Mis papás se casaron cuando ella a un era muy joven y él solo 1 año mayor al quedar embarazada de mí. Hija única, siempre hemos sido muy unidos, sin inhibiciones, estamos acostumbrados a vernos con poca ropa, incluso desnudos, para nosotros eso es natural, somos familia, las puertas de toda la casa están casi sin uso, nos bañamos con la puerta abierta, nunca cerramos las puertas de nuestras habitaciones, bueno, mis papás si cuando hacen el amor, pero me gusta escuchar los gemidos de mi mamá y también los de papá, y siempre estoy en el pasillo, cuando salen desnudos al baño a asearse, siempre sale primero mi mamá, me gusta observarla, a veces la cara le brilla, otras sus senos, a veces su vientre, otras sus nalgas y otras su entrepierna, luego sale mi papá, con la verga semiflácida y brillosa, con una sonrisa que muestra la felicidad de haber pasado un momento de placer.
Un sábado tenía que salir temprano a la universidad, pero en la noche me avisaron que la maestra había enfermado y no habría clases, así que me quedé durmiendo, cuando desperté, me puse mi blusa top que solo cubría mis senos y era amplia de abajo, le había cortado el elástico, salí de mi cuarto y cuando bajaba las escaleras hacia la cocina escuche a mis papás.
- ¡Así, ay que rico me la mamas!
Vi a mi papá desnudo, recargado en la barra de la cocina y mi mamá hincada mamándole la verga a mi papá, ella solo con una diminuta tanga le pegaba sus enormes senos en las piernas a mi papá. Él la jaló poniéndola de pie, le besó el cuello bajando por sus senos, mordisqueando sus pezones y apretando sus senos con las manos, siguió su camino deteniéndose en su ombligo mientras sus manos apretaban ahora sus redondas nalgas, no tardo mucho en llegar a su pussy, ella alzó su pierna apoyándola en la barra de la cocina, él hizo su tanga a un lado y comenzó a lamer su pussy.
- ¡Aaauuugh que rico! – gemía ella.
Él siguió lamiendo, ella gimiendo y sujetándolo de la nuca con sus dedos entre sus cabellos y apretando contra su pussy, yo ya me había quitado mi blusa top y tenía mi mano por debajo de mi tanga dándome placer, la escena era muy excitante, cuando él se puso de pie, la giró, recargándola sobre la barra de la cocina con las nalgas arriba, hiso a un lado el hilo de su tanga tomó su pene bien duro y lo metió de un empellón en la pussy.
- ¡Aaaay así, así dame duro! – gritaba mi mamá.
Mi papá la sujetó de la cadera y le daba duro en su movimiento de mete y saca, por un buen tiempo le estuvo dando duro a mi mamá, parecía que nunca acabaría, de repente él comenzó a gruñir, ella giró rápidamente y se hincó, él apuntó hacia su boca y descargó su leche, bañando también su cara, ella lamió su pene para dejarlo sin gota de su leche, aunque su cara estaba llena de ella, con su dedo jaló un poco para comérsela; sonrieron, ella se lavó la cara mientras él se ponía su bóxer, después de secarse la cara, jaló su camisa, una muy amplia de mi papá que usaba de camisón y se la puso abotonándose solo los tres de abajo, yo estaba con mi tanga bien húmeda y sudando de la excitación, me levanté y me reuní con ellos, solo vestía mi tanga.
- ¡Nena! ¿no fuiste a la escuela? – Preguntó papá.
- No hubo clases, la maestra dela uníversidad enfermó – contesté algo agitada y me senté en una de las sillas.
- Escuchaste todo ¿verdad? – preguntó mamá.
- Y los vi - dije sonriendo y abriendo un poco mis piernas para mostrar mi tanga húmeda.
- ¡Estás bien mojada! – expresó mi mamá.
- Papi – viéndolo a él y levantado el pulgar – ¡eres un campeón!
