Hace un tiempo me contactó Candy (@HardCaandy) para preguntarme si podía escribir un relato sobre una anécdota que vivieron hacía ya un tiempo y que les había encantado. No era el primer pedido que recibía por lo que decidí animarme. A medida que me iban contando el relato de lo sucedido, me entusiasmé muchísimo y me dejé llevar un poco por la imaginación para recrear dichas secuencias en mi mente. Así fui pasmando en un escrito todo lo que me contaron, con la idea de que ellos pudieran revivir su propia experiencia de la mejor manera posible.
Esta historia le sucedió a ellos, a @HardCaandy y todas las fotos y gifs que se encuentran en el post les corresponden a ellos y son de su autoría. Pueden ir a su perfil y seguirlos, no se van a arrepentir. Son una pareja muy copada y caliente que los va a dejar con ganas de más.
PRIMERA PARTE
Una noche para el recuerdo – Parte II
Jony iba recostado sobre el asiento trasero del auto, cantando la canción que sonaba en la radio y observando lo que sucedía en los asientos de adelante. Benjamín, el pendejito atrevido de 18 años, conducía a toda velocidad pues era evidente que no aguantaba su calentura y quería empezar a jugar conmigo cuanto antes. Por mi parte, me encontraba muy relajada sentada en el asiento del acompañante con mi mano posada sobre el bulto del chico disfrutando que su pija volví a encontrarse dura por debajo de su ropa. Giré la cabeza y observé a mi novio con cara de felicidad y él me devolvió un guiño que me dejó en claro que todo estaba más que bien. Esa noche iba a ser para disfrutar entre los tres.
En medio del viaje me levanté del asiento y saqué la cabeza por la ventanilla para cantar a vivía voz la canción que sonaba en ese momento. Jony estalló de la risa y el pendejo aprovechó el semáforo en rojo para mirarme con deseo. Se notaba lo mucho que quería llegar al departamento para que nos volviéramos locos de placer. Cuando arrancó el auto, giré sobre el asiento y pasé la mitad de mi cuerpo hacia la parte de atrás del auto y besé a mi novio en la boca, sin darme cuenta que el vestido se me había levantado de nuevo y se notaba toda mi ropa interior. De seguro el pendejo me estaba mirando el culo sin poder creer lo que vivía. Ya se dieron cuenta lo que iba a pasar es noche?
Llegamos al departamento, el pendejo estacionó el auto en la puerta y entre risas y toqueteo fuimos caminando los tres abrazados. Pasamos y él entró sintiéndose como en su casa y se sentó en el sillón del living mientras que Jony le buscaba algo en la heladera para que tomara. “Yo me voy a pegar una dichita que estoy muy acalorada” les dije a los dos y los dejé solos por un instante. Sabía que mi novio le iba a hablar al pibe ya que a pesar de que él no tenía problema con que estuviera conmigo, iba a sentar las bases y condiciones de nuestro encuentro. Yo aproveché esos minutos para relajarme en el baño, desprenderme del vestido con el que había conquistado al pendejo calentón y entrar a la ducha para refrescarme.
Mientras me bañaba recordaba lo sucedió esa noche. Me resultaba difícil creer que tan solo unas horas antes todo eso había comenzado como una simple salida con mi novio. Era increíble como todo había evolucionado tan rápidamente y como había terminado en la esquina de un boliche haciéndole una paja a mi novio y manoseando por encima de la ropa a un pibe unos años más joven que yo. Pero lo que definitivamente me sacó una sonrisa era saber que los dos me esperaban a tan solo unos metros de distancia y que iba a poder complacerlos a ambos como a mí me gustaba.
Salí de la ducha, me sequé rápido el cuerpo y sin pasar a saludarlos fui directo a la pieza a cambiarme. Me puse una tanga bien diminuta de color negro y una pollerita roja cuadrille que aludía a un traje de colegiala que cerré con corpiño encajado del mismo color que la tanga. Caminé de vuelta al living y me sorprendí al encontrar a mi novio de pie al lado de la mesa escuchando como Benjamín le contaba un poco de su vida y como le comentaba que a pesar de que en unas horas tenía que entrar a trabajar, no quería irse de esa habitación por nada en el mundo. Ni bien entré, los dos enmudecieron.
