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Anita la putita 6

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Anita la putita 6
hermosa
Como les conté, mi prima regreso a su pueblo, y yo me había salvado de varias durante ese verano.

Inicie un nuevo ciclo en la universidad, pasaron los meses. Me mantuve activo en materia sexual, tuve algún encuentro fugaz con una que otra chica, pero siempre de alguna forma recordaba con cariño a mi primita su formidable cuerpo y su inocente erotismo que incitaba mi apetito sexual.

Al terminar el ciclo y llegar las vacaciones de medio año, todo transcurría de manera normal, normalmente aburrida por el invierno que se cernía en nuestra ciudad, cuando de pronto llegaron a nuestra puerta dos inesperadas visitas... mi tío, y adivinen quien lo acompañaba… nada menos que mi prima Anita.

Gratamente sorprendido, no deje de observar disimuladamente a mi primita. Ella a su vez me devoraba con los ojos, lanzándome una que otra mirada a mi entrepierna.
caliente
primita

Ahora la situación seria mas difícil, mi primita volvería a dormir en el cuarto frente... pero su padre dormiría en la misma habitación, habilitamos una cama para el en ese cuarto... aun así tenia esperanza de que se diera alguna situación para poder disfrutar de los encantos de Anita.

Por la tarde habíamos sido invitados por unos familiares para una reunión, querían ver a nuestro tío y a su hija, me vestí de mala gana. Cuando estábamos dispuestos a irnos Anita se presentó con un rostro malhumorado, cansado, un poco triste, su padre al verla se preocupó:

-       Hija te sientes bien...

-       Me siento un poco mal... dijo mostrando malestar.

-       ¿Qué te pasa?

-       Creo que es un pequeño resfrió... no creo que pueda ir con ustedes... dijo Anita.

-       Seguro el cambio de clima le habrá afectado... agrego mi padre

-       Si, nuestro invierno es terrible, sobre todo para ella acostumbrada al clima cálido... intervino mi madre.

-       Mientras tanto yo pensaba: en realidad estará enferma o es un pretexto...

-       Si creo que es mejor que te quedes hija, no vayas a empeorar, tal vez deba quedarme yo también... dijo mi tío.

-       No, no es necesario vayan ustedes nomas... no se preocupen estaré bien...

-       ¿Segura?, insistió mi tío.

-       Si, con unas pastillas y un buen descanso seguro me recupero... respondió mi prima mirándome de reojo.

Allí entendí que Anita estaba buscando la fórmula para que los dos podamos tener otro de nuestros encuentros, pero con mi tío allí, mi padre y sobre todo mi madre, mi mente se quedó en blanco, tenía que inventar un pretexto tampoco quería quedar en evidencia, temía que la ansiedad me jugara una mala pasada.

Como pude me safe de la fiesta a medio camino.

Llegue a la casa, entre por la puerta de atrás, quería sorprenderla, mire por la ventana de su cuarto, no estaba, avance por el pasillo, me quite los zapatos para no hacer ruido, llegue a la cocina...

Allí estaba Anita, dándome la espalda, frente a una de los estantes, preparándose un café, llevaba puesto un vestido oscuro, de mangas cortas, tenía botones por el frente (en la zona del busto), botones que llagaban hasta la mitad de su vientre, el vestido era un poco ajustado en la cintura, y terminaba en una falda que le llegaba por encima de las rodillas.

Me acerque lentamente por detrás, con el corazón que me palpitaba con fuerza, ella seguía revolviendo su café, le apunte todo el bulto que formaban mis genitales contra sus nalgas y la presione contra el estante, sus divinas y endurecidas nalgas se abrieron un poco, dando paso a mi verga que empezaba a crecer... ella se sorprendió, pero autoicamente se dio cuenta que era yo, seguramente me estaba esperando:

-       Tonto… me recrimino cariñosamente… te demoraste...

-       Si, le dije y tomándola por la cintura y presionándola más contra el mueble le pregunte: ¿extrañaste esto?...

-       ohhh... siii... muchooo

Sin pensarlo dos veces, libere mi pene como pude, ella a su vez se levantaba su falda y... vaya que me estaban esperando, no tenía ropa interior, una grata sorpresa que no desaproveche y sin tapujos le hundí mi verga por el ano, como le gustaba a ella.

Su pequeño orificio ofreció resistencia, parecía que hacía tiempo nadie lo visitaba, pero yo no tenía paciencia para andarme con juegos, hacía meses que fantaseaba con ese momento, y con la ansiedad que tenía, como dije no lo pensé dos veces y presione con todo mi pene hasta que se hundió en sus entrañas, desgarrando su esfínter, abriendo sus redondeadas y generosas nalgas...
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-       Ohhhhhhhh.... exclamo ella al sentirla nuevamente dentro suyo.