- ¡JAJAJA! – los tres reímos, me levanté y lo abracé pegando mis tetas a su pecho y dándole un beso en los labios, inmediatamente sentí como su pene se puso duro.
- ¡Se le paro! – dije señalando su verga – ¡Excito a mi papi, jajaja, mi papi se calienta conmigo! – cantaba al momento que le restregaba mis nalgas en su pene y sujetaba sus manos para llevarlas a mis senos.
- ¡Ya nena ya! – me separaba de su cuerpo con suavidad.
- ¡¿Te quieres coger a la nena?! – preguntó mi mamá sorprendida.
- ¡No, no! – dijo apresurado mi papá - ¿Cómo crees?
- Si ella quiere por mi no hay problema – dijo mamá – todo queda en familia.
Ese día no pasó nada más, los días posteriores yo hacía que mi papá me manoseara cada vez que podía, las tetas, las nalgas, mi pussy o yo me le restregaba en su verga, se la tocaba “accidentalmente”, todo muy casual y natural.
Pero dicen que la alegría y la felicidad no duran mucho, al poco tiempo le diagnosticaron cáncer a mi mamá y tres meses después la estábamos sepultando. Un día antes de su muerte ella me llamó y me dijo.
- Nena, nuestra princesita, ahora tú vas a pasar a ser la Reina de la casa.
En ese momento no comprendí el significado de esas palabras, los días posteriores mi papá y yo casi no hablábamos, solo andábamos como zombis en la casa, mi novio trataba de animarme, en un mes me cogió en tres ocasiones, muy poco para lo que lo hacíamos antes. Si, me cogió, no hicimos en amor, yo solo me dejaba hacer lo que él quería, si me pedía que se la mamara, se la mamaba, pero no con entusiasmo, y un día simplemente me dejó.
Ese mismo día se lo comenté a mi papá y nos abrazamos, sin decir palabra, cenamos y nos fuimos a dormir, en la puerta de mi recamara lo miré y le dije.
- ¡Estamos solos! Puedo dormir contigo esta noche – él asintió con la cabeza.
Solo entré a mi recamara a cambiarme, me puse una blusa corta de tirantes, apenas cubría mis senos y un bikini blanco, el ya estaba solo con su bóxer. No era la primera vez que dormía con él, siempre que mamá salía de viaje yo me dormía con él, ese día lo noté muy inquieto, giraba y giraba en la cama toda la noche, al día siguiente, por la noche, sin decirle nada me fui a dormir con él y lo mismo, toda la noche muy inquieto, yo pensé que era la falta de mi mamá, pasaron unos días, seguíamos durmiendo juntos, una mañana que desperté, vi su verga bien dura por encima de su bóxer, pensé que era una erección matutina natural, otra mañana me despertó un movimiento en la cama, mi papá me daba la espalda y comprendí que se estaba masturbando, me quedé quieta sin saber que hacer, al día siguiente al despertar, tenía la verga bien dura fuera de su bóxer y se la acariciaba lentamente, pero estaba dormido, en eso comprendí las palabras de mi madre, “ahora tú vas a pasar a ser la Reina de la casa” y decidí actuar, con mucho cuidado, moviéndome suavemente, me acerqué para mamarle la verga, así de entrada me la trague hasta mi garganta, así a la punta y volví a entrar, él se relajó, empezó a disfrutar, yo seguí haciendo lo mío, cuando abrió los ojos y me vio dijo sorprendido.
- ¡Nena, ¿Qué haces?!, ¡Nooo! No tienes que hacerlo – yo solo saqué su verga de mi boca poniendo el dedo índice en ella – ¡ssssh! – y seguí mamándosela con más fuerza y velocidad.
Solo vestía mi tanga, mi blusa me la había quitado durante la madrugada, no estaba acostumbrada a dormir con blusa, así que pegué mis senos a su pierna para que los sintiera, él se recostó para gozar esa mamada que le estaba dando, sin sacarme su verga de mi boca me quité mi bikini y me acomodé en medio de sus piernas y mis nalgas en alto, apoyada sobre mis rodillas y empinada sin dejar de mamársela.
