumba hacia abajo, quedando mis caderas sobre el brazo y expuestas a él, entonces me abre las piernas al máximo, y haciendo esto coloca su tronco dentro de mí y empieza a embestirme una y otra vez, es sorprendente el ritmo que sostiene y el placer que puede darme en cada arremetida, no para de meter y sacar su duro tronco hasta el fondo de mi vagina, que sigue empapada, y luego de unas arremetidas sube mis piernas hasta ponerlas juntas y estiradas a todo lo alto por lo que está más estrecho mi conducto lo que nos da más placer, y sigue así más y más rápido hasta que siento como acabo una vez más...
Él sonríe y me dice que solo faltan dos, yo estoy toda sudorosa y temblorosa por tanto placer, pero sé que él no parara hasta que logre arrancarme dos orgasmos más y acabar él, así que me pregunto qué más me hará, y me pone de pie, me hace inclinarme y me recargue en el sillón, pero de lado, me levanta una pierna muy en lo alto, para abrirme la vagina de nuevo y una vez más se clava dentro de mí y arremete salvajemente, yo estoy más sensible y sin parar me da con todo una y otra vez sin parar, y yo grito de tanto placer y gozo, es delicioso y maravilloso, y no para, lo escucho gemir y decirme, "así nena, no pares princesa, así bebe, así bebé, así mi amor dame otro, regálame otro bebé, así, así bebé, no te contengas, acaba, acaba, acaba asiiii, así preciosa, asiii", justo cuando me escucha correrme una vez más, siente cómo me convulsiono y lo goza...
Entonces me dice que falta uno y que entonces se dejara ir, la verdad es que ya no imagino cómo me pondrá, por lo que me dejo llevar, y me coloca sobre la mesa de la cocina, y me levanta las piernas hasta sus hombros, me dice que será en dos partes, así empieza a bombearme una y otra vez sin parar, haciéndome gozar salvajemente, y es que estoy tan sensible que con pocas arremetidas me corro, él se ríe y me dice que entonces deberé de darle un último orgasmo, en el que acabaremos juntos...
Me pone con las piernas en el suelo, en la mesa, para penetrarme desde atrás, penetra mi rajita dos o tres veces y luego abre mis nalgas hasta donde más no dan y me acerca su tronco a mi culito y muy suave comienza a meterlo, me duele y se lo digo y él me da más, sin parar, pero muy suave hasta que entra la cabeza, luego empieza a meter todo el tronco hasta llegar a chocar las bolas contra mis nalgas y empieza a moverse suave, él sabe que me duele porque me escucha, pero me dice que empezaré a gozarlo en pocas arremetidas, y es verdad, cuando empiezo a pedirle más, se deja ir y empieza a moverse más rápido, agarrándome el pelo y jalándome, lo que me excita más, y con otra mano se apodera de mis pechos y los pellizca alternadamente uno y otro, sin parar de meterme ese tronco en el culito, una y otra vez, más y más y más., y le digo que me voy a correr otra vez, y me dice que él también, así que me da más rápido y me corro maravillosamente, cuando estoy acabando ese delicioso orgasmo, le siento dispararse dentro de mi culito, y caer sobre mí, agotado...
Pocos segundos después, se retira de mí y me lleva al sillón y nos tumbamos ahí, abrazados y exhaustos...
Él se acerca y me toca la mejilla, y respirando entrecortadamente se acerca y me besa, en ese instante sé que es mi perdición, y no me importa, me susurra al oído, mientras me quita el saco que como lo único que desea es a mí y mi jefe me ordenó proporcionarle todo lo que desee, debo ser muy obediente, eso me hace estremecer, y me dejo llevar, así que me quita el saco, luego la blusa y por último el sostén de encaje negro que llevo, y se apodera con ambas manos de mis pechos y los masajea y excita hasta sentirlos totalmente duros, entonces baja sus manos a mi falda y, cuando pienso que me la quitará, sólo la sube hasta mi cintura y me agarra las nalgas y me las masajea, metiendo las manos bajo la tanga para acariciarlas directamente, y me aprieta contra su cuerpo, y empieza a caminar hasta ponerme contra una pared...
Entonces empieza a besarme aún más, mi cuello, mis pechos, las manos en mis nalgas, me tiene en su entero poder, y me fascina, sigue mordiéndome los pezones y sus manos buscan el modo de quitarme la tanga
lo siento un poco impaciente, tanto que acaba bajándola sólo hasta donde se puede y mete la mano entre mis piernas, para empezar a masajear, pasarla por sobre mi conchita una y otra vez sintiendo cómo empiezo a mojarme...
Entonces baja su boca y la pone cerca de mi conchita, pero mi tanga le impide acercarse más así que en un arranque de desesperación la rompe y me la quita, eso me molesta un poco y cuando pretendía decírselo, me levanta la pierna y mete su boca entre las dos y empieza a lamerme, simplemente me olvido de mi enojo por haberme roto la tanga, y siento como me abre la rajita y mete la lengua hasta donde le da, lo que me pone a mil, y empiezo a gemir como loca, qué maravilla sentirle...
