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Camila, parte 6

Parte 1 http://www.poringa.net/posts/relatos/3496702/Camila.html
Parte 2 http://www.poringa.net/posts/relatos/3500137/Camila-parte-2.html
Parte 3 http://www.poringa.net/posts/relatos/3505584/Camila-parte-3.html
Parte 4 http://www.poringa.net/posts/relatos/3508803/Camila-parte-4.html
Parte 5 http://www.poringa.net/posts/relatos/3516819/Camila-parte-5.html

Llegaba el fin de semana, notenía planes, y mi tío me escribió pidiéndome un favor. El sábado a la mañanaiban unos albañiles a su casa en el country, tenían que tapar un agujero quehabían hecho plomeros en uno de los baños para arreglar un caño, y él tenía uncompromiso fuera de Buenos Aires. Entonces me pidió que vaya a recibirlos, ibana estar un rato nada más, y después me quedaba la casa para mí todo el fin desemana.  Acepté e inmediatamente le mandéun mensaje a Camila a ver si podía venir adonde habíamos estado juntos porprimera vez. Me respondió al rato, me dijo que podía llegar el sábado a latarde noche, le dije que estaba bien si no le molestaba ir sola, aceptó yarreglamos.
Fui el viernes a la noche, mequede a dormir; al otro día tipo 7 de la mañana llegaron los albañiles.Tardaron mucho menos de lo que esperaba, antes del mediodía ya habíanterminado, así que almorcé algo y me fui a dormir la siesta.
A eso de las 17 me desperté,arreglé un par de cosas para el fin de semana, y recibí el mensaje de Camila deque estaba saliendo de su casa. Tenía un buen rato para terminar de definirtodo, bañarme y esperarla. Faltando poco para las 19 me escribió diciendo queestaba entrando al country, que la vaya a buscar adonde la dejaba la combi. Esohice, cuando llegué Cami ya estaba abajo esperándome. Hacía frio, estaba con unjean, un camperón, y un gorro de lana. Yo con un jogging chupin que me daba unpoco de pudor usar pero es muy cómodo, y un buzo. Le erré en la cantidad deabrigo y tuve bastante frío.
-         Hola Sebita – me dio un beso en el cachete yagarró un bolso que estaba en el piso – hoy me vine yo preparada y consorpresas
-         Mmmmm que miedo – le contesté – yo ya tengocosas preparadas también
-         Jajaj bueno nos vamos a divertir entonces
Llegamos a la casa, Camila quisodarse una ducha caliente. Me tenté a revisar lo que tenía en el bolso, pero meaguanté y lo dejé como una sorpresa. Salió con una bata, me empecé aentusiasmar, pero no quería empezar todavía. Estábamos en el sillón, hablandoboludeces; en un momento se me acerca y me pone la mano en la pierna. Me muerdeel labio inferior y después me pasa la lengua por el cuello. También lo muerdey empieza a tocarme el bulto, que ya había reaccionado.
-         Para, antes que nada hagamos una cosa – le dije
-         Mmmm que pasó? – me preguntó sin dejar demasajearme la verga por encima del pantalón
-         Cenemos así después tenemos toda la noche libre
-         Dale, de hecho no almorcé y tengo hambre – mecontestó
El SUM del lugar mandaba comida,fui a la cocina donde estaba pegado el menú en la heladera. Pedimos ensaladascaesar para los dos; en 10 minutos estaba en la puerta. Cenamos rápido yvolvimos al sillón. Otra vez me empezó a comer el cuello, pasaba la lengua, melo mordía despacio, después un poco más fuerte. Metió la mano adentro de mipantalón y me empezó a pajear sin sacarme la pija afuera. Muy despacitomientras se iba poniendo dura en su mano. Yo la dejaba hacer, sin tocarla, ysin mirar su cuerpo todavía cubierto por la bata. Alternaba su boca entre lamía, mi cuello y mi oreja derecha, sentada en el sillón al lado mío, hasta queabruptamente paró.
