Y no sabia hasta donde seria capaz de llegar por ese hombre.
Esa noche hablamos hasta las 5:00 a.m. Me excitaba con cada frase, con cada palabra y su voz, Dios su voz hacia vibrar cada centímetro de mi cuerpo.
Empezamos a confesarnos nuestros particulares gustos en el sexo, el era un Amo, un dominante. Y ciertamente lo era por eso a cada minuto me arrastraba mas a un deseo intenso de entregarme a el.
Allí, en ese momento descubrí mi naturaleza sumisa.
-Anastasia, quiero que seas mia. Muéstrame como te tocas para mi.
-Quiero penetrarte, me encantas perra,te partire el culo hasta hacerte llorar.
Cada mensaje mas provocador que el anterior.
Esa noche fue fantástica, Adonis tenía la facultad única de provocarme exquisitos orgasmos tan solo con sus palabras. Era mi amo, mi dueño, mi señor en ese momento lo comprendí.
A la mañana siguiente a las 6:00 a.m. me llego un mensaje de el dandome los buenos días, no habíamos dormido nada y aún estábamos hambrientos de seguir conociéndonos y yo de cumplir sus deseos.
-eres mía, solo mía tu cuerpo, tu mente, tus orgasmos son solo para mi que te quede claro.
Era el mensaje mas frecuente y Dios como me excitaba.
Me levante de la cama a las carreras debía ir a trabajar y ya era tarde, estaba desvelada pero feliz, mi día a día a partir de la noche anterior se había tornado mucho más excitante.
Me volví adicta a sus mensajes y a informarle todo lo q haría.
-Amo voy a ducharme para ir al trabajo enseguida te escribo.
-Quiero verte en la ducha.
Acto seguido una foto mía bañándome, uffff mantenía mi cuerpo dispuesto para el siempre aunque aún no lo había complacido con mostrarle mi cuerpo completo.
Sali de la ducha me vesti a las carreras y me dirigí al consultorio, pero me sentía diferente, aunque los problemas seguían allí mi vida había encontrado otro rumbo, tenía otra perspectiva.
Lo tenía a él que hacia que todo fuera mejor. Hablabamos todo el día, las noches no nos bastaban para complacernos.
-Quiero que sientas como te tomo por el cabello y te arrodillo ante mi para entrar en tu boca y cogerla sin piedad hasta acabar en tu garganta.
-Luego te pondre en cuatro y azotate ese exquisito trasero hasta dejarlo muy rojo y adolorido y cuando estés tan mojada que me supliques que te penetre lo haré, fuerte y salvaje, sin piedad hasta que me supliques que pare pero no lo haré, seguiré cogiendote y repitiendote que eres mía.
-Mi zorra, mi perra, mi puta, mi sumisa.
Solo eso bastaba para enloquecerme.
-Amo deseo masturbarme. Por favor no aguanto estoy muy excitada.
-Hazlo pero grabate para mi.
Era la gloria escuchar estas palabras. Adonis era un Dios, mi Dios. El único hombre capaz de hacerme gemir con solo palabras sin tocarme, cuanto lo deseaba.
Nuestras frecuentes conversaciones se volvian mas intensas y personales, nos contabamos de nuestra vida, familia, trabajo, sueños todo.
Era muy relajante hablar con Adonis me hacia olvidar del mundo. Cuando me pregunto por mi pareja le menti.
-trabaja lejos nos vemos poco.
Por un tiempo le oculte que estaba detenido, hasta que un día en medio de una llamada telefónica que teníamos escuchó un comentario al respecto y no tuve otra opción que contarle y hasta con eso se mostró incondicional siempre me apoyo. Le conte toda la historia de su detención y me apoyo muchísimo era un hombre excepcional. Cada día lo amaba mas, si por loco que se oiga lo amaba.
-Anastasia ya se que son ciertos mis sentimientos hacia ti, con esto no quiero que te asustes y huyas de mi. -Adonis nunca huiria no sabes lo feliz que me haces.
-Te amo mi Anastasia, mi princesa sumisa.
- Y yo a ti mi señor, mi Amo, mi Dios soy tuya, tuya para siempre.