- ¡Que hermosa te ves! – comprendí que quería mas que solo verme.
Así que me acomodé para seguir mamándosela, pero en posición de 69, él se apresuró a darme lengua en mi pussy, instantes después me puse en 4 al lado de él, se incorporó y se puso atrás de mí, pero para seguir mamándome mi pussy y mi ano, yo gemía a gritos de placer, pero quería más.
- ¡Métemela! ¡Métemela ya, quiero sentirte dentro de mí! – le dije gimiendo.
- ¿Estás segura?
- ¡Si!, conviérteme en la Reina.
Se incorporó apuntando su verga a mi pussy la fue metiendo despacio, con ternura, con miedo, sólo empujé mis nalgas hacia él para que la metiera toda, al momento que me hacia sacar un gran gemido, pero comencé a mover mi cadera hacia adelante y hacia atrás, hasta que él sujetó mi cadera comenzando con el delicioso mete y saca, después me acosté en la cama y giré para quedar boca arriba con las piernas abiertas, él apuntó para continuar dándome duro, después levantó una de mis piernas colocándola sobre su hombro dando un medio giro a mi cadera con mi otra pierna en medio de las suyas, dándome placer sin parar, para pasar a que me alzara las dos piernas boca arriba y volviera a penetrar mi pussy, así doblada, con las piernas en sus hombros, le pedí que me la metiera por el culo, arrancándome un buen gemido, él emocionado alternaba entre mi culo y mi pussy gozando los dos de este gran momento, hasta que empezó a bufar, señal que estaba a punto de terminar, me apresuré a ponerme de rodillas para recibir su leche en mi boca y cara, llenándomelas de su leche y golpeándome en mis mejillas con su verga. Descargando así todo lo que tenía acumulado, se recostó jadeando, sudoroso, sonriendo, satisfecho; hincada aún, le dije.
- Ahora yo soy la reina de la casa como dijo mamá. – él asintió con la cabeza.
Muchas noches han seguido después de esa, siempre amándonos, dejándome tener novios de mi edad, pero en la noche, soy la amante de mi papá, soy la Reina y él el Rey.
*** FIN ***
Un sábado tenía que salir temprano a la universidad, pero en la noche me avisaron que la maestra había enfermado y no habría clases, así que me quedé durmiendo, cuando desperté, me puse mi blusa top que solo cubría mis senos y era amplia de abajo, le había cortado el elástico, salí de mi cuarto y cuando bajaba las escaleras hacia la cocina escuche a mis papás.
- ¡Así, ay que rico me la mamas!
Vi a mi papá desnudo, recargado en la barra de la cocina y mi mamá hincada mamándole la verga a mi papá, ella solo con una diminuta tanga le pegaba sus enormes senos en las piernas a mi papá. Él la jaló poniéndola de pie, le besó el cuello bajando por sus senos, mordisqueando sus pezones y apretando sus senos con las manos, siguió su camino deteniéndose en su ombligo mientras sus manos apretaban ahora sus redondas nalgas, no tardo mucho en llegar a su pussy, ella alzó su pierna apoyándola en la barra de la cocina, él hizo su tanga a un lado y comenzó a lamer su pussy.
- ¡Aaauuugh que rico! – gemía ella.
Él siguió lamiendo, ella gimiendo y sujetándolo de la nuca con sus dedos entre sus cabellos y apretando contra su pussy, yo ya me había quitado mi blusa top y tenía mi mano por debajo de mi tanga dándome placer, la escena era muy excitante, cuando él se puso de pie, la giró, recargándola sobre la barra de la cocina con las nalgas arriba, hiso a un lado el hilo de su tanga tomó su pene bien duro y lo metió de un empellón en la pussy.