Después de un rato, cuando se cansa de darme placer, se pone de pie y me hace ponerme de rodillas y me hace abrirle el pantalón y sacarle el pene, que está como un tronco, y me dice que ahora debo yo darle placer a él, y sin más comienzo, de manera experta a lamérselo todo, es grueso, deliciosamente suave... y lo lleno totalmente de saliva hasta que, mojado como deseo, empiezo a metérmelo a la boca, hasta la garganta y luego suave, muy suave empiezo a moverme, él toma mi cabeza en sus manos y empieza a movérmela a su gusto, más rápido cada vez, y me pide que le agarre las bolas y las masajee, lo que hago sin dudar...
Y lo escucho gemir incontrolable, tanto que me empuja y me deja sentada en el piso, empieza a respirar pesadamente, lo que indica que estuvo a punto de correrse en mi boca, así que empieza suave a tranquilizarse, y me hace ponerme de pie y cuando estoy frente a él me pone de espaldas contra la pared y se pega a mí, y me levanta una pierna y me obliga a abrirla pegada a la pared y se acomoda y de una poderosa embestida me clava su tronco dentro de mi rajita hasta el fondo, tanto que poco falta para meterme también las bolas, y empieza salvaje y muy rápido a embestirme, lo que en pocos segundos hace que me corra estrepitosamente...
Así que una vez conseguido que me corra, me voltea y me carga con ambas piernas colgando de sus brazos, me aprisiona a la pared y me vuelve a penetrar y empieza a moverse una y otra vez contra mí y me levanta y me baja sobre él una y otra vez sin parar, lo que me tiene más que hirviendo, son como masilla en sus manos, y se mueve deliciosamente, una y otra vez sin parar, y yo simplemente soy un grifo abierto, estoy tan mojada que escurro, maravillosamente delicioso todo lo que me hace sentir, yo contengo mis gritos pero él lo nota y me pide que grite lo que quiera, que diga lo que quiera, que le excita oírme, que desea oírme y para reafirmarlo me da con más fuerza, por lo que acabo gritando y gimiendo con cada movimiento, hasta que me vuelvo a correr...
Entonces me dice que por lo menos me faltan tres orgasmos más y que todos serán en posiciones distintas, y en ese momento me lleva al sofá y me sienta en la orilla del brazo del sillón y me tumba hacia abajo, quedando mis caderas sobre el brazo y expuestas a él, entonces me abre las piernas al máximo, y haciendo esto coloca su tronco dentro de mí y empieza a embestirme una y otra vez, es sorprendente el ritmo que sostiene y el placer que puede darme en cada arremetida, no para de meter y sacar su duro tronco hasta el fondo de mi vagina, que sigue empapada, y luego de unas arremetidas sube mis piernas hasta ponerlas juntas y estiradas a todo lo alto por lo que está más estrecho mi conducto lo que nos da más placer, y sigue así más y más rápido hasta que siento como acabo una vez más...
Él sonríe y me dice que solo faltan dos, yo estoy toda sudorosa y temblorosa por tanto placer, pero sé que él no parara hasta que logre arrancarme dos orgasmos más y acabar él, así que me pregunto qué más me hará, y me pone de pie, me hace inclinarme y me recargue en el sillón, pero de lado, me levanta una pierna muy en lo alto, para abrirme la vagina de nuevo y una vez más se clava dentro de mí y arremete salvajemente, yo estoy más sensible y sin parar me da con todo una y otra vez sin parar, y yo grito de tanto placer y gozo, es delicioso y maravilloso, y no para, lo escucho gemir y decirme, "así nena, no pares princesa, así bebe, así bebé, así mi amor dame otro, regálame otro bebé, así, así bebé, no te contengas, acaba, acaba, acaba asiiii, así preciosa, asiii", justo cuando me escucha correrme una vez más, siente cómo me convulsiono y lo goza...
Entonces me dice que falta uno y que entonces se dejara ir, la verdad es que ya no imagino cómo me pondrá, por lo que me dejo llevar, y me coloca sobre la mesa de la cocina, y me levanta las piernas hasta sus hombros, me dice que será en dos partes, así empieza a bombearme una y otra vez sin parar, haciéndome gozar salvajemente, y es que estoy tan sensible que con pocas arremetidas me corro, él se ríe y me dice que entonces deberé de darle un último orgasmo, en el que acabaremos juntos...
Me pone con las piernas en el suelo, en la mesa, para penetrarme desde atrás, penetra mi rajita dos o tres veces y luego abre mis nalgas hasta donde más no dan y me acerca su tronco a mi culito y muy suave comienza a meterlo, me duele y se lo digo y él me da más, sin parar, pero muy suave hasta que entra la cabeza, luego empieza a meter todo el tronco hasta llegar a chocar las bolas contra mis nalgas y empieza a moverse suave, él sabe que me duele porque me escucha, pero me dice que empezaré a gozarlo en pocas arremetidas, y es verdad, cuando empiezo a pedirle más, se deja ir y empieza a moverse más rápido, agarrándome el pelo y jalándome, lo que me excita más, y con otra mano se apodera de mis pechos y los pellizca alternadamente uno y otro, sin parar de meterme ese tronco en el culito, una y otra vez, más y más y más., y le digo que me voy a correr otra vez, y me dice que él también, así que me da más rápido y me corro maravillosamente, cuando estoy acabando ese delicioso orgasmo, le siento dispararse dentro de mi culito, y caer sobre mí, agotado...
Pocos segundos después, se retira de mí y me lleva al sillón y nos tumbamos ahí, abrazados y exhaustos...
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