-haremos nuestro contrato amor seras mía .
Esa noche hablamos hasta las 5:00 a.m. Me excitaba con cada frase, con cada palabra y su voz, Dios su voz hacia vibrar cada centímetro de mi cuerpo.
Empezamos a confesarnos nuestros particulares gustos en el sexo, el era un Amo, un dominante. Y ciertamente lo era por eso a cada minuto me arrastraba mas a un deseo intenso de entregarme a el.
Allí, en ese momento descubrí mi naturaleza sumisa.
-Anastasia, quiero que seas mia. Muéstrame como te tocas para mi.
-Quiero penetrarte, me encantas perra,te partire el culo hasta hacerte llorar.
Cada mensaje mas provocador que el anterior.
Esa noche fue fantástica, Adonis tenía la facultad única de provocarme exquisitos orgasmos tan solo con sus palabras. Era mi amo, mi dueño, mi señor en ese momento lo comprendí.
A la mañana siguiente a las 6:00 a.m. me llego un mensaje de el dandome los buenos días, no habíamos dormido nada y aún estábamos hambrientos de seguir conociéndonos y yo de cumplir sus deseos.
-eres mía, solo mía tu cuerpo, tu mente, tus orgasmos son solo para mi que te quede claro.
Era el mensaje mas frecuente y Dios como me excitaba.
Me levante de la cama a las carreras debía ir a trabajar y ya era tarde, estaba desvelada pero feliz, mi día a día a partir de la noche anterior se había tornado mucho más excitante.
Me volví adicta a sus mensajes y a informarle todo lo q haría.
-Amo voy a ducharme para ir al trabajo enseguida te escribo.
-Quiero verte en la ducha.
Acto seguido una foto mía bañándome, uffff mantenía mi cuerpo dispuesto para el siempre aunque aún no lo había complacido con mostrarle mi cuerpo completo.
Sali de la ducha me vesti a las carreras y me dirigí al consultorio, pero me sentía diferente, aunque los problemas seguían allí mi vida había encontrado otro rumbo, tenía otra perspectiva.
Lo tenía a él que hacia que todo fuera mejor. Hablabamos todo el día, las noches no nos bastaban para complacernos.
-Quiero que sientas como te tomo por el cabello y te arrodillo ante mi para entrar en tu boca y cogerla sin piedad hasta acabar en tu garganta.
-Luego te pondre en cuatro y azotate ese exquisito trasero hasta dejarlo muy rojo y adolorido y cuando estés tan mojada que me supliques que te penetre lo haré, fuerte y salvaje, sin piedad hasta que me supliques que pare pero no lo haré, seguiré cogiendote y repitiendote que eres mía.
-Mi zorra, mi perra, mi puta, mi sumisa.
Solo eso bastaba para enloquecerme.
-Amo deseo masturbarme. Por favor no aguanto estoy muy excitada.
-Hazlo pero grabate para mi.
Era la gloria escuchar estas palabras. Adonis era un Dios, mi Dios. El único hombre capaz de hacerme gemir con solo palabras sin tocarme, cuanto lo deseaba.
Nuestras frecuentes conversaciones se volvian mas intensas y personales, nos contabamos de nuestra vida, familia, trabajo, sueños todo.
Era muy relajante hablar con Adonis me hacia olvidar del mundo. Cuando me pregunto por mi pareja le menti.
-trabaja lejos nos vemos poco.
Por un tiempo le oculte que estaba detenido, hasta que un día en medio de una llamada telefónica que teníamos escuchó un comentario al respecto y no tuve otra opción que contarle y hasta con eso se mostró incondicional siempre me apoyo. Le conte toda la historia de su detención y me apoyo muchísimo era un hombre excepcional. Cada día lo amaba mas, si por loco que se oiga lo amaba.
-Anastasia ya se que son ciertos mis sentimientos hacia ti, con esto no quiero que te asustes y huyas de mi. -Adonis nunca huiria no sabes lo feliz que me haces.
-Te amo mi Anastasia, mi princesa sumisa.
- Y yo a ti mi señor, mi Amo, mi Dios soy tuya, tuya para siempre.
-haremos nuestro contrato amor seras mía .
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