- ¡Aaaay así, así dame duro! – gritaba mi mamá.
Mi papá la sujetó de la cadera y le daba duro en su movimiento de mete y saca, por un buen tiempo le estuvo dando duro a mi mamá, parecía que nunca acabaría, de repente él comenzó a gruñir, ella giró rápidamente y se hincó, él apuntó hacia su boca y descargó su leche, bañando también su cara, ella lamió su pene para dejarlo sin gota de su leche, aunque su cara estaba llena de ella, con su dedo jaló un poco para comérsela; sonrieron, ella se lavó la cara mientras él se ponía su bóxer, después de secarse la cara, jaló su camisa, una muy amplia de mi papá que usaba de camisón y se la puso abotonándose solo los tres de abajo, yo estaba con mi tanga bien húmeda y sudando de la excitación, me levanté y me reuní con ellos, solo vestía mi tanga.
- ¡Nena! ¿no fuiste a la escuela? – Preguntó papá.
- No hubo clases, la maestra dela uníversidad enfermó – contesté algo agitada y me senté en una de las sillas.
- Escuchaste todo ¿verdad? – preguntó mamá.
- Y los vi - dije sonriendo y abriendo un poco mis piernas para mostrar mi tanga húmeda.
- ¡Estás bien mojada! – expresó mi mamá.
- Papi – viéndolo a él y levantado el pulgar – ¡eres un campeón!
- ¡JAJAJA! – los tres reímos, me levanté y lo abracé pegando mis tetas a su pecho y dándole un beso en los labios, inmediatamente sentí como su pene se puso duro.
- ¡Se le paro! – dije señalando su verga – ¡Excito a mi papi, jajaja, mi papi se calienta conmigo! – cantaba al momento que le restregaba mis nalgas en su pene y sujetaba sus manos para llevarlas a mis senos.
- ¡Ya nena ya! – me separaba de su cuerpo con suavidad.
- ¡¿Te quieres coger a la nena?! – preguntó mi mamá sorprendida.
- ¡No, no! – dijo apresurado mi papá - ¿Cómo crees?
- Si ella quiere por mi no hay problema – dijo mamá – todo queda en familia.
Ese día no pasó nada más, los días posteriores yo hacía que mi papá me manoseara cada vez que podía, las tetas, las nalgas, mi pussy o yo me le restregaba en su verga, se la tocaba “accidentalmente”, todo muy casual y natural.
Pero dicen que la alegría y la felicidad no duran mucho, al poco tiempo le diagnosticaron cáncer a mi mamá y tres meses después la estábamos sepultando. Un día antes de su muerte ella me llamó y me dijo.
- Nena, nuestra princesita, ahora tú vas a pasar a ser la Reina de la casa.
En ese momento no comprendí el significado de esas palabras, los días posteriores mi papá y yo casi no hablábamos, solo andábamos como zombis en la casa, mi novio trataba de animarme, en un mes me cogió en tres ocasiones, muy poco para lo que lo hacíamos antes. Si, me cogió, no hicimos en amor, yo solo me dejaba hacer lo que él quería, si me pedía que se la mamara, se la mamaba, pero no con entusiasmo, y un día simplemente me dejó.
Ese mismo día se lo comenté a mi papá y nos abrazamos, sin decir palabra, cenamos y nos fuimos a dormir, en la puerta de mi recamara lo miré y le dije.
- ¡Estamos solos! Puedo dormir contigo esta noche – él asintió con la cabeza.