-         Quién va a empezar con las sorpresas, vos o yo?– me preguntó
-         La mía no está lista, así que vos
-         Vení – dijo
Se levantó, me agarró la mano ysubimos por la escalera.
Llegamos al cuarto, nos paramosjunto a la cama. Me besó con lengua, y después me empezó a sacar la ropa.Primero el buzo, después la remera. Yo mientras me sacaba las zapatillas, notenía medias puestas. Camila se agachó y me sacó el jogging; me besó el bulto variasveces, lo mordió, estaba mordedora, y me sacó el bóxer también. Me empujó a lacama, quedé acostado boca arriba. Se acercó a su bolso y agarró algo. Eranesposas. Me esposó las manos a la cama.
-         Ufff ahora sí que tengo miedo – le dije
-         Hacés bien
Se puso arriba mío, arrodilladacon una pierna a cada costado de mi cintura. Se sacó la bata, estaba sólo conuna tanguita mínima. Quería tocarle y chuparle las tetas pero no podía, sólo mequedaba admirar. Se puso en cuatro cerca de mi cara, y se sacó la tanguitadespacio. Otra vez, quería tirarme con la boca sobre sus agujeros, pero laposición me lo impedía.
-         Mmmmm que turrita sos eh, me hacés desear
-         Y recién empiezo…
Volvió a ponerse de frente a mí,como para cabalgarme. Agarró mi pija y la empezó a frotar por su concha, sinmeterla. Sentía que se mojaba y más al palo me ponía. Entendí el juego igual yla dejé hacer, no le pedí a gritos que se la meta que era lo que quería. Despuésde frotarse un rato, bajó y arrancó a pasarle la lengua. Se la llenaba de saliva,y con eso mojaba mi glande, y después bajaba hasta mis huevos. No se la metíaen la boca y más loquito me ponía, me retorcía en la cama y cerraba mis ojos.Después de mojar bien mi verga y mis bolas, siguió bajando hasta mi cola. Abriómis piernas y puso la lengua en mi ano, lo mojó bien, trataba de meterla unpoco. Dejó la zona bien lubricada y fue a buscar algo a su bolso. Sacó undilatador anal, chiquito con forma de cono y me lo mostró.
-         Ah bueno, estas loquita hoy – dije, con algo demiedo pero resignado
-         Si… me agarraste pervertida
En la otra mano había sacado unamáscara para los ojos. Antes de ponérmela, chupó el dilatador, y después se lometió en la concha para que vea como lubricaba. Ahí si, me dejó momentáneamenteciego. Me pasó la lengua por los labios, la sacó antes de que yo chocara la míacon la suya. Me lamió las orejas, otra vez el cuello, me mordió los pezones, yme fue lamiendo todo el cuerpo hasta llegar a mi pija otra vez. Ahora sí, lachupó bien, metiéndosela, mientras yo imaginaba su cara y esperaba con miedo eimpaciencia que se ocupara de mi culo. Sin dejar de petearme, puso una almohadabajo mi cintura, y me metió un poco de un dedo en mi cola. Apenas dilató unpoco, sentí el frío del juguete. Se me aceleró el corazón un poco, nunca habíapasado de un dedo un poco. Empujó lentamente, era chiquito pero así y todo medolía un poco. Esto a mi pija pareció no importarle porque se endureció aún másen su boca, y, no sé si lo imaginé o fue así, largó bastante líquido preseminal. Seguía metiendo el dilatador, parecía que no terminaba más. Yo nodecía nada, sólo sentía, y con los ojos tapados se hacía todo más intenso.Llegó a meter todo, no era mucho pero se sentía. Su prioridad pasó a ser elpete nuevamente, usando sólo la boca, con las uñas clavadas en mi pecho,lastimándome. Evidentemente el juguete masajeaba mi próstata, porque ya teníaganas de acabar, cosa que me era muy difícil sólo con una chupada generalmente.Sus uñas se clavaron más, me ardía un poco; no pude aguantar más, la pijaempezó a convulsionar y a salir leche adentro de la boca de Cami. Era unorgasmo intenso, muy cargado, que me hizo gemir. No separó la boca hasta buenrato después de que terminó de salir la leche, pensé que la había tragado.Pero, unos segundos después, noté como la dejó caer de su boca en mi pansa;pasó la lengua por la zona, varias veces, hasta que, deduje, limpió todo y,ahora sí, tragó. Después lamió donde me había raspado con sus uñas, en mipecho.
