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Mi esposa, jefa puta

Mi esposa, jefa puta




Con Debora nos conocimos, cinco años atrás, los dos teníamos treinta recién cumplidos, yo trabajo como vendedor independiente, ella en una gran empresa internacional, estuvimos dos años de novios y hace tres que nos casamos, los dos tuvimos solo un par de parejas antes de conocernos, Debora es una morocha de ojos azules, con unos melonazos, y un culo muy interesante, yo soy castaño, metro 75, bastante normal, poco gimnasio, en fin, un tipo común. A Debora le encanta mostrarse, calentar, pero siempre lo manejamos como un juego.
Después de casarnos, empezamos a hacer algunos juegos, como muchas parejas, claro, probamos a atarnos, y nos dimos cuenta que por personalidades, carácter y placer que obteníamos, a los dos nos gustaba que Debora fuera la dominante. En un momento la ascendieron en su empresa y ella, tenía entre sus obligaciones,  despedir empleados. Muchos de los días en que despedía algún empleado yo notaba que teníamos sexo más caliente que otros días, pero me parecía que era una idea mía. Debora compró un par de esposas para jugar, me amarraba a los barrotes de la cama y jugaba conmigo a placer, la llave de las esposas colgando entre sus pechos también me excitaba. Un día me preguntó sobre mis fantasías, yo me resistía a decirle nada, me daba miedo hablar de eso, una noche que fuimos a cenar y tomamos bastante, ella me estuvo calentado toda la noche, me acariciaba cada vez que podía, me mostraba sus pechos, me decía que me iba a recoger. cuando estuve esposado en la cama, se acomodó, puso sus labios vaginales a los costados de mi pija y se movía como cogiéndome apretando mi pija con sus labios sobre mi panza. 
-Te gustaría meterla...?
-Obvio...
-Y bueno... cuando me cuentes tu fantasía me la metes...
-No... no se... la verdad...
-Dale amor... es una fantasía... solo eso... no hay que concretarlas... solo jugar... -y agarró mi pija empezando a jugar en la puertita de su concha.- porque no la dejas entrar?
-A veces pienso que me gustaría verte haciéndolo con otro... -ella se la metió de una
-Ahhh... siiii... queee bueno.... contame más...
-Eso...
-Pero como sería...
-Alguien que te pegue una buena cogida... por puta calienta vergas... -mi lengua se empezaba a soltar-
vas por ahi... siempre calentando vergas... alguna te tiene que enseñar a no ser tan puta... -Debora estaba recaliente, no sabía con que fantasía de ella se juntaba, pero estaba a full, no se cuantos orgasmos tuvo, parecía no poder parar, me comió la boca para que deje de hablar, y seguimos en silencio hasta que llegó. 
Más adelante volví a preguntarle a ella sobre sus fantasías pero se negaba a hablar, después de casi seis meses de haberle contado la mía, me hablo ella sola, por su cuenta, estábamos cenando en uno de los elegantes restaurantes que a ella le gustan, la cena regada con un buen vino.
-Hoy tengo ganas de contarte una fantasía que tengo... querés...
-Pero claro... me encanta...
-No quería contártela porque me siento un poco enferma... no me parece bien... -la interrumpí queriendo calmarla pero no me dejo.- no, yo sé que hago cosas que no están bien... pero no lo puedo evitar...
-Bueno, contame entonces...
-Vos sabes que a veces soy muy soberbia... y bueno... en el trabajo... cuando tengo que despedir a algún muchacho... como decirlo... lindo... fachero... que me caliente... me excito mucho... los trato con soberbia... y estoy todo el día excitadisima... tengo la fantasía que algún día alguno se enoje y me de mi merecido... que me castigue por portarme tan perra... y eso me lleva a las nubes de la excitación...
-Y te gustaría concretarla...?
-No se a que te referís... no depende de mi... además no me gusta la violencia... por eso es una fantasía...
-Y si yo invitara a alguno de esos muchachos...
-No seas tonto... es imposible...
