Otro relato de algun lado
Me presento, me llamo David, soy de Barcelona y tengo 30 años. Desde hace 7 meses (tampoco es ninguna locura, lo sé), estoy saliendo con una chica, Carla, de 30 también. Lo cierto es que estoy muy enamorado de ella, pero a veces la carne es débil… y esto es lo que me pasó este fin de semana. Perdonad si lo escribo mal, es mi primer relato, pero me encanta entrar en esta web y leer las experiencias de otras personas. Y finalmente me he animado.
Este sábado, como mucho otros, salimos de fiesta por la zona de Poblenou… bebida barata, abundancia de rock y heavy (nuestra música favorita)… en fin, como cada finde íbamos los colegas, Carla, y yo. Pero este sábado animó a venir a Laura, su prima, de 26 años, a quien no conocía, con unas amigas.
Quedamos en un bar para tomar algo antes de irnos de fiesta, y llegó Laura, una chica de aprox 1,65m, delgada, con unos pechos no muy grandes pero muy buen culo. Venía vestida con unos tejanos ajustados, una camiseta ajustada también, toda de negro, cazadora y botas. Morena, de pelo liso y unos ojazos marrones que desde un principio me encandilaron. La verdad es que estaba muy bien.
Tras las presentaciones a mi y a mis amigos empezó la noche. Bebiendo cervezas y cubatas casi sin parar y la verdad es que lo pasábamos muy bien. Yo no estaba por Laura, en absoluto. Íbamos hablando de vez en cuando, ya que estaba sentada justo a mi lado, riendo y la chica me caía genial, pero yo tenía toda mi atención puesta en Carla, mi chica, a la que besaba a la mínima que podía. Además, ¡esperaba que alguno de mis amigos triunfara con ella!.
La noche iba avanzando y a las 3 de la mañana debíamos llevar ya unas 5-6 copas en el cuerpo, por lo que llevábamos todos un buen puntillo. Cada vez hablaba yo más con Laura, y empezaban las bromas con algún contacto físico, a lo que ni Carla ni yo dimos ninguna importancia.
Llegadas las 3 de la mañana el bar cerraba por lo que decidimos irnos de fiesta a una discoteca heavy cercana. Yo encantado, más aún con el puntazo que llevaba encima. ¡Ni de coña me iba a casa!. La sorpresa vino cuando Carla me dijo que dado que tenía que levantarse temprano al día siguiente por una comida familiar se iba a casa. Intenté convencerla de que se quedara, pero fue imposible. E intenté convencerla de que me iba con ella, pero ella alegó (con toda la razón) que era una tontería que yo me fuera, cuando no tenía compromisos y me lo estaba pasando en grande. Accedí a quedarme, por supuesto. Y lo curioso fue que Laura dijo que también se quedaba, aun acabando de conocerme a mi y mis amigos esa misma noche y siendo ella la única chica.
Delante de todos me despedí de Carla con un largo y profundo beso, mientras dejaba que mis manos recorrieran su cuerpo entero (lo cual no dejaba de ser una tortura para mi, ya que esa noche me iba –a priori- a quedar con todas las ganas). Al final el beso se cortó por las típicas bromas de los amigos y de Laura diciendo que si por qué no nos íbamos a un hotel, y las típicas chorradas. Finalmente nos separamos, muy a mi pesar, y Carla se fue.
De camino a la disco Laura se puso a mi lado y empezamos a hablar y a conocernos un poco mejor. La verdad es que la chica me caía genial, y al estar los dos contentillos por el alcohol, no hacíamos más que reírnos y soltar chorradas. ¡Lo estaba pasando genial!...y cuando me quise dar cuenta estábamos cogidos de la cintura. En plan amigos, sí, pero cogidos, y unos metros por detrás del resto del grupo.
Al llegar a la disco y pagar la entrada fuimos dierectos a la barra a pedir. Cerveza para ambos (ya llevábamos unos cuantos cubatas, y había que rebajar un poco como fuera). Mis amigos estaban en otra zona de la disco, a la vista, pero a su rollo, y Laura y yo nos quedamos en la barra hablando como podíamos con el volumen de la música.
Era una conversación trivial, que no viene a cuento, de que si a que nos dedicábamos, que si que tal yo con Carla, que si ella estaba soltera, que si la música molaba… lo típico. Pero por culpa del volumen teníamos que hablar muy pegados, con la boca casi rozando la oreja del otro, y de manera involuntaria, cogiéndonos de la cintura o rozándonos.