-         Mmmmm eso fue intenso
-         Te gustó eh?
-         La verdad que sí – decía retorciéndome, sinpoder ver nada
Me destapó los ojos, pero no mesacó las esposas. Si me sacó el dilatador y lo volvió a guardar en su bolso. Sepuso encima de mí, con su pecho a la altura de mi cama. Le comí las tetas, casidesesperado, chupando los pezones que ya estaban duros, mordiéndolos como unasuerte de venganza. Cami sintió que ya era suficiente, y ahora lo que me pusoen la cara fue su concha. Ya estaba bien mojada, me preocupé en lamer sus jugosun poco primero, y después si me detuve en el clítoris, haciendo formas con lalengua como muchos recomiendan hacer. Se ve que le gustaba porque la escuchabagemir, y con una mano hundirme la cabeza en su entrepierna. Lamí, chupé,succioné todo lo que pude hasta que hizo más fuerza con su mano en mi cabeza, ycon la otra me agarró una de las mías encadenadas al borde de la cama. Sabíaque estaba por acabar y lamí más fuerte.
-         Ahhhhhh – pegó un grito que nunca la habíaescuchado dar – me hiciste acabar gatin
-         Mmmmm bueno te devolví el favor
Se bajó de mí. Mi pija estabalista para la acción nuevamente. Cabalgándome de espaldas se la metió en laconcha. La sentía bien caliente y mojada. Camila movía sus caderas fuerte,cojiéndome ella a mí. Empezó agarrándose de mis piernas, luego las soltó paraapretarse las tetas ella misma. Yo no podía creer lo dura que la tenía tanrápido y por segunda vez, y me concentraba en no acabar rápido. Camila volvió acalentarme, esta vez abriéndose las nalgas con una mano para mostrarme su cola.Luego metió un dedo, mientras mi verga seguía penetrando su concha, aunqueahora lentamente por el jueguito que me hacía. Se dio vuelta y se puso defrente a mí. Volvió a moverse fuerte y se acercó a besarme, o en realidad, achocar su lengua con la mía. Una vez más lamió mi oreja y mi cuello; así en esaposición no pude aguantar más, ya iban como 15 minutos de cojida, y le llené laconcha de leche. Ella dejó de moverse y se la dejó bien clavada, mientras memordía el cuello cuando sentía cómo mi líquido terminaba de salir dentro suyo. Sebajó finalmente y me sacó las esposas.
-         Me voy a lavar gatito – dijo y se metió en elbaño
Miré mis muñecas, de todo lo queme había retorcido me quedaron marcadas. También el pecho debido a susrasguños, y me miré el cuello en el espejo y tenía la marca de sus dientes.
Camila al rato salió del baño, seacostó al lado mío, los dos en bolas, y nos pusimos a hablar boludeces, nosreíamos de otras cosas, criticando gente y todo lo usual. Se hicieron casi lasdoce.
-         Bueno, ya casi es tiempo de mi sorpresa
-         No me dijiste que era mañana? – me preguntósorprendida
-         Si… ya es mañana
-         Que tontis que sos – me dijo
-         Bueno, vistámonos
Salimos de la cama y nosvestimos, yo con la misma ropa de antes excepto el buzo, ella se puso unapollera y una musculosa, en la casa con la losa radiante hacía mucho calor.
Miré mis mensajes, mi sorpresaestaba en camino. Comimos unas frutas y sonó el timbre. Fui a abrir, le dije aCamila que espere en el sofá del living.