Jony me miró con una sonrisa hermosa y por su cabeza seguramente pasaron cientos de recuerdos de ese traje que ya había usado con él en más de una oportunidad. El pendejo por su parte me observó sorprendido y con la boca semi abierta. Su expresión de nene baboso me calentó aún más de lo que ya estaba y me provocó la necesidad de tirarme sobre él para comerlo a besos. Sin embargo me contuve y despacio fui caminando hacia donde él estaba y me senté al lado suyo cruzando las piernas y luego tomé un trago de la cerveza que tenía entre sus manos.
La conversación de ellos dos siguió como si nada hubiese pasado mientras que yo acariciaba con mi dedo índice las piernas del pibe que estaba sentado al lado mío. Jony seguía hablando como si nada, pero era evidente que Benjamín se encontraba algo nervioso. Era como si de golpe el pendejo arrogante y atrevido hubiera desaparecido y ahora en ese sillón estuviera sentado un nene tímido que no sabía que decir. No pasó mucho tiempo hasta que Jony decidiera que él también tenía que bañarse pues el calor del boliche lo había dejado empapado en sudor. Yo le lancé un beso y él me pidió que tratara bien a su invitado para luego desaparecer.
Benjamín me miró y para que pudiera apreciar un poco más de mi vestimenta me paré y di una vuelta frente a sus ojos. Obviamente la vuelta se volvió mucho más lenta una vez que estuve de espaldas a él, pues quería que apreciara muy bien mi cola y que la mirara con lujo de detalles. Cuando volví a quedar frente a sus ojos, pude ver como sus manos se apretaban con fuerza el pantalón como si estuviera acomodando algo que le incomodara. “¿Te gusta cómo me queda la ropita? Si no te gusta puedo ponerme otra” le dije con voz de pobrecita y haciendo puchero con los labios pero él enseguida me respondió diciéndome que así como estaba vestida le encantaba. Entonces decidí actuar.
Me arrodillé delante de él y con las dos manos le desabroché el pantalón y le pedí que se lo bajara un poco. Él, mucho más atolondrado que otra cosa, se bajó no solo el pantalón sino que también el bóxer y por primera vez en toda la noche pude apreciar su cuerpo. Era enorme, bien gruesa y tentadora, con una cabeza divina y roja. A su vez se encontraba muy bien depilada y se veían sus dos huevitos los cuales se notaban que estaban repletos de lechita que seguramente en un rato iba a lanzar sobre mi cuerpo. A pesar de eso me di cuenta que no estaba completamente dura, por lo que decidí ayudarlo con mis labios.
La tomé con mi mano y me acerqué para metérmela en la boca y comencé a disfrutarla con ganas. Se sentía muy rica entre mis labios y me encantaba mover mi cabeza hacia arriba y hacia abajo jugando que me la comía por completo, pero era tan grande que no podía hacerlo. Sentía como se iba poniendo cada vez más dura a medida que pasaba el tiempo y que el pendejo iba suspirando complacido por lo que estaba haciendo. Se la lamía como si fuese un helado, jugaba con mis labios sobre su cabeza y volvía a metérmela hasta donde alcanzaba, todo eso mientras que él apreciaba la imagen y disfrutaba de lo que le hacía.
Jony regresó unos minutos más tarde ya bañado y sin decir nada se sentó al lado de nuestro invitado para exigirme que lo atendiera a él también. Pero como yo no quería dejar de chupar la pija del pendejo, me dediqué a pajear a mi novio mientras que con mi boca seguía deleitándome con la verga de Benjamín. Él seguía gimiendo a voz baja y disfrutaba de como yo me dejaba llevar por la calentura, moviendo mis labios por todo su cuerpo acompañándolos con mi lengua. Cada vez que levantaba la vista y observaba a Jony y a Benjamín notaba en el rostro de ambos una sonrisa hermosa que me motivaba a seguir y seguir haciendo lo que estaba haciendo en ese momento.
- ¿Te gusta la boquita de Candy?- Le preguntó mi novio a su invitado.- ¿Te gusta como la chupa?
- ¡Me vuelve loco!- Le respondió el pendejo que sin dudas no daba más de la calentura.- No quiero que saque nunca su boquita de mi chota.- Agregó después provocándome una risa que me obligó a parar para reírme a pesar de que los seguí pajeando a ambos.