De la primera cerveza pasamos a una segunda y el nivel de puntillo iba en aumento, bailando mientras hablábamos (no, aquellos que les gusta el heavy saben que no se suele bailar pegado, pero bueno, cada vez más cerca el uno del otro). Poco a poco Laura me fue llevando a la conversación que más le interesaba, mi relación con Carla, y lo bien que nos iba, y de ahí a cómo era ella en el sexo (típico de mujeres…). Y de ahí la conversación derivó totalmente en el sexo, diciéndome ella que llevaba un mes sin mojar. Le hice las típicas coñas de cómo podía ser y todo eso…y no le di más importancia.
De pronto me propuso tomar un chupito de tquila y yo, por supuesto, acepté. Lo pidió y cuando íba ya a brindar con ella me paró, diciendo que quería que lo tomáramos a su estilo. ¿Cuál es ese?, pregunté yo. Y ella ni corta ni perezosa se puso un poco de sal en la mano y me la restregó por el cuello, dejando allí la sal. Luego me dio la rodaja de limón y me dijo “póntela en la boca y yo la cogeré de ella”. Yo flipaba, pero no era más que un juego, así que accedí. Una vez en mi boca ella acercó su boca a mi cuello para coger la sal, y esa tía no cogió la sal. Se dedicó a darme una comida de cuello, restregando su lengua por mi piel, que me dejó flipado (es uno de mis puntos más débiles, mi cuello). Tras unos segundos así se separó y sin separar sus ojos de los míos se tragó el tequila. Sin dejar de mirarme se acercó a mis labios, y arrancó el limón de la piel, no sin, inevitablemente, rozar sus labios con los míos. Yo estaba a mil, y alucinando, y ella segurísimo que lo notó.
“Te toca”, me dijo, y ella misma se puso una gran cantidad de sal en el cuello, y se introdujo la rodaja de limón, con la piel hacia dentro, en su boca. Me acerqué a ella tímidamente y posé mis labios sobre su cuello, recogiendo la sal con mi lengua. Mientras lo hacía ella me rodeó la cintura con los brazos, y movía su cabeza para facilitar mi tarea, al tiempo que me pareció escuchar un suspiro. Yo estaba a mil, y por dios que no dejé ni un grano de sal. Me separé, tomé mi tequila, que me quemó la garganta, y con una sonrisa me acerqué a sus labios para coger el limón, cachondo, pero divertiso, y sin esperar que pasara nada. Intenté morder el limón de modo que mis labios no tocaran los suyos, pero cual fue mi sorpresa cuando, al atrapar el limón con mis dientes, ella abrió su boca y dejó caer dentro de ésta el limón. Yo me separé, sorprendido. Y ella, con una pícara sonrisa me dijo “¿No quieres el limón?”…y sin darme tiempo a contestar se acercó a mi y me besó.
He de decir que no opuse ninguna resistencia, y que bada más sentir el contacto de sus labios abrí mi boca, dejando que su lengua entrara en la mía, mientras yo con la mía buscaba el limón, su lengua, y lo que hiciera falta. Ella me rodeaba el cuello con una mano, y la otra estaba en mi cintura, mientras yo la abrazaba por la cintura. Al cabo de más o menos un minuto me separé, y la vi en frente mío, sonriendo, pegada a mi, sin dejar de mirarme a los ojos.
- Laura, esto no está bien. Yo estoy con Carla, y eres su prima.
- -Si, pero ella no está aquí.
- Ya, pero no puedo hacerle esto. Yo soy feliz con ella.
- Y lo seguirás siendo. No tiene por qué enterarse de esto. Ni tú ni yo se lo diremos. Y te he visto besarla antes y quería que me besaras así.
- Bueno… pues ya está. Ya te he besado –respondí tímidamente, con muy poca convicción.
- No lo tengo muy claro –respondió con una sonrisa picarona.
- Si me has besado tú o te he besado yo.
- Creo que ha sido a medias.
- Pues yo creo que necesito que me beses de nuevo para que me quede claro que me has besado tú.
Yo alucinaba. ¿Qué estaba pasando?. No quería poner los cuernos a Carla, pero por otro lado, por su forma de ser, y por el alcohol, estaba cachondo perdido. Pero no, me repetía una y otra vez, no podía seguir con aquello. ¿Por qué no me fui?, porque estaba a mil, cachondísimo, y la idea de la infidelidad, a la vez que asco, me estaba dando un morbo tambien cada vez mayor.
