Lo conocimos en un bar era un tipo muy fornido elegante, muy educado y guapísimo, me encantó desde que lo vi, ale lo notó de inmediato y me dijo que era libre de coquetearle y lo que viniera.
Lo invité a nuestra mesa, charlábamos cosas interesantes, tenía 35 años, era casado y de Colombia su nombre es Jhocar, vino a México para trabajar de instructor de un gimnasio privado.
Yo no podía dejar de coquetearle, lo abrazaba, me le repujaba en los bailes, ale me miraba tan excitado que sabía que pronto vendría algo muy rico.
Ya pasando la media noche y hablando más en serio, fuimos directos…
: Mira amigo, me caíste bien y veo que a mi esposa le gustas, eso no me molesta, pero nosotros somos especiales, a mí me gusta ver a mi esposa con otros, aquí la pregunta es, ¿te animas a cogértela? ¿¡Y tendrías problema si yo los observo!?
Él nos miraba serio, miraba a ale y luego me miraba mí, nos sonreía y miraba nuevamente a mi esposa ¡así estuvo un par de minutos hasta que acepto, solo que nos pidió fuera en un hotel y no en nuestra casa!
Llegamos a un hotel cerca de la zona, ale se puso cómodo mientras yo besaba muy apasionadamente al colombiano, el besaba y acariciaba riquísimo, de reojo miraba como ale disfrutaba lo que sucedía, eso me prendía más y más gozaba al colombiano.
Poco a poco nuestras ropas fueron cayendo, su delicioso cuerpo estaba a mi merced, el me desprendía del vestido dejándome solo en tanga! Sus manos acariciaban mis piernas y mi abdomen, apretaba fuerte y delicadamente mientras nos besábamos como si estuviéramos enamorados.
: ¡Ya pasen a algo mejor corazón!
¡Parece que mi marido está impaciente
¡Jajá, vamos a complacerlo!
Me tiro a la cama y con su boca me quito la tanga, comenzó a besarme de los pies a la cabeza, yo miraba a mi marido mientras la lengua del colombiano subía suave y excitantemente por mis muslos, besaba mis entrepiernas, sus manos acariciaban mis pechos y apretaban mis pezones, quise mostrarle o darle un adelanto de lo que le iba a hacer en mi turno, así que tome sus manos y comencé a lamer sus dedos como si de un pene se tratara.
el se quitó el slip y casi me desmayo al ver su tremendo y hermoso animal entre sus piernas, unos testículos grandes y depilados y una deliciosa y enorme verga bien hermosa, nunca había visto una así, media aproximadamente unos 27 cm y 6 cm de grosor, de solo verla me moje, ale también se sorprendió al ver el animal de Jhocar.
Él se acostó y yo bajé a su parte, comencé a poner su verga en mi cara, con mis manos sobaba los testículos que parecían un par de piedras, mi lengua besaba desde donde inicia su ano hasta la cabeza de su hermosa verga, lo tomé con mis dos manos y daba lamidas en la cabecita de su verga, el lanzaba ligeros gemidos y mi marido observaba atento.
Comencé a meterlo lentamente a mi boca, apenas si me cabía, increíblemente sabia delicioso, nunca había chupado una verga tan arreglada, lo devoré como si de una cena fina se tratara, ale ya se acariciaba por encima de su pantalón, abría toda mi boca y metía ese animal hasta sentir como me ahogaba, el me acariciaba la frente y jugaba con mi cabello, yo seguía devorándome su deliciosa verga.
Jhocar me tomo de la cadera y me subió a su cara, comenzamos un delicioso 69, su lengua lamia y entraba de una forma tan rica en mí, sus dedos jugueteaban mi clítoris y mis nalgas.
Después de estarnos comiendo por un rato, me subí a cabalgarlo, el me besaba y me mordía las tetas, yo me dejaba caer suave en su rico y duro palo,
El me acostó en la cama y me levanto las piernas, dejándome las rodillas en mi frente, la empezó a meter suave, yo gemía del placer que sentía al tenerla en esa forma, el me besaba los pies y me acariciaba las nalgas, no dejaba de decirme lo buena que estoy y como lo apretaba mi vagina ¡ese colombiano cogía como dios!
Decidió hacerlo un poco más normal y pasional, me acostó y se subió en la de misionero, me besaba y mordía mi cuello, sus manos apretaban mis nalgas, en ese momento mi marido ya tenía su verga de fuera y lista para masturbarse.
