Cuando mi novia se animó

Desde siempre tuve la fantasía de ver a una novia con otro hombre. 
Cuando por fin mi novia aceptó, después de años de ruegos y proposiciones, decidimos ir a un boliche y que ella se de unos besos con otro, que fue lo único que aceptó hacer.                                                            
 Esa noche se puso un vestido muy corto y con un escote que mostraba sus grandes tetas;  Estaba muy sensua Al entrar al boliche, bebimos un par de tragos, y cuando estuvimos un mínimo alegres, llegó el momento.

-¿Me vas a cumplir la fantasía? -Le pregunté nervioso.
-Yo no tengo problema ¿Estás seguro que no vas a hacerme escenas?
 Al escucharla me reí a carcajadas.                                                  
  -Amor, si tienes ganas sé soltera por un rato y disfruta.        
En ese momento, ella dio media vuelta y fue a caminar sola por el boliche; Yo la seguí unos cuantos metros  atrás.                                                                                                                                                 
Varios metros más adelante, un hombre quiso encararla, pero ella lo rebotó; Luego siguió caminando, hasta que entró en la pista y se puso a bailar con el primero que la sacó.   Después de bailar un par de temas y hablar apenas unas pocas palabras, él le dijo algo al oído, y al segundo se fueron caminando de la mano y entraron en un pasillo bastante oscuro, donde había varias parejas tranzando.         

Cuando frenaron, se pusieron hablar amistosamente. Se hablaban de cerca, se reían y gesticulaban un poco. Al verlos, mi corazón latía como una locomotra.  Entonces tomé mi celular y le mandé un mensaje que decía: "Me calienta mucho verte así de sensual; Me estoy volviendo loco".  Ella al leerlo comenzó a reírse y se acercó más al flaco.  En ese momento, el acercó su cara a la de ella y le comió la boca; Ella aceptó y al segundo comenzaron a besarse apasionadamente.  Segundos después, se apoyaron contra la pared y aparte de besarse, él le empezó a tocar la cola por abajo de la pollera, mientras se refregaban el pene con la vagina.   Al verlos me quedé helado y mi pene se convirtió en una piedra.                                                 

Luego él empezó a tocarle las tetas, y después de sacarle una afuera, comenzó a lamerle una y otra vez el pezón, y también a morderle suavemente su timbre.  En ese momento, mi novia le bajó la bragueta del pantalón, y después de sacar su pene afuera, comenzó a masturbarlo.  Al verla, sentí una excitación única; Jamás había sentido algo así. Era tan fuerte que hasta me dolía el pene!!!  Estaba viendo a mi amada novia, tierna y dulce, con la que teníamos esa relación tan hermosa y romántica,  convertida en una hembra en celo con otro hombre.                        Luego él le introdujo la mano por abajo de la pollera y comenzó a acariciarle la conchita; Pero cuando quiso metérsela por adentro de la bombacha, ella le dijo que no; Y volvió a tocarle la cola, mientras ella lo seguía masturbando y se besaban.                                                                                                                  
Como ese sector estaba bastante oscuro, me acerqué hasta quedar a dos metros de dellos, y me puse a mirarlos, hipnotizado.  Habrán estado unos diez minutos más; Hasta que él le avisó que estaba por acabar, ella se corrió, y él acabó apuntando al piso.
Después de eso, se dieron un beso de despedida y cada uno se fue por un lado distinto. Apenas mi novia hizo un metro, quedó cara a cara frente a mí.  En ese momento nos miramos a los ojos unos segundos, y sin mediar palabra nos abrazamos y luego nos apoyamos contra la pared. 
-Sigo caliente. -Me dijo ella, con su voz entrecortada de lo excitada que estaba.
Al instante, ella se corrió la bombacha; Yo saqué mi pene afuera, y sin mediar palabra se lo introduje y comenzamos a tener sexo contra en el mismo lugar donde hasta hacía segundos había estado con el otro; Los dos estábamos muy calientes y en estado de shock por lo que habíamos hecho.  También me excitaba mucho sentir un su boca un gusto diferente al habitual.                                                                                 
                                             

Apenas acabamos, decidimos volver rápido a casa. En el camino, estábamos tan sobrepasados y alterados para bien, que no paramos de hablar y recordar todo con lujo de detalles.  Cuando llegamos a casa, estábamos tan calientes que después de orinar, corrimos a la cama y tuvimos un sexo muy excitante y chancho, mientras recordábamos excitados y hablábamos de ese momento inolvidable. Sexualmente nos hizo muy bien; Después de eso, quedamos muy calientes por mucho tiempo y teníamos más sexo que de costumbre.                                                 
 
Hoy, esa veinteañera que probaba cosas nuevas, es mi esposa de muchos años; Y este relato solo fue la primera fantasía que cumplimos.                                                                                                       
                                                                  
Ojalá les haya gustado, y anime a l@s indecis@s a probar las fantasías con las que tanto sueñan y no se animan a cumplirlas.