Lanzo un hondo suspiro, mezcla de dolor y satisfacción, sus manos tumbaron la taza con el café, y rápidamente buscaron apoyarse contra el mueble. Todo su cuerpo henchido por la sorpresa, sus nalgas, sus muslos, sus senos, su respiración aumento y luego comenzó a bajar a su ritmo normal, mientras en su cara se dibujaba una sonrisa de satisfacción...

-       Uhhhmmmmm... que rico se sienteee... finalmente llego a decir.

-       ¿Qué?, le pregunte, intentando aumentar su morbo y el mío..

-       Tu verga... tan dura... tan gruesa... atorándome... había olvidado lo rico que se sentía...

-       Para que no te olvides... le dije, y comencé a penetrarla fuertemente...
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Quería desfogar todos aquellos meses que me pase pensando en ella, en su cuerpo, en su voluptuoso y firme trasero... y ahora con su piel bronceada, sus endurecidos y crecidos grandes senos, quería reventarla.

- Ohhh... ayyy... masss despacio.. Que hace tiempo que no.... hummmmmm....

Nada que más despacio, me decía yo, tanto tiempo si disfrutarla, sin tenerla, sencillamente no podía contener, y arremetía despiadadamente contra su ano, sus carnosas nalgas que temblaban con el
frenético contacto con mi ingle, sus senos que rebotaban...

- Ahhh... auuuuu.... hummmmmm...

Anita infructuosamente buscaba liberar su pecho, desabotonando el vestido, pero con mis fuertes arremetidas su cuerpo se estremecía aprisionado contra el mueble, y ella tenía que dejar su labor y apoyarse buscaba apoyarse, aun así dejo gran parte de su busto al aire...

- Ayyy... Uhmmm... siii.... rómpeme...

Agarre sus senos como si fueran las riendas de un caballo (tenía razón habían crecido, estaban más duritos, sus pezones parecían que iban a reventar) y comencé a cabalgarla con más vehemencia... y como era de esperarse no aguante más e inunde de semen su pequeño ojete....

-       Ufffff... hace tiempo que te tenía ganas... dije satisfecho.

-       ¿En serio?, me pregunto ella, respirando ahora menos agitada...

-       Claro, un culo como el tuyo no se olvida...

Volteo y me beso con pasión, sus henchidos pechos se bifurcaban en el mío, sus labios y ahora su lengua (donde habría aprendido a besar con lengua), se hundían con los míos calurosamente, mis manos se deleitaban acariciando sus senos y sus nalgas, pasamos unos minutos en este intercambio de caricias... cuando de pronto se alejó un poco y miro abajo:

-       ohhh... no me he olvidado de ti...

Se arrodillo y comenzó a limpiar los restos de semen que mostraba mi semi-flacida verga, de reojo me miraba y se dedicaba a saborear sin vergüenza toda mi verga desde la raíz hasta la cabecita, llego a chuparme las bolas, vaya que esta niña seguía en un continuo aprendizaje...

Mi verga estaba llegando nuevamente a su esplendor, ella al notarlo la apretó con sus labios, me tomo por las caderas y me empujaba hacia adelante y atrás, buscando que me pajeara con sus labios, entendí su intención y así lo hice... al rato mi verga estaba totalmente dura, al sentirla ella se aparto...
Anita la putita 6

-       Creo que mi conchita necesita que la visiten... me dijo con una sonrisa pícara.

-       ¿Ah sí?, pregunte yo haciéndome el interesante.

-       Si, hace tiempo que no le dan un buen mantenimiento... me dijo sensualmente.

Diciendo esto subió a la mesa de la cocina y abrió las piernas, mostrándome su velludo y semi húmedo pubis. Me incline hacia él, mi rostro se hundió en su conchita, mis brazos pasaron por sus piernas, y yo me dedique a un lengüeteo feroz que la estremeció, ella gimoteaba, jale alguno de sus vellitos con mis dientes, se mojó completamente:

-       ohhhh.... metemelaaaa....

Dirigí mi pene a la entrada de su vagina y se la enterré de un golpe con el impacto sus hermosos senos saltaron...

-       Ayyy... por qué nunca te puedes aguantarrrr..... ouchhh...
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-       Sorry, le dije entre risas.

Comencé a bombearla lentamente, ella miraba con ansiedad y angustia como entraba y salía mi masa de carne de su interior...