- Laura, en serio… -titubeé.
- ¿es que no te gusto?
- Sí, claro que me gustas, pero estoy con tu prima.
- Y yo insisto en que ella no está aquí hoy. Y además…. Creo que tienes tantas ganas como yo de esto.
Y en ese momento colocó su mano sobre mi bragueta, que ocultaba una trempera increíble, imposible de ocultar, y empezó a mover su mano. Yo ya no podía más, y la mano que rodeaba su espalda empezó a bajar hasta llegar a su culo. Ella sonrió…”victoria” supongo que pensó.
- Bésame.
Y me lancé sobre ella, dándole un beso profundo, muy largo, lujurioso, buscando cada rincón de su boca, mientras mis dos manos se posaban en su culo, amasándolo, acariándolo sobre la ropa, y metiéndose entre sus piernas acariciando su coño.
Ella estaba pegada a mi, y se movía masajeando su pubis contra mi más que cachonda polla.
Me comía indistintamente el cuello y la boca, mientras sus manos se metían bajo mi camiseta y entraban por mis pantalones en el culo. Yo no me quedé corto y metí mis manos lo poco que pude en sus pantalones, queriendo buscar el tacto y el calor de su piel. Estaba a mil y ya no había vuelta atrás.
Estuvimos enrollándonos como 10 minutos, y de vez en cuando yo iba mirando a mi alrededor a ver si veía a mis colegas. Por suerte, en algún sitio estarían que no se les veía, y tenía la esperanza de que no me estuvieran viendo ellos a mi.
En esto que de pronto Laura se separó de mi, y suspirando me dijo.
- No aguanto más….
- ¿Qué? –fue todo lo que acerté a decir.
- Ven.
Y me cogió de la mano arrastrándome con ella. Cuando me quise dar cuenta me estaba llevando a la puerta del lavabo de chicas. Y una vez allí me avalanzó contra la pared, junto a la puerta, volvió a besarme, cada vez más rápido, más fuerte, más profundo. Dios mío como besaba esa chica. Y cuando vió que una chica salía del lavabo, rápidamente me cogió y me “lanzó” dentro de éste. Cerró la puerta con pestillo y volvió a avalanzarse sobre mi boca.
- ¡Fóllame! – fue todo lo que me dijo antes de volver a comerme el cuello.
Sus manos empezaron a desabrochar mi bragueta mientras seguía dándole a mi cuello, y mis manos empezaron a masajaer sus tetas, no muy grandes como he dicho, pero si muy duras y con unos pezones que se adivinaban increíbles.
Al final me desabrochó por completó y bajó mis pantalones y mis canzoncillos de una sola vez. Desde fuera oía la músíca y a más gente que entraba a los lavabos, a inodoros libres, y se eso me ponía aún más cachondo. Sin dejar de besarme y comerme el cuello, tras dejarme en pelotas empezó a desbrochar su pantalón, y cuando éste estuvo desabrochado bajé mismazos y se los bajé, junto con las brags, o tanga o lo que fuera que llevase, copiando su acción. Ella tomó mi polla más que dura con su mano y empezó a pajearme con suavidad, pero recorriendo todo mi tronco, mientras yo bajé mi mano, recorriendo un pubis prácticamente afeitado en su totalidad y llegando a un coño que encontré increíblemente mojado y que empecé a acariciar con ganas. Con mis dedos separé sus labios y empecé a buscar su clítoris, para masajearlo, mientras ella no dejaba de pajearme y gemir frente a mi, en mi boca. Con la mano libre, recorrí su espalda hasta bajar a su culo, y empecé a recorrer su raja hasta llegar a su ano, que empcé a masajear al mismo tiempo que su coño. Ella sonrió.
Después de un breve pero intenso rato así, sin decir nada ni avisar se agachó sin soltar mi polla, quedando en frente de ella, y empezó a besarla. Dio un pequeño pico a la cabeza de mi capullo, para luego empezar a recorrerlo con su lengua, sin dejar de mirarme. Dios, qué vicio había en esa mirada. Sin dejar de pajearme. Cambió la posición y empezó a recorrer con su labios toda mi polla por el lado, desde la base hasta la cabeza, una vez, y dos, tres, cuetro, mientras la mano masajeaba mis huevos. Y al fin se la metió en la boca. No diré que “se la tragó entera” como muchos de esta web, porque no fue así, pero si que la tía sabía lo que se hacía, metía la cabeza y la mitad de mi polla en su boca y jugaba con su lengua una vez dentro de ésta, haciéndome ver las estrellas de placer. Con un ritmo constante, sin parar, pero jamás repitiendo la misma acción con su lengua dos veces.