Me puso en cuatro, yo me abrí todita para que su verga entrara más rica, él se puso de pie debajo de la cama, tomándome de la cintura me empezó a penetrar, su verga entraba por completo, sus movimientos fuertes y suaves al mismo tiempo me hacían jadear como perra, estaba siendo cogida de lo más rico,
Sus embestidas eran fuertes, me levanto una pierna y me la dejaba ir mucho más fuerte, me jalaba el cabello, me metía los dedos en mi ano, yo solo gritaba, Lale lo incitaba a que me partiera la cola , yo ya estaba en éxtasis así que no me resistí y le di mi culo él lo comenzó a besar y lamer mientras sus dedos apretaban mi clítoris, ese colombiano era un dios sexual.
Me tomo de las manos y comenzó a meterme la puntita, inmediatamente sentí como si me estuviera rompiendo, él puso mis manos en mi espalda como si me estuviera arrestando, la introducía lentamente, yo ya gritaba, el dolor era inmenso y ale seguia y masturbándose.
La conversación de ambos me excitaba más, yo solita comencé a moverme, el sintió mi movimiento que gemía y me pedía que no parara, ambos nos movíamos, Jhocar me embestía tan fuerte que me tiro en la cama, él se subió en mi como toro vuelto loco, yo gemía, ¡estaba siendo empalada por una rica verga colombiana!
Los tres estábamos excitadísimos, yo ya no aguantaba más y mis fluidos salían como si estuviese lloviendo, jhocar que estaba encima de mí, me aplastaba tan rico mientras su verga ya había hecho suyo mi culo, sentí como se empezó a inflar, sabía que se acercaba una tremenda descarga.
Una tremenda descarga salió de su hermosa verga, mi culo era llenado su caliente leche, yo también escurría como esponja y ale me tiraba su leche en mi cara, mientras me tragaba el semen de mi marido, Jhocar me apretaba los hombros para continuar descargándome su rico néctar.
Terminé en la cama boca abajo respirando agitadamente, ale estaba en el sofá y Jhocar acostado acariciándome las nalgas.
Cogí un par de veces más con él, ale
siempre fue observador y solo se limitó a masturbarse.
Salimos del hotel, lo dejamos en su trabajo prometiendo hacerlo nuevamente.
Lo invité a nuestra mesa, charlábamos cosas interesantes, tenía 35 años, era casado y de Colombia su nombre es Jhocar, vino a México para trabajar de instructor de un gimnasio privado.
Yo no podía dejar de coquetearle, lo abrazaba, me le repujaba en los bailes, ale me miraba tan excitado que sabía que pronto vendría algo muy rico.
Ya pasando la media noche y hablando más en serio, fuimos directos…
: Mira amigo, me caíste bien y veo que a mi esposa le gustas, eso no me molesta, pero nosotros somos especiales, a mí me gusta ver a mi esposa con otros, aquí la pregunta es, ¿te animas a cogértela? ¿¡Y tendrías problema si yo los observo!?
Él nos miraba serio, miraba a ale y luego me miraba mí, nos sonreía y miraba nuevamente a mi esposa ¡así estuvo un par de minutos hasta que acepto, solo que nos pidió fuera en un hotel y no en nuestra casa!
Llegamos a un hotel cerca de la zona, ale se puso cómodo mientras yo besaba muy apasionadamente al colombiano, el besaba y acariciaba riquísimo, de reojo miraba como ale disfrutaba lo que sucedía, eso me prendía más y más gozaba al colombiano.
Poco a poco nuestras ropas fueron cayendo, su delicioso cuerpo estaba a mi merced, el me desprendía del vestido dejándome solo en tanga! Sus manos acariciaban mis piernas y mi abdomen, apretaba fuerte y delicadamente mientras nos besábamos como si estuviéramos enamorados.
: ¡Ya pasen a algo mejor corazón!
¡Parece que mi marido está impaciente
¡Jajá, vamos a complacerlo!
Me tiro a la cama y con su boca me quito la tanga, comenzó a besarme de los pies a la cabeza, yo miraba a mi marido mientras la lengua del colombiano subía suave y excitantemente por mis muslos, besaba mis entrepiernas, sus manos acariciaban mis pechos y apretaban mis pezones, quise mostrarle o darle un adelanto de lo que le iba a hacer en mi turno, así que tome sus manos y comencé a lamer sus dedos como si de un pene se tratara.
el se quitó el slip y casi me desmayo al ver su tremendo y hermoso animal entre sus piernas, unos testículos grandes y depilados y una deliciosa y enorme verga bien hermosa, nunca había visto una así, media aproximadamente unos 27 cm y 6 cm de grosor, de solo verla me moje, ale también se sorprendió al ver el animal de Jhocar.