-       Ohhh... siii.. asiii...

Yo seguía con mi ritmo pausado, esta fricción la excitaba y la desesperaba más...

-       Ohhh... Uhmmm... qué esperas... más...masss fuerteee... Uhmmm

Incremente las revoluciones, su rostro fue cambiando, mas apacible, mas gustoso... ahora veía complacida como sus senos vibraban a ritmo de mis perforaciones... pero quería sentirla más adentro aun... sus piernas me rodearon la cintura, atrapándome y jalándome hacia ella... así que la niña quiere jugar, me dije mentalmente.
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-       ohhh... masss... masss durooo...

Jale su cuerpo contra el mío, pase mis manos por debajo de sus muslos y la levante, ella rodeo mi cuello con sus brazos buscando sostenerse:

-       ¿Qué haces?.. me pregunto angustiada...

-       Querías más... ahora lo vas a tener....

La subí y baje con fuerza, mi verga se enterró bruscamente en su vagina...

-       Ouuuchhhhh...

Sin darle tiempo a quejarse más, repetí la operación una y otra vez hasta que agarre ritmo...

-       Ohhh... hummmmmm... mi conchitaaa...

Era una delicia escucharla quejarse así, en una mezcla de placer dolor e inocencia que me arrechaban más, y con sus dos globos contra mi pecho... ufff estaba en la gloria...

-       Ohhhh... siii... primitoooo... castigameeee.... hummmmmm

Yo la subía y bajaba mas rápido, ya se me hacía más pesada la carga pero resistía, ella me besaba como podía, con pasión, como dándome ánimos para que no desfalleciera, para que siguiera clavándomela...

-       Ohhh.... ahhhh.... hummmmmm

Llego el momento en que ella se aferró a mí con fuerza, su cuerpo se contrajo y casi me clavo las uñas en la espalda, mi verga completamente insertada en su conchita inmediatamente comenzó a escupir esperma... los dos llegamos al clímax...

La apoye nuevamente en la mesa, permanecimos abrazados un tiempo, recuperando el aliento...

-       Como te extrañe... me dijo finalmente y empezamos a besarnos.

Luego agrego:

-       Recuerdas la última noche que pasamos juntos...

-       Si, cuando casi nos descubren... dije entre risas.

-       Si, bueno... cuando salí de viaje, me acorde de ti todo el camino... me dijo.

-       Ah sí, y ¿por qué?... pregunte orgulloso.

-       Porque me dejaste adolorido todo el trasero, y durante el viaje no sabía cómo sentarme para que no me fastidiara mi culito...

No pude más que reírme de aquel relato contado que sonaba entre melancólico, cariñoso y finalmente con algo de reproche... ella también se rio conmigo, recordando tal vez aquel penoso y largo viaje de regreso a su pueblo...

-       Oye, pero si mal no recuerdo tú me lo pediste...

-       Sí, es que pensé que sería la última vez que nos veríamos... y quería llevarme un bonito recuerdo...

-       Y te llevaste un bonito recuerdo... pregunte cariñosamente.

-       Si fue un bonito... aunque doloroso recuerdo... me dijo, desatándose nuevamente nuestras risas...

-       Graciosa, le dije dulcemente, luego pregunte: ¿Y a qué viene todo esto?...

-       Es que... por la forma en que te ensañaste con mi anito hoy día... dudo que mañana pueda sentarme...

Le sonreí cariñosamente, sintiéndome un poco culpable intente explicarle... su dulce carita de niña resentida me mataba... era tan linda la condenada...

-       Oye, lo siento, pero tienes que entender... desde ayer me tienes con la leche a flor de piel... le dije y ella me sonrió, celebrando mi torpe halago... además ese bronceado te sienta súper bien, le decía mientras acariciaba su piel dorada por el sol, sus senos... y cada vez que te veo me dan ganas de hacerte el amor...

-       ¿En serio?

-       Claro… le dije guiñándole un ojo.

Recordando así nuestra vieja clave, signo de mutua confianza, ella sonrió alegremente, el brillo volvió sus lindos ojos, su linda cara angelical se ilumino... no pude más que besarla, nuevamente nos fundimos en una serie de besos y caricias... hasta que...

Hasta que llamaron por teléfono, eran mis padres querían saber cómo iba todo, ya estaban de regreso... teníamos cuando menos 20 minutos para arreglar todo, rápidamente nos bañamos... ella se metió en su cama simulando dormir. Yo prendí la computadora, y empecé a abrir algunos archivos para simular que había estado trabajando en un proyecto.


Continuara...

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