Noté de pronto como su mano se deslizaba por mis huevo y un dedo se posaba en mi culo. La miré y ella sonrió con mi polla en su boca, y poco a poco, suavemente, fue presionando, metiéndome el dedo en el culo, follándomelo. Eso me puso a mil. No paraba de chupármela y su dedo salía y entraba cada vez más y cada vez más rápido además, follándome el culo por primera vez en mi vida (y es algo que recomiendo a todos los escépticos. Es alucinante). Al rato le cogí de la cabeza, parándola, y le dije que parara, que me iba a correr. Ella me hizo caso y se puso de pie de nuevo, para volver a besarme, momento que aproveché para volver a sobar su coño, esta vez metiéndole dos dedos y follándole con ellos. Pero no me dejó mucho rato.
- Fóllame… -dijo de nuevo después de todo este rato sin decir ni media palabra.
Y de un empujón me sentó en la taza del vater. Viendo sus intenciones me acomodé y ella se colocó encima mío. Abriendo sus piernas sobre mi polla. Con su mano la dirigió a su coño y lentamente empezó a bajar.
- Avísame antes de correrte….
Y tras un tímido “sí” por mi parte, acabó de bajar haciendo que entrara en su totalidad en su coño. Ella arqueó la espalda y dejó escapar un gemido, para empezar a cabalgarme, no demasiado rápido, disfrutando del contacto, y con sus manos se levantó la camiseta y el sostén, dejando esos pechos ocultos delante de mí. No me lo pensé, y mientras la follaba empecé a comer sus pezones, a lamerlos, succionarlos, morderlos, cambiando de uno a otro, mientras con mis manos ayudaba a sus movimientos cogiéndola del culo.
Ella gemía cada vez más agitadamente y no dude en mover mi mano para copiar su acción anterior y deslizar uno de mis dedos dentro de su culo, a lo que ella sonrió. Dios, ¡qué fácil entró!, y seguí follándola, ahora con la polla en su coño y mi dedo en su culo, mientras ella cada vez gemía más y más y yo no cejaba con sus tetas.
Al poco rato empezó a respirar mucho más entrecortadamente y a moverse más rápido, gimiendo cada vez más alto, así que con mi boca busqué la suya y la besé para ahogar sus gemidos. Su cuerpo se apretó contra el mío y dejándose caer dejó de follarme, abrazándome con fuerza, haciéndome daño, al tiempo que notaba un torrente de líuido caliente deslizarse sobre mi polla. Era evidente su corrida, y la mía estaba a punto. Me sonrió lascivamente antes de volver a besarme y volvió a cabalgar sobre mi, lentamente, prolongando el momento, pero sin darse cuenta de que el hecho de ir más lenta y profunda acercaba más mi orgasmo.
Yo no dejaba de follarla, sin sacar mi dedo de su culo, hasta que sólo un par de minutos más tarde noté que llegaba a mi clímax…
- Me corro…. Me corro….. –acerté a decir
Y ella sin dudarlo se bajó mi mí y se colocó de rodillas frente a mi, y sin dudarlo volvió a meterse, como un rato antes, mi polla en su boca, pero esta vez de manera rápida, fuerte, succionando sin parar y rápidamente, follándome con su boca. Yo veía las estrellas, y en nada volví a repetir el “me corro…” pero ella no paró, por lo que rápidamente noté como toda mi leche salía llenando su boca, mientras ella no dejaba se follarme con ésta. Veía como la leche le caía por la comisura de sus labios mientras sonreía y me miraba. Pegó un par de lamidas más y finalmente se puso en pie, para besarme de nuevo, con los restos de semen en su boca.
- Me ha encantado –me dijo-. Y será nuestro secreto.
- Eso espero…..-respondí como pude.
Rápidamente nos vestimos de nuevo y salimos del lavabo tras cerciorarnos de que nadie nos veía. Ya sin cogernos buscamos a mis amigos y tras una excusa barata, que al parecer coló, de que nos habíamos quedado fuera hablando, seguimos con la noche de fiesta.
¿Volverá a pasar? No lo sé. Sólo sé que yo quiero a Carla…pero que la carne es débil.