Él se acostó y yo bajé a su parte, comencé a poner su verga en mi cara, con mis manos sobaba los testículos que parecían un par de piedras, mi lengua besaba desde donde inicia su ano hasta la cabeza de su hermosa verga, lo tomé con mis dos manos y daba lamidas en la cabecita de su verga, el lanzaba ligeros gemidos y mi marido observaba atento.
Comencé a meterlo lentamente a mi boca, apenas si me cabía, increíblemente sabia delicioso, nunca había chupado una verga tan arreglada, lo devoré como si de una cena fina se tratara, ale ya se acariciaba por encima de su pantalón, abría toda mi boca y metía ese animal hasta sentir como me ahogaba, el me acariciaba la frente y jugaba con mi cabello, yo seguía devorándome su deliciosa verga.
Jhocar me tomo de la cadera y me subió a su cara, comenzamos un delicioso 69, su lengua lamia y entraba de una forma tan rica en mí, sus dedos jugueteaban mi clítoris y mis nalgas.
Después de estarnos comiendo por un rato, me subí a cabalgarlo, el me besaba y me mordía las tetas, yo me dejaba caer suave en su rico y duro palo,
El me acostó en la cama y me levanto las piernas, dejándome las rodillas en mi frente, la empezó a meter suave, yo gemía del placer que sentía al tenerla en esa forma, el me besaba los pies y me acariciaba las nalgas, no dejaba de decirme lo buena que estoy y como lo apretaba mi vagina ¡ese colombiano cogía como dios!
Decidió hacerlo un poco más normal y pasional, me acostó y se subió en la de misionero, me besaba y mordía mi cuello, sus manos apretaban mis nalgas, en ese momento mi marido ya tenía su verga de fuera y lista para masturbarse.
Me puso en cuatro, yo me abrí todita para que su verga entrara más rica, él se puso de pie debajo de la cama, tomándome de la cintura me empezó a penetrar, su verga entraba por completo, sus movimientos fuertes y suaves al mismo tiempo me hacían jadear como perra, estaba siendo cogida de lo más rico,
Sus embestidas eran fuertes, me levanto una pierna y me la dejaba ir mucho más fuerte, me jalaba el cabello, me metía los dedos en mi ano, yo solo gritaba, Lale lo incitaba a que me partiera la cola , yo ya estaba en éxtasis así que no me resistí y le di mi culo él lo comenzó a besar y lamer mientras sus dedos apretaban mi clítoris, ese colombiano era un dios sexual.
Me tomo de las manos y comenzó a meterme la puntita, inmediatamente sentí como si me estuviera rompiendo, él puso mis manos en mi espalda como si me estuviera arrestando, la introducía lentamente, yo ya gritaba, el dolor era inmenso y ale seguia y masturbándose.
La conversación de ambos me excitaba más, yo solita comencé a moverme, el sintió mi movimiento que gemía y me pedía que no parara, ambos nos movíamos, Jhocar me embestía tan fuerte que me tiro en la cama, él se subió en mi como toro vuelto loco, yo gemía, ¡estaba siendo empalada por una rica verga colombiana!
Los tres estábamos excitadísimos, yo ya no aguantaba más y mis fluidos salían como si estuviese lloviendo, jhocar que estaba encima de mí, me aplastaba tan rico mientras su verga ya había hecho suyo mi culo, sentí como se empezó a inflar, sabía que se acercaba una tremenda descarga.
Una tremenda descarga salió de su hermosa verga, mi culo era llenado su caliente leche, yo también escurría como esponja y ale me tiraba su leche en mi cara, mientras me tragaba el semen de mi marido, Jhocar me apretaba los hombros para continuar descargándome su rico néctar.
Terminé en la cama boca abajo respirando agitadamente, ale estaba en el sofá y Jhocar acostado acariciándome las nalgas.
Cogí un par de veces más con él, ale
siempre fue observador y solo se limitó a masturbarse.
Salimos del hotel, lo dejamos en su trabajo prometiendo hacerlo nuevamente.
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