Eliana estaba haciendo su lista de regalos para su fiesta de cumpleaños de qveinte con su amiguita Carla, rápidamente llenaron una larga lista de las boludeces clásicas: un viaje al sur de Estados Unidos, un iPhone y toda esa mierda.
De repente Carla tuvo una idea que las divertiría a ambas y dijo:
— Voy a anotar que querés que tu papi te rompa el culo, jaja, enfermita.
Eli se sonrojó pues se arrepintió una vez más de haberle confesado aquel secreto a su amiga, decirle que solía pajearse pensando en la gruesa verga de su amoroso padre, ya qué tal confesión había quedado en la memoria de su ami.
Un poco para salir de ese momento incómodo puso debajo de el regalo aquel, que quería que su amiga le coma bien la concha y el ojete.
Rieron juntas y pero Carla se quedó pensando en ese regalo y por el modo en que se le humedeció la conchita entre tanta risita, supo que quería darle ese regalo a su amiguita.
Esa tarde.
Una cosa llevó a la otra y mientras merendaban y Eliana se cambiaba de corpiño, Carla no dudó en acercarse con el pote de dulce de leche a su amiga.
Primero le puso el dedo lleno de dulce de leche en la proximidad de los labios de su amiga, ambas se miraban al espejo y rieron:
— Qué querés que haga, puta? — dijo Eli, entre risas.
— Qué me chupes los dedos, nena, si a vos te encanta chupar, jajaja.
Eli mamó fuerte los dedos de su amiga y esta le acarició con intensidad adentro de la boquita, siempre mirándose en el espejo.
Qué par de putitas.
Cuando ya no le quedó rastro de dulce de leche en su dedo, Carla subió la apuesta y también se sacó la remerita y se puso dulce de leche, pero esta vez en sus adolescentes tetas, calientes y deseosas de los labios y lengua de su amiguita.
Eliana la miró riéndose y luego seria, segundos después se avalanzó a lamer las tetas de su amiga, para dejarlas limpitas y bien calientes.
_____
¿Cómo sigue este relato? ¿Eli sentirá la verga de su padre adentro, como secretamente lo desea? ¿Cómo sabe Eli que Papi la tiene tan gruesa?
Aaah: todos los misterios se develarán prontamente.
De repente Carla tuvo una idea que las divertiría a ambas y dijo:
— Voy a anotar que querés que tu papi te rompa el culo, jaja, enfermita.
Eli se sonrojó pues se arrepintió una vez más de haberle confesado aquel secreto a su amiga, decirle que solía pajearse pensando en la gruesa verga de su amoroso padre, ya qué tal confesión había quedado en la memoria de su ami.
Un poco para salir de ese momento incómodo puso debajo de el regalo aquel, que quería que su amiga le coma bien la concha y el ojete.
Rieron juntas y pero Carla se quedó pensando en ese regalo y por el modo en que se le humedeció la conchita entre tanta risita, supo que quería darle ese regalo a su amiguita.
Esa tarde.
Una cosa llevó a la otra y mientras merendaban y Eliana se cambiaba de corpiño, Carla no dudó en acercarse con el pote de dulce de leche a su amiga.
Primero le puso el dedo lleno de dulce de leche en la proximidad de los labios de su amiga, ambas se miraban al espejo y rieron:
— Qué querés que haga, puta? — dijo Eli, entre risas.
— Qué me chupes los dedos, nena, si a vos te encanta chupar, jajaja.
Eli mamó fuerte los dedos de su amiga y esta le acarició con intensidad adentro de la boquita, siempre mirándose en el espejo.
Qué par de putitas.
Cuando ya no le quedó rastro de dulce de leche en su dedo, Carla subió la apuesta y también se sacó la remerita y se puso dulce de leche, pero esta vez en sus adolescentes tetas, calientes y deseosas de los labios y lengua de su amiguita.
Eliana la miró riéndose y luego seria, segundos después se avalanzó a lamer las tetas de su amiga, para dejarlas limpitas y bien calientes.
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¿Cómo sigue este relato? ¿Eli sentirá la verga de su padre adentro, como secretamente lo desea? ¿Cómo sabe Eli que Papi la tiene tan gruesa?
Aaah: todos los misterios se develarán prontamente.
3 comentarios - Lista de regalos - cumpleaños de la nena