La cena transcurrió tranquila, mi cabeza estaba llena de dudas, pero sobre todo caliente, tenía que encontrar la forma de hacerlo, pero que pasaría cuando ella estuviera en verdad con otro, lo podría soportar. Los dos quedamos recalientes, cogíamos casi dos veces por día, al levantarnos y a la noche. Cuando iba manejando no podía alejar el tema de mi mente. Un día se me ocurrió, como yo suelo trabajar en forma independiente, algunos días, cuando estoy en casa, y Debora trabaja desde acá, me pide que llame a su secretaria, para pedirle que la mande algunos datos por mail. Un día me decidí, la llame a la secretaria y le dije que la veía mal a Debora, que necesitaba hacer un trabajo para ella, si me podía conseguir los datos de la gente despedida en los últimos dos años, le dije que necesitaba hacer un trabajo sobre eso, pero que por favor lo mandara a mi mail, ella dudo, no sabía si podía mandar esa información, le dije que era muy importante, mi esposa lo valoraría mucho, pero por ahora ella no debía saber nada, le remarqué la importancia del tema y al final accedió.
Después de revisar la información, encontré que había diez muchachos de alrededor de treinta años, despedidos en los últimos dos años. Les escribí a cada uno diciéndoles que estaba haciendo un pedido de informe sobre la Jefa sra. Debora... y el apellido, que quería saber como los había tratado en el momento de comunicarles su despido.
Cinco de ellos no me contestaron el mail, tres contestaron con evasivas y diciendo que en definitiva no recordaban demasiado el evento. Los otros dos, Thiago y Martín. 
Thiago me contesto, esa es una mala perra, ojala algún día encuentre al que le de lo que merece, maldita puta...
Martín decía... inolvidable día para mi... pero estaba tan linda la jefa... las veces que habré tenido fantasías con ella, el día que me despidió me pareció excitada, como me gustaría enseñarle modales... 
Thiago se excluía, Martín quería enseñarle modales. Tras muchas dudas e idas y vueltas, quede para encontrarme con él, parecía una buena persona, comimos unas hamburguesas con cerveza y le conté quien era, la fantasía de mi esposa, los ojos de él brillaban
-Me estás jodiendo... es tu esposa man...!
-Me excita la idea de verla con alguien más...
-Pero mira que me hizo enojar la puta esa... uy perdón...
-No, está bien... te entiendo... -y en realidad me calentaba que hablara así de ella aunque no quería que se diera cuenta.
Mi idea es llevarla a cenar... que vos aparezcas en la cena a cenar con nosotros y ahí vemos que pasa... yo te aviso cuando llegar... así tomamos algunos aperitivos antes... quedamos de acuerdo. 
Ese sábado le elegí el vestido, la ropa interior sin sujetador, los zapatos, le dije que era una cena especial, que por favor se vistiera así para mi. 
-Pero amor... sin sujetador... este vestido se puede... pero se me vana a ver las tetas... -y estaba encantada obvio. Fuimos a comer a un restaurante de un hotel, teníamos una habitación reservada, Debora estaba encantada, cena romántica, dijo. En el restaurante reserve una de esas mezas que tienen un asiento entero, en semicírculo, una especie de reservado, cuando entramos  los mozos la miraban, algunos comensales también, estaba deliciosa, el canal de sus pechos, uf, impresionante. Tomamos un par de tragos, y fui hasta el baño, le mande un mensaje a Martín que llegara en diez. cuando volví a la mesa le dije a Debora.
-En un rato va a venir un comensal mas... -me miro extrañada y divertida.- Se llama Martín... le dije el apellido también, no pareció recordarlo. Trabajaba en una empresa multinacional... y parece que la jefa no lo trató de buena manera al despedirlo... está un poco... caliente... diría yo...
La cara de Debora se transformó.
-Me estás jodiendo... 
-Joder la usan en España... y creo que si... que tiene muchas ganas de Joderte...
Su cara era un poema, su respiración se aceleraba, sus pechos subían y bajaban más aceleradamente...
-Pero... como... quien...?
En ese momento Martín estaba parado al lado de la mesa, cuando lo vio se puso toda colorada, solo dijo un tímido hola.
-Sentate Martín, ponete cómodo, le estaba contando a mi esposa, ella no sabía nada, no se acordaba tu nombre, parece que ahora te reconoció...
-Si, solía pasearse entre los escritorios caminando sensualmente, moviendo ese culazo y si necesitaba algo nos decía negrito... hoy espero que me llame Sr Martin...
Debora, me pidió permiso, necesitaba ir al baño, estaba sorprendida, caliente, creo también.