Fui a abrir y volví a dondeestaba ella. Había contratado dos strippers, altos y musculosos obviamente,como le gustaban a ella. Se empezó a reír
-         Ah bueno que sorpresa!! – dijo sin parar de reír
-         Para vos todo mi amor – dije en chiste
Los tipos la saludaron, estabancon tapados largos, borcegos, bien cliché pero eso justamente busqué. Eranbastante profesionales, trajeron un juego de luces y su música. Me fui paraatrás y la dejé sola en el sofá.
Empezaron con el show. Apagaronla luz del living, prendieron la música y sus luces. Primero bailó uno un rato,se sacó el tapado y tenía una suerte de sunga y una musculosa. Se apartó y elotro hizo lo mismo, tenía más gracia; también se sacó el tapado, tenía la mismasunga pero quedó en cuero. De lejos con la poca luz se llegaba a ver que estabaaceitado. Camila miraba atenta, sin moverse en el sillón. El primero que habíabailado, era rubio, un poco más alto pero menos groso que el otro, volvió aescena y se sacó la sunga y la remera. Tenía una tanga mínima que le marcaba elbulto. Otra vez, el segundo, morocho no tan alto pero con un cuerpo más defísico culturista, hizo lo mismo, pero este subió un poco el juego y se pusopegado a Cami, con una pierna subida al sillón, y se sacó la sunga dejando elbulto casi en la cara de ella. El tipo siguió bailando, de espaldas a Camila, yse sacó la tanga, quedando en bolas pero sin darse vuelta; mientras, el rubioestaba atrás del sofá y le sacó la musculosa a Cami, dejándola en tetas porqueno tenía corpiño puesto. Ahí ella me buscó con la mirada, se reía como diciendoque no esperaba tanto. Cuando se dio vuelta tenía la pija del morocho en lacara. Me acerqué para ver mejor, la tenía gomosa, era grande aunque nodescomunal, y se la agarraba con una mano, pasándola por la cara de Cami queseguía riéndose. Finalmente aceptó la invitación y abrió la boca. El morocho,sin perder tiempo, la guió adentro y sacó las manos, dejando a ella chupar.Camila puso sus manos en los abdominales del stripper, en los pectorales, lotocaba todo sin parar de petear. A todo esto, el rubio ya se había puesto allado también con su pija afuera, de un tamaño parecido, pero ya bien dura. Ellacomenzó a alternar entre verga y verga, sin tocarla con las manos, sólo usandosu boca.
Entre los dos la levantaron y lesacaron la pollera. La dieron vuelta, le tocaban el culo, lo cacheteaban, lemordían las nalgas. Después le bajaron la tanga. El rubio sacó un forro delbolsillo de su abrigo, se lo puso mientras el morocho seguía tocando a Cami.Con el globito puesto la inclinó sobre el sillón, de espaldas, y se la metió enla concha, agarrándola de la parte de atrás del cuello. La cojió un ratito, ydespués el morocho hizo señas para que la bajara al piso. Se puso en cuatro, yel rubio volvió a cojerla, el otro stripper le puso la pija para que la sigachupando. La garchaba con fuerza, no rápido pero profundo, y le costaba mamarbien, más bien la dejaba en la boca y movía la lengua. Estuvieron un rato así,y el morocho se tiró en el piso, también poniéndose un forro. Camila se sentóencima y lo cabalgaba mientras ahora le chupaba la pija al rubio, que se habíasacado el globito.
-         Quiero que me acaben los dos en la cara – lespidió, hablando por primera vez
-         Eso querés putita? – le preguntó el que laestaba cojiendo
-         Si, llénenme la cara de leche
Paró de garcharla, se paró allado de su compañero. Cami se arrodilló delante de ellos y dejó que sepajearan. Primero el rubio, le acabó, sosteniéndola del pelo para que caigabien en la cara. Luego el morocho hizo algo similar. Quedó bien llena de semen,se relamió probando un poquito y se pellizcaba los pezones. Los miró con carade gata un rato y se fue a lavar.