Luego de eso seguí como si nada hubiese pasado y volví a comerme la cabeza de la pija del pendejo. Me encantaba lo roja que estaba y lo grande que se había puesto, por lo que jugué con ella por un buen rato, pasándole mi lengua y empapándosela en saliva. Era evidente que a él eso le fascinaba, pues se retorcía en el sillón y gemía cada vez más. “¡Sí, así!” dijo cuándo mi lengua empezó a dibujar círculos sobre su frenillo y después subió a la punta de su verga para volver una vez más hacia abajo. Me encantaba hacerlo gozar de esa manera y me motivaba a seguir comiéndome esa pija que me volaba la cabeza.
Jony también estaba súper caliente y no le fue suficiente mi mano, ya que se levantó del sillón y caminando despacio se arrodilló detrás de mí. Me sacó la tanga lentamente mientras yo seguía divirtiéndome con la cabeza de la verga de Benjamín que seguía mirándome como embobado. Segundos después sentí como la mano de mi novio empapada en saliva pasaba por mi concha, mojándola aún más de lo que ya estaba. Apoyó la punta de su pija en mi conchita y la fue metiendo de manera muy lenta, haciendo que mi boca se abriera pero no emitiera ningún sonido.
El placer me invadió en ese momento y tomando con firmeza la verga del pendejo, lo empecé a pajear con todas mis fuerzas mientras que mi novio apoyaba sus manos en mi cintura y levantándome un poco la pollera de colegiala, me empezaba a coger. Me encantaba esa sensación, me hacía sentir muy puta y eso era lo que me volvía loca. Jony aceleraba sus movimientos a cada segundo al mismo tiempo que yo volví a meterme en la boca la verga de Benjamín que seguía sin poder creer lo que estaba viviendo.
- ¡Que linda mina que sos!- Dijo Benjamín descontracturándose y soltándose.
Cuando mi novio empezó a cogerme a toda velocidad no me pude aguantar la calentura y tuve que escupir la pija del pendejo para poder gritar. Mis gemidos salían de mi boca y resonaban a todo volumen frente al pibe que permanecía fascinado con como Jony me hacía gozar. Mi mano volvió a sujetar la pija enorme de Benjamín y le seguí haciendo una paja mientras la verga bien dura de Jony entraba y salía de mi cuerpo a toda velocidad. “¡Ay sí! ¡Ay sí!” gritaba yo descontroladamente mientras sentía el placer de que me cogieran de esa manera.
Pero era evidente que Benjamín no se aguantaba más las ganas y quería metérmela a toda costa. Entonces les propuse que cambiaran de lugar y él se levantó del sillón y casi corriendo se arrodilló detrás de mí, mientras que Jony hizo el movimiento contrario mucho más lentamente y relajado. El pendejo me la metió de manera brusca y atolondrada, logrando sacarme un pequeño gritito de dolor. Pero ni bien me comenzó a coger sentí como el placer invadía todo mi cuerpo y comencé a gozar cada golpe de su cuerpo contra el mío.
- ¡Si! ¡Me encanta! ¡Sí!- Decía entre gemidos mientras que Jony se sentaba en frente mío y me ponía la pija en la cara para que se la empezara a chupar.
A diferencia del pendejo, mi novio no iba a aceptar que yo usara la boca para gemir mientras le hacía una paja. Me obligó a que me metiera su verga bien dura en mis labios y cuando se la empecé a chupar llevó sus manos a mi nuca para que no pudiera alejarme. Volvía a tener a dos hombres dándome placer de la manera que más me gustaba. Benjamín se sujetaba con fuerza de mi cuerpo, me sostenía por encima de la cintura mientras que se movía aceleradamente hacia adelante y hacia atrás clavándome su enorme verga.
Jony hacía que me ahogara con la boca, obligándome a que le chupe la verga, dándome ahorcadas y tirándome fuerte del pelo hacia adelante y hacia atrás. El pendejo no paraba de cogerme, lo hacía cada vez más duro, cada vez con más fuerza y provocando que mi cuerpo temblara y vibrara con cada golpe que daba contra mis nalgas. Ni bien los dos se detuvieron por un segundo yo aproveché para levantarme y sacarme lo poco que me quedaba de ropa. Me di media vuelta dándole la espalda a mi novio y tomé al pendejito de las manos para que se levantara y lo llevé hasta la pieza, empujándolo de golpe contra la cama y subiéndome encima de él.
- Ahora vas a ver lo que es que te cojan como se debe pendejo.- Le dije clavándome su pija en mi conchita nuevamente.
