Hace días les conté que fui a averiguar a un barprecios para ir a tomar algo y ver bandas que tocan ahí. Fue cuando me llevó laminita de Uber y me la cogí en el camino de vuelta. Esta vez no me garché anadie, pero conocí otra historia fuertona que les paso.
Al final me cabió el barcito y fui un sábado atrása ver un solista pop rock y tomar algo. De última, también, veía si podía algode las mías con alguna moza. Las camareras me atendieron joya, pizza, aguasaborizada,, bombón suizo, la cuenta, el baño, todo. Pensé en paja en el ñoba,pero dije no porque quiero hacerme habitué. Traté de portarme bien dentro de lo que soy yo.
Pero cómo portarme bien si siempre hay algunainoportuna que te saca de contexto, y te saca, no sólo la calentura. Justo al ladito mío tenía una pelirroja delgadita, muy linda, llena de bijouterie ymaquillada, cartera de cuero, blusita que se le veía el corpiño. Tenía unas ganasde cogérmela ahí, pero no quise arruinar la noche que la music estaba copada. Sin embargo, la mujer de unos 40 me calentaba. Y me puse, terminado el recital,a charlarle a ver qué onda. Y la chica me recibió muy bien, me convidó unaempanadita y yo una pizza, le conté que me gusta la música, ella de lo suyo, y ahí entró a contar de su actual marido, un tipo grande, de unos 64, con quientiene un hijo aparte de otros tres con el anterior.
Obvio que me imaginé cómo la colorada tenía cuatro pibes, nonacieron de un repollo. Le pregunté medio boludo qué onda con el tipo anterior,me dijo que se tuvo que separar después de quedar embarazada de su tercero porque el chabón la dejó. Luego, que conoció a su actual y que esta vez a pesarde ser de más de 60 le cayó re bien, tanto que…
Tanto que tuvo otro niño más. Pero no tanplanificado como ella pensaba, sino que según me contó le vino de rebote. Y ahí, imaginen, entré a preguntarle de atrevido del orto cómo lo hizo, estabamuy muy caliente, de última me ligaba un bife y me iba. Pero no: la cuarentona,nada en cuarentena, me contó nomás lo que hizo para quedar embarazada.
"La verdad que yo no pensaba tener un hijo conMarcos todavía, pero una noche salimos y él me propuso telo. Y yo tenía tantasganas, hacía rato que no me daban, que le dije sí. Me puse cuero, mini, tacos,mucha pintura, él re perfumado, y de tan calientes nos olvidamos de lospreservativos. Fuimos, cenamos, tomamos algo, mimos, besos, fuimos subiendo detemperatura, encima yo con una lencería perfecta justa para la ocasión que mehabía comprado. Provocativa, me quité mi ropa de cuero y dejé ver mi corpiño ybombacha. Y Marcos, con sus 64, se super excitó, se sacó la ropa, le saqué elcalzón y se le paró impresionante, yo nosabía sus dotes. Le creció una hermosura, gordo, largo, se lo chupé bien, él mesacó el corpiño, me amasijó las tetas, me hice encima y agitada me quité labombacha, me puse en posición y Marcos, con un pene que era un palo de amasarmas´o menos, me la metió hasta el fondo con locura, nada suave, yo grité deplacer y él me dio duro. Sentí que volaba abajo suyo mientras su penacho iba yvenía en mi vagina, y qué decirte cuando mi marido eyaculó terrible semen, mellenó bien. Y después me dio otro por la cola, le pedí más y me dio en la boca su leche, chocha quise otro por vagina y tras mimos y besos, de tan excitado,le creció tremendo salchichón de nuevo y me la dio hasta acabarme su semen. Pasamos una noche perfecta, luego el desayuno, todo. Al otro día noté un atraso y empecé a sentir mareos y náuseas, me hice un control yo misma y me enteré de mi embarazo". Yo la escuchaba con una mano en la mesa y la otra en medio de mis piernas, con el pene más grande que el de Marcos que no me podía parar. Y encima la pelirroja agregó: "Durante mi embarazo igual le dimos un par de veces, con cuidado, pero ledimos y me acabó lindo semen, y después de que tuvimos a Walter, nuestro hijo, sabéscómo la seguimos, eso sí, ahora con preservativo, a ver si tengo cinco…".Mirala vos, la de 40 embarazada por el pene del de 64. O sea que yo todavíaestoy a tiempo de embarazar. Y bueno, para algo se inventó la pija y la vagina,viste.
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