Me presento, me llamo David, soy de Barcelona y tengo 30 años. Desde hace 7 meses (tampoco es ninguna locura, lo sé), estoy saliendo con una chica, Carla, de 30 también. Lo cierto es que estoy muy enamorado de ella, pero a veces la carne es débil… y esto es lo que me pasó este fin de semana. Perdonad si lo escribo mal, es mi primer relato, pero me encanta entrar en esta web y leer las experiencias de otras personas. Y finalmente me he animado.
Este sábado, como mucho otros, salimos de fiesta por la zona de Poblenou… bebida barata, abundancia de rock y heavy (nuestra música favorita)… en fin, como cada finde íbamos los colegas, Carla, y yo. Pero este sábado animó a venir a Laura, su prima, de 26 años, a quien no conocía, con unas amigas.
Quedamos en un bar para tomar algo antes de irnos de fiesta, y llegó Laura, una chica de aprox 1,65m, delgada, con unos pechos no muy grandes pero muy buen culo. Venía vestida con unos tejanos ajustados, una camiseta ajustada también, toda de negro, cazadora y botas. Morena, de pelo liso y unos ojazos marrones que desde un principio me encandilaron. La verdad es que estaba muy bien.
Tras las presentaciones a mi y a mis amigos empezó la noche. Bebiendo cervezas y cubatas casi sin parar y la verdad es que lo pasábamos muy bien. Yo no estaba por Laura, en absoluto. Íbamos hablando de vez en cuando, ya que estaba sentada justo a mi lado, riendo y la chica me caía genial, pero yo tenía toda mi atención puesta en Carla, mi chica, a la que besaba a la mínima que podía. Además, ¡esperaba que alguno de mis amigos triunfara con ella!.
La noche iba avanzando y a las 3 de la mañana debíamos llevar ya unas 5-6 copas en el cuerpo, por lo que llevábamos todos un buen puntillo. Cada vez hablaba yo más con Laura, y empezaban las bromas con algún contacto físico, a lo que ni Carla ni yo dimos ninguna importancia.
Llegadas las 3 de la mañana el bar cerraba por lo que decidimos irnos de fiesta a una discoteca heavy cercana. Yo encantado, más aún con el puntazo que llevaba encima. ¡Ni de coña me iba a casa!. La sorpresa vino cuando Carla me dijo que dado que tenía que levantarse temprano al día siguiente por una comida familiar se iba a casa. Intenté convencerla de que se quedara, pero fue imposible. E intenté convencerla de que me iba con ella, pero ella alegó (con toda la razón) que era una tontería que yo me fuera, cuando no tenía compromisos y me lo estaba pasando en grande. Accedí a quedarme, por supuesto. Y lo curioso fue que Laura dijo que también se quedaba, aun acabando de conocerme a mi y mis amigos esa misma noche y siendo ella la única chica.
Delante de todos me despedí de Carla con un largo y profundo beso, mientras dejaba que mis manos recorrieran su cuerpo entero (lo cual no dejaba de ser una tortura para mi, ya que esa noche me iba –a priori- a quedar con todas las ganas). Al final el beso se cortó por las típicas bromas de los amigos y de Laura diciendo que si por qué no nos íbamos a un hotel, y las típicas chorradas. Finalmente nos separamos, muy a mi pesar, y Carla se fue.
De camino a la disco Laura se puso a mi lado y empezamos a hablar y a conocernos un poco mejor. La verdad es que la chica me caía genial, y al estar los dos contentillos por el alcohol, no hacíamos más que reírnos y soltar chorradas. ¡Lo estaba pasando genial!...y cuando me quise dar cuenta estábamos cogidos de la cintura. En plan amigos, sí, pero cogidos, y unos metros por detrás del resto del grupo.
Al llegar a la disco y pagar la entrada fuimos dierectos a la barra a pedir. Cerveza para ambos (ya llevábamos unos cuantos cubatas, y había que rebajar un poco como fuera). Mis amigos estaban en otra zona de la disco, a la vista, pero a su rollo, y Laura y yo nos quedamos en la barra hablando como podíamos con el volumen de la música.
Era una conversación trivial, que no viene a cuento, de que si a que nos dedicábamos, que si que tal yo con Carla, que si ella estaba soltera, que si la música molaba… lo típico. Pero por culpa del volumen teníamos que hablar muy pegados, con la boca casi rozando la oreja del otro, y de manera involuntaria, cogiéndonos de la cintura o rozándonos.