Estaba tan caliente que no pude controlar mi cuerpo y empecé a moverme de manera muy acelerada, bailando sobre el cuerpo de Benjamín y gozando de su pija en mi cuerpo. Su verga bien dura me hacía volar de placer y me sacaba gemidos y gritos contrastantemente. “¡Ay sí! ¡Me encanta! ¡Ay sí!” gritaba como loca saltando de manera desacatada sobre el cuerpo del pendejo. Él tampoco se quedaba atrás, ya que me decía constantemente que le encantaba como me movía por encima de su cuerpo y sus manos se entretenían sobre mis tetas, manoseándolas todas y apretándolas con fuerza, algo que me encantaba.
Mi novio observaba todo desde la puerta de la habitación, admirando como yo me volvía loca de placer con el pendejito que habíamos conocido hacía unas horas. Benjamín se terminó de soltar una vez que lo tuve prisionero de mis movimientos y empezó a decirme que era una trolita y que no quería que me bajara nunca de su cuerpo. “Te quiero llenar de leche” me dijo el muy atrevido mientras apretaba mis pezones y eso hizo que yo me descontrolara, comenzando a brincar sobre su cintura clavándome toda su pija bien hasta el fondo.
- ¡Llename de leche! ¡Acabame toda!- Le grité entré gemidos.
No pude controlarme luego de eso y mi cuerpo se movió de manera tan acelerada que sentí como un orgasmo invadía todo mi cuerpo, acabando de manera súper intensa con la pija del pendejo adentro mío. Pero en vez de quedarme quieta y gozar de mi orgasmo, seguí moviéndome bien rápido y pidiéndole a Benjamín que acabara de una buena vez, que largara toda su leche. Obviamente no pudo aguantarse mucho más después de eso y vi su cara de placer cuando acabó por primera vez en la noche. “¡Sos increíble!” me dijo después y sus manos dejaron mis tetas para llevarlas atrás de su cabeza como si fuera un ganador que acababa de cogerse a la mujer de su vida.
Pero yo estaba sedienta y extasiada por lo que aún quería seguir cogiendo, quería seguir acabando y disfrutando de los hombres que estaban allí. Me levanté y fui directo a buscar a mi novio, que seguía parado en el marco de la puerta observando todo. Me arrodillé frente a él y tomé su pija que se había ablandado un poco y me la volví a meter en la boca para chupársela hasta dejársela bien dura. Él volvió a colocar su mano en mi nuca y acompañó cada uno de los movimientos que yo hacía con mi cabeza mientras disfrutaba de su pete. Poco a poco su verga volvió a quedarse bien dura y mis ansias de sexo hicieron que le pidiera que me cogiera como solo él sabía hacerlo.
Benjamín se levantó y fue al baño a limpiarse mientras que yo me acomodaba en cuatro contra el borde de la cama y Jony se paraba detrás de mí. “¡Cogeme mi amor! ¡Cogeme bien durito!” le rogué con voz de trola y él fue introduciendo su hermosa pija en mi conchita empapada. Lentamente empezó a cogerme con suavidad, haciendo que toda su verga entrara y saliera de mi cuerpo despacio, disfrutando del momento. Yo sentía toda su dureza entrar y salir de mi concha y me volvía loca, me provocaba gemidos silenciosos que se ahogaban por mi propia voluntad y que resonaban en mi cabeza.
- ¿Te gusta, mi amor?- Me preguntó Jony y yo solo pude decirle que sí.
De a poco sus movimientos empezaron a acelerar y su pija comenzó a entrar y salir de mi cuerpo con ganas. Sus manos me sujetaban con fuerza de la cintura y sus caderas golpeaban con violencia contra mi cola con cada movimiento que daba. Giré la cabeza para mirarlo y noté su cara de felicidad pues era evidente que la situación lo calentaba tanto como a mí. Pero lo que más me encantó fue encontrarme con que el pendejo había vuelto a entrar a la habitación y nos observaba desde el borde de la cama mientras se tocaba la pija que ahora estaba bien blandita.