-Anda moviendo ese culazo sensualmente... como hacías en la empresa preciosa... -dijo Martín, me pareció que caminaba más sensual de lo habitual, pero no sabía como seguiría aquello, si Debora querría irse o seguir el juego, esos minutos se me hicieron eternos. Martín se veía confiado.
Cuando volvió a la mesa, en vez de entrar por mi lado, dijo
-Permiso señor Martin... me deja pasar...
El se levantó y le dejó espacio para rozarse al pasar, ella se sentó de nuevo en el medio.
-Vení más cerca de mi... -dijo Martín, ella obedeció al momento.
Estás cada día más buena... no puedo creer esto... tu marido es un campeón...
-Más que campeón... me parece un perdedor...
Ella se subió el vestido porque se le bajaba un poco y se le veían bastante los pechos.
-Deja el vestido tranquilo... si estás caliente y respiras agitada se te va a bajar... me gusta la vista de tus pechos... 
Y así fue, Martín llamó al mozo, Debora no se subió el vestido, casi se veía el comienzo de sus pezones, Martín tardo mucho en pedir, el mozo, trataba de disimular su mirada, cuando el mozo se fue, Martín metió su mano entre las piernas de Debora.
-Debes estar recaliente ya... eh perra... 
El metió la mano un poco más tratando de disimular.
Está caliente la perra...
En la cena hablamos de otras cosas como para aflojar, le dije a Martín que teníamos reservada una habitación en el hotel. Cuando nos levantamos de la mesa, Martín la tomó de la cintura, cuando nos alejamos un poco empezó a acariciarle el culo.
-Si habré soñado con acariciarte así... perrita... 
-Debora bajaba un poco la cabeza, pero sus ojos delataban el grado de excitación que tenía, en el ascensor el subió primero, la atrajo a Debora de espaldas hacia él, y la apoyo,
-Sentí lo que vas a comer hoy...
Bajamos del ascensor y volvió a acariciarle el culo mientras caminábamos, una pareja joven que pasaba miraban sonrientes.La excitación de Debora era inmensa, ni bien entramos al cuarto del hotel, se sentía su respiración agitada, yo reconozco enseguida cuando está recaliente, y este era el momento.-No te saques nada... ponete en cuatro arriba de la cama... -dijo Martín
Debora obedeció enseguida, se movía felinamente caminando en cuatro por la cama, Martín se saco las zapatillas y los pantalones, se notaba un bulto importante dentro de sus boxers. La atrajo hacia él y tomándole la cabeza le paso la cara sobre su miembro, la hizo juguetear un poco con su boca pero todavía por sobre el bóxer. Se bajo el boxer y le dio a chupar
-Si que bien la chupas... si me habré imaginado que me la chupabas así cuando pasabas entre los escritorios moviendo el ogete y esos melonazos de puta que tenes... -Debora gemía y seguía chupando.
Date vuelta ahora... -Debora se giro, tenía el vestido puesto todavía. Le levantó el vestido, tenía la tanga puesta todavía.- Que deliciosa te ves... le corrió la tanga un lado y metió su miembro de una, era una pija bien larga y gruesa, yo veía los jugos de Debora.
-Que caliente que estas puta... esto te imaginas que te hacen cuando paseas entre los escritorios eh... -Debora solo gemía y no contestaba.- Te vestías especialmente sexi cuando ibas a despedir un empleado eh... puta...?
-Si, no se porque pero me excitaba mucho... a veces me toco un poco antes de hacerlo, en el baño...
-Porque estabas esperando este momento... eh puta...?