De la primera cerveza pasamos a una segunda y el nivel de puntillo iba en aumento, bailando mientras hablábamos (no, aquellos que les gusta el heavy saben que no se suele bailar pegado, pero bueno, cada vez más cerca el uno del otro). Poco a poco Laura me fue llevando a la conversación que más le interesaba, mi relación con Carla, y lo bien que nos iba, y de ahí a cómo era ella en el sexo (típico de mujeres…). Y de ahí la conversación derivó totalmente en el sexo, diciéndome ella que llevaba un mes sin mojar. Le hice las típicas coñas de cómo podía ser y todo eso…y no le di más importancia.
De pronto me propuso tomar un chupito de tquila y yo, por supuesto, acepté. Lo pidió y cuando íba ya a brindar con ella me paró, diciendo que quería que lo tomáramos a su estilo. ¿Cuál es ese?, pregunté yo. Y ella ni corta ni perezosa se puso un poco de sal en la mano y me la restregó por el cuello, dejando allí la sal. Luego me dio la rodaja de limón y me dijo “póntela en la boca y yo la cogeré de ella”. Yo flipaba, pero no era más que un juego, así que accedí. Una vez en mi boca ella acercó su boca a mi cuello para coger la sal, y esa tía no cogió la sal. Se dedicó a darme una comida de cuello, restregando su lengua por mi piel, que me dejó flipado (es uno de mis puntos más débiles, mi cuello). Tras unos segundos así se separó y sin separar sus ojos de los míos se tragó el tequila. Sin dejar de mirarme se acercó a mis labios, y arrancó el limón de la piel, no sin, inevitablemente, rozar sus labios con los míos. Yo estaba a mil, y alucinando, y ella segurísimo que lo notó.
“Te toca”, me dijo, y ella misma se puso una gran cantidad de sal en el cuello, y se introdujo la rodaja de limón, con la piel hacia dentro, en su boca. Me acerqué a ella tímidamente y posé mis labios sobre su cuello, recogiendo la sal con mi lengua. Mientras lo hacía ella me rodeó la cintura con los brazos, y movía su cabeza para facilitar mi tarea, al tiempo que me pareció escuchar un suspiro. Yo estaba a mil, y por dios que no dejé ni un grano de sal. Me separé, tomé mi tequila, que me quemó la garganta, y con una sonrisa me acerqué a sus labios para coger el limón, cachondo, pero divertiso, y sin esperar que pasara nada. Intenté morder el limón de modo que mis labios no tocaran los suyos, pero cual fue mi sorpresa cuando, al atrapar el limón con mis dientes, ella abrió su boca y dejó caer dentro de ésta el limón. Yo me separé, sorprendido. Y ella, con una pícara sonrisa me dijo “¿No quieres el limón?”…y sin darme tiempo a contestar se acercó a mi y me besó.
He de decir que no opuse ninguna resistencia, y que bada más sentir el contacto de sus labios abrí mi boca, dejando que su lengua entrara en la mía, mientras yo con la mía buscaba el limón, su lengua, y lo que hiciera falta. Ella me rodeaba el cuello con una mano, y la otra estaba en mi cintura, mientras yo la abrazaba por la cintura. Al cabo de más o menos un minuto me separé, y la vi en frente mío, sonriendo, pegada a mi, sin dejar de mirarme a los ojos.
- Laura, esto no está bien. Yo estoy con Carla, y eres su prima.
- -Si, pero ella no está aquí.
- Ya, pero no puedo hacerle esto. Yo soy feliz con ella.
- Y lo seguirás siendo. No tiene por qué enterarse de esto. Ni tú ni yo se lo diremos. Y te he visto besarla antes y quería que me besaras así.
- Bueno… pues ya está. Ya te he besado –respondí tímidamente, con muy poca convicción.
- No lo tengo muy claro –respondió con una sonrisa picarona.
- Si me has besado tú o te he besado yo.
- Creo que ha sido a medias.
- Pues yo creo que necesito que me beses de nuevo para que me quede claro que me has besado tú.
Yo alucinaba. ¿Qué estaba pasando?. No quería poner los cuernos a Carla, pero por otro lado, por su forma de ser, y por el alcohol, estaba cachondo perdido. Pero no, me repetía una y otra vez, no podía seguir con aquello. ¿Por qué no me fui?, porque estaba a mil, cachondísimo, y la idea de la infidelidad, a la vez que asco, me estaba dando un morbo tambien cada vez mayor.