“Vení acá. Vení acá así te la chupo toda” le ordené al pendejo pasando mi mano por el colchón en frente de mi cara. Así fue como él se subió nuevamente a la cama y se acostó con las piernas bien abiertas en frente mío y dejó su pija delante de mis ojos. Jony no paraba de cogerme, cada vez con más violencia y con más firmeza, haciendo que mis gemidos fueran más y más recurrentes. Pero en esa oportunidad yo no me dejé estar y a pesar de que quería gritar a toda costa, tomé la pija de Benjamín y me la metí en la boca para volverla a poner bien durita.
- ¡Que linda puta que sos! ¡Mirá como te gusta la pija!- Empezó a decirme el pendejo y yo disfrutaba de sus palabras tanto como de su verga en mi boca.
A medida que se la iba chupando iba sintiendo como se ponía más y más dura entre mis labios y eso me encantaba, pues su tamaño aumentaba considerablemente. Además el placer de sentir la pija de mi novio entrando y saliendo de mi cuerpo a toda velocidad era algo sumamente placentero y me encantaba. Mi cuerpo se movía al ritmo del de mi novio y con cada golpe que daba, yo me tragaba por completo la verga de Benjamín que observaba toda la situación fascinada y me seguía diciendo que era una puta hermosa.
Jony lo supo, pues me conocía a la perfección y con solo oír mi forma de gemir, se dio cuenta de que estaba a punto de acabar nuevamente. Entonces él aprovechó para darme más y más fuerte y hacerme volver loca de placer. Tenía dos pijas a mi disposición y me encantaba, me fascinaba. Mientras la verga de mi novio entraba y salía de mi conchita empapada a toda velocidad, mis labios disfrutaban el enorme pedazo de ese pendejo que ya volvía a estar firme como una piedra entre mis labios. “Me vas a hacer acabar con la boca” me advirtió el pendejo y esa declaración fue demasiado para mí, haciéndome acabar una segunda vez, pero de una manera mucho más potente que la anterior, a tal punto que mojé por completo la cintura de mi novio.
- ¡Qué lindo como acabaste putita!- Me dijo el pendejo.
Mientras disfrutaba del segundo orgasmo de la noche, comencé a pajear con fuera a Benjamín que miraba la situación con admiración. Su pija estaba que explotaba entre mis dedos y cada dos por tres la metía en mi boca para mojarla toda y llenarla de saliva. Mis labios fueron demasiado para él y una segunda acabada de su parte llegó, pero en esa oportunidad fue a parar directo a mi boquita que estaba abierta para recibir todo su semen. “¡Mmm sí!” exhaló con intensidad mientras que largaba toda leche sobre mi lengua y yo dejaba que esta cayera por mis labios y mi cara.
Esa situación también fue demasiado estimulante para Jony que me empezó a coger más y más duro y yo sabía que era porque estaba a punto de acabar. Entonces decidí seguir chupándole la pija al pendejo mientras que mi novio me daba a toda velocidad y segundos después acababa adentro mío. Una acababa inmensa y potente que llenó mi cuerpo de semen hasta dejarme totalmente llena. Mi novio se quedó quieto luego de un golpe seco contra mi loca y largó todo lo que tenía adentro de su cuerpo hasta que no le quedó absolutamente nada.
- Vení Benja, vamos a tomar algo y dejemos que Candy disfrute de nuestra lechita.- Le dijo Jony al pendejo invitándolo a retirarse de la habitación.
Los dos salieron dejándome a mi totalmente excitada, con el corazón latiendo a toda velocidad y el cuerpo transpirado de placer. Mi respiración acelerada indicaba que acababa de pasar una noche excelente con dos hombres increíbles y que había podido disfrutar de dos pijas hermosas para mi solita. Poco a poco me fui levantando con la idea de irme a bañar y así poder relajar mi cuerpo para dormir tranquila. Pero ni bien salí de la habitación vi que tanto Jony como Benjamín seguían sentados en el sillón del living, completamente desnudos y tomando algo.
- ¿Te vas a pegar una duchita, mi amor?- Me preguntó mi novio y yo asentí con la cabeza.- Bueno, muy bien. Cuando salgas vení para acá que tenemos ganas de seguir cogiéndote con Benja.- Me dijo dejándome bien en claro que la noche no había terminado.
FIN
Muchas gracias a @HardCaandy por compartirme su hermosa experiencia y por dejarme publicarla con sus fotos y gifs. Desde ya, espero que les haya gustado a todos y quién sabe? Capaz en un futuro seguimos con las colaboraciones!
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12 comentarios - Una noche para el recuerdo – Parte II (A pedido)
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