-Si señor Martín... -Debora empezó con un profundo orgasmo, Martín la agarro fuerte de las caderas atrayendola hacia él. Debora se acariciaba su almejita mientras llegaba. El empezó a darle bien duro ahora, en ningún momento se había puesto preservativo, recién en ese momento me di cuenta de la situación, la excitación me había obnubilado, en cinco años de relación, jamás habíamos estado con otro, al menos no yo, y Debora no que yo supiera, y ahora así de la nada Martín le daba sin forro y Debora encantada. Martín siguió un largo rato sin hablar, Debora no paraba de gemir, en un momento Martín la clavó, vi el latir de su pija y sus huevos contrayéndose, la estaba llenando, Debora se pajeaba y también llegaba de nuevo. Martín la sacó despacio y la imagen me quedo grabada para siempre, gotas de su semen cayendo por los labios vaginales de mi mujer, algunos resbalando sobre su tanga azul, que todavía tenía puesta, él seguía bien duro ahora si le sacó el vestido y la tanga, ella se apoyo con la cabeza en la almohada, totalmente inclinada y ofrecida. Martín volvió a metersela, su corrida salía al costado de su pija el tomo un poco y con el dedo gordo jugaba con el ogete de Debora, le daba dos o tres bombeos la sacaba de su conchita y juntando sus glúteos la pasaba por el canalito que formaban, así estuvo un largo rato. Ahora solo la bombeaba y jugaba con el dedo gordo en su culito, después saco un par de veces su herramienta y jugaba por la puerta de su culito, Debora se movía como queriendo meterlo, yo estaba excitadísimo, en cinco años de relación solo un par de veces lo intentamos por atrás y ella me decía que era bruto, que le dolía y cosas así. Pero ahora estaba excitadísima.
-Abrite bien el culo... -ella con sus manos separaba sus glúteos enseñando bien el culito, el seguía dándole duro por la concha y jugando con el dedo, gordo, dejó caer un grueso escupitajo, que Debora se ocupó de repartir por su culito.- Este es tu sueño... eh... que vuelva algún empleado enojado y te haga bien el orto... eh...? -Debora gemía cada vez más fuerte. Siguió un largo rato dandole por la concha y jugando con su dedo, preparando su culito.- Me encanta como se ve...- le dejo la punta de su pija en la puerta del culito, Debora trataba de mover el culo para provocar la penetración pero no podía.- Espera... no seas golosa... -ahí si, el le metió solo la cabeza, Debora se acariciaba su almejita, llegando de nuevo. de a poco se la fue metiendo y después le dió bien duro, Debora gemía y Martín bufaba, estuvo un rato larguisimo, después se la saco, y me hizo acercar, 
-Vení mira como le quedo el ogete a la puta... -estaba un poquito dilatado, no mucho- no tiene mucho uso no...? 
-No le gusta por la cola...-
-No parece... -dijo sonriendome. Ahora otra vez volvio a cogerla por la concha siempre en esa posición, no se habían besado en toda la noche, lo cual, vaya a saber porque me aliviaba. Martín no volvió a su culo, siguió bien duro por la concha hasta que volvió a llenarla, los dos quedaron tirados en la cama uno al lado del otro, yo fui entre las piernas de mi esposa, le toque su cosita, y estaba super sensible, los jugos de Martín empezaban a salir. Estuvieron un rato en silencio. 
-Vamos a bañarnos -dijo Martín
Debora camino sensualmente delante de él, moviendo ese culazo, entraron juntos a ducharse, y ahora si de frente se comieron la boca como desesperados, parecían dos animales salvajes, él le comió los pechos y ella le pajeaba la pija que estaba bien dura de nuevo. La giró dandole la espalda y ahora de nuevo se la metió en el culo, mientras la apretaba con el cuerpo contra la pared y le manoseaba los pechos, casi groseramente, Debora giraba la boca para besarlo.
-Te voy a coger mil veces sabes... puta soberbia... te voy a bajar los humos de jefa puta que tenes...
-Si necesito ser tu puta... tenías razón antes con tu pregunta... cuando me pajeo en el baño del laburo... antes de despedir a alguien como vos pienso... en que se enoja... y me hace bien el orto... como vos ahora...
-Pobre tu marido...
-Me parece que ya se hizo dos pajas... por lo menos... no se porque no le preste atención...
-Ahora si te voy a dejar la cola llena...
-Si quiero sentirte explotar... esperame un poco... dijo pajeandose de nuevo... lleneme señor Martín...!!!!
La agarro bien fuerte de la cintura y la lleno ahora por atras, su pija quedó un rato largo todavía. se ve que seguía muy excitado, la saco un par de veces y la volvió a meter. 
Salieron de la ducha, Debora me beso.
-Te pasaste amor... pero a partir de hoy... -y me volvió a besar yendo al cuarto a cambiarse.
Martín se cambió, lo llevamos a la casa, yo manejaba Debora a mi lado y él sentado atrás. En un momento del viaje dijo.
-Veni puta... pasate atrás... así te tomás lo poco que me dejaste... -y sacó su miembro del pantalón, paré el auto y Debora se pasó atras, y empezó a darle una de sus mamadas hasta que el se vació en su boca.