Los había contratado por hora yya terminaba, les pagué, no se quisieron bañar, y se fueron.
Salió del baño Cami
-         Te gustó mi sorpresa?
-         Estuvo divertida, aunque pensé que ibas aparticipar
-         Nah… si a vos te gustan como ellos, no como yo
-         Sos un tonto, me hacés reir – me dijo
Yo entre levantarme temprano ylos dos polvos estaba para dormir, ella me tocó un poco la pija cuandoestábamos en la cama, pero le dije que nos guardemos energía para mañana. Sepuso en cucharita, con mi pija entre sus nalgas. Se había endurecido, pero lodejamos ahí y nos dormimos.
Me desperté a las 11 de lamañana. Cami todavía dormía. Fui abajo, tomé un vaso de jugo de naranja.Llovía, era un día feo. Subí a la habitación y seguía durmiendo. Por lacalefacción dormíamos apenas con una sábana.
Ella estaba durmiendo boca abajo.Muy despacio la destapé, me quedó su cola a disposición. La masajee un poco.Busqué en su bolso a ver si había un aceite o algo así. Tuve suerte. Lo agarréy lo tiré en su espalda. Al contrario de lo que pensé, el frío del líquido nola despertó, apenas se movió un poquito. Quería dilatarle la cola y meterle mipija antes de que se despierte, me daba morbo esa situación pero sabía que eradifícil. Pasé el aceite por sus nalgas bien despacio, hasta dejarlas cubiertasdel mismo. Ahí las abrí y con un dedo, lo más despacio que podía, me hacíaespacio en su ano. Seguía sin despertarse y vi que era mi momento, ya con miverga bien dura. Le puse un poco de aceite y la fui metiendo. Cuando entró lacabeza abrió los ojos.
-         Mmmmm esto es una violación? – me preguntó
-         No porque sé que te gusta
-         Mmmmm y cómo sabés eso? – me preguntó entreleves gemidos, mientras seguía empujando y ya había entrado por la mitad
-         Porque te quedas y no hacés nada para que pare
-         Ah no? Mirá lo que hago
Agarró una almohada y la pusobajo su vientre para levantar sus caderas. Después con sus dos manos abrió lasnalgas para que me sea más fácil
-         Viste cómo te gusta?
La metí toda, la sacaba por lamitad para no lastimarla hasta que se acostumbre bien.
-         Cojeme dale
-         Fuerte?
-         Como quieras gatin
Empecé a moverme, con mis manosen su espalda. La cojí así un buen rato. Después le pedí que se dé vuelta. Lohizo y se la volví a meter en el culo, esta vez de frente y descartando laalmohada, porque quería agarrarle las tetas.
-         Me gustan tus tetas
-         Mmmmm se nota por cómo las apretás gatito
Lo seguí haciendo por otro rato,por momentos le metía un dedo en la boca para que chupe. Ella se masturbaba,notaba cómo se iba humedeciendo. De nuevo le pedí cambiar, esta vez que seponga en cuatro. Me hizo caso y otra vez a entrarle por colectora. Ya lo hacíarápido, como para acabar, y hacerlo donde me gusta, en su tatuaje en lacintura. Duré cinco minutos e hice exactamente eso, la saqué de su colita yacabé en su tatuaje.
-         Mmmmm cómo te gusta eso perversito eh
-         Si, me encanta – dije apretando mi chota paradejar las últimas gotas – puedo retratarlo?
-         Mmmmm bueno, dale
Busqué mi teléfono y saqué unafoto a ese escenario.
Nos bañamos juntos, más en jodaque sexy, tirándonos jabón y haciendo chistes. Esta vez le dije si quería ir acomer, aunque lloviera, y me dijo que si.

3 comentarios - Camila, parte 6

stark_mdp
increible los relatos, muuy buenos!