- Laura, en serio… -titubeé.
- ¿es que no te gusto?
- Sí, claro que me gustas, pero estoy con tu prima.
- Y yo insisto en que ella no está aquí hoy. Y además…. Creo que tienes tantas ganas como yo de esto.
Y en ese momento colocó su mano sobre mi bragueta, que ocultaba una trempera increíble, imposible de ocultar, y empezó a mover su mano. Yo ya no podía más, y la mano que rodeaba su espalda empezó a bajar hasta llegar a su culo. Ella sonrió…”victoria” supongo que pensó.
- Bésame.
Y me lancé sobre ella, dándole un beso profundo, muy largo, lujurioso, buscando cada rincón de su boca, mientras mis dos manos se posaban en su culo, amasándolo, acariándolo sobre la ropa, y metiéndose entre sus piernas acariciando su coño.
Ella estaba pegada a mi, y se movía masajeando su pubis contra mi más que cachonda polla.
Me comía indistintamente el cuello y la boca, mientras sus manos se metían bajo mi camiseta y entraban por mis pantalones en el culo. Yo no me quedé corto y metí mis manos lo poco que pude en sus pantalones, queriendo buscar el tacto y el calor de su piel. Estaba a mil y ya no había vuelta atrás.
Estuvimos enrollándonos como 10 minutos, y de vez en cuando yo iba mirando a mi alrededor a ver si veía a mis colegas. Por suerte, en algún sitio estarían que no se les veía, y tenía la esperanza de que no me estuvieran viendo ellos a mi.
En esto que de pronto Laura se separó de mi, y suspirando me dijo.
- No aguanto más….
- ¿Qué? –fue todo lo que acerté a decir.
- Ven.
Y me cogió de la mano arrastrándome con ella. Cuando me quise dar cuenta me estaba llevando a la puerta del lavabo de chicas. Y una vez allí me avalanzó contra la pared, junto a la puerta, volvió a besarme, cada vez más rápido, más fuerte, más profundo. Dios mío como besaba esa chica. Y cuando vió que una chica salía del lavabo, rápidamente me cogió y me “lanzó” dentro de éste. Cerró la puerta con pestillo y volvió a avalanzarse sobre mi boca.
- ¡Fóllame! – fue todo lo que me dijo antes de volver a comerme el cuello.
Sus manos empezaron a desabrochar mi bragueta mientras seguía dándole a mi cuello, y mis manos empezaron a masajaer sus tetas, no muy grandes como he dicho, pero si muy duras y con unos pezones que se adivinaban increíbles.
Al final me desabrochó por completó y bajó mis pantalones y mis canzoncillos de una sola vez. Desde fuera oía la músíca y a más gente que entraba a los lavabos, a inodoros libres, y se eso me ponía aún más cachondo. Sin dejar de besarme y comerme el cuello, tras dejarme en pelotas empezó a desbrochar su pantalón, y cuando éste estuvo desabrochado bajé mismazos y se los bajé, junto con las brags, o tanga o lo que fuera que llevase, copiando su acción. Ella tomó mi polla más que dura con su mano y empezó a pajearme con suavidad, pero recorriendo todo mi tronco, mientras yo bajé mi mano, recorriendo un pubis prácticamente afeitado en su totalidad y llegando a un coño que encontré increíblemente mojado y que empecé a acariciar con ganas. Con mis dedos separé sus labios y empecé a buscar su clítoris, para masajearlo, mientras ella no dejaba de pajearme y gemir frente a mi, en mi boca. Con la mano libre, recorrí su espalda hasta bajar a su culo, y empecé a recorrer su raja hasta llegar a su ano, que empcé a masajear al mismo tiempo que su coño. Ella sonrió.
Después de un breve pero intenso rato así, sin decir nada ni avisar se agachó sin soltar mi polla, quedando en frente de ella, y empezó a besarla. Dio un pequeño pico a la cabeza de mi capullo, para luego empezar a recorrerlo con su lengua, sin dejar de mirarme. Dios, qué vicio había en esa mirada. Sin dejar de pajearme. Cambió la posición y empezó a recorrer con su labios toda mi polla por el lado, desde la base hasta la cabeza, una vez, y dos, tres, cuetro, mientras la mano masajeaba mis huevos. Y al fin se la metió en la boca. No diré que “se la tragó entera” como muchos de esta web, porque no fue así, pero si que la tía sabía lo que se hacía, metía la cabeza y la mitad de mi polla en su boca y jugaba con su lengua una vez dentro de ésta, haciéndome ver las estrellas de placer. Con un ritmo constante, sin parar, pero jamás repitiendo la misma acción con su lengua dos veces.