Solo entré a mi recamara a cambiarme, me puse una blusa corta de tirantes, apenas cubría mis senos y un bikini blanco, el ya estaba solo con su bóxer. No era la primera vez que dormía con él, siempre que mamá salía de viaje yo me dormía con él, ese día lo noté muy inquieto, giraba y giraba en la cama toda la noche, al día siguiente, por la noche, sin decirle nada me fui a dormir con él y lo mismo, toda la noche muy inquieto, yo pensé que era la falta de mi mamá, pasaron unos días, seguíamos durmiendo juntos, una mañana que desperté, vi su verga bien dura por encima de su bóxer, pensé que era una erección matutina natural, otra mañana me despertó un movimiento en la cama, mi papá me daba la espalda y comprendí que se estaba masturbando, me quedé quieta sin saber que hacer, al día siguiente al despertar, tenía la verga bien dura fuera de su bóxer y se la acariciaba lentamente, pero estaba dormido, en eso comprendí las palabras de mi madre, “ahora tú vas a pasar a ser la Reina de la casa” y decidí actuar, con mucho cuidado, moviéndome suavemente, me acerqué para mamarle la verga, así de entrada me la trague hasta mi garganta, así a la punta y volví a entrar, él se relajó, empezó a disfrutar, yo seguí haciendo lo mío, cuando abrió los ojos y me vio dijo sorprendido.
- ¡Nena, ¿Qué haces?!, ¡Nooo! No tienes que hacerlo – yo solo saqué su verga de mi boca poniendo el dedo índice en ella – ¡ssssh! – y seguí mamándosela con más fuerza y velocidad.
Solo vestía mi tanga, mi blusa me la había quitado durante la madrugada, no estaba acostumbrada a dormir con blusa, así que pegué mis senos a su pierna para que los sintiera, él se recostó para gozar esa mamada que le estaba dando, sin sacarme su verga de mi boca me quité mi bikini y me acomodé en medio de sus piernas y mis nalgas en alto, apoyada sobre mis rodillas y empinada sin dejar de mamársela.
- ¡Que hermosa te ves! – comprendí que quería mas que solo verme.
Así que me acomodé para seguir mamándosela, pero en posición de 69, él se apresuró a darme lengua en mi pussy, instantes después me puse en 4 al lado de él, se incorporó y se puso atrás de mí, pero para seguir mamándome mi pussy y mi ano, yo gemía a gritos de placer, pero quería más.
- ¡Métemela! ¡Métemela ya, quiero sentirte dentro de mí! – le dije gimiendo.
- ¿Estás segura?
- ¡Si!, conviérteme en la Reina.
Se incorporó apuntando su verga a mi pussy la fue metiendo despacio, con ternura, con miedo, sólo empujé mis nalgas hacia él para que la metiera toda, al momento que me hacia sacar un gran gemido, pero comencé a mover mi cadera hacia adelante y hacia atrás, hasta que él sujetó mi cadera comenzando con el delicioso mete y saca, después me acosté en la cama y giré para quedar boca arriba con las piernas abiertas, él apuntó para continuar dándome duro, después levantó una de mis piernas colocándola sobre su hombro dando un medio giro a mi cadera con mi otra pierna en medio de las suyas, dándome placer sin parar, para pasar a que me alzara las dos piernas boca arriba y volviera a penetrar mi pussy, así doblada, con las piernas en sus hombros, le pedí que me la metiera por el culo, arrancándome un buen gemido, él emocionado alternaba entre mi culo y mi pussy gozando los dos de este gran momento, hasta que empezó a bufar, señal que estaba a punto de terminar, me apresuré a ponerme de rodillas para recibir su leche en mi boca y cara, llenándomelas de su leche y golpeándome en mis mejillas con su verga. Descargando así todo lo que tenía acumulado, se recostó jadeando, sudoroso, sonriendo, satisfecho; hincada aún, le dije.
- Ahora yo soy la reina de la casa como dijo mamá. – él asintió con la cabeza.
Muchas noches han seguido después de esa, siempre amándonos, dejándome tener novios de mi edad, pero en la noche, soy la amante de mi papá, soy la Reina y él el Rey.
*** FIN ***
1 comentarios - La nueva Reina para el Rey
No creo que sea real por ciertos detalles, pero es una gran historia que excita bastante 😄👍