-Si que delicia... -dijo el poniendo cara de satisfacción mientras llegaba.
Ni bien lo dejamos a Martín, Debora me besó, sentía el gusto amargo en su boca, ella seguía muy excitada.
-Esta fue la noche más caliente de mi vida... y creo que es el comienzo... que bueno que te animaste... pero te das cuenta lo que empezaste no...? -dijo ella
-No pensé que iba a ser tan intenso...
-Creo que elegiste demasiado bien... igual ahora que abriste la puerta... tengo cuatro o cinco candidatos más... que se que me tenían ganas... de a poco los vamos a ir conociendo eh...? -dijo apretándome la pija.- Acabaste dos veces no...? como un pajero mirón..
-Si mi amor...
-Que bueno... me encanta que te excite... me hace disfrutarlo mucho más... Ni bien entremos en casa te desnudas y te acostas en la cama, ponete las esposas solito... un polvito te vas a echar... aunque no se adonde... quizas solo en tu pancita... -y se rió con malicia.
En un segundo cuando entramos estaba desnudo y con las manos puestas en las esposas, las poníamos alrededor de uno de los barrotes de la cama y yo sólo podía ponérmelas, cuando jugábamos Debora se ponía una cadenita con la llave colgándole del cuello y cayendo entre sus pechos. Debora entró al rato, solo con la tanga y con los zapatos de taco alto puestos, canturreando, yo trataba que viera mi excitación y notara como mi pija daba saltitos 
-Que noche intensa y diferente amor... es el comienzo de otra vida... gracias a vos... que fue lo que más te gusto... y lo que menos... contame... -dijo sentándose a mi lado en la cama.
-Me excitó todo muchisimo... además de ser educado... es mandón... sabe lo que quiere... y tiene un buen miembro no...
-Una buena pija querés decir... si... pero es demasiado respetuoso con vos... estoy seguro que alguno de los otros empleados que te digo... no te tratarían tan bien... te gustaría eso...? -dijo y me acaricio un poco la pija.- porque a mi me excitaría mucho más... que no te traten tan bien a vos...
-Que puta mala sos... -ella se sonrió.
-Sabes que me gusta ser mala... y más cuando se que eso te excita mucho... no...?
-Mira como me tenes...
-Rendido... veo un cornudo rendido... a la esposa le lleno la concha dos veces un casi desconocido... le hizo el culo dos veces y una se lo lleno... y el marido excitadísimo... y en el auto me lo hizo tragar...
Me chupo la pija un par de veces
-Está rica... pero la de Martín es mejor... no me dijiste que te molesto más...
-Cuando te beso en el baño... las piernas me temblaban... me moría de celos... tenía miedo de perderte... me parecía más romántico...
-Y quizás... de un muchacho como ese me puedo enamorar... claro... es el problema cuando uno juega con fuego... -me pajeaba despacito- uno se puede quemar... te gustaría metermela un ratito...?
-Si por favor... me encantaría...
Se levantó y fue a buscar un forro, me lo puso con la boca, mirándome con esos ojazos azules que me matan. Después me montó, sus pechos se sacudían y me volvían loco, me cogía a su tiempo, gozando el momento.
-No se te ocurra llegar hasta que yo te de permiso... no se siente tanto tu pijita ahora... yo creí que era grande... pero veo que hay otras grandes de verdad...
-Me encantaría chuparte las tetas... -se acercó y las dejo frente a mi boca.
-Si chupa bien... hoy te recibiste de cornudo... es tu fiesta de bienvenida eh...?
-Me volvés loco...
-Y ahora te tenes que preparar... nada va a ser lo mismo... no vas a coger tanto ahora...
-Porque no...?
-Para que no pierdas interés... para que te preocupes de atenderme bien en todos los ámbitos... vamos a ver... disfruta ahora... mientras te dejo...
-Pero con forro...
-Preferís que te haga la paja...? -sentí que ella estaba llegando de nuevo... podes llegar cuando quieras cornu... te puedo decir cornu...  
Explote como si fuera el primer orgasmo de la noche. después Debora me beso un montón, me comió la boca un largo rato.
-Tenes razón... uno besa mucho cuando ama... será que puedo amar a más gente no...? -se rió y salió hacia el baño, dejándome todavía con las esposas puestas.




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