Noté de pronto como su mano se deslizaba por mis huevo y un dedo se posaba en mi culo. La miré y ella sonrió con mi polla en su boca, y poco a poco, suavemente, fue presionando, metiéndome el dedo en el culo, follándomelo. Eso me puso a mil. No paraba de chupármela y su dedo salía y entraba cada vez más y cada vez más rápido además, follándome el culo por primera vez en mi vida (y es algo que recomiendo a todos los escépticos. Es alucinante). Al rato le cogí de la cabeza, parándola, y le dije que parara, que me iba a correr. Ella me hizo caso y se puso de pie de nuevo, para volver a besarme, momento que aproveché para volver a sobar su coño, esta vez metiéndole dos dedos y follándole con ellos. Pero no me dejó mucho rato.
- Fóllame… -dijo de nuevo después de todo este rato sin decir ni media palabra.
Y de un empujón me sentó en la taza del vater. Viendo sus intenciones me acomodé y ella se colocó encima mío. Abriendo sus piernas sobre mi polla. Con su mano la dirigió a su coño y lentamente empezó a bajar.
- Avísame antes de correrte….
Y tras un tímido “sí” por mi parte, acabó de bajar haciendo que entrara en su totalidad en su coño. Ella arqueó la espalda y dejó escapar un gemido, para empezar a cabalgarme, no demasiado rápido, disfrutando del contacto, y con sus manos se levantó la camiseta y el sostén, dejando esos pechos ocultos delante de mí. No me lo pensé, y mientras la follaba empecé a comer sus pezones, a lamerlos, succionarlos, morderlos, cambiando de uno a otro, mientras con mis manos ayudaba a sus movimientos cogiéndola del culo.
Ella gemía cada vez más agitadamente y no dude en mover mi mano para copiar su acción anterior y deslizar uno de mis dedos dentro de su culo, a lo que ella sonrió. Dios, ¡qué fácil entró!, y seguí follándola, ahora con la polla en su coño y mi dedo en su culo, mientras ella cada vez gemía más y más y yo no cejaba con sus tetas.
Al poco rato empezó a respirar mucho más entrecortadamente y a moverse más rápido, gimiendo cada vez más alto, así que con mi boca busqué la suya y la besé para ahogar sus gemidos. Su cuerpo se apretó contra el mío y dejándose caer dejó de follarme, abrazándome con fuerza, haciéndome daño, al tiempo que notaba un torrente de líuido caliente deslizarse sobre mi polla. Era evidente su corrida, y la mía estaba a punto. Me sonrió lascivamente antes de volver a besarme y volvió a cabalgar sobre mi, lentamente, prolongando el momento, pero sin darse cuenta de que el hecho de ir más lenta y profunda acercaba más mi orgasmo.
Yo no dejaba de follarla, sin sacar mi dedo de su culo, hasta que sólo un par de minutos más tarde noté que llegaba a mi clímax…
- Me corro…. Me corro….. –acerté a decir
Y ella sin dudarlo se bajó mi mí y se colocó de rodillas frente a mi, y sin dudarlo volvió a meterse, como un rato antes, mi polla en su boca, pero esta vez de manera rápida, fuerte, succionando sin parar y rápidamente, follándome con su boca. Yo veía las estrellas, y en nada volví a repetir el “me corro…” pero ella no paró, por lo que rápidamente noté como toda mi leche salía llenando su boca, mientras ella no dejaba se follarme con ésta. Veía como la leche le caía por la comisura de sus labios mientras sonreía y me miraba. Pegó un par de lamidas más y finalmente se puso en pie, para besarme de nuevo, con los restos de semen en su boca.
- Me ha encantado –me dijo-. Y será nuestro secreto.
- Eso espero…..-respondí como pude.
Rápidamente nos vestimos de nuevo y salimos del lavabo tras cerciorarnos de que nadie nos veía. Ya sin cogernos buscamos a mis amigos y tras una excusa barata, que al parecer coló, de que nos habíamos quedado fuera hablando, seguimos con la noche de fiesta.
¿Volverá a pasar? No lo sé. Sólo sé que yo quiero a Carla…pero